"La solución a la crisis es sencillísima"
[Thu Aug 13 09:36:44 CDT 2020]

Viñeta de El Roto tomada del Última llamada:

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Edmund Burke: lecciones útiles de un conservador
[Wed Aug 12 09:08:19 CDT 2020]

Hace ya aproximadamente una semana que leí un artículo titulado Why Edmund Burke Still Matters en el que su autor, el columnista de; New York Times Bret Stephens, hace un rápido repaso a algunas lecciones útiles que podemos aprender del ideólogo conservador británico Edmund Burke:

At the core of Burke’s view of the revolution is a profound understanding of how easily things can be shattered in the name of moral betterment, national purification and radical political transformation. States, societies and personal consciences are not Lego-block constructions to be disassembled and reassembled with ease. They are more like tapestries, passed from one generation to the next, to be carefully mended at one edge, gracefully enlarged on the other and otherwise handled with caution lest a single pulled thread unravel the entire pattern. “The nature of man is intricate; the objects of society are of the greatest possible complexity,” Burke wrote. “And therefore no simple disposition or direction of power can be suitable either to man’s nature, or to the quality of his affairs.”

Burke’s objection to the French revolutionaries is that they paid so little attention to this complexity: They were men of theory, not experience. Men of experience tend to be cautious about gambling what they have painstakingly gained. Men of theory tend to be reckless with what they’ve inherited but never earned. “They have wrought underground a mine that will blow up, at one grand explosion, all examples of antiquity, all precedents, charters, and acts of parliament. They have ‘the rights of men.’ Against these there can be no prescriptions.”

(...)

For Burke, the materials of successful social change had to be found in what the country already provided —historically, culturally, institutionally— not in what it lacked. Britain became the most liberal society of its day, Burke argued, because it held fast to what he called “our ancient, indisputable laws and liberties,” handed down “as an inheritance from our forefathers.” Inheritance, he added, “furnishes a sure principle of transmission; without at all excluding a principle of improvement.”

No voy a engañar a nadie. Siempre me he movido dentro de los márgenes de lo que habitualmente se consideran izquierdas. Con más o menos moderación, más o menos radicalidad, dependiendo del asunto, pero siempre dentro de los confines de la izquierda. No obstante, si hay algo que detesto es el dogmatismo, el fanatismo, la cerrazón y la intolerancia. En líneas generales, me parece bien evidente que una sociedad sana debe incluir a personas con distintos temperamentos, distintas aficiones, vocaciones, convicciones y, por supuesto, creencias e ideologías. Sencillamente, es lo más saludable para cualquier ecosistema, ya sea natural o social. Por tanto, tiendo a ver elementos positivos en (prá©ticamente) todas las corrientes políticas. De hecho, estoy convencido de que incluso los extremos tienen algo que aportar, quizá no en el sentido constructivo, pero sí en el sentido de ayudarnos a ver cuáles son los problemas esenciales con los que lidiamos en cualquier momento. Por tanto, independientemente de las preferencias personales de cada cual, creo importante observar cómo los grandes pensadores de las distintas corrientes que atraviesan nuestra Historia siempre tienen algo que aportar y merece la pena prestar atención a sus palabras y reflexionar sobre ellas. Las ideas de Burke reflejadas sobre estas líneas son algo, me parece, que debemos tener bien presente en una era dominada por el populismo como ésta en que vivimos. {enlace a esta entrada}

Sobre reyes, monarquías y escándalos de corrupción
[Tue Aug 4 14:54:42 CDT 2020]

Hoy nos hemos levantado con la noticia de que Juan Carlos I, Rey Emérito, se dispone a abandonar el país. No parece probable, al menos de momento, que esto vaya a desencadenar la crisis general de la Monarquía en España, pero tampoco cabe duda alguna de que no se trata de un buen síntoma. Cierto, Juan Carlos I no abandona el país viendo caer el régimen, como fue el caso de su abuelo Alfonso XIII. Deja atrás a su hijo Felipe, que aún cuenta con bastante popularidad, en el trono. Sin embargo, también es verdad que hay un pequeño paralelismo entre ambos sucesos históricos: en los dos casos, abandonan España por la puerta trasera y apresuramente. En el caso de Alfonso XIII fue debido a la impopularidad de haber apoyado la "dictablanda" de Primo de Rivera y ver crecer el apoyo a las fuerzas políticas republicanas en todas las grandes urbes del país, y en el caso de Juan Carlos I debido a los escándalos de corrupción. Sea como fuere, uno no tiene la impresión de que la Monarquía, al menos en estos momentos, corra peligro. Sencillamente, tenemos otros problemas de mucha mayor envergadura de los que preocuparnos. Y, no obstante, le queda a uno la sensación de que tanto los escándalos en los que se ha visto envuelto el Rey Emérito como el hecho de que huya ahora de la Justicia en su propio país no van a ayudar precisamente a la Monarquía a ganar puntos de credibilidad. Si acaso, mi impresión es que contribuirá a fortalecer al incipiente movimiento republicano que comenzó en nuestro país hace aproximadamente una década con la anterior crisis económica y las manifestaciones de indignados. Ya veremos cómo evoluciona todo, pero el comportamiento de Juan Carlos I deja, cuando menos, un mal sabor de boca. No se trata precisamente del mejor colofón para la vida de un estadista. {enlace a esta entrada}