[Wed Sep 28 09:13:41 CDT 2011]

Hace ya un par de semanas que no he podido escribir nada por aquí porque me acabo de mudar de vuelta a los EEUU. Espero poder retomar las reflexiones en estas páginas bien pronto. {enlace a esta historia}

[Sat Sep 10 10:28:49 CEST 2011]

El País publica hoy un artículo sobre el Congreso Europeo de Cultura que se celebra en Wroclaw (Polonia) y del que destaca la siguiente historia que se nos relata hacia el final del artículo:

A mediados del siglo XIII, los invasores mongoles llegaron a la ciudad, la destruyeron y la saquearon, aunque no pudieron ocupar el castillo. Recientemente, explicó [el Alcalde de Wroclaw durante un discurso], el embajador de Mongolia en Polonia visitó Wroclaw y en un acto oficial escuchó el relato de aquel bárbaro episodio. Cuando tomó la palabra, en lugar de ofenderse, dijo: "¿Qué importa quién ganó y quién perdió? Lo importante es que fue entonces cuando nos conocimos por primera vez".

Seguro que no falta quien acuse al embajador de hipocresía o, cuando menos, de emplear un doble rasero moral. Sin embargo, me parece que tiene toda la razón del mundo. ¡Ya está bien de mirar al pasado y rebuscar trapos sucios con los que satisfacer nuestras ansias de victimismo! La Historia tiene su parte de influencia en el presente, sin duda, pero de ahí a presentarnos una realidad fatalista y sin opciones media mucho. Lo cierto es que en el pasado, guste o no, el "contacto cultural" más o menos permanente casi siempre se produjo en forma de conquista militar. Hubo intercambios comerciales, por supuesto, pero bien limitados en cantidad y calidad. La realidad era que las culturas trababan conocimiento de los demás manu militari y de nada vale a estas alturas lamentarse de ello y soñar con un mundo distinto. Lo que sí podemos hacer, por otro lado, como bien afirmaba el embajador de la anécdota, es reconocer que ahí fue donde nos conocimos por primera vez y construir un intercambio mucho más respetuoso y fructífero. Y esto se aplica, tanto a nuestra relación con los países hermanos de Latinoamérica como, sobre todo, a las relaciones entre las distintas naciones dentro de nuestro propio país. {enlace a esta historia}

[Wed Sep 7 18:08:00 CEST 2011]

Leo en The Guardian que según un estudio, leer ficción mejora la empatía (artículo en inglés). No me extraña nada, la verdad. Cada vez que he conocido a una persona que destacara precisamente por su falta de empatía y compasión, cuando le he preguntado por su preferencia en cuanto a lecturas, resulta que siempre leía única y exclusivamente ensayo. Imagino que habrá excepciones, por supuesto, pero, como digo, esa ha sido mi experiencia personal.

En cualquier caso, ahí van algunos comentarios extraídos del artículo:

"I think the reason fiction but not non-fiction has the effect of improving empathy is because fiction is because fiction is primarily about selves interacting with other selves in the social world," said Oatley [Keith Oatley, a professor in the department of human development and applied psychology at the University of Toronto and a published novelist himself]. "The subject matter of fiction is constantly about why she did this, or if that's the case what should he do now, and so on. With fiction we enter into a world in which this way of thinking predominates. We can think about it in terms of the psychological concept of expertise. If I read fiction, this kind of social thinking is what I get better at. If I read genetics or astronomy, I get more expert at genetics or astronomy. In fiction, also, we are able to understand characters' actions from their interior point of view, by entering into their situations and minds, rather than the more exterior view of them that we usually have. And it turns out that psychologically there is a big difference between these two points of view. We usually take the exterior view of others, but that's too limited."

The findings could, Oatley believe, have significant implications, particularly in a climate where arts funding is under threat. "It is the first empirical finding, so far as I know, to show a clear psychological effect of reading fiction,", he said. "It's a result that shows that reading fiction improves understanding of others, and this has a very basic importance in society, not just in the general way making the world a better place by improving interpersonal understanding, but in specific area such as politics, business, and education. In an era when high-school and university subjects are evaluated economically, our results do have economic implications."

No voy a entrar en esas últimas afirmaciones, en las que el catedrático, obviamente, parece barrer para casa, como suele decirse. A mí los resultados de este estudio me parecen de lo más lógico y normal. Las historias que nos contamos los unos a los otros (ya sea en forma de leyendas, cuentos, narraciones al calor de la fogata o, en tiempos más recientes, como novela publicada en forma de libro) siempre han servido esa función, creo. Nos han unido como tribu, han contribuido a consolidar el sentimiento de comunidad y han permitido que seamos capaces de ponernos en el lugar del otro. En eso consiste la ficción. Nos hace salirnos de nuestra propia piel e identificarnos con un carácter que, en ocasiones, bien poco tiene que ver con nosotros. El cine, en realidad, sirve un propósito bastante similar. De ahí que apene un poco observar la rutina con la que los estudios de producción estrenan largometrajes que parecen clonados los unos de los otros, pues eso no hace sino empobrecer nuestra experiencia como espectadores. Ese es, precisamente, el argumento de mayor peso que se me ocurre contra la monotonía del producto cultural entendido como mero objeto de consumo, sin mayores aspiraciones que el intercambio económico.

Por otro lado, nada de esto cambia mi opinión, que mantengo desde hace ya muchos años, de que lo acertado suele ser el punto medio. Así, en este caso, el reto está en mantener el equilibrio entre la lectura de ficción (que, como vemos, contribuye a desarrollar nuestro espíritu y nuestro sentido de la compasión) y el ensayo (que desarrolla nuestra inteligencia y nuestro conocimiento racional). Se trata, evidentemente, de un equilibro que no es nada fácil de mantener, pero sí que merece la pena que nos esforcemos en ello, creo. {enlace a esta historia}

[Mon Sep 5 17:28:20 CEST 2011]

¿Qué aficionado a la literatura no conoce las míticas libretas o cuadernos de Moleskine? Pues bien, me acabo de encontrar un maravillos sitio web donde la gente sube imágenes de las distintas ilustraciones que les da por hacer en sus moleskines. Algunas imágenes son auténticamente deliciosas. Ahí van un par de ellas para ilustrar esta entrada.

Y, ¿qué decir de esta otra, que recuerda un poco a los grabados de Escher?

{enlace a esta historia}