[Sun Jun 22 10:20:05 CDT 2008]

El País publica hoy un reportaje sobre la ola conservadora que se extiende por Europa que me parece interesante.

En muy pocos días han coincidido dos proyectos que amenazan con hacer añicos el sueño europeo: la directiva para que la jornada laboral máxima pase de 48 a 60 horas —y excepcionalmente, incluso a 78— y la que combate la inmigración ilegal con una dureza que hasta hace poco se asociaba a la extrema derecha. El contraste con el pasado reciente es sangrante: hace 10 años, el debate sobre la jornada laboral lo lideraba Francia con su propuesta de 35 horas. Y toda la Unión aislaba a Austria por abrir la puerta del Gobierno a un partido que se ensañaba con los inmigrantes.

La primera idea que se me viene a la cabeza es cómo, una vez más, las tendencias sociales y políticas que vemos en el mundo anglosajón o en el Norte de Europa acaban por extenderse hacia el resto del continente. La ola neoliberal surgió hace ya tiempo en Gran Bretaña y EEUU, extendiéndose después incluso a los países escandinavos, donde los años ochenta y noventa vieron a la alternativa liberal-conservadora cobrar un vigor inusitado. A estas alturas, incluso la socialdemocracia ha tenido que adaptarse a las nuevas circunstancias, bien adoptando una Tercera Vía blairista que consiste fundamentalmente en aceptar los elementos principales del credo neoliberal barnizándolos con algunas políticas sociales y un Estado todavía activo en lo que respecta a los servicios públicos (Blair y Brown en el Reino Unido, Schroeder an Alemania, Sócrates en Portugal, etc.) o bien, en lo que a mí me parece una estrategia mucho más sugerente, asimilando algunos de los elementos positivos del neoliberalismo dentro de los parámetros de las políticas socialdemócratas de bienestar recurriendo a propuestas innovadoras y creativas como la flexiseguridad (fundamentalmente, los países escandinavos). El socialismo español ya consiguió moderarse bastante gracias al liderazgo de Felipe González en los años ochenta, y todo parece indicar ahora que Zapatero prefiere seguir el modelo escandinavo antes que el de Blair. Queda por ver hasta qué punto es posible llevar a cabo estas políticas en nuestro país con ciertas garantías de éxito, sobre todo teniendo en cuenta que asumen la existencia de un sólido entramado de políticas sociales de las que hasta el momento carecemos en España. Además, por si ello fuera poco, el modelo escandinavo no funcionaría adecuadamente si no fuera por la presencia de un magnífico sistema educativo que viene a garantizar la igualdad de oportunidades, así como la mentalidad flexible y abierta necesaria para competir en la sociedad de la información. En España se han hecho esfuerzos, pero cuesta trabajo creer que hayan tenido sus frutos.

Pero hay otro aspecto de la noticia que comentamos que me parece igualmente importante, sobre todo a la vista de los resultados del reciente referéndum irlandés. Se trata en este caso del análisis que hace Alejandro Cercas, ponente socialista en la directiva de la jornada laboral:

En opinión de Cercas, la clave es que las decisiones importantes se toman en los consejos intergubernamentales, donde la mayoría de derechas es abrumadora. Cree que muchos Ejecutivos utilizan estos consejos para impulsar normas que temen llevar a sus Parlamentos nacionales por la erosión que podrían implicar. "La UE se está utilizando como mecanismo para dar legitimidad a las políticas nacionales", recalca Sergio Carrera, del Centro de Estudios Políticos Europeos, con sede en Bruselas.

Se trata del archiconocido déficit democrático europeo. Teniendo en cuenta que muchos gobiernos de la UE están aprovechando la opacidad de las instituciones europeas para forzar la aprobación de políticas impopulares que no serían aceptadas en sus respectivos parlamentos nacionales, tiene poco de extraño que se den reacciones como las de los referendos de Irlanda, o antes las de Francia y Holanda. Los ciudadanos no están manifestando opiniones euroescépticas (al menos en el sentido de oponerse necesariamente al proyecto de integración europeo como tal) ni tampoco liberando tendencias egotistas como algunos acaban de acusar a los irlandeses que han rechazado el Tratado de Lisboa, sino que se plantean más bien hasta qué punto es conveniente poner en pie un monstruo de cien cabezas que queda fuera del control democrático a través de las urnas. El ejemplo de la nueva directiva de jornada laboral es paradigmático en este sentido. ¿Dónde se ha debatido? ¿Qué órgano elegido democráticamente por los ciudadanos ha tenido voz y voto al respecto (y, lo que es más importante, con derecho a veto sobre la medida)? Ahí está la raíz del problema. {enlace a esta historia}

[Sat Jun 21 09:08:10 CDT 2008]

Time ha publicado recientemente un artículo sobre la nueva fundación que acaba de lanzar Tony Blair, la Tony Blair Faith Foundation y me llamó la atención una frase de Ruth Turner, colaboradora del Primer Ministro durante sus años en Downing Street:

You can't make the world work properly unless you understand that, while not everyone will believe in God or have a spiritual life, a lot of people will.

Me parece curioso que tantos creyentes asuman que la vida espiritual no es posible sin fe. Después de todo, ¿en qué consiste la vida espiritual? Si la definimos de tal forma que se convierte en sinónimo de fe, parece evidente que se trata de un término innecesario. Por otro lado, si la definimos como la expresión de un interés que transciende lo puramente material, no veo porqué no pueda aplicarse a muchas otras esferas que nada tienen que ver con lo religioso. En definitiva, este parece ser un buen ejemplo de cierta arrogancia, demasiado extendida entre los creyentes en el mundo anglosajón, según la cual no es posible ser agnóstico o ateo y tener una enriquecedora vida espiritual. No es la primera vez que uno de mis amigos estadounidenses me pregunta sobre el tema, expresando su convicción de que cualquier manifestación de lo espiritual debe ir siempre acompañada de alguna forma de fe en lo divino, como si agnósticos y ateos vieran limitadas sus vidas al disfrute (o sufrimiento) de lo material. La llamada vida espiritual, al fin y al cabo, no consiste sino en el esfuerzo por cultivar las ideas y sentimientos, lo que está más allá de nuestra propia individualidad —esto es, lo que nos transciende— y crea lazos de unión con el prójimo, y esto puede hacerse igualmente desde convicciones religiosas o humanistas.

No obstante, hay un punto del artículo que bien merece nuestra reflexión:

Blair has enough old-fashioned British reserve to have his doubts about the way religion is used in the American public square. Whenever Blair was on a foreign trip, says a close aide, his staff had to find him a church in which to worship each Sunday —and then try to make sure that the press didn't learn of it. By contrast, says his aide, "Bush and Clinton are always photographed coming out of church holding a Bible". But at the same time, Blair insists that Europeans need to understand the importance faith has in American life —and recognize that in its all-pervasive secularism, it is Western Europe, not the US, that is out of step with much of the rest of the world. "Europe", says Blair, "is more exceptional than sometimes it likes to think of itself".

No merece la pena detenerse a ver quién pueda estar adoptando la posición más acertada respecto a este tema, si los europeos con su tradición secularista o los estadounidenses con su herencia religiosa, pero sí que me parece interesante tener bien presente la afirmación de Blair: debido a nuestro laicismo en ocasiones excesivamente militante, los europeos no estamos en condiciones de entender bien la naturaleza de un mundo donde las diversas religiones monoteístas han entrado en colisión. Y, como todos sabemos, sin conocer las causas de un problema, es bien difícil proponer soluciones. Por tanto, urge sentar las bases de un diálogo inter-cultural que favorezca la convivencia en una sociedad globalizada como la que estamos construyendo. Si alguna crítica cabe hacer a las diversas propuestas de diálogo inter-religioso que se nos hacen desde el mundo anglosajón es precisamente la contraria que puede hacerse a las ideas que provienen de la Europa continental: si éstas pretenden ignorar una realidad tan importante para miles de millones de personas como es la fe, aquéllas se empeñan en limitar el diálogo solamente a las principales religiones del mundo, como si la alternativa secular o laica no existiera. {enlace a esta historia}

[Mon Jun 16 13:55:18 CDT 2008]

Ayer llegamos a Minnesota, donde pasaremos el verano. Es posible que no pueda actualizar esta bitácora con la misma asiduidad que en el pasado, sobre todo cuando viajemos al Norte del Estado, donde mi suegro tiene una casa de retiro junto a un lago preciosa pero sin conexión a la Red. {enlace a esta historia}

[Wed Jun 11 15:23:40 CEST 2008]

Un buen amigo me ha pasado las notas que algún miembro de la audiencia tomó durante la charla que diera Antonio Muñoz Molina durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara titulada Decálogo del buen lector. La conferencia no tiene desperdicio, la verdad. Queden aquí reflejados los diez puntos:

  1. Se aprende a leer antes de leer.
  2. El buen lector empieza a leer muy pronto.
  3. El buen lector ama, no solamente los libros sino todos los demás vehículos de la cultura.
  4. El buen lector no sólo ama la literatura y la literatura de ficción, también ama los libros de historia, ama los libros de explicación de naturaleza, de ciencias naturales, el bueno lector también ama los mapamundis.
  5. El buen lector es alguien que es capaz de estar solo porque únicamente en soledad se puede leer.
  6. La lectura nos acerca a la naturaleza humana en todas sus variantes.
  7. El buen lector busca a otros lectores, hace comunidad.
  8. El buen lector ama las librerías independientes.
  9. Para que surjan buenos lectores, el sistema debe ayudar, no surgen de la nada, aunque pueden surgir en cualquier lugar.

Al parecer, según nos cuenta el autor del artículo, faltó un punto del decálogo, supongo que por falta de tiempo. Por cierto, que Muñoz Molina dijo algo con respecto al punto tercero que me parece de suma importancia:

La televisión no es enemiga (...), ni el cine, ni el videojuego son enemigos de la lectura, lo que es enemigo de la lectura es la ignorancia.

¡Exacto! Ya está bien de despotricar contra la televisión, el cine y los videojuegos (en general, todo lo que esté relacionado con el mundo de la imagen, supuestamente en contradicción con el universo de las letras). Estoy convencido de que si potenciamos el amor por el saber entre los más jóvenes y, sobre todo, si nos ven leer a nosotros, ellos también adquirirán tarde o temprano el mismo gusto por la lectura. Ya he escrito esto mismo en otros lugares de esta misma bitácora, pero me parece importantísimo darse cuenta de que las nuevas tecnologías y la Red están basadas, de hecho, en el texto, por más que haya gente que quiera contraponerlas al mundo de las letras, como si estuvieran en contradicción. No acierto a ver a ningún iletrado semi-analfabeto siendo capaz de moverse como pez en el agua dentro del mundo de las nuevas tecnologías. {enlace a esta historia}

[Wed Jun 11 11:14:28 CEST 2008]

Siempre he admirado a aquellas personas que tienen la capacidad de evitar el dogmatismo, los caminos trillados y el conformismo con lo establecido, prefiriendo en su lugar la experimentación y lo nuevo sin el temor a lo desconocido. Pues bien, en este sentido me ha gustado mucho la entrevista con Enrique Morente del diario Público. En especial, me parecen dignas de encomio las siguientes palabras:

— En la última canción del disco, hay música electrónica. ¿Cómo surgió?
— Fue por Maxi Ruiz, del Primavera Sound, que tiene un grupo que se llama Ruizpantaleón. Me pidió una colaboración en su trabajo y le dije que sí, pero que partíamos la colaboración como un bocadillo de calamares, fifty-fifty. El arreglo que hay de fonod es el mismo en su disco y en el mío.
— ¿Se ve profundizando en esta línea electrónica?
— Joder, me da miedo porque la electrónica me gusta cada día más. La máquina te quita una cantidad de problemas... Te quita la esclavitud del dominio de un instrumento, te ofrece sonidos maravillosos, te permite hacer volar la imaginación de una manera extraordinaria
.
— ¿Sería capaz de firmar un disco entero de electrónica?
— Sí, sí, claro. Me da un poco de miedo; pero como siga así, me voy a dedicar al cante flamenco electrónico.

(...)

— Son muy interesantes los experimentos que ha hecho con Sonic Youth o Llorenç Barber, ¿pero no son experiencias algo fugaces?
— Me gustaría hacer trabajos más profundos, intensos y largos, como he hecho con otros músicos. En todo caso, simbolizan lo que se puede hacer en el futuro.

En un mundo donde los intereses comerciales representan tanto, hace falta tener coraje para plantearse las cosas de ese modo. {enlace a esta historia}

[Tue Jun 10 11:21:33 CEST 2008]

El País publica hoy un artículo de Patxo Unzueta titulado Tregua futbolística nacional que me llamó la atención no tanto por su contenido general como por una anécdota que se menciona casi de pasada:

Hace 50 años, desde Suecia 1958, que la televisión está presente en las fases finales de los torneos internacionales, aunque aquí sólo llegó para el Mundial de Chile, en 1962. Dos años después, el 21 de junio de 1964, millones de españoles pudieron ver en directo la victoria de España sobre la URSS en la segunda edición de la Copa de Europa de Naciones. En la primera, España se retiró por orden de la autoridad cuando le correspondió dosputar los cuartos de final con la URSS. Los pasaportes de entonces llevaban impresa una leyenda que autorizaba a viajar a todo el mundo "excepto Rusia y país satélites". La Federación española propuso jugar la eliminatoria a un partido en campo neutral, lo que fue rechazado por la UEFA. En la segunda edición, cuya fase final se jugaba en España, no hubo ese problema, pero queda para los anales el hecho de que la Guardia Civil detuvo y metió en el calabozo a un joven andaluz que jaleó ostentosamente, en el bar del pueblo, el gol con el que Kushainov emaptó para la URSS el de Pereda que adelantaba a España. Luego resolvió Marcelino.

¡Qué tiempos aquellos! ¡Detenido por jalear el gol de la selección soviética! Y de eso tan sólo hace poco más de cuarenta años, que en términos históricos no es casi nada, pero que en este caso pone ciertamente en perspectiva los cambios tan profundos que ha vivido nuestra sociedad a partir de la transición a la democracia. {enlace a esta historia}

[Mon Jun 9 13:06:22 CEST 2008]

Nunca me ha gustado la actitud de quien, decidido a militar en un partido político, desiste automáticamente de usar su propia capacidad de raciocinio y se convierte en forofo de unas siglas. Por desgracia, hay un exceso de militantes de este tipo. Son quienes, por más que repitan la fórmula mágica del "estamos en esto para servir a los ciudadanos", se ven venir a la legua. En definitiva, quienes pretenden vivir de la política y no para la política. Digo esto porque quien me conoce sabe que no puede esperar de mí apoyos incondicionales al partido en que milito (el PSOE), ni tampoco críticas exageradas y constantes a los otros partidos. En este caso, y a pesar de todas las diferencias ideológicas que me separan de ellos, no me queda más remedio que congratular a los dirigentes de ERC por llevar adelante unas elecciones auténticamente transparentes y democráticas para permitir que sus afiliados puedan elegir al Presidente y al Secretario General del partido. Es la primera vez, que yo sepa, que un partido político con representación parlamentaria permite que todos y cada uno de sus afiliados elijan a sus cargos dirigentes mediante el sufragio directo, introduciendo su voto en una urna y, además, con el uso de listas abiertas que permite el máximo posible de libertad a la hora de decidirse por los candidatos. ¡Chapeau! A ver si la idea se extiende a los otros partidos. {enlace a esta historia}

[Wed Jun 4 08:29:29 CEST 2008]

La viñeta de El Roto publicada hoy en El País refleja bien, hasta cierto punto, la naturaleza última de las disputas internas en nuestros partidos:

No obstante, hay que andarse con sumo cuidado en estos asuntos para no caer en el cinismo pasivo ni en el populismo fascistizante. De ahí, precisamente, que diga que la viñeta refleja la realidad únicamente hasta cierto punto. Me explico. En primer lugar, estas disputas internas dentro de los partidos políticos distan mucho de ser algo estrictamente español, como a menudo se nos da a entender. De hecho, ayer mismo finalizaron las primarias del Partido Demócrata estadounidense, en la que se enfrentaron Barack Obama y Hillary Clinton por motivos no precisamente ideológicos, al menos no fundamentalmente ideológicos. Otro tanto cabría decir de las disputas internas en el seno del socialismo francés o de la derecha del mismo país antes de que se impusieran Royal y Sarkozy, respectivamente (la primera, por cierto, vio su liderazgo en disputa en cuanto perdió las elecciones presidenciales. una vez más no precisamente por motivos ideológicos). ¿Y qué decir de los tiras y aflojas entre Blair y Brown dentro del Gobierno laborista británico durante tantos años? En fin, que no somos el culo del mundo en este asunto, como a menudo queremos pensar. Pero, segundo, retratar las disputas por el liderazgo de los partidos políticos como debidas a "la bolsa" (de dinero, se supone) cae también en la simplificación (el insulto, incluso) de que los políticos únicamente se mueven por el afán de dinero, lo cual tampoco me parece cierto. Si quienes se dedican a la política únicamente siguieran el enriquecimiento personal, seguramente se hubieran dedicado a cualquier otra cosa. Cuando, lejos del populismo dicharachero, uno se sienta a ver los sueldos que cobran nuestros políticos, queda bien claro que hay otras muchas formas de enriquecerse con más probabilidades de éxito, comenzando por el mundo de los negocios al que más de uno está exiliándose.

¿Qué mueve a nuestros políticos, entonces? ¿Cuál puede ser la razón de que individuos que ideológicamente sean tan similares se enfrenten en un momento determinado? La respuesta debiera ser bien obvia: el poder. La "bolsa" de la que habla El Roto en su viñeta, por tanto, no es tanto una bolsa repleta de oro como llena de poder. Se trata más bien de un cetro, por hablar en términos simbólicos. ¿Y hasta qué punto es eso negativo? Pues, sinceramente, siempre y cuando se anhele el poder porque se quiere hacer algo con él o desde él, no veo porqué haya de ser algo que vaya en detrimento de los ciudadanos. Sí, las disputas políticas no son en la mayoría de los casos sino descarnados enfrentamientos por el poder. Pero, siempre y cuando ello se haga por los motivos correctos (es decir, porque se quiere usar el poder para llevar a cabo un proyecto o se piensa contar con las cualidades personales ideales para imprimir un carácter distinto al ejercicio del poder), no veo problema alguno en que así sea. Es más, los pueblos que más sólidamente han avanzado por la senda de la democracia (EEUU y el Reino Unido, por poner dos ejemplos que vienen a mano) han reconocido todo esto desde el principio, sin engañarse, sin andarse con remilgos ni medias palabras. A lo mejor debiéramos aprender de ellos. {enlace a esta historia}

[Mon Jun 2 14:07:22 CEST 2008]

No hace mucho se le concedía el Premio Ortega y Gasset de Periodismo a la cubana Yoani Sánchez por su bitácora, Generación Y y, como muchos recordarán, no pudo venir a recoger el premio porque las autoridades castristas no le permitieron la salida de la isla (¡oh, Cuba, paraíso de libertades!). Pues bien, hasta hoy no le he echado un somero vistazo a la bitácora en cuestión, donde podemos leer el documento de la Dirección de Inmigración y Extranjería del Ministerio del Interior cubano denegándole el permiso para viajar sin siquiera dignarse a ofrecer razón alguna. Hay que tener mucho valor para defender esto en nombre del socialismo, y aún más para no compararlo con el comportamiento de las autoridades de Franco por estos lares, por poner tan sólo un ejemplo. Supongo que no serán pocos los admiradores del castrismo en el seno de IU que preferirán mirar para otro lado y lanzar un par de gritos contra el imperialismo yanqui, en lugar de reconocer lo que tenemos entre manos: un régimen dictatorial y corrupto interesado únicamente en perpetuarse en el poder. {enlace a esta historia}