Elecciones presidenciales en Venezuela
[Wed Jul 31 20:46:10 CDT 2024]

Hace ya unos días que se celebraron elecciones presidenciales en Venezuela. Oficialmente, ganó el candidato chavista, Nicolás Maduro. Pero la oposición mantiene que son ellos quienes vencieron con algo más del 70% de los votos. Empecemos por reconocer que parece improbable que la candidatura de la oposición haya ganado realmente con más del 70% de los votos. Pero aún más improbable me parece que haya Maduro haya vencido limpiamente, para ser honestos. Después de todo, no se trata solamente deun líder con poco carisma, sino que además ha presidido el país durante unos años en los que la inflación llegó a inflarse con tres dígitos, el PIB llegó a reducirse en un 71% en un momento determinado y cerca de ocho millones de venezolanos ya "votaron" abandonando el país a la desesperada. Cuesta trabajo creer que, con todo ese bagaje, Maduro haya conseguido el 52% de los votos, como pretenden las autoridades electorales del país. {enlace a esta entrada}

Por una Europa federal y posnacional
[Mon Jul 8 11:19:30 CDT 2024]

Echando un vistazo aquí y allá, encontré hace unos días en la web de El País una columna de Javier Cercas titulada Por una Europa federal y posnacional que merece la pena destacar aquí, me parece.

La Europa de las naciones se forjó a lo largo del siglo XIX al calor del nacionalismo, que fue el rostro político del Romanticismo y la ideología capaz de cambiar la legitimidad divina del poder, propia de las viejas monarquías absolutas, por la legitimidad popular, propia de las democracias modernas. El problema fue que, en el siglo XX, esa ideología progresista se convirtió en una ideología reaccionaria, que arrasó Europa en dos guerras mundiales que en el fondo fueron una única y dilatada guerra nacionalista. La unión de Europa se concibió tras ese apocalipsis como un antídoto contra el nacionalismo, que pese a ello conserva intacto, todavía hoy, su espeluznante poder destructivo, según demuestran la guerra de Ucrania o el surgimiento de las diversas formas del nacionalpopulismo en toda Europa (empezando por España). Por eso, la mejor forma de culminar el proyecto europeo consiste en trocar una Europa plurinacional por una Europa posnacional, donde el sentimiento de pertenencia nacional no sea una cuestión política sino una cuestión íntima, personal. (...) No se trata por supuesto de proscribir el sentimiento nacional (como no se trataba en el siglo XVIII de proscribir el sentimiento religioso); tampoco, de que nadie deje de usar su propia lengua y tener sus costumbres y sentirse lo que quiera (alemán, francés o español, catalán o vasco o extremeño): se trata de que, gracias a un potente Estado europeo que blinde la igualdad ante la ley y proteja las diferencias culturales o identitarias o religiosas, cada uno se sienta lo que quiera sin convertir ese sentimiento en un asunto público, y sin que nadie pueda usarlo como dinamita política. Ni las creencias ni los sentimientos deberían formar parte del debate público, porque se puede discutir sobre razones, pero no sobre creencias o sentimientos: los sentimientos son muy respetables (como las creencias), pero, en cuanto la política se vuelve sentimental (o se convierte en una fe), deja de ser política.

Se trata de la propuesta del consenso pro-europeísta que viene dominando la UE prácticamente desde el principio. La misma cuya coalición, que engloba a democristiananos, liberales y socialdemócratas, ha visto recientemente revlidada su mayoría en las elecciones al Parlamento Europeo. Y, sin embargo, se trata también, conviene recordarlo, de la misma propuesta que está siendo atacado firme y exitosamente por parte de la derecha populista en todos sitios. El objetivo no es nada fácil. Cercas parece estar hablando de un proyecto de Estado multinacional más o menos similar a lo que vascos y catalanes defienden en España, y ya sabemos en qué estado está esa propuesta en nuestro país y los escollos con que se encuentra a menudo. Pese a todo, la dificultad de un proyecto no debiera ser obstáculo para intentar llevarlo a cabo, sobre todo si uno está convencido de que se trata de la respuesta correcta. Al fin y al cabo, algo similar sucedió con el proyecto ilustrado de secularización de la vida pública al que se refiere Cercas. También ese proyecto pareció imposible en su momento. {enlace a esta entrada}

Razones del voto rural a la ultraderecha
[Sun Jul 7 18:50:52 CDT 2024]

"The New York Times" publicó ayer un artículo exponiendo algunas de las razones por las que la ultraderecha francesa tiene tanto apoyo en las zonas rurales que merece la pena leer.

Residents in this sparsely populated region of France — the Yonne district in northwestern Burgundy has only about 335,000 inhabitants — describe what is happening to their community as “desertification,” by which they mean an emptying out of services, and of their lives.

Schools close. Train stations close. Post offices close. Doctors and dentists leave. Cafés and small convenience stores close, squeezed by megastores. People need to go further for services, jobs and food. Many travel in their old cars but are encouraged by the authorities to switch to electric cars, which are priced way beyond their means.

At the same time, since the war in Ukraine, gas and electricity bills have shot up, leading some to switch off their heating last winter. They feel invisible and only just get by; and on their televisions they see President Emmanuel Macron explaining the critical importance of such abstract policies as European “strategic autonomy.” It is not their concern.

Along comes the National Rally, saying its focus is on people, not ideas, the purchasing power of people above all.

La situación en otros países, quizá incluyendo a España misma, es bien parecida. Sin duda, buena parte de la población que vive en zonas rurales aquí en los EEUU se siente identificada con esa descripción. ¿Que los líderes de la ultraderecha (o derecha populista, como algunos prefieren llamarla) simplemente se están aprovechando demagógicamente de esos problemas? Sin duda. Pero, de una u otra forma, la población de las zonas rurales entiende que ni el centro-derecha democristiano, ni tampoco el centro liberal o el centro-izquierda socialdemócrata se preocupan lo suficiente por su situación. Más bien al contrario, les ven como representantes de las clases urbanas más o menos educadas, cosmopolitas y de clase media. El asunto es un poco peliagudo por su complejidad. Pero en esas estamos. {enlace a esta entrada}