Cuaderno de Bitácora

[Thu Jan 30 19:08:56 CST 2003]

The Wall Street Journal ha publicado hoy una carta de apoyo a los EEUU en su política sobre Irak. El documento, firmado por los líderes del Reino Unido, Italia, España, Portugal, Dinamarca, Polonia, Hungría y la República Checa, ratifica los lazos de amistad entre Europa y los EEUU, recuerda la enorme y desinteresada ayuda norteamericana cuando se hubo de hacer frente a la amenaza totalitaria nazi primero y comunista después, afirma sin dudas que "el régimen de Irak y sus armas de destrucción masiva representan una amenaza clara para la seguridad mundial" y advierte que "la combinación de armas de destrucción masiva y terrorismo supone una amenaza de consecuencias incalculables". Finalmente, concluye:

"Nuestros Gobiernos comparten una misma responsabilidad: plantar cara a esta amenaza. Si no lo hacemos seremos negligentes con nuestros propios ciudadanos y con el mundo."

Aquí en los EEUU no han faltado los conservadores que se han lanzado a señalar cómo, en lugar de ser la Administración Bush la que se encuentra aislada con respecto al conflicto con Irak, son más bien franceses y alemanes quienes se encuentran solos en su oposición a una intervención militar. Ni que decir tiene que esta posición me parece bastante simplista. No se trata ya de que haya bastantes razones para explicar racionalmente el escepticismo o la falta de entusiasmo mostrados por alemanes y franceses, sino que al menos con respecto a un punto muy concreto tanto los firmantes de la carta como el Gobierno francés parecen estar en el mismo barco: la intervención, si ha de haberla, debe hacerse no de forma unilateral sino a través de la ONU y con la aprobación del Consejo de Seguridad. De hecho, el texto menciona cómo

"(...) los europeos hemos reafirmado nuestro apoyo a la Resolución 1.441, nuestro deseo de proseguir por el camino de la ONU y nuestro apoyo a su Consejo de Seguridad."

Pese a todo, sí que hay algo que me preocupa respecto a esta carta. Se trata de que parece enviar un mensaje de clara división dentro de la Unión Europea, al menos en lo que hace a su política exterior y de seguridad. En este sentido, la carta hecha pública hoy no hace sino afectar negativamente el proceso de integración europea y la consolidación de las institituciones comunitarias. Me hubiera gustado mucho más que los países firmantes se hubieran abstenido de hacer declaraciones de este tipo hasta después de consultar al resto de Estados miembros de la UE. Por lo que leo, ni siquiera se consultó a pa&iaucte;ses claves como Francia o Alemania, ni tampoco a Grecia, que ostenta la presidencia rotatoria de la UE este semestre. Todo ello me parece un error considerable.

[Wed Jan 22 20:47:51 CST 2003]

Leo en la revista Time que Mel Gibson está dirigiendo una película sobre la crucifixión de Jesucristo. Lo más interesante del asunto es que los diálogos están en su lengua original, es decir, en latín y arameo, y Gibson pretende que cuando se estrene en las salas de cine no se incluyan subtítulos. Ya veremos hasta qué punto se puede salir con la suya, pero teniendo en cuenta que él no solamente es el director, sino también el productor del largometraje, es muy probable que consiga imponer sus condiciones al distribuidor. En cualquier caso, e independientemente del producto final, uno debe elogiar el coraje del director norteamericano, especialmente en un mundo tan comercializado como el cinematográfico. La idea es buena, pero no cabe pensar a priori que vaya a contribuir a hacer de la película precisamente un éxito de taquilla.

Mucho más discutible me parece en cambio su posición bastante reaccionaria con respecto al Concilio Vaticano II. En un momento dado, incluso llega a acusarlo de haber "corrompido" a la Iglesia:

"[It] corrupted the institution of the church. Look at the main fruits: dwindling numbers and pedophilia."
Parece que Gibson confunde, como tanta otra gente, el mirar hacia otro lado cuando el abuso sexual sucede con la existencia o no del comportamiento como tal. En este sentido, no iba a ser la primera vez que alguien mira hacia al pasado con un aire nostálgico y pretende hacernos creer que entonces no había violencia, ni corrupción, ni inmoralidad, ni violaciones, ni depravación, ni... como si todo esto se hubiera inventado a partir de los años sesenta.

[Thu Jan 16 21:00:03 CST 2003]

Como de costumbre, cada cual cuenta la pelicula dependiendo de cómo le va en ella. El Presidente Bush ha anunciado hoy mismo un paquete de medidas contra los excesos del sistema legal en los casos de negligencia médica. Pero lo que me parece más curioso no es tanto el contenido de las propuestas como tal, que pueden parecer incluso racionales, sino más bien el hecho de que se hagan a través de legislación federal. Como venía diciendo, parece que los republicanos detestan el excesivo intervencionismo de las autoridades de Washington únicamente cuando no les conviene, pasando en esos momentos a convertirse en defensores a ultranza de los derechos de los estados a legislar en casi todas las materias sin intervención del gobierno central. Eso sí, cuando se trata de empujar legislación que les conviene, no le hacen ascos a "legislar desde Washington" sin tener en cuenta lo que puedan pensar los estados. De acuerdo a la legislación actual, son precisamente los estados quienes deciden cómo actuar en los casos de negligencia médica.

[Mon Jan 13 18:40:30 CST 2003]

El Consejo de Ministros español está a punto de aprobar una reforma del Código Penal que incluye algunas modificaciones interesantesd, unas que pueden considerarse más conservadoras y otras más progresistas. Por ejemplo, entre las medidas que pudieran considerarse más conservadoras cabe resaltar la introducción del concepto de "habitualidad", por el cual aquellos individuos que cometan infracciones leves de forma habitual (hasta cuatro faltas) será culpable de delito. Asimismo, se agravan las consecuencias de la reincidencia y se aprueba la deportación de aquellos inmigrantes ilegales que cometan delitos menores, "excepto cuando el juez encuentre motivos suficientes para que permanezcan en nuestro­país, que es a la inversa de lo que ocurre ahora". Sin embargo, y por el otro lado, también se apuesta por la suspensión de pena para los drogodependientes que se muestren dispuestos a someterse a un tratamiento de deshabituación o por definir el delito de "acoso sexual" de una forma más clara.

Como digo, la reforma propuesta por el Gobierno parece contener elementos conservadores y también alguno progresista. No obstante, como era de esperar de un Gobierno del PP, se trata sin lugar a dudas de una propuesta más bien de cariz conservador. No obstante, creo que se trata de una reforma que merece la pena discutirse sin dogmatismos. En este sentido, espero que la oposición no lance acusaciones de racismo simplemente porque desde el Gobierno se apunta una cierta conexión entre inmigración ilegal y delincuencia. Lo mismo cabría decir de aquellos elementos que yo mismo he calificado aquí de "conservadores", tal y como el endurecimiento de las penas para los reincidentes. Se trata, al fin y al cabo, de algunas reformas que son más bien de sentido común en algunos aspectos y merecería la pena ver alguna medida de acuerdo entre los dos grandes partidos para llevar a cabo esta reforma. Cabe preguntarse, pese a todo, dónde va a parar el concepto de la reinserción que, por lo que puedo recordar, tiene rango constitucional en España. Me da la impresión de que el Gobierno del PP está afrontando el problema de la delincuencia desde unas posiciones má's bien conservadoras al estilo estadounidense. Es decir, se entiende la prisión como castigo, y no como instrumento de reinserción del criminal. Y, por si fuera poco, el Gobierno también parece concentrar sus medidas de orden público en la represión, sin ni tan siquiera considerar que hay otros elementos a tener en cuenta, como las circunstancias sociales, los fracasos en la política contra la inmigración ilegal, etc. En este sentido, las palabras del Presidente del Gobierno de que "no son pocos los que han venido a delinquir" son una tremenda irresponsabilidad.

[Fri Jan 10 15:34:36 CST 2003]

"El Incendio", del historiador Jorg Friedrich, está arrasando en Alemania, lo cual no deja de preocupar a quienes consideran su tema central una vuelta a tiempos pasados. El libro, que al parecer contiene bastantes aterradoras fotografías, centra su atención en los bombardeos aliados de algunas ciudades alemanas durante la Segunda Guerra Mundial, los cuales acabron con la vida de unos 600.000 civiles y causaon la destrucción casi total de edificios en los centros urbanos de ciudades como Dresde. En apariencia, todo ello es inofensivo y bastante neutral, si no fuera porque los alemanes perdieron la guerra y, quizá debido a ello, no han tenido el derecho a explicar los sucesos arrogándose el papel de vítimas. Así pues, el enorme éxito de ventas de este libro puede apuntar a un cambio de la opinión pública alemana, sobre todo en un momento en el que los EEUU parecen dispuestos a lanzar una intervención militar contra Irak que no cuenta con muchos apoyos en Europa (aún hay quien diría que quizá tampoco cuente con mucho apoyo en los propios EEUU).

Pero lo que me parece más interesante de todo esto es precisamente lo que nos dice acerca de la situación actual. Y es que desde los brutales ataques terroristas del 11 de Septiembre, nos encontramos nuevamente en una situación de guerra al menos soterrada, lo cual vuelve a plantear todo en términos amigo/enemigo y, por consiguiente, no propicia un análisis calmado y racional de los acontecimientos. De hecho, no falta quien acusa al autor de hacer el juego de la "equivalencia moral" entre el Holocausto y el bombardeo de estas ciudades en plena guerra. Por el contrario, mi punto de vista es que lo uno no conduce necesariamente a lo otro. Es perfectamente posible condenar el Holocausto como uno de los mayores crímenes contra la Humanidad que haya existido (aunque, por desgracia, no el único, pues con demasiada frecuencia olvidamos otros crímenes como la esclavitud, las purgas estalinistas o Pol Pot), al tiempo que se puede contar las historias de esos individuios que sucumbieron a los bombardeos aliados en las ciudades alemanas. Al fin y al cabo, ése es precisamente el problema de la guerra: es sucia, por definición, y son muchos los individuos de un bando y otro que acaban perdiendo. Me niego a aceptar las interpretaciones simplistas que se esfuerzan en presentar a un bando (el ganador, por supuesto) como moralmente puro, y al otro bando (el perdedor) como algo casi satánico. Ha llegado el momento de superar fáciles maniqueísmos.

Todo esto me trae a la memoria que durante la caída del Muro de Berlín no faltaban quienes se alegraban de que la era de los totalitarismos estaba llegando a su fin y, a partir de entonces, solamente nos quedaría una triunfante democracia de estilo occidental. Es probable que "El final de la Historia", de Francis Fukuyama, hubiera contribuido a crear ese clima, pero a mi me parece más bien que no fue sino la expresión ensayística de un espíritu que se encontraba por todos lados. Sea como fuere, me da la impresión de que ahora nos damos cuenta de cuán inocentes fuimos a finales de los ochenta, pues volvemos ahora a ver las expresiones no sólo del fanatismo ciego, sino también de unas interpretaciones que tienden a reducir a los seres humanos individuales a meros exponentes de ésta o aquélla grandiosa idea. La realidad es que los individuos que sufrieron en los campos de exterminio nazi eran de carne y hueso, pero del mismo modo también lo eran esos otros individuos que murieron bajo las bombas aliadas en tantas ciudades alemanas. Hasta que nos demos cuenta de que lo importante aquí es el sufrimiento individual de unos seres humanos con nombres y apellidos no habremos adelantado nada. Y en ésas estamos. El círculo se vuelve a cerrar.

[Sun Jan 5 20:17:07 CST 2003]

La Vanguardia publica hoy una entrevista con el Presidente del Gobierno, José María Aznar, donde éste explica claramente la posición oficial española con respecto al conflicto con Irak:

"Cualquier situación en este momento en el mundo hay que afrontarla desde el punto de vista de las amenazas a la paz y a la seguridad, provenientes de dos elementos: del terrorismo y de la posesión de armas. Y la mayor amenaza de todas es la posible vinculación del terrorismo con las armas de destrucción masiva. Es decir, que grupos terroristas puedan llegar a disponer de ese armamento. Ésa es la mayor amenaza. Y no es una fantasía, sino una realidad sobre la que hay que trabajar. A partir de ese momento, nos movemos, en relación con Iraq, en el marco de las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y, en concreto, la resolución 1.441. Iraq ha incumplido sistemáticamente las resoluciones del Consejo de Seguridad. (...) La obligación del Consejo de Seguridad es no dejar abiertos espacios de impunidad."

Por lo que hace a las relaciones con los EEUU y, más en concreto, a las acusaciones que de cuando en cuando nos lanzan los aliados estadounidenses de falta de apoyo, Aznar tampoco se anda con contemplaciones:

"Me parece absolutamente injusto acusar a EE.UU. de unilateralismo y al mismo tiempo no estar dispuestos a asumir responsabilidades en materia de seguridad. Es contradictorio. Los europeos tenemos que estar dispuestos a asumir responsabilidades en materia de seguridad. Y eso significa debatir dónde pueden estar nuestras amenazas, dónde pueden estar amenazados nuestros intereses y dónde defendemos nuestro modelo de vida, nuestro modelo de civilización, nuestra democracia, nuestras libertades... En gran medida, el 11 de septiembre viene por no querer darse cuenta de eso. Y eso es lo que tenemos que evitar. Soy partidario de que los europeos asumamos más responsabilidades en materia de seguridad y soy más partidario de una estrecha relación entre EE.UU. y la UE. Es absolutamente fundamental para la estabilidad, la paz y la seguridad del mundo. No participo por lo tanto de los cánticos antiyanquis. Me parecen a estas alturas sencillamente una chiquillada. Y tampoco participo de lo que significan estas actitudes de mirar hacia otro lado, en el sentido de no querer asumir ninguna responsabilidad. Tenemos que asumir responsabilidades y tenemos que asumirlas con EE.UU."

A partir de ahí, Aznar aboga por una política exterior y de seguridad común europea que, no obstante, se coordine armónicamente con las políticas de nuestro aliado estadounidense. En este sentido, advierte que "de una ruptura o una mala relación entre Europa y EEUU tiene mucho más que perder Europa, entre otras cosas porque no es capaz de garantizar por sí misma su seguridad mientras que EEUU sí". Todo ello me parece acertado, aunque se trate de duras palabras que en general son tratadas con sorna al otro lado del Atlántico. La UE sólo podrá ser tomada en serio el día que ella se tome en serio a sí misma, y esto sólo puede suceder cuando los europeos estén dispuestos a elaborar una política exterior y de seguridad común, junto con una definición de cuáles son los valores europeos que consideramos fundamentales y que estamos dispuestos a defender. Mientras eso no suceda, EEUU nos tratará como a un chiquillo descarriado, y hará bien en tratarnos de esa manera, puesto que nuestra inmadurez no puede provocar otra respuesta.

Finalmente, y por lo que hace a la política española, Aznar se manifiesta claramente opuesto a cualquier reforma del Estatuto catalán (como una mayor&ía del Parlament solicitó recientemennte), así como a las propuestas soberanistas del lehendakari Ibarretxe. Yo no puedo decir que tenga muy claro qué pensar acerca del tema, pues no lo he seguido muy de cerca durante años. Sin embargo, sí he de decir que la actitud general del Presidente, en favor de la estabilidad institucional, el respeto a la Constitución y exigiendo posiciones concretas cuando se habla de reforma me parece bastante acertada en líneas generales.

[Fri Jan 3 19:00:56 CST 2003]

Hasta hace tan sólo un par de meses, creí acertado criticar a la Administración Bush por lo que me parecía una falta general de propuestas y liderazgo político. Durante los primeros dos años de su presidencia, George W. Bush no hizo sino actuar a la defensiva y reaccionar a los acontecimientos. En ningún lugar se hizo más claro que en el campo de la lucha contra el terrorismo, donde la Administración se ha limitado a parchear aquí y allá sin dejar claro cuál es su estrategia. Todos tenemos claro que el Presidente Bush encuentra el terrorismo repulsivo, pero la verdad es que tampoco se trata de una afirmación revolucionaria. Al fin y al cabo, ¿quién no piensa que el terrorismo es repulsivo, salvo los propios terroristas y un puñado de iluminados? Para colmo, y hasta el día de hoy, todavía tenemos que oír una política seria y exhaustiva para hacer frente a la amenaza del terrorismo fundamentalista, pues de momento únicamente hemos oído declaraciones de principios y machadas. Ahora queda la parte más dura: explicar cómo se va a hacer frente a las causas últimas del fenómeno terrorista, qué tipo de coalición se va a construir a nivel internacional para luchar contra él, qué se va a hacer para solucionar el conflicto palestino-israelí o cómo se piensa disminuir la tensión entre Occidente y el Islam.

No obstante, también hemos de reconocer que con la reciente victoria en las elecciones parciales de noviembre, da la impresión de que la Administración Bush está recobrando cierto ímpetu. De entrada, el Presidente Bush parece dispuesto a afrontar la necesaria reforma del sistema de Medicare. Pero también ha habido propuestas para estimular la economía y construir el Sistema Estratégico de Defensa, también conocido popularmente como "guerra de las galaxias". Así pues, se trata ya de medidas y políticas concretas que nos pueden parecer bien o mal, pero al menos puede decirse que George W. Bush está comenzando a proponer medidas, en lugar de limitarse a reaccionar. Ya era hora.