Cuaderno de Bitácora |
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[Mon Jun 30 20:01:21 CDT 2003]Hacía mucho tiempo que no seguía el debate sobre el estado de la nación en el Congreso de los Diputados, pero lo que he oído hoy me ha dejado bastante preocupado al tiempo que satisfecho con la salud de la democracia española comparada con la estadounidense, aunque cueste trabajo entenderlo. Me explico. Por un lado, la crispación entre las dos fuerzas políticas principales parece ser casi insoportable. Es algo que no veía al menos desde los escándalos de 1993, cuando el Gobierno socialista de Felipe González estaba demasiado debilitado por sus propios errores y su falta de credibilidad pero se empeñaba en continuar como si nada hubiera sucedido. Los reproches cruzados, las ácidas recriminaciones lanzadas por Zapatero contra Aznar y por Aznar contra Zapatero me han retrotraído a un tiempo que ya creía pasado. Como me limito a observarlo todo desde la distancia de mi residencia en los EEUU, cuesta trabajo comprender las posibles razones de la acritud con que parece desarrollarse el debate político en España durante estos días. Supongo que tendrá algo que ver con el esperpento al que asisten los madrileños estos días en su Parlamento regional, pero también es muy posible que esté relacionado con la división social creada por la posición del Gobierno de Aznar ante la guerra en Irak. Sea como fuere, el caso es que Zapatero ha hecho gala hoy de un estilo que no me gusta nada. Siempre he preferido una oposición responsable, seria, dialogante y constructiva, y siempre he criticado la oposición del ataque personal y la invectiva constante, ya proviniera de las filas del PP al principio de los años noventa o de las filas del PSOE estos días. Por lo que hace a Izquierda Unida, ¿qué voy a contar? Llamazares ha hecho el discurso catastrofista y negativo al que nos tiene acostumbrado desde hace mucho tiempo una coalición que sabe muy bien que nunca tendrá que responder ante los electores con una política de gobierno, al menos en el previsible futuro. Pero si todo esto es lo que me ha disgustado del debate, ¿qué es lo que me ha dejado tan satisfecho con la salud de la democracia española? Pues precisamente lo mismo, precisamente el hecho de que el Presidente del Gobierno español ha tenido que responder en el Parlamento a las críticas más desaforadas de la oposición, y no ha tenido más remedio que soportar los ataques durante horas sin fin delante de las cámaras de televisión. Mientras tanto, el sistema presidencialista estadounidense no estipula ningún tipo de control parlamentario del inquilino de la Casa Blanca, que se ve libre para hacer y deshacer a su gusto sin que nadie le pida explicaciones en un foro de debate donde un líder de la oposición tenga siquiera la posibilidad de esbozar una alternativa de gobierno. Mientras más tiempo llevo viviendo en los EEUU, menos me gusta el sistema político que se gastan por estos lares y más beneficios veo en el sistema parlamentario. ¿Quién lo iba a decir? {enlace a esta historia} [Thu Jun 26 07:26:18 CDT 2003]Leyendo un artículo publicado en The Sidney Morning Herald acerca del cine de arte y ensayo en la ciudad australiana, me encuentro con un dato interesante. Como afirma el autor, la frontera entre este tipo de cine y el cine comercial se ha ido difuminando últimamente, al menos en lo que hace a las productoras. En otras palabras, no se trata ni mucho menos de que las obras como tal comiencen a parecerse, sino más bien que las grandes productoras que antaño se dedicaban a financiar únicamente el típico cine de Hollywood ahora están dispuestas a costear obras minoritarias consideradas de arte y ensayo. Estudios como Sony, Miramax o Fox tienen subsidiarias que se dedican a producir este tipo de largometrajes, cuando hasta hace tan sólo unos años hubieran huido de él como de la peste. ¿Qué ha cambiado? Tal vez el panorama no sea tan negro como queremos verlo en algunas ocasiones. Quizás el número de individuos dispuestos a pagar para ver buen cine ha aumentado, a pesar de todos los pesares. {enlace a esta historia} [Tue Jun 24 15:13:09 CDT 2003]Una vez más salen a relucir el esnobismo y elitismo de quienes se encargan de impartir la enseñanza de literatura en las instituciones educativas. En este caso, se trata del famoso club literario de Oprah Winfrey. Doug George publica un artículo en el Chicago Tribune acerca del relanzamiento del club literatio de Oprah, centrándose esta vez en obras clásicas. Una vez leído, parece bien evidente que el autor no siente mucha simpatía por la diva de la televisión estadounidense, lo cual no es nada sorprendente ni mucho menos. Llevo ya ocho años viviendo en los EEUU, y casi parece que hacer comentarios peyorativos acerca de Oprah Winfrey es el pasaporte para ganarse el favor de las clases bienpensantes del país. Por supuesto que George es capaz de ver cómo la difusión de la literatura clásica puede redundar en beneficio de todos a medio y largo plazo, pero aún así no puede evitar el dejar caer ciertos comentarios.
(Por cierto, que lo mismo le convendría al periodista aprender a escribir con menos puntos y aparte, pero ésa es otra historia). La verdad es que la popularidad de Oprah no parece caer muy bien entre cierta gente, y bien poco importa lo que haga para cambiar los prejuicios acerca de ella. En este sentido, se trata de algo similar a la cruz con la que tiene que cargar Martha Stewart, otra mártir del esnobismo cultural. Lo que estos individuos parecen olvidar es que, al fin y al cabo, estamos hablando de televisión. Siempre ha habido quien se queja del progresivo atontamiento de las masas. No se trata de nada nuevo. Asimismo, todo hay que decirlo, es posible que las sospechas de que las charlas en el programa de Oprah sobre estas obras se limite a conversaciones sobre qué carácter nos parece más simpático o qué historia nos afectó más emocionalmente. Pese a todo, tal y como está el patio en las televisiones de todo el mundo, no me parece que el popularizar las obras de los clásicos y hacer que millones de personas al menos las lean sea nada negativo en absoluto. {enlace a esta historia} [Mon Jun 23 08:57:57 CDT 2003]Por lo que leo, la Bienal de Venecia se ha convertido en un perfecto reflejo de la banalidad de buena parte del arte contemporáneo. Y que conste que las críticas no provienen únicamente de publicaciones conservadoras como The Economist o The Times, sino que incluso The Guardian parece echar de menos un arte más centrado en el impulso puramente estético. Casi se diría que desde que el conceptualismo se adueñó de la escena allá por los años ochenta todo se reduce a un mensaje político. De alguna forma, la intención originaria de las vanguardias de construir un "arte por el arte" como afirmara Ortega y Gasset ha desaparecido en nombre de una supeditación por un lado al vertiginoso e inconstante mundo de la actualidad política y, por el otro, a un comercialismo de lo más facilón. Hay quien se queja de una falta de compromiso en el arte moderno, pero a mi me parece más bien que lo que hay es un exceso de "mensaje" y una falta de estética. Laura Cumming subraya en The Guardian cómo
Entiéndaseme bien, pues. No se trata de negar la relación del arte con su contexto político y social, ni tampoco de censurar el compromiso del artista con su sociedad. Sin embargo, cuando el arte se convierte en mera excusa para lanzar un mensaje sea del tipo que sea... pues, en fin, me da la sensación de que casi desaparece el impulso artístico como tal y se ve suplantado por el mero ensayo político. Por cierto, que The Guardian también ha llevado a cabo un interesante experimento artístico consistente en comprar seis obras de arte contemporáneo y ponerse de acuerdo con los dueños de seis hogares británicos diferentes para que les dejaran colgar las obras en sus paredes durante una semana. Al cabo de ese tiempo, entrevistaron a los individuos para ver qué les pareció la experiencia y la verdad es que puede decirse que el arte contemporáneo no sale tan mal parado como pudiera pensarse. Es cierto, al principio hubo una clara reacción negativa en bastantes de los casos e incluso después de una semana con el cuadro colgado en su salita de estar hay quien aún se muestra algo incómodo con su presencia. Sin embargo, tampoco falta quien descubrió que, después de todo, la obra en cuestión no es tan mala como parecía a simple vista. De hecho, casi puede decirse que la conclusión del experimento es que al contrario que en el caso de las obras clásicas, el arte contemporáneo debe degustarse durante un tiempo para apreciarse. Por supuesto, el problema es que muchos se niegan incluso a dedicar tiempo alguno a una obra que casi siempre deja una mala impresión de entrada. En este sentido, me parece que las palabras de uno de los individuos implicados en el experimento son una clave para la interpretación final: I don't know an awful lot about modern art, but what I've seen I don't like. I like the impressionists, and the old rural painters such as Constable. I like instant recognition - I don't want to have to work it out for too long. Como en el caso de tantos otros campos, éste parece ser el problema real: "reconocimiento instantáneo". En otras palabras: "por favor, no me hagan pensar ni hacer ningún esfuerzo cuando lo único que quiero es decorar la pared de mi salón de estar con un cuadro bonito". Algo que, como ya he señalado en otras ocasiones, es el mal de nuestros días. El ímpetu de la gratificación instantánea está acabando con la poesía, la retórica, el teatro, el cine de arte y ensayo, y cualquier otra cosa que requiera un esfuerzo por parte del espectador. {enlace a esta historia} [Mon Jun 23 08:33:50 CDT 2003]Acabo de toparme con un par de citas sobre la inconsistencia lógica en artículo escrito por William Safire que me parecen dignas de mención. La primera es de Walt Whitman, quien no tiene reparos en reconocer: Very well then I am inconsistent. La segunda cita, mucho más interesante, es de Ralph Waldo Emerson: A foolish consistency is the hobgoblin of little minds... With consistency a great soul has simply nothing to do.{enlace a esta historia} [Fri Jun 20 20:10:48 CDT 2003]Conforme la Unión Europea se acerca a la discusión final del borrador de Constitución también comienza a perfilarse una política común de seguridad y defensa de carácter claramente supranacional. La propuesta presentada por Javier Solana, el señor PESC, consiste en desarrollar una estrategia que favorezca la intervención temprana, rápida y, en caso necesario, contundentede unas fuerzas de acción rápida coordinadas a nivel de la UE. Con ello, no sólo se pone fin a una de las mayores taras de la política de integración europea por lo que hace a la representación de nuestros intereses en el mundo, sino que además se hace defendiendo una doctrina de intervención preventiva como la puesta en práctica en tiempos recientes por la Administración Bush. La diferencia fundamental es que, de acuerdo al borrador de Solana, la UE enmarca esta doctrina de seguridad en un multilateralismo efectivo, reconociendo que el marco fundamental para las relaciones internacionales es la Carta de las Naciones Unidas. En otras palabras, que la UE sostiene la posibilidad de recurrir a la fuerza cuando se tenga que hacer frente a amenazas a la seguridad colectiva, pero siempre dentro del marco multilateral establecido por la ONU y respetando la normativa internacional. No hace falta subrayar la enorme diferencia entre esta posición y la mantenida por los halcones de la Administración Bush, empeñados como están en socavar la legitimidad de las Naciones Unidas e imponer una doctrina unilateralista. Como de costumbre, del dicho al hecho hay mucho trecho, y no sería la primera vez que un documento como éste queda en agua de borrajas y nunca se lleva a la práctica como consecuencia de la falta de decisión y las divisiones internas en la UE. No obstante, todo parece indicar que algo se mueve al otro lado del Atlántico. La expansión de la UE hacia el Este y las disputas con los EEUU a consecuencia de la intervención militar en Irak han relanzado el proceso de integración e identidad europea con un vigor tremendo, y me parece que cabe ser algo optimista respecto a iniciativas como esta. Tras décadas de seguidismo con respecto a los EEUU, pareciera que Europa está comenzando a despertar y lanzar propuestas innnovadoras, arriesgadas y atractivas. Ya de entrada, el propio concepto de una unión de estados independientes para compartir áreas de soberanía como la política monetaria o los asuntos de seguridad y defensa es ya bastante innovador, y no falta quien desde el resto del mundo mira al proyecto de integración europea como un ejemplo a seguir. Si a esto unimos que la moneda única, al menos de momento, ha tenido bastante éxito y comienza a poner en peligro la tradicional hegemonía del dólar en los mercados financieros internacionales, que el modelo de economía social de mercado es más atractivo para las naciones pobres que el capitalismo salvaje estadounidense, y que la actitud europea con respecto al resto del mundo ha sido mucho más dialogante y multilateral durante las décadas más recientes, me parece que tenemos un modelo con muchísimo futuro. {enlace a esta historia} [Wed Jun 18 21:46:48 CDT 2003]El obispo de Phoenix, Thomas J. O'Brien, ha dimitido hoy como consecuencia de un par de escándalos. En primer lugar, hace ya un tiempo que se demostró cómo en diversas ocasiones se le habían presentado informes de sacerdotes sospechosos de estar implicados en escabrosas actividades de abuso sexual de menores, y él se limitó a trasladarlos a otras parroquias y, para más inri, ni siquiera había notificado a los nuevos superiores de las sospechas. Pero la última gota que colmó el vaso llegó este lunes pasado cuando fue detenido bajo la acusación de haber atropellado a un peatón al que abandonó en la calle sin prestar socorro. Como suele suceder en este tipo de asuntos, no faltará quien lo esté usando para lanzar críticas despiadadas contra la Iglesia católica. Me parece, sin embargo, que merece más la pena tomar una actitud algo más positiva y detenerse a reflexionar sobre lo fácil que es para cualquier individuo (incluso los más respetados y quienes más presente tienen la debilidad de la naturaleza humana, como es el caso de los sacerdotes) atentar contra los principios más básicos de la ética. No me voy a parar a ver aquí si el obispo O'Brien pecó de arrogancia al dar lecciones de moral cuando él mismo se ha demostrado incapaz de manejarse en ese terreno, pues nunca le conocí personalmente y no sé si de hecho era demasiado dado a las lecciones moralizantes. Lo que me gustaría destacar, al contrario, es lo frágil de la naturaleza humana y cuán fácil es para cualquiera de nosotros tener este tipo de tropiezos morales. La verdad es que todos saldríamos ganando en un mundo más tolerante, comprensivo y dispuesto a perdonar al prójimo. Y que conste que éstas son palabras de un agnóstico convencido. {enlace a esta historia} [Wed Jun 18 20:51:24 CDT 2003]Continúan los problemas para Tony Blair y George W. Bush. La prensa británica va directamente a la yugular de Blair por supuestamente haber manipulado a la opinión pública con respecto a la existencia de armas químicas y bacteriológicas en Irak, y la oposición conservadora (con la ayuda, todo hay que decirlo, de bastantes laboristas del ala izquierda del Partido) no se arredran en ponerle en apuros durante las sesiones de control del Parlamento. Mientras tanto, aquí en los EEUU también se comienza a percibir cierta desazón entre muchos congresistas que, como en el caso del ex-ministro británico Robin Cook, empiezan a alimentar la sospecha de que la Administración nunca tuvo realmente evidencia de nada sino que más bien se empeño en usar reportes de forma selectiva para justificar una decisión que ya había sido tomada con anterioridad. No obstante, las críticas a la Administración estadounidense son muy tímidas, al menos por el momento, lo cual viene a confirmar mi convicción de que digan lo que digan los norteamericanos el sistema parlamentario de hecho garantiza mayor control del poder ejecutivo que el sistema presidencialista vigente en los EEUU, donde el Presidente no tiene por qué responder semanalmente en el Congreso y delante de toda la nación. Pero ése es un tema para otro día. Al parecer, Hussein Kamel, cuñado de Sadam, que huyó de Irak en 1995 y sería posteriormente asesinado al regresar al país, informó a los servicios de inteligencia estadounidenses que las autoridades iraquíes habían destruido su arsenal químico tras la primera Guerra del Golfo en 1991. Esto, sin embargo, no se hizo público durante el debate previo al inicio de la nueva guerra. Como ya dije con anterioridad, o encuentran las armas o pintan bastos. Yo, de hecho, apoyé la posición de Bush, Blair y Aznar durante el conflicto, así que de momento me siento bastante desengañado. {enlace a esta historia} [Thu Jun 12 15:03:56 CDT 2003]Enlazando perfectamente con lo que escribí hace unos días acerca del libro de Pío Moa, Los mitos de la Guerra Civil, me encuentro en El Cultural con la reseña de un libro sobre el anticlericalismo durante la Segunda República española, Anticlericalismo y libertad de conciencia, escrito por Manuel Álvarez Tardío. Al igual que la obra de Moa, éste otro libro también echa por tierra algunos mitos de la izquierda española. En concreto, deja bien claro cómo el primer anteproyecto de la Constitución republicana de 1931 tenía un contenido claramente liberal, limitándose a declarar un Estado laico, reconocer personalidad jurídica a la Iglesia así como la importancia social de la institución. Sin embargo, cuando las izquierdas ganaron en las elecciones a Cortes Constituyentes de 1931 la naturaleza del borrador cambió por completo, haciendo desaparecer el reconocimiento a la personalidad jurídica de la Iglesia, imponiendo la enseñanza pública estatal en los primeros niveles educativos al tiempo que prohibiendo la enseñanza privada fundamentelmente limitada a las instituciones religiosas, e incluso imposibilitando a la Iglesia que fuera titular de ninguna propiedad. Ni que decir tiene que todo esto puede malamente suponer un buen comienzo para un nuevo régimen político. Para colmo, cuando las derechas ganaron las elecciones de 1933, los socialistas se lanzaron a una alocada carrera para-revolucionaria que no pudo acabar sino en un conflicto civil abierto. La reseña se cierra con un párrafo bastante polémico: No se entiende cómo, si fueron así las cosas, persiste el discurso oficial que nos habla de un golpe de estado fascista dado en 1936 contra un régimen democrático. No había tal. En 1936 hubo un golpe militar contrarrevolucionario; porque se había desencadenado una revolución antidemocrática. Otra cosa es que el general que llevó el gato al agua se quedara con él cuarenta años. Para entender que fuera así, Álvarez Tardío examina el pensamiento político de la éppoca y da la clave: los socialistas de aquel tiempo consideraban la democracia y el liberalismo (y la libertad religiosa) como un sistema caduco, que había que superar por medio de una revolución. Lo malo es que los contrarios pensaban lo mismo. Se evitó una dictadura comunista y se impuso una de derechas. Me recuerda, no obstante, lo que mi propio abuelo materno mantenía al respecto. Se trata, de hecho, de un punto de vista que siempre he oído precisamente de boca de aquellos españoles que vivieron los acontecimientos y no se identificaban claramente con un bando u otro. Las derechas apoyaron un levantamiento militar que pretendía implantar un régimen autoritario, eso es cierto. Pero tampoco es menos cierto que las izquierdas pretendían llevar a cabo una revolución que les permitiera imponer su propia dictadura del proletariado, y los dirigentes del PSOE tuvieron una buena parte de la responsabilidad en esta deriva. Para 1936, todo se reducía a una elección entre dictadura de derechas o dictadura de izquierdas. {enlace a esta historia} [Wed Jun 11 15:25:35 CDT 2003]The Guardian publica una pieza sobre el último teatro brasileño. Por lo que parece, el teatro político vuelve a estar a la orden del día. No sé hasta qué punto se trata de algo distinto a lo que ya se hiciera allá por los años setenta, pero lo que más me llama la atención es la reivindicación de un teatro descolonizado. Y digo que me parece curioso porque al fin y al cabo el teatro mismo no es sino fruto de la colonización, por no hablar ya de la lengua misma, el portugués. En cualquier caso, el artículo contiene una simpática anécdota acerca de un censor bajo la dictadura militar que sufrieron los brasileños entre 1964 y 1985. Al parecer, el censor llamó a un director teatral para discutir el contenido de la obra que iba a representar, y le solicitó que incluyera algunos cambios en el texto. El problema es que la obra en cuestión era Antígona, de Sófocles. Cuando el director explicó algo azorado que el autor ya había fallecido, el censor respondió ni corto ni perezoso que en ese caso quería hablar con sus herederos para ver si aprobaban los cambios. La anécdota, como casi todas las de este tipo, puede ser verdad o no, pero me pareció simpática. {enlace a esta historia} [Tue Jun 10 07:40:06 CDT 2003]A pesar de su fama internacional, la verdad es que nunca tuve oportunidad de ver a Cirque du Soleil... o quizá sí que tuve la oportunidad y nunca la aproveché. En cualquier caso, anoche me encontré con que el canal de televisión por cable Bravo estaba retransmitiendo varias de sus obras en una maratón, y me alegro de haberme detenido a ver a la troupe canadiense. Se trata de una mezcla de teatro y circo que pone en escena unos suntuosos espectáculos de música, ejercicios gimnásticos, atracciones circenses, interpretación teatral e interacción con el público de una extraordinaria creatividad. Cirque du Soleil construye un maravilloso mundo mágico donde la fantasía y la sensualidad se convierten en el centro de una experiencia teatral inolvidable. Eso sí, todavía me he quedado con las ganas de ver su espectáculo en vivo. Viendo sus escenificaciones en la pequeña pantalla, uno no puede evitar la sensación de estar perdiéndose tres cuartos de la historia. {enlace a esta historia} [Mon Jun 9 11:43:23 CDT 2003]Seguramente no estoy diciendo nada nuevo si afirmo que las políticas culturales de la mayor parte de los gobiernos parecen estar centradas tan sólo en llamativos y espectaculares eventos que permiten la asistencia masiva de ciudadanos y, sobre todo, la divulgación de imágenes a través de los medios de comunicación de masas. En otras palabras, que se suele conceder prioridad a aquellos acontecimientos culturales que prácticamente garantizan una buena dosis de publicidad indirecta a los gobernantes que los financian. La política cultural entendida como mecenazgo privado, y no sólo en España ni mucho menos. Paul Gudgin, organizador del Festival de Teatro Alternativo de Edimburgo, comenta las dificultades económicas por las que atraviesan, y se queja de la escasa financiación pública (unas 50.000 libras esterlinas) en clara contraposición con los mencionados eventos especiales como los Juegos de la Commonwealth (unos 600 millones de libras esterlinas en financiación pública y privada) o los MTV Music Awards (750.000 libras esterlinas de dinero público). Todo esto a pesar de que el Festival de Edimburgo vende más entradas que los Juegos de la Commonwealth. Como decía, lo que parece importar no es tanto la consistencia de una política cultural seria, sino más bien el hecho de que lo que se financia tenga presencia en los medios de comunicación de masas y pueda, por tanto, mejorar las expectativas del mandante de turno en las próximas elecciones. La política de la imagen y los eventos, en vez de la de las convicciones y el trabajo constante. {enlace a esta historia} [Mon Jun 9 10:11:55 CDT 2003]Leo en el suplemento El Cultural un breve artículo sobre la obra de Marguerite Yourcenar en el que se menciona de pasada su relación con Grace Fick. Al parecer, Yourcenar hizo una reflexión en una ocasión acerca de lo que las unía, y se me ocurre que casi puede pasar por una síntesis del matrimonio: En fin es algo muy sencillo: primero una pasión; después una costumbre, y al final, sólo una mujer que cuida a otra mujer enferma.{enlace a esta historia} [Sun Jun 8 20:30:33 CDT 2003]La ristra de malas noticias para la Administración Bush con respecto al supuesto arsenal de armas químicas de Sadam no para. El diario español El Mundo publicó ayer que el mismísimo Pentágono reconocía en un informe previo al inicio de las hostilidades que no había "información fiable" respecto a las armas químicas y bacteriológicas del régimen de Sadam, incluso cuando los altos cargos norteamericanos lanzaban sus acusaciones a los cuatro vientos y acusaban a franceses y alemanes de traición en un momento de necesidad. Por su parte, The New York Times hizo público que los famosos laboratorios móviles recientemente descubiertos no tenían traza alguna de sustancias químicas. Todo parece indicar que, a no ser que los expertos estadounidenses encuentren alguna evidencia pronto, la credibilidad de la Casa Blanca frente a la comunidad internacional va a salir seriamente tocada de la aventura iraquí. Quizá lo peor de todo no sea que no se encuentren las armas, sino que ni los conservadores que desempeñan cargos públicos ni tampoco quienes se limitan a servir de elemento propagandístico en los medios de comunicación de masas hayan tenido la vergüenza de retirar los insultos lanzados contra los inspectores de la ONU o los ciudadanos franceses, pues incluso si llegara a mostrarse alguna evidencia finalmente ya ha quedado bien claro que no era tan fácil como se nos quería hacer creer hace tan sólo unos meses. {enlace a esta historia} [Sun Jun 8 15:45:57 CDT 2003]Anoche pasaron Jaws por el canal American Movie Classics (AMC). Se trata, a estas alturas, de un clásico del cine de terror, si bien vio la luz en una fecha tan reciente como 1975. Y eso es precisamente lo que me llamó la atención. La misma película, hoy en día, dudo mucho que tuviera el éxito que tuvo a mediados de los setenta. Es demasiado "cinematográfica", demasiado lenta, le falta la acción frenética que el espectador asume en las películas del género. Y no es que le falte intriga al filme, que llega a ponernos al borde del precipio en más de una ocasión. Sin embargo, tiene para el gusto del espectador de hoy un exceso de conversación, demasiado diálogo entre los protagonistas a bordo del barco, demasiada definición de los caracteres, de los cuales se nos cuenta demasiado. En definitiva, todo un testimonio del empobrecimiento al que hemos sometido al cine en las últimas décadas. Ya no se nos cuentan historias, sino que se nos muestran aventuras vertiginosas con personajes malamente esbozados. Y tres cuartos de lo mismo puede decirse de la literatura contemporánea, al menos de la más popular, de la que vende. {enlace a esta historia} [Sun Jun 8 11:29:39 CDT 2003]Las vueltas que da la Historia. Acabo de leer que Alemania es en estos momentos el país que recibe más inmigrantes judíos. Desde que se llevó a cabo la reunificación del país, la población de origen judío ha crecido de 90.000 a 200.000 personas, la mayor parte proveniente de las antiguas repúblicas soviéticas. Las principales razones de esta migración son la callada persecución a que están siendo sometidos en esas naciones y la búsqueda de unas mejores condiciones económicas para criar a futuras generaciones. No deja de ser paradójico, sin embargo, que tantos judíos marchen precisamente a Alemania en busca de protección y un futuro mejor, aunque tal vez se trate de la prueba definitiva de que el pasado nazi es solamente eso, pasado. Por cierto, que lo más interesante de esta nueva oleada migratoria es el bagaje cultural ruso que traen consigo los recién llegados. Resulta que el lunático sueño de una Alemania pura va a terminar en una humillante derrota no como consecuencia de la victoria militar de 1945, sino más bien como consecuencia del mestizaje cultural con turcos, rusos y otras culturas eslavas. {enlace a esta historia} [Thu Jun 5 10:16:41 CDT 2003]Con motivo de la Feria del Libro de Madrid, el diario El Mundo ha organizado una serie de charlas o encuentros digitales donde los internautas pueden hacer algunas preguntas a ciertos escritores. Pues bien, me acabo de tropezar con la entrevista al filósofo Fernando Savater. Hace ya años que siento un enorme respeto por Savater, quien me parece uno de los pensadores españoles más honestos, consecuentes y comprometidos no con una u otra agenda política partidista sino con unos principios morales fundamentales sin los cuales no puede existir la vida en paz y libertad. Ni que decir tiene que esto le ha granjeado la crítica de todos aquellos decididos a imponer su propio dogma religioso o político sobre el resto de la población. Ahora son los nacionalistas quienes andan a la greña con Savater y le llaman de todo, pero no hace mucho eran los nostálgicos del franquismo quienes le acusaban de ser un filoetarra. Quizás lo que más llame la atención de Savater sea la enorme sensatez y moderación de la mayorí de sus opiniones. Hay algunas perlas extraídas de la conversación, como cuando alguien le confiesa sentir cierto desasosiego al tener que leer sus artículos en un diario cuya línea editorial no comparte: Es importante que en los diarios haya opiniones variadas y que a veces algo en la página cuatro sea refutado en la doce. Indignarse un poco cada mañana tiene aspectos tónicos, porque la unanimidad suele ser intelectualmente adormecedora... Algo más adelante, cuando le preguntan acerca de su actitud vital, Savater responde: Yo creo que ni los excesos de esperanza ni la desesperación llevan a gran cosa. Hay una milonga que dice "muchas veces la esperanza / son ganas de descansar" y yo creo que es verdad; pero la desesperanza también. Los estoicos, en cambio, recomendaban vivir "sine metu nec spe", sin miedo ni esperanza. Así procuro afrontar yo las cosas...Un consejo que puede ser más necesario que nunca precisamente ahora que asistimos a los albores de lo que puede ser una larguísima guerra contra el terrorismo internacional, con todo lo que ello puede conllevar de inestabilidad global. Suenan a palabras de un sabio que ha vivido ya mucho. No faltan, por supuesto, las declaraciones críticas contra el nacionalismo abertzale: En general, nuestros radicales abertzales lo que quieren es gozar de los beneficios del más asqueroso conformismo burgués (el de sus vidas de rebaño tripudo y kalomatxano) con el prestigio de la guerrilla tercermundista, en cuyas atroces condiciones durarían bien poco. Son unos señoritos de la sublevación armada con puños y pistolas: vamos, son los nuevos falangistas, en una palabra.{enlace a esta historia} [Thu Jun 5 09:43:54 CDT 2003]Una compañera de trabajo de nacionalidad venezolana me acaba de pasar un documento que se encontró mientras buscaba información acerca de la solicitud de permisos de trabajo en los EEUU. Se trata, como puede suponerse, de un documento publicado por las autoridades de inmigración. La sorpresa fue encontrarse la siguiente frase enmedio de la sección sobre quién debe o no debe presentar la solicitud: If you are a U.S. citizen, you do not need an Employment Authorization Document.Vamos, que el comentario tiene miga. {enlace a esta historia} [Thu Jun 5 09:34:52 CDT 2003]La redacción del diario El Mundo acaba de otorgar el premio del primer concurso de microrrelatos de la Feria del Libro de Madrid. El premio ha recaído en Jesús Resines, quien escribió La habitación de al lado, un relato de tan sólo nueve líneas donde describe la soledad de quien únicamente ve a los demás a través del prejuicio: Una mañana me levanté con ganas de ordenar mi habitación. Puse los negros a un lado y los blancos a otro. Abajo coloqué a los judíos y dejé la parte de arriba para los palestinos. A la derecha según se entra quedaron los guapos, y a la izquierda, también según se entra, puse a los feos. Tuve también que buscarle un sitio a los chinos y a los cojos; para los bizcos reservé una estantería aparte, y los sabios, que no eran muchos, entraron debajo de la cama. Al acabar, eché un vistazo y no encontré un sitio para mí, así que cerré la puerta y me fui a dormir a la habitación de al lado.{enlace a esta historia} [Thu Jun 5 09:13:30 CDT 2003]Continúan los escándalos en torno a la acusación de que los iraquíes tenían un arsenal de armas químicas y bacteriológicas que llevaron a justificar la reciente guerra. Ahora Der Tagesspiegel y Die Welt han publicado que Paul Wolfowitz, Subsecretario de Defensa norteamericano, declaró recientemente en una cumbre a puerta cerrada en Singapur que las supuestas pruebas no fueron sino una "excusa burocrática" con la que se pretendía conseguir apoyos a la operación militar. Bendita excusa, que fue usada para iniciar una guerra en la que murieron bastantes civiles y causó unas quizás insalvables divisiones internas en el seno de la Alianza Atlántica. Para ser justos, no estoy seguro de que las dos mencionadas publicaciones alemanas tengan una credibilidad a prueba de bomba, pero lo cierto es que cada día que pasa se pone más en duda que la Administración Bush haya sido medianamente honesta con respecto a todo este asunto. Incluso la BBC, mucho más moderada y con mayor credibilidad, cita a antiguos miembros de los grupos de inteligencia estadounidenses explicando que se ha puesto excesiva presión en la CIA para que mostrara "resultados". En otras palabras, parece que se tomó la decisión de antemano de que había que invadir Irak y lo único que quedaba era manufacturar algún tipo de excusa para salvar la cara. Todo hay que decirlo, se han encontrado laboratorio móviles que parecían haber sido usados para el desarrollo de armamento químico y bacteriológico, si bien no se ha descubierto traza alguna de sustancias sospechosas. Es decir, que estamos donde empezamos. Se sospecha que los iraquíes tenían armas de destrucción masiva pero no se puede demostrar. {enlace a esta historia} [Tue Jun 3 19:38:17 CDT 2003]No había oído hablar de la generación mexicana del crack hasta hora. Se trata, por lo que leo, de una reacción contra el casticismo mexicano, tan obsesionado con temas como las maquiladoras, la frontera, el vecino del Norte o el caciquismo. Autores como Jorge Volpi, Ignacio Padilla o Vicente Herrasti prefieren tratar temas más universales, aunque no por ello dejen de lado la perspectiva mexicana. En cierto modo, me recuerda a la movida madrileña de finales de los setenta y principios de los ochenta, cuando un puñado de jóvenes idealistas y rompedores se empeñaron en innovar la escena artística española con un ímpetu transgresor que cambiaría para siempre la faz de la cultura nacional. Por primera vez en décadas, había artistas españoles que conectaban con la realidad allende nuestras fronteras, en lugar de reducir sus horizontes al casposo y provinciano arte de los últimos años del franquismo. Pues bien, me da la sensación de que estos jóvenes autores mexicanos representan otro tanto para su país y, al igual que los héroes de la movida, también éstos tienen que soportar ataques a su supuesta falta de amor a lo patrio y su excesivo apego a lo universal. Quizás el México de Vicente Fox, como la España de Tierno Galván y Felipe González, esté poniendo fin a décadas de podredumbre política, hipocresía moral y atraso cultural. {enlace a esta historia} [Mon Jun 2 20:19:54 CDT 2003]Parece que, por lo que hace a España, la cosa va de escándalos literarios últimamente. Hace unos días leí que el libro Todas putas, publicado por la editorial El Cobre, había sido retirado ante las protestas de las feministas y los partidos de la oposición. El problema es que la obra contiene algunos escabrosos relatos como el de un supuesto violador que defiende sus acciones con comentarios machistas del tipo (...) siempre será mejor violar a una mujer y dejarla viva, que no violarla y matarla.o... (...) ahora que todos los negros son buenos y todos los maricones unos seres muy simpáticos, a ver si la sociedad ésta se reúne y decide de una vez que no todos los violadores somos mala gente. Pero la excusa ideal para montar el escándalo la proporciona el hecho de que la directora del Instituto de la Mujer, Miriam Tey, es copropietaria de la editorial El Cobre. Como era de esperar, tanto el PSOE como IU se han lanzado a pedir la comparecencia del Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales en el Parlamento para responder a preguntas sobre el asunto así como la dimisión inmediata de Tey. Por mi parte, no puedo evitar el sentir algo de temor al ver la caza de brujas que se está lanzando desde la izquierda con la clarísima intención de manipular este hecho con motivos políticos. Se trata, después de todo, de un asunto que debiera estar bien claro para las izquierdas españolas: la libertad de expresión de un artista. Ahora resulta que después de tanto despreciar la censura franquista, nos llegan unos cuantos progres tratando de imponer su propio concepto de lo que se puede o no se puede publicar en España. Como respuesta, un bien nutrido grupo de intelectuales y artistas entre los que se encuentran Muñoz Molina y Miguel Bardem han publicado un manifiesto de apoyo al autor del libro en el que destacan su incredulidad de que aún no seamos capaces de distinguir entre una obra creativa y su autor. Y, añaden, De hecho, creemos que una parte significativa de la gran literatura moderna -desde Crimen y Castigo de Dostoievsky hasta American Psycho de Easton Ellis, pasando por Lolita de Nabokov o La Naranja Mecánica de Burguess- ha surgido precisamente cuando el escritor ha tratado de penetrar en el mismo corazón de los aspectos más oscuros del alma humana a través del relato en primera persona, en un intento por analizar y comprender los demonios más terribles de nuestra existencia. Pero en el primer párrafo me refería a "escándalos literarios", en plural. El segundo escándalo lo protagoniza un autor que perteneció en su día al PCE(r), el brazo político de los GRAPO, y al parecer ha terminado acercándose a posiciones conservadoras en tiempos más recientes. Pío Moa publicó este año Los mitos de la Guerra Civil, donde arremete contra lo que él considera las mentiras progresistas acerca de la Guerra Civil española. Yo no he tenido la oportunidad de leer la obra, pero la introducción se encuentra publicada en la Web, y creo que al menos algunos de los argumentos usados por Moa son bastante serios y respetables. Por ejemplo, contra las teorías tradicionales de que la Guerra Civil española puede explicarse por los desequilibrios sociales, regionales y religiosos que se arrastraban desde el siglo XIX, él explica cómo los mismos conflictos estaban presentes también en muchos otros países y nunca se llegó a un enfrentamiento civil. Asimismo, Moa rebate también los argumentos que centran su atención en la injusticia social: Sin duda en renta per capita, acceso a la enseñanza, mortalidad infantil, expectativa de vida etc., el país estaba bastante detrás de los del centro-noroeste europeo, pero, si consideramos el grupo de países, más numeroso, que rodea ese núcleo, la posición española no era tan mala. Al llegar la república, España venía a ser un país medio, económicamente atrasado en relación con los más ricos de Europa, pero, y esto tiene importancia, en vías de cerrar poco a poco la brecha con ellos. Como ha demostrado Stanley Payne, era ya un país bastante modernizado. Poseía una notable red de comunicaciones, una industria considerable, aunque muy concentrada en Vizcaya y Barcelona, pero radicada también en otras provincias, como Asturias, Madrid, Gerona, Guipúzcoa, etc. Un 75 por ciento de la población estaba alfabetizada, y el número de publicaciones periódicas era alto. Disfrutaba de un cierto esplendor en pintura, literatura, música, pensamiento, y de un desarrollo científico de segundo orden, pero en rápido desarrollo. A partir de ahí, Moa subraya cómo la sociedad española ciertamente experimentó un claro retroceso económico entre 1800 y 1875 como consecuencia directa de las guerras internas y externas, la inestabilidad política, los pronunciamientos militares, la pobreza de la enseñanza, etc. Así, mientras que la renta española en 1800 llegaba al 95% de la renta francesa y británica combinadas, ya en 1875 significaba apenas un 55%. La tan desdeñada Restauración vino a cambiar todo eso. Pese a todos sus defectos, lo cierto es que trajo una ansiada estabilidad al país, junto a unas mayores cotas de libertad, una modernización social y el renacimiento cultural. En resumen, una visión de España que bien poco tiene que ver con la que nos hemos acostumbrado a oir desde la transición democrática, y una España no tan atrasada con respecto a muchas otras sociedades europeas como se nos ha querido hacer creer. Pero Moa aún arremete contra más mitos de la izquierda española, sobre todo cuando subraya cómo el primer bienio azañsta fue el de las reformas, pero también el de las persecuciones religiosas, la expulsión de los jesuitas, la ocupación de tierras, la quema de conventos y el radicalismo izquierdista en las calles. De hecho, fueron los propios ciudadanos quienes les dieron la espalda en 1933 y votaron por una coalición derechista, hecho nunca aceptado ni por socialistas ni por anarquistas, que organizaron la insurrección de 1934. En fin, que quizá merezca la pena leer el libro con un espíritu objetivo, pues algunas de las críticas lanzadas por Moa son bastante ciertas, como lo es también la acusación de que por una u otra razón la visión republicana o progresista de la Guerra Civil parece haberse impuesto tras la muerte de Franco y todo el mundo parece aceptarla de una forma acrítica. Así, para evitar el maniqueísmo y la propaganda del régimen franquista, hemos caído en otra interpretación no menos cerril y falsa de los acontecimientos históricos donde toda la responsabilidad del conflicto recae sobre los hombros de Franco y quienes le apoyaron, sin tenerse en cuenta que las izquierdas jamás respetaron la legitimidad de la república y se lanzaron a un feroz radicalismo en pos de la revolución obrera. Qué duda cabe que tan nefasta es la corriente que aclama a José Antonio Primo de Rivera sin tener en cuenta las consecuencias inmediatas de su extremismo como la que, mucho más preponderante en nuestros días, alaba a La Pasionaria con adulaciones que rayan en la santificación. La izquierda española todavía tiene que asumir su parte de responsabilidad en la Guerra Civil, que puede ser mucha. Sólo queda tener esperanza de que después de la ola de interpretaciones franquistas y la ola de interpretaciones progresistas finalmente se dé una síntesis mucho más productiva acerca de las causas últimas de la Guerra Civil española. {enlace a esta historia} [Sun Jun 1 20:50:30 CDT 2003]Leyendo la reseña de un libro en The New York Times me he tropezado con una interesante referencia al argumento que usara la autora George Eliot para defender su obra: The novel as a form extends our capacity for human sympathy. Hace ya tiempo que uso una pequeña y muy informal prueba para entrever si un individuo activamente envuelto en política es demasiado propenso al dogmatismo y la intolerancia. Simplemente les pregunto cuál es el último libro de poesía o la última novela que han leído. Casi invariablemente, aquellos que mantienen posiciones extremas suelen responder o bien que la más reciente novela la leyeron hace ya años o bien, mintiendo claramente, dejan caer el título de uno de los clásicos con el cual creen estar más o menos familiarizados. Lo digo absolutamente en serio. Claro que hay numerosas excepciones a la regla, pero por lo general funciona. Aquellos individuos que únicamente pueden ver las cosas en términos de blanco y negro suelen también poseer una manifiesta incapacidad de leer novela o poesía, prefiriendo entregarse solamente al más sobrio disfrute del ensayo. ¿A qué puede deberse esto? Lo más probable es que se trate precisamente de lo que apunta George Eliot. La novela y la poesía no se prestan muy bien a tajantes análisis del prójimo, sino que por el contrario exigen al lector que se identifique, o al menos trate de comprender, a un personaje cuyas ideas y creencias pueden no gustarle nada. En otras palabras, requieren simpatía, y al dogmático extremista no hay nada que le parezca más repugnante que esta virtud. {enlace a esta historia} [Sun Jun 1 09:42:43 CDT 2003]Al menos Tony Blair tiene la decencia de reconocer que si no se encuentran armas de destrucción masiva en Irak la credibilidad de los EEUU y Gran Bretaña se verá seriamente trastocada. Parece mentira que la Administración Bush, por otro lado, se empeñe en desmentir algo tan claro, llegando incluso a hacer ridículas declaraciones como las que hizo Donald Rumsfeld recientemente al manifestar que las tropas estadounidenses no encuentran las armas químicas "porque los iraquíes las destruyeron antes de la guerra". ¡Menuda desvergüenza! El principal argumento para justificar la guerra en Irak (y, de paso, el argumento que también se usó para vilipendiar a los franceses) fue precisamente que las armas químicas y bacteriológicas que supuestamente habían producido los esbirros de Sadam suponían un peligro grave e inminente para la seguridad de los EEUU y ciertos países de la región. Sin embargo, ahora se nos quiere presentar todo como si el objetivo hubiera sido liberar a la población iraquí de un tirano sanguinario. Por supuesto, esto lo dicen precisamente quienes acusaron a Bill Clinton de un excesivo intervencionismo en nombre de ideales humanitarios cuando la seguridad de los EEUU no estaba en peligro. Cuando se han lanzado los improperios que se han lanzado contra la Vieja Europa en nombre de una cruzada contra la proliferación de armas químicas, ¿quién va a aceptar ahora que mostrar públicamente la evidencia de armas de destrucción masiva no sea sino un pequeño detalle sin importancia? {enlace a esta historia} [Sun Jun 1 01:23:46 CDT 2003]Me acabo de tropezar casi por casualidad con un interesante artículo acerca de la manipulación del concepto de tradición judeocristiana para justificar ciertas posiciones políticas ultraconservadoras aquí en los EEUU. Se trata de unas líneas escritas a raíz de la publicación de The Myth of the Judeo-Christian Tradition, del teólogo judío Arthur A. Cohen, en las que se nos explica cómo si bien es cierto que ambas religiones tienen bastantes puntos en común (esencialmente, la visión histórica previa al nacimiento de Cristo así como el pacto entre el pueblo judío y Dios con todo lo que ello conlleva de aceptación del monoteísmo), también se nos hace ver que ambas tradiciones (la judía y la cristiana) difieren en puntos de enorme importancia e incluso se contradicen frontalmente en muchas ocasiones. ¿A qué se debe, pues, el interés en presentar una versión tergiversada de lo que ambas tradiciones representan? Como bien se nos advierte, se debe fundamentalmente a la pujanza que vienen experimentando los movimientos ultraconservadores en los EEUU desde mediados de los años ochenta. No se trata tanto en este sentido de promover una confluencia de una y otra fe como de presentar un frente común al tan denostado humanismo secular en un intento de justificar la imposición de una determinada concepción filosófica sin dar la impresión de que se trata de una evangelización pura y dura, pues ello entraría en clara contradicción con los principios constitucionales del sistema político estadounidense. De este modo, se rehúye hablar de religión y se prefiere hablar en su lugar de tradición. La creación puramente artifical de una supuesta tradición judeocristiana viene así a justificar un programa burdamente evangelizador y contradictorio con los mismísimos principios liberales e ilustrados que sentaron las bases de la democracia moderna. La alternativa evidente a esta interpretación (es decir, el concepto de humanismo ilustrado o incluso el de cultura occidental) ciertamente contiene en su propia esencia la defensa de los mismos ideales que se dice defender con esta campaña (ideales como el de la autonomía individual, la democracia, los derechos humanos, la libertad, la compasión...), pero indudablemente ha sido desechado porque no sirve los propósitos últimos de estos neofundamentalistas empeñados en imponer su fe religiosa al resto de la sociedad estadounidense. {enlace a esta historia} |