[Thu Jan 26 14:21:46 CST 2012]

Interesante cita que acabo de leer en Twitter:

Los genios manejan ideas, las mentes corrientes hablan de la actualidad, y las mediocres hablan de los demás.

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[Thu Jan 26 12:37:11 CST 2012]

Hace unos días leía una entrevista con Jótham F. Moriche sobre la situación de Izquierda Unida en Extremadura publicada en la web de Rebelión que me hizo reflexionar sobre las similitudes entre la descripción que se hace de las décadas de gobierno del PSOE en aquella comunidad autónoma y en Andalucía:

El relato oficial de estos treinta años de historia extremeña ha sido el de un extraordinario salto adelante económico, social y culotural, acaudillado por un pionero rebelde y visionario, un "revolucionario institucional" (con todas las connotaciones mexicanas que quieras suponerle a esta expresión). Este relato merece muchas matizaciones, empezando por ese ridículo culto a la personalidad desarrollado en torno a Rodríguez Ibarra. Más allá de la paralización de Valdecaballeros (que, evidentemente, no puede atribuírsele en solitario ni a Rodríguez Ibarra ni a su partido) y la expropiación de un par de secarrales a la Casa de Alba, hay al final muy poco de antisistémico en la trayectoria presidencial de Rodríguez Ibarra. Es cierto que las transferencias exteriores, significativamente elevadas tras la entrada de España en la UE y la designación de nuestra región como objetivo prioritario de sus políticas de desarrollo, han permitido a la Junta hacer una política enormemente expansiva en materia de políticas sociales, dinamización cultural o infraestructuras, que, si sólo miramos a través del prisma macroeconómico y sus grandes cifras, podría confundirse con una política económica intervencionista de orientación socialdemócrata. Pero en la trastienda del cartelón de esa Marca Extremadura desarrollada por el ibarrismo hay un desbarajuste fenomenal en lo económico y un envilecimiento terrible en lo político.

En el plano político, y detrás de la facha de progresismo institucional, en Extremadura se ha desarrollado un régimen de "partido de bienestar" que, más allá del ejercicio del poder ejecutivo y legislativo, ha infiltrado hasta el tuétano la administración, la sociedad civil y la esfera pública extremeñas, y que no ha escatimado rudezas para despejarse el terreno de opositores, empezando por un férreo control de la prensa regional y el debate público en general (lo que han padecido tanto movimientos sociales como la Plataforma Ciudadana Refinería No o las Asambleas de Parados y Precarios de la región, como algunos de nuestros mejores creadoes —el escritor Víctor Chamorro, el músico Robe Iniesta, el cineasta Pepe Camello...—, marginados o excluidos del mundillo cultural oficialista por disentir del triunfalismo obligatorio). Respecto a las políticas económicas, absolutamente subordinadas a los intereses orgánicos del PSOE, han sido pertinaz, sistemática e incorregiblemente incapaces de atacar los altísimos porcentajes de paro estructural y desigualdad de renta, no han propiciado la creación de un auténtico crecimiento económico endógeno, aunque sí han ido inflando al cargo de las suculentas transferencias exteriores sucesivas burbujas (tecnológica, turística, energética), en un prolongado y costoso viaje económico a ninguna parte que ya estaba agotado en 2008 y la presente crisis ha terminado por desarbolar. En 1996, el historiador económico Santiago Zapata (en La industria de una región no industrializada) se preguntaba si "se está aprovechando correctamente esta excepcional oportunidad de las transferencias para modificar la inadecuada estructura productiva de la economía extremeña" y advertía que el estrechamiento de ese caudal de financiación exterior podía estar "a la vuelta de la esquina". Quince años y bastantes miles de millones de euros despilfarrados después, la endémica debilidad estuctural de nuestra economía no sólo no se ha superado, sino que ha multiplicado el impacto local de la crisis económica global, y para colmo el maná de las transferencias parece estar legando, esta vez sí, a su fin.

En fin, como digo, la descripción de una región que, sí, ha avanzado, obviamente, durante las últimas décadas, pero lo ha hecho fundamentalmente gracias a las enormes transferencias que llegaron de la UE en forma de fondos para el desarrollo, esta descripción, como decíamos se puede aplicar igualmente a Andalucía. El dinero llegó y se gastó. No se perdió todo en corrupción, como suele suceder en el sur de Italia, por ejemplo. Aquí sí que se han construido infraestructuras de transportes y educativas que han contribuido a desarrollar Andalucía. Sin embargo, ese desarrollo es altamente dependiente de las transferencias, que están a punto de acabarse. No faltan quienes han dado el "pelotazo" sin construir una sólida estructura económica que no se venga abajo como un chiringuito de playa en cuanto soplan los primeros vientos, como acaba de suceder ahora con la crisis económica. No todo se ha hecho mal en Andalucía, no. También tenemos empresas punteras como Abengoa. No obstante, hay que reconocer que, en líneas generales, también en Andalucía hemos aprovechado los fondos de desarrollo sólo a medias, y esto no es responsabilidad única del Gobierno autonómico, sino también de la propia sociedad civil andaluza y, sobre todo, de una clase empresarial demasiado dada al regate en corto y el "pelotazo".

¿Y qué decir de la descripción que se hace del Gobierno del PSOE en Extremadura como casi un régimen? Seamos honestos. Tres cuartos de lo mismo se ve en Andalucía. No se trata de tal o cual partido político, sino del hecho de que cualquier partido que esté en el gobierno durante 30 años va a acabar aplicadno prácticas clientelares, ya sea a nivel local, autonómico o nacional. La red de intereses es tan tupida que cuesta trabajo desenmarar&ntide;arla, como queda demostrado cada vez que salta un escándalo de corrupción, como sucedión en Mercasevilla o el tristemente famoso escándalo de los EREs. Tal y como se afirma en la entrevista, la decisió;n de IU de abstenerse en el momento de elegir al nuevo Presidente de la Junta de Extremadura tras las elecciones del 22-M ha de entenderse en este contexto:

Sin conocer estos hechos, y sin hacer un cierto esfuerzo de empatía hacia la sociedad que los ha vivido y sufrido, entiendo que resulta difícil entender nuestra decisión de junio. Lo que Izquierda Unida de Extremadura posibilitó con su abstención no fue tanto un cambio de gobierno como un cambio de ciclo político, una renovación en profundidad de la misma estructura de posibilidad política de la región, algo que, por encima del reparto de escaños, demandaba una mayoría electoral holgada, decidida a desbancar al PSOE después de treinta años de poder ininterrumpido, omnímodo y, en no pocas ocasiones, despóticamente ejercido.

El compromiso histórico de Izquierda Unida de Extremadura que subyace a nuestra abstención no es con el PP, sino con esa mayoría social extremeña que en mayo dijo cambio, incluyendo a las decenas de miles de votantes socialistas que votaron al PP o se abstuvieron con afán puramente destituyente. Si la abstención de los diputados de Izquierda Unida en la Asamblea fue "activa", como insisten en denominarla sus damnificados y detractores, no lo fue en favor del PP, sino de esa voluntad colectiva mayoritaria del pueblo extremeño de abrir un nuevo tiempo en su historia política. No el tiempo de izquierdas que algunos hubiésemos preferido, es cierto, pero sí un tiempo en que hacer política en Extremadura, de izquierdas o de derechas, sea posible. Un tiempo para, como dijo el compañero Manuel Cañada, "disolver el cortijo". Como programa de transición para esta legislatura, me parece perfectamente razonable y asumible por parte de una organización de izquierdas consciente de sus responsabilidades históricas, y atenta a la voluntad de la sociedad a la que pretende representar. Donde no existe o sobrevive malherida, una democracia mejor es siempre un objetivo revolucionario, sobre el cual pueden excepcionalmente confluir fuerzas e intereses muy diversos.

Repito una vez más, seamos honestos, no son pocos los militantes y simpatizantes del PSOE en Andalucía que también creen llegado el momento de una alternancia en su Gobierno autonómico, precisamente por los mismos motivos señalados en esta entrevista. Si, llegado el momento, la llave de ese alternancia está en manos de los diputados autonómicos de IU, yo desde luego no les echaría en cara que permitieran gobernar al partrido que haya obtenido más votos en las urnas, siempre y cuando sean coherentes con sus ideas y principios en el momento de votar las diferentes iniciativas legislativas. No me parece que podamos honestamente denominar a eso una "pinza", como se suele hacer tan a manudo (de forma interesada, eso sí) por parte de quienes quieren seguir comiendo de la sopa boba. {enlace a esta entrada}

[Thu Jan 26 11:59:43 CST 2012]

Hace ya bastantes días que quiero escribir unas líneas sobre un artículo de Pascual Serrano titulado El nuevo campo de concentración y que leí en la web de Rebelión. Lo que más me impactó del texto fue, de hecho, una reflexión de Primo Levi sobre los supervivientes de los campos de exterminio nazis:

"Los 'salvados' de Auschwitz no eran los mejores, los predestinados al bien, los portadores de un mensaje; cuanto yo había visto y vivido me demostraba precisamente lo contrario. Preferentemente sobrevivían los peores, los egoístas, los violentos, los insensibles, los colaboradores de la 'zona gris', los espías. (...) Sobrevivían los peores, es decir, los más aptos; los mejores han muerto todos".

La cita, extraída de su obra Los hundidos y los salvados, da pie a que Serrano reflexione si quienes van a sobrevivir a la crisis económica que estamos atravesando en estos momentos (y quizá a la crisis energética que le puede seguir) serán los mejores o, como indicaba, Primo Levi, los más desalmados. Teniendo en cuenta cómo funciona la mano invisible de marras, me temo que todos conocemos la respuesta de antemano. {enlace a esta entrada}

[Wed Jan 25 12:28:04 CST 2012]

Según leo hoy en El País, Gallardón acaba de anunciar por dónde irán las reformas del sistema de justicia que va a proponer. Algunos elementos me parecen altamente discutibles. Por ejemplo, anuncia el establecimiento del copago limitado, eso sí, a algunos casos:

"Si el ciudadano no se conforma con la respuesta del poder judicial y lo que solicita es un segundo pronunciamiento es cuando se aplicará el nuevo modelo de tasas". Estarán exentos de pago los que acrediten falta de recursos.

Como digo, esto me parece muy discutible. Si interpreto las palabras del ministro correctamente, se refiere a introducir tasas en el caso de que el ciudadano decida apelar una sentencia judicial. Desde mi punto de vista, esto rompe por completo el esquema tradicional del sistema de justicia, que permite apelar a un tribunal superior precisamente como garantía de equilibrio y justicia. Si se lleva a cabo la reforma anunciada, no hará sino incrementar la indefensión de los ciudadanos ante las decisiones en ocasiones arbitrarias y hasta fuera de lugar que toman los jueces. En otras palabras, que afecta gravemente a los derechos ciudadanos y, si me apuran, es difícilmente compatible con un sistema sólido de defensa de las libertades, que se ven recortadas de este modo. En definitiva, un paso en la dirección equivocada, aunque sea con la loable intención de ahorrar dinero.

Pero además tenemos, en segundo lugar, la propuesta de introducir la pena de prisión permanente revisable (esto es, la cadena perpetua, aunque se quiera evitar el término). No sólo me parece que dicha propuesta es difícilmente compatible con lo establecido en el artículo 25, apartado 2 de la Constitución Española ("Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social y no podrán consistir en trabajos forzados"), sino que la intención del Gobierno de aplicarla únicamente a "delitos que hayan causado una gran alarma social" me parece éticamente deplorable. No podemos jugar con estos asuntos mirando de reojo al termómetro de popularidad. Si acaso, la pena de cadena perpetua debiera aplicarse en aquellos casos en que se considere que el individuo en cuestión es irrecuperable para la vida en sociedad (algo que, como he afirmado más arriba, entra en contradicción con lo establecido en nuestra propia Constitución), y no dependiendo de la "alarma social", como si estuviéramos en un programa de reality TV. Esto, en especial, me parece éticamente reprobable.

Por último, en lo que respecta a la legislación sobre el aborto, Gallardón ha anunciado una reforma de la ley para exigir el consentimiento de los padres cuando una menor vaya a abortar, así como una revisión para poner fin a la ley de plazos y volver a algo más parecido a la ley antigua, afirmando que la reforma de Zapatero se hizo "sin consenso y con la opinión desfavorable de los órganos consultivos". No estoy de acuerdo con las posiciones del PP en materia de aborto, pero es que además me parece curioso que digan ahora que la reforma de Zapatero se hizo "sin consenso" y proponen regresar a la de Felipe González... ¡como si aquella otra se hubiera aprobado con el apoyo del PP! Quienes ya vamos siendo algo maduritos recordamos perfectamente la que se montó en aquel entonces. De hecho, lo más curioso del PP es que siempre parece sumarse a los "consensos" algo tarde. Es decir, que se oponen en primera instancia, sólo para, con el transcurso de los años, cambiar de posición, defender lo que antaño criticaron y, eso sí, hacerlo además en nombre del "consenso". {enlace a esta entrada}

[Fri Jan 13 12:46:15 CST 2012]

Bueno, pues el Gobierno acaba de hacer pública la normativa por la que se impondrá un techo al gasto de las autonomías y, como era de esperar, tampoco es para llevarse las manos a la cabeza:

El Gobierno está decidido a controlar de forma más exhaustiva la deuda autonómica. Lo hará a través de la Ley de Estabilidad y Sostenibilidad, que establece que las comunidades deben tener un techo de gasto y que refuerza "los mecanismos sancionadores" y que tendrá "muy en cuenta" la reincidencia y la gravedad de los incumplimientos. El Ejecutivo, ha reiterado la portavoz, no dejará caer a ninguna comunidad.

"Lo que habrá es una regla de gasto para cada Administración, los límites de esos presupuestos y después cada comunidad decidirá en qué gasta determinadas partidas", ha explicado la vicepresidenta. Las declaraciones de Santamaría están en sintonía con las del ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, que aseguró el pasado miércoles que el PP respetaría "la autonomía económica, política y financiera de las Comunidades Autónomas", durante una reunión con las autonomías gobernadas por el PP.

En fin, como digo, no sé a otros, pero a mí me parece todo muy lógico, por más que sea un gobierno del PP el que haya tomado la decisión. Ya advertí hace unos días que las críticas por parte de algunos dirigentes en Cataluña y País Vasco a esta medida me parecían prematuras y demagógicas. Se mire como se mire, todo parece indicar que el gasto del Estado central está más o menos bajo control, pero no así el de las autonomías. Por consiguiente, si el control del déficit es uno de los objetivos que nos marcamos como sociedad, no veo cómo pueda llevarse a cabo sin controlar el grado de déficit y endeudamiento de las comunidades autónomas. Parece lógico, ¿no? Aparte de los motivos partidistas que puedan tener unos (los del PSOE) y los motivos meramente interesados de otros (los gobernantes de Cataluña y País Vasco), no acierto a entender cómo pueda ser posible oponerse a esta medida y, al mismo tiempo, mantener un discurso serio y coherente.

Por otro lado, entiendo perfectamente que haya quien se oponga a las políticas de austeridad y reclamen un nuevo keynesianismo que venga a fortalecer la demanda. No obstante, me gustaría que quienes defienden esa política nos expliquen cómo obtener el dinero para lanzar esa política de fortalecimiento de la demanda, sobre todo teniendo en cuenta cómo está el patio del mercado de la deuda. El problema no es sólo Angela Merkel (que también), sino la imposibilidad de colocar deuda en el mercado a un tipo de interés que no sea prohibitivo y amenace con deshacer los posibles beneficios que la política de demanda pretende conseguir en primer lugar. ¿Que a lo mejor el BCE podía imprimir más moneda? ¿Que el BCE podía lanzar eurobonos? Pues ciertamente, pero de momento no puede hacerlo porque la propia normativa europea se lo impide. A lo mejor convendría cambiar eso, pero es lo que es hoy por hoy. No hay más cera que la que arde, aunque no guste. {enlace a esta entrada}

[Wed Jan 11 13:11:28 CST 2012]

Rebelión continúa su ciclo de entrevistas al historiador Fernando Hernández Sánchez sobre el papel del PCE en la Guerra Civil española. En este caso, merece la pena resaltar sus comentarios sobre el golpe de Estado del coronel Casado, que puso fin al conflicto bélico, y la falta de previsión del PCE:

— ¿Preparó el PCE adecuadamente el final de la guerra? ¿No priorizó en exceso la salvaguarda de sus dirigentes y cuadros, abandonando a parte de su militancia y simpatizantes?

— Mi opinión es que el PCE no diseñó, en ningún aspecto, una estrategia de salida, ni siquiera para sus máximos responsables, que podrían haber sido cazados como conejos en la trampa de Elda tras el golpe de Casado, como les pasó a otros dirigentes en Madrid o en Levante. El PCE se negó hasta prácticamente los últimos días a contemplpar la posibilidad de la derrota. Según confesión posterior de algunos de sus máximos dirigentes, como el secretario de organización, Pedro Checa, hacerlo hubiera parecido una concesión al derrotismo. Lo cierto es que ello impidió dejar asentada una organización clandestina, con su aparato de propaganda y sus correspondientes responsables, a medida que se cedía terriotrio al enemigo, algo poco comprensible en un partido que se reclamaba leninista, lo que pasó una trágica factura en cada uno de los reiterados intentos posteriores de reconstrucción del partido.

— ¿Algún ejemplo de esa factura trágica?

Todas y cada una de las tentativas de una reconstitución del partido en el interior se saldaron con detenciones y fusilamientos hasta la década de los 50. Ocurrió con Quiñones —desautorizado, además, por la dirección oficial del PCE—; lo mismo con los sucesivos intentos de cuadros llegados de América del Sur o Norte de África; otro tanto con los núcleos de guerrilleros, tanto los evolucionados a partir de "huidos" como los desembarcados tras la experiencia de la resistencia antinazi en los años 40. Hasta los primeros balbuceos de recomposición de un movimiento obrero en los años 50, apenas hubo una organización efectiva del PCE en el interior más allá de los muros de las cárceles.

(...)

— Déjeme hacerle un contrafáctico, el único al que me atrevo. Si no se hubiera producido la traición de Casado, ¿qué hubiera podido pasar en la guerra civil española?

En cualquier caso, la guerra estaba inevitablemente perdida. Ahora bien, sin la sedición del Consejo Nacional de Defensa es probable que se hubiera podido llevar a cabo el repliegue escalonado hacia los puertos de Levante y, con ello, proceder a la evacuación exitosa de miles de cuadros políticos y militares experimentados. Piénsese en el papel que podrían haber jugado en una futura resistencia, tanto contra el hitlerismo —como lo hicieron en Francia— como en el interior. Añádase que no se habrían agudizado hasta extremos insoportables las fisuras entre las organizaciones del Frente Popular, que Negrín podría haber encabezado un gobierno en el exilio sobre una base unitaria, capaz de ofrecerse como interlocutor válido a los aliados. Todo ello en lugar del espectáculo de una guerra civil dentro de la guerra civil en Madrid, del deprimente cuadro de unas masas inermes entregadas en el puerto de Alicante a la venganza franquista, de la amargura de un exilio atomizado y dividido, de una oposición incapacitada para la articulación de estructuras unitarias casi hasta los años 70. Evidentemente, Casado y sus aliados prestaron un servicio impagable a la perpetuación de la dictadura.

— En su opinión, ¿Casado obró por convicción o fue un agente del franquismo?

— Está demostrado que mantenía contactos con Burgos a través de la quinta columna incrustada en su propio entorno. Ahora bien, mi opinión es que creyó en la posibilidad de salvar su responsabilidad y la de quienes le siguieran, cotizando a su favor el ahorro de sufrimiento que supondría acelerar el fin de la guerra eliminando a quienes más tenazmente mantenían la resistencia: Negrín y los comunistas. Como si a Franco le importsae el ahorro de sufrimiento de la población civil... Pensó que era posible un "abrazo de Vergara" y cometió una traición que no obtuvo su recompensa. Juró por su honor que se sacrificaría para que otros se salvaran y cuidó de ponerse a buen recaudo en un barco facilitado por los británicos mientras miles de republicanos abandonados a su suerte en el puerto de Alicante —merced a su traición— aguardaban sin esperanza una evacuación que no llegó y unas represalias implacables que no tardaron en caer sobre ellos.

Ya se sabe que la política-ficción no conduce a ningún lado, pero resulta intrigante pensar con el historiador qué hubiera sucedido si más gente pudiera haberse salvado y el Gobierno en el exilio hubiera mostrado mayor unidad en torno a Negrín cuando, años después las fuerzas fascistas fueron derrotadas por los aliados en los campos de batalla europeos. {enlace a esta entrada}

[Tue Jan 10 13:02:04 CST 2012]

¡Cómo nos gusta montar la marimorena en España por las declaraciones de tal o cual personaje público! Ahora le toca el turno a Álvaro Pombo, quien acaba de afirmar que "España prosperó gracias a Franco". Como era de esperar, la mitad de mis compatriotas se llevan las manos a la cabeza acusándole de fascista, en tanto que la otra mitad le da la razón sin el más mínimo atisbo de autocrítica por lo que sucediera bajo la dictadura franquista. Vamos, la misma historia de siempre. Así nos va. Yo, por mi parte, procederé a ganarme enemigos en uno y otro bando afirmando que las cosas son siempre más complejas de lo que las consignas partidistas de uno y otro lado nos dejan entrever. Así, parece históricamente factual que el régimen de Franco representó de hecho, guste o no, un paréntesis de estabilidad que pudo, por fin, ser aprovechado para sentar las bases de una economía desarrollada. Tanto el siglo XIX como el XX habían sido, en este sentido, un auténtico desastre en nuestro país. Eso está ahí, en los libros de Historia. Es algo objetivo que, de nuevo, puede o no gustar. Pero es así. Sin embargo, tampoco es menos cierto que la dictadura franquista, sobre todo durante sus primeros diez o quince años, tuvo un carácter inequívocamente fascista y sanguinario, por mucho que después se reconvirtiera en mero autoritarismo conservador. Asimismo, conviene recordar a Pombo y muchos otros que también hubo países que prosperaron en la segunda mitad del siglo XX sin necesidad de vivir bajo una dictadura. Pienso, por ejemplo, en los casos de Irlanda e Italia. En fin, que la realidad tiene mucho más colores que el blanco y el negro. Conviene recurrir a ellos en el momento de describirla y pintarla. {enlace a esta entrada}

[Mon Jan 9 17:01:35 CST 2012]

Hace un par de semanas, El País publicó una noticia en la que se hablaba de El puño invisible, de Carlos Granés, y que incluía en el título una referencia a lo paradójico que es que los manifestantes del 15-M reclamen "el derecho a ser burgués":

El puño invisible, actualizadísimo, arrance en 1900 y termina este mismo año, a un centenar de metros del lugar de la presentación, en la Puerta del Sol. Y por la actualidad preguntó Juan Cruz. ¿Qué tienen en común la rebelión actual y aquellas cuya "épica" retrata Granés? "El 15-M es antiutópico", respondió el ensayista colombiano. "Su referente es mayo del 68 pero los indignados en el fondo se rebelan contra la generación del 68. Daniel Cohn-Bendit abominaba del Estado y el 15-M lo que pide es más Estado. Se indignan porque se ha esfumado aquello que creíamos que nos iba a tocar por derecho. Por eso se saltan una generación y toman como referente a Stéphane Hessel, un resistente". Para ilustrar la corrección de las consignas del movimiento surgido en España, Granés recurrió a una de las más famosas: "'No somos antisistemas, el sistema es antinosotros'. Los indignados tienen todas las credenciales y las virtudes cívicas paraa ser burgueses ejemplares. Piden casa, trabajo, seguridad, estabilidad... todo lo que espantó siempre a los revolucionarios. El 68 se esforzaba por no ser burgués. Hoy lo difícil es serlo".

La pregunta lógica es: ¿qué ha cambiado en la sociedad capitalista avanzada para que "ser burgués" sea una aspiración que lleva a la gente joven a manifestarse? Recordemos que, hasta hace bien poco, nos reíamos de la predicción marxista de la paulatina pauperización de las sociedades capitalistas. Pues bien, aquí está. A lo mejor lo que tenemos que preguntarnos hoy día es, por el contrario, si el tan cacareado Estado del Bienestar no fue más que un paréntesis meramente temporal para acallar a los trabajadores en una época en que la amenaza roja estaba a la vuelta de la esquina. Obviamente, esa amenaza ya no existe, por lo que tampoco parece necesario ya molestarse en mostrar la cara amable del capitalismo. {enlace a esta entrada}

[Mon Jan 9 16:45:57 CST 2012]

El prestigioso semanario británico The Economist publicó hace un par de días un artículo sobre los problemas presupuestarios españoles que merece la pena leer:

There has been an ongoing debate over just how profligate euro-zone economies were prior to the present debt crisis. Some, like Greece, were obviously irresponsible. For other economies, however, the case is not so clear. Paul Krugman has repeatedly pointed out that Spain was behaving as one might hope before the crash, budgeting responsibly and cutting its debt-to-GDP ratio. Others (...) respond that Spain's seemingly sound budget relied on unsustainable capital inflows and was therefore recklessly loose. In the future, they argue, any euro-zone fiscal rules should take into account large capital inflows and require that fiscal policy tighten in response to them in order to prevent dangerous shocks.

La crítica tiene, sin duda, su fundamento. Es bien cierto que el superávit presupuestario español se basaba en buena parte en la entrada de capitales, que a su vez alimentaron el boom inmobiliario que todos conocemos. Sin embargo, España e Irlanda están lejos de ser los únicos países que se encontraron en una situación similar. ¿Qué decir de los mismísimos EEUU, que llevan ya un buen tiempo creciendo gracias a dicha entrada de capitales, por poner un ejemplo? Uno se pregunta qué sucederá el día que ese dinero fácil se acabe por lo que quiera que sea. Puede que el final llegue porque el Gobierno chino se canse de sufragar el consumismo voraz del estadounidense medio y cierre el grifo o debido a cualquier crisis política o económica. Sea como fuere, si la entrada de capital cuantioso y barato se acaba, uno se pregunta qué diantres puede pasarle a la superpotencia. Después de todo, así es precisamente cómo acabaron imperios anteriores.

En cualquier caso, en lo que respecta a nuestra política nacional, convendría que los dirigentes del PP, en lugar de darse tantas palmaditas en la espalda y presumir de "milagro económico" cuando gobernaba Aznar, reconozcan que aquel milagro estaba basado en trucos del almendruco como el que explica The Economist. De lo contrario, no harán sino continuar manipulando la crisis con una clara finalidad partidista que a lo mejor hasta redunda en su propio beneficio, pero que desde luego hará bien poco por ayudar a sus conciudadanos. {enlace a esta entrada}

[Fri Jan 6 13:09:17 CST 2012]

Menuda la que se ha montado en España con la propuesta del nuevo Gobierno de someter a control previo los presupuestos de las comunidades. Vaya, de entrada, que en principio, no comparto para nada los afanes centralizadores que parecen inspirar a los dirigentes del PP de un tiempo a esta parte (si es que alguna vez creyeron realmente en esto del Estado de las Autonomías, que es otro asunto), pero dependiendo de cómo se lleve esto a cabo puede que hasta esté de acuerdo con la medida. Todo depende de cuáles sean las intenciones últimas. Si se pretende recentralizar el Estado so pretexto de controlar el gasto público, no me gusta nada. Ahora bien, las cosas como son, tampoco me gusta nada que los gobiernos autonómicos gasten sin ton ni son porque Papá Estado siempre se ofrece a echarles una mano, como sucedió ayer mismo con la Comunidad Valenciana (ver noticia aquí). Dicho comportamiento se diferencia bien poco de las prácticas aplicadas por los banqueros estos últimos años: privaticemos las ganancias y socialicemos las pérdidas. O, aplicado a este otro tema: gastemos lo que nos parezca bien sin subir los impuestos para que los ciudadanos no se nos echen encima y, cuando incurramos en deuda, demandemos que el Estado central venga a salvarnos.

Como era de esperar, Cataluña y País Vasco han saltado inmediatamente oponiéndose a la medida. Llama algo la atención en el segundo caso, debido a que tiene su propio modelo fiscal por el que en realidad muestra bien poca solidaridad hacia el resto del Estado. Pero, en cualquier caso, uno se pregunta si acaso quienes están al frente de las finanzas públicas en Cataluña y País Vasco no aciertan a ver lo que, creo yo, ve meridianamente casi todo el mundo, esto es, que la opción es entre que Merkel le diga a Rajoy lo que hay que hacer y éste, a su vez, se lo diga a ellos, o que sea Merkel quien se lo diga directamente. En otras palabras, que siguen jugando a la soberanía nacional en un mundo en el que ni griegos, ni portugueses, ni irlandeses, ni españoles, ni italianos pintan nada de nada cuando la señora Merkel da órdenes en nombre de los mercados. Eso es precisamente lo que parecen haber perdido de vista. {enlace a esta entrada}

[Thu Jan 5 17:31:44 CST 2012]

Leo hoy un artículo de Juan Carlos Monedero sobre la falta de conciencia militante en el seno de la izquierda española a consecuencia del anuncio de los problemas económicos por los que atraviesa el diario Público y no tengo más remedio que darle la razón. El siguiente párrago lo resume todo bastante bien:

...LA IZQUIERDA NO ES CAPAZ DE SOSTENER SUS PROPIOS REFERENTES DE IZQUIERDA, PENSANDO QUE SU FINANCIACIÓN VIENE DEL CIELO [mayúsculas en el texto original]. Y si la izquierda no está dispuesta a sufragar sus medios, sus editoriales, su cine, su poesía, ¿quién lo va a hacer? ¿Acaso la derecha, los banqueros, el FMI o el BCE? Dense una vuelta por el Corte Inglés y verán los estantes llenos de libros revisionistas dictados por los turiferios de Intereconomía. No los compra mucha gente, pero da lo mismo: ahí están, normalizando el discurso. Y lo mismo ocurre con los canales de la TDT madrileña, las ONG que no quieren cambiar ni una coma del guión neoliberal, las revistas reaccionarias, los seminarios de profesores deudores de Viriato y Von Hayek...

Quizá sea debido a la falta de madurez democrática, pero lo cierto es que en nuestro país estamos acostumbrados a que nos lo den todo hecho y, por supuesto, a pedirlo todo gratis (¿a quién extraña que seamos un paraíso para la música y las películas pirateadas?). Nos falta, casi no hay ni que decirlo, responsabilidad y conciencia cívicas. Pero, sobre todo, no queremos entender que todo lo que merece la pena cuesta algo. Cuesta dinero y cuesta esfuerzo. A lo mejor por ello tenemos la izquierda que tenemos. No es que la de otros sitios sea como para lanzar fuegos artificiales, pero sin duda han conseguido históricamente mucho más que nosotros. Y no es sólo porque la burguesía española sea más retrógrada que la de otros lugares, que también, sino debido a nuestras propias limitaciones. Permítanme una generalización ciertamente injusta: somos demasiado holgazanes. {enlace a esta entrada}

[Mon Jan 2 18:51:49 CST 2012]

Interesante artículo el que me encontré esta mañana cuando echaba un vistazo a las noticias en la Web. Al parecer, un buen número de gobiernos locales en Alemania está reivindicando a los perseguidos por brujería entre 1500 y 1782. La noticia no tendría mayor importancia si no fuera porque se trata de víctimas de las iglesias protestantes, y no de la Inquisición. Por lo demás, las razones por las que estas personas fueron ejecutadas no difieren en nada: herejía, acusaciones de brujería sin prueba alguna, etc. Ya se imaginaba uno que la tradicional actitud de superioridad moral con que tantos protestantes hablan de la intolerancia y superstición católicas ocultaba en realidad un buen número de excesos y críenes, pero ahora al menos ve uno confirmadas sus sospechas. {enlace a esta entrada}

[Mon Jan 2 17:35:34 CST 2012]

Leo hoy en Público un artículo sobre Tierras de sangre. Europa entre Hitler y Stalin, del historiador Timothy Snyder que viene a subrayar, una vez más, la magnitud de los crímenes cometidos por ambos dictadores en el siglo XX:

Los crímenes de Stalin se asocian con Rusia y los de Hitler con Alemania, pero la zona más mortífera de la Unión Soviética fue su periferia no rusa, mientras que los nazis mataban generalmente fuera de Alemania. "Se suele identicar el horror del siglo XX con los campos de concentración, pero no fue en ellos donde murió la mayor parte de las víctimas de los dos regímenes", explica Timothy Snyder (EEUU, 1969) en Tierras de sangre. Europa entre Hitler y Stalin, ensayo publicado por Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores. "Ese malentendido en cuanto a los lugares y a los métodos de los asesinatos en masa nos impide percibir todo el horror del siglo XX", asegura.

(...)

El estudio que ahora llega a las librerías se define en aspectos militares, políticos, económicos, sociales, culturales e intelectuales. Y, por supuesto, geográficos. No una geografía política, sino una geografía de las víctimas. Porque el corazón de la investigación de Snyder es demostrar cómo estas tierras no fueron un territorio político, sino los lugares donde los regímenes más crueles de Europa realizaron su obra más mortífera. Cuando comienza la II Guerra Mundial, los soviéticos ocupan los países bálticos y Polonia oriental; a continuación, los alemanes invaden la URSS, en 1941, es decir, ocupados por segunda vez; y triple ocupación, cuando el poder soviético vuelve en 1944. Una experiencia peligrosa y mortal.

Según sus cálculos, el régimen estalinista asesinó a seis millones de personas deliberadamente y el régimen nazi a 11 millones. "Si añadimos a todas estas personas aquellas que perecieron por enfermdedad o hambre en los campos de concentración, el número aumenta a alrededor de nueve millones de personas más para los soviéticos y unos 12 millones para los alemanes", aclara el historiador. Naturalmente, a esos números estremecedores hay que sumar la muerte de los militares. "Estas son una responsabilidad alemana", señala Snyder para destacar la liquidación nazi. Curiosamente, esta fue también la parte del mundo más mortífera para los soldados: alrededor de la mitad de las bajas militares de la contienda cayeron allí.

Pero lo que importa no es el número exacto de personas que perecieron víctimas de estos totalitarismos, ni tampoco importa si se mató más en nombre del nazismo o del comunismo. Lo que realmente importa, me parece, es aprender de aquella experiencia. Ya sé que esto se ha repetido muchas veces, pero nunca está de más advertirlo una vez más, sobre todo ahora que vivimos en tiempos más bien impredecibles y corremos más riesgo de dejarnos llevar por demagogias y simplificaciones a izquierda y derecha. Da igual que justifiquemos el sometimiento de los individuos en nombre de la nación o de la utopía socialista, si perdemos de vista que el objetivo último ha de ser construir una sociedad donde las personas puedan desarrollar sus facultades humanas en un contexto de libertad, justicia y solidaridad, hemos puesto ya la primera piedra para la construcció;n de un régimen criminal. Eso es lo que conviene no perder de vista y tener siempre bien presente en nuestras mentes. La búsqueda de chivos expiatorios a quienes hacer pagar por los supuestos males que nos aquejan es lo que conduce, tarde o temprano, al infierno en la tierra. Por cierto, que tampoco estaría de más observar que los totalitarismos del siglo XX vinieron a demostrar palpablemente que el dogma religioso no es necesariamente el único capaz de justificar los crímenes más horrendos. El secularismo iluminado es tan peligroso como el fundamentalismo fanático. Conviene tenerlo bien presente. {enlace a esta entrada}