Leemos hoy en Diario de Sevilla que los sevillanos pagarán hasta un 18% más por el consumo de agua desde esta primavera. Luego, echando un vistazo más allá del titular, descubrimos que el Gobierno local, del PP, sacó la propuesta adelante gracias a la abstención del PSOE en un "ejercicio de responsabilidad". Más adelante, leemos que la concejal socialista justificó la abstención explicando que "el cambio climático no entiende de municipios", así como el hecho de que "Emasesa es metropolitana" y "debemos ser solidarios". Pero lo que más me llamó la atención a mí fue el hecho de que, a cambio, el Gobierno local del PP se ha comprometido a no subir las tasas de la recogida de basuras. En otras palabras, que PP y PSOE dialogan, negocian y llegan a acuerdos. No me cabe duda alguna de que la medida como tal es dura y difícil de tomar. Seguro que tanto unos como otros, PP como PSOE, preferirían no tomarla. Pero mucho me temo que, dadas las circunstancias, no queda otro remedio que hacerlo. La sequía está haciendo estragos, hay que reducir el consumo de agua y, además, cualquier medida paliativa que se lleve a cabo desde la Junta de Andalucía o desde el Ayuntamiento va a tener un coste económico que hay que financiar. Pero algo que me gustaría resaltar, una vez más, es el hecho de que PP y PSOE son capaces de dialogar y llegar a acuerdos. Es algo que, sin ir más lejos, hace tiempo que no se ve en los EEUU, donde resido. Y esto me lleva a reflexionar sobre si acaso el bipartidismo puro que se aplica aquí en los EEUU no contribuye a dificultar acuerdos de ese tipo, mientras que el pluripartidismo en realidad los fomenta. Después de todo, aunque tanto PP como PSOE han de preocuparse de la presión que puedan ejercer otros partidos en sus flancos, también han de diferenciarse de ellos y no se me ocurre mejor manera que resaltando su capacidad de dialogar y llegar a acuerdos. {enlace a esta entrada}

Lo siento mucho porque, cuando he estado activamente involucrado en la política española, ha sido principalmente como militante del PSOE, salvo unos años en mi juventud en los que milité en Los Verdes. Pero la verdad es que la situación en estos momentos está pasada de rosca. Entiendo que la presión por parte de la derecha es bien fuerte (y, cuidado, perfectamente legítima). Pero es que, aparte de todo eso, no puedo evitar el reconocer que da la impresión de que Pedro Sánchez es capaz de cualquier cosa por mantenerse en el poder y me duele que sea precisamente el PSOE el que esté apoyando todo esto. Hoy leemos en la prensa que la ley de amnistía fue rechazada en el Congreso con los votos en contra de Junts y, al mismo tiempo, Bildu advierte que la legislatura durará en tanto que el Gobierno "responda" a las exigencias de los independentistas mientras Junts proclama que el PSOE incumplirá el pacto si no acepta todos los términos suyos en cuanto a la amnistía. Cómo estará la cosa que hasta ERC está demostrando un comportamiento mucho más maduro y responsable. Leyendo todo esto, ¿de verdad que alguien puede sorprenderse por la oposición frontal de la derecha? Cuesta ver un Gobierno sometido a este tipo de presiones como algo medianamente estable. Peor aún, parece razonable ver a este Gobierno como prisionero constante de las exigencias de los independentistas. {enlace a esta entrada}

El asunto éste de la amnistía a los independentistas catalanes haciendo ya tiempo que se está yendo de las manos. Creo que ya escribí en su momento que no me gusta nada el hecho de que Pedro Sánchez y el PSOE cambiaran convenientemente de opinión sobre el asunto cuando necesitaron el voto de Junts y ERC para la investidura. Vuelvo a repetir: el problema, para mí, no es tanto la amnistía como tal, sobre la que no he investigado lo suficiente como para tener una opinión bien fundada, como el hecho incontrovertible de que se ha propuesto no tanto como solución al problema catalán (¡parece mentira que aún andemos con este problema más de un siglo después!) como, en realidad, seamos honestos, como forma de salir elegido Presidente del Gobierno. Me parece todo, la verdad, excesivamente táctico y cortoplacista. Pero, si ya tengo mis dudas sobre la constitucionalidad de una amnistía clarísimamente sacada de la manga por unas razones tan superficiales, ahora que se quiere incluir una enmienda a la ley para excluir delitos de terrorismo "solo cuando haya violaciones de derechos humanos", la medida me parece incluso más discutible. Distinguimos ahora, según parece, entre terrorismo que atenta contra los derechos humanos y terrorismo que no lo hace (?!). No sé, ¿a lo mejor es que se ha usado el término "terrorismo" para algo que no lo es? O, si lo es, ¿entonces no convendría seguir tratándolo como tal, en lugar de incluir excepciones a través de enmiendas de última hora? En fin, que no me extrañan del todo las palabras de Emiliano García-Page, Presidente de Castilla-La Mancha, afirmando que el PSOE se encuentra prácticamente "en el extrarradio de la Constitución, a punto de pisar la frontera constitucional". Es duro ver que, en cuestión de unos cuantos años, estemos destruyendo décadas de un consenso que ha traído el periodo continuado de estabilidad política más largo de nuestra historia más reciente. Y ya digo, mi problema principal no es siquiera con las medidas, sobre las que no he reflexionado lo suficiente, sino sobre las razones por las que se están tomando. {enlace a esta entrada}