[Sat Aug 18 08:31:33 CDT 2012]

Ya está uno un poco harto, la verdad, de tanta pereza intelectual a la hora de analizar las cosas. Parece que, dejándonos llevar por el bipartidismo imperante en la mayoría de las democracias avanzadas (cierto, en muchos casos hay, al menos nominalmente, muchos partidos, pero en realidad todo se reduce a un manido turnismo entre el centro-derecha y el centro-izquierda), nos empeñamos en verlo todo en facilones términos duales, binomios de "buenos" y "malos" como los que se les vende a la audienia infantil en las mediocres películas de Hollywood que se han adueñado de nuestras pantallas repitiendo una y otra vez el mismo mensaje. De hecho, tan abrumador se ha hecho este esquema de interpretación que hasta la izquierda más crítica hace alarde de ramplonería y recurre a él constantemente. Digo esto porque me está empezando a cabrear sobremanera el mantra, repetido desde la izquierda-izquierda, según el cual no es cierto que hayamos "vivido por encima de nuestras posibilidades" durante las últimas dos décadas. Lo siento mucho, pero no pico. Dejemos una cosa bien clara: el sobre-endeudamiento de las familias españolas es un hecho insoslayable que nadie puede negar. Y, si resulta que hemos estado tirando de tarjeta de crédito para mantener (o incluso mejorar) nuestro nivel de vida (medido, eso sí, en términos de consumo material) porque nuestros ingresos no daban de sí lo suficiente, ¿cómo demonios podemos describir esa situación si no es afirmando que "hemos vivido por encima de nuestras posibilidades"? Ahora, si alguien quiere añadir alguna aclaraciones (notas a pie de página, como quien dice) para poner de manifiesto que quienes en realidad se han beneficiado del "milagro económico español" a medio plazo han sido las oligarquías de siempre, me parece muy bien. Que el consumo exacerbado y el endeudamiento excesivos se fomentaron durante un par de décadas para poner en marcha la economía en un contexto de competición global y salarios deprimidos (cuidado, esto no se ha hecho solamente aquí; y quien no me crea solamente tiene que echarle un vistazo a las cifras del endeudamiento familiar en los EEUU), multiplicando de esta forma los beneficios de los de siempre es una verdad como un templo. Nadie con un mínimo de sensatez lo duda a estas alturas. Pero me parece vital para la izquierda el aceptar que la clase obrera, las "clases populares", la "gente normal y corriente" o como demonios lo quieran llamar ha sido parte integrante del problema al hacerles el juego durante todos estos años, lo que quiere decir que, no engañemos a nadie, la salida a la crisis pasa necesariamente por olvidarse de esos "años de gloria" que eran realmente insostenibles. Nos mintieron y nos engañaron, ciertamente. Pero nosotros fuimos cómplices al participar en el juego. O, para ponerlo de otra forma, nos comportamos un poco como los indígenas que se encontró Colón al llegar a América. Nos deslumbramos con las baratijas que nos mostraba el "gran hombre blanco". Ahora podemos acusarles a ellos de comportarse de forma deshonesta, sin duda, pero también tenemos la obligación de reconocer nuestra ignorancia cómplice. De lo contrario, nunca seremos capaces de encontrar a esta crisis una salida por la izquierda. {enlace a esta entrada}

[Fri Aug 17 13:11:05 CDT 2012]

He de reconocer que me mosquean la falta de rigor y el sensacionalismo que, cada vez más, prevalecen en los medios de comunicación, incluyendo a algunos de los más prestigiosos y respetados. En lugar de informar, uno tiene la impresi&pacute;n de que lo que hacen es esparcir curiosidades sin proporcionar el contexto necesario para entender lo que se lee. Me parece la estrategia equivocada, sobre todo en una época en que podemos obtener datos e información fácilmente a través de la Red. Me parece que los medios de comunicación, sobre todo la prensa, solamente podrán salvarse si, en lugar de mera información, se esfuerzan por proporcionar conocimiento (esto es, datos e informaciones en un contexto y con vistas a su aplicación práctica). De lo contrario, el mero dato y la información, como digo, ya están disponibles en mil sitios. Por supuesto, el problema para los diarios entonces sería ofrecer unos salarios y condiciones de trabajo dignos para poder atraer al tipo de profesionales que pueden escribir ese tipo de trabajos (además de olvidarse de perseguir la última noticia, cosa que debiera dejar a otros medios).

En fin, todo esto viene a cuento de una noticia que he visto publicada en numerosos periódicos tanto españoles como estadounidenses, pero que en ningún sitio he visto tratada con un mínimo de rigor. Me refiero a la noticia sobre la clasificación internacional de universidades que publica la Universidad Jiao Tong de Shanghái. Este año, como de costumbre, los primeros puestos están copados por universidades estadounidenses y, también como suele suceder, las primeras universidades españolas aparecen muy abajo en la clasificación.

La verdad es que no sabe uno ni por dónde empezar con la dichosa noticia. Veamos. En primer lugar, conviene tener presente que la mayoría de las universidades estadounidenses que copan la clasificación son privadas, no públicas. Esto quiere decir, como es obvio, que la matrícula cuesta un ojo de la cara. Si, en el caso de los EEUU, esto ya es así para las universidades públicas, imagínense ustedes en el caso de las privadas, como es el caso de Harvard o Yale. En segundo lugar, también conviene recordar que, cuando uno va a la universidad, suele hacerlo para estudiar algo en concreto. Y, en este sentido, una clasificación de las universidades, así, en general, vale más bien poco. En otras palabras, ¿seguro que no hay ninguna universidad situada en puestos más bajos que quizá tenga mejores estudios de antropología, filosofía o filología rusa que las que aparecen en cabeza? No lo sabemos. Esto de las clasificaciones es así. Es como las clasificaciones de las mejores ciudades para vivir, que dependerá de las preferencias personales de cada cual (de hecho, habrá gente que ni siquiera prefiera vivir en una ciudad). Pero es que, y esto me parece muchísimo más importante, no queda nada claro qué es lo que está midiendo esta dichosa clasificación. Ninguna de las noticias que he leído parece aclararlo. Tiene uno que echarle un vistazo a la información sobre la metodología aplicada al estudio en cuestión para darse cuenta de varias cosas interesantísimas. Resulta que quienes han elaborado el estudio han medido cosas como el número de profesores con premio Nóbel que trabajan en la universidad, o el número de antiguos alumnos que han obtenido el prestigioso premio, así como el número de artículos publicados en revistas especializadas. O, lo que es lo mismo, que la clasificación no refleja cuáles son las mejores universidades para aprender, sino para investigar. Eso, como digo, no queda nada claro en ninguna de las noticias que he leído. Y, una vez más, todo dependerá del objetivo de cada cual. Si uno pretende vivir de la investigación, pues a lo mejor esta clasificación puede dejarle las cosas bien claras, pero si la prioridad de uno es aprender la verdad es que no ayuda mucho. Todos sabemos, por un lado, que quien sabe investigar no tiene necesariamente porqué ser bueno enseñando. Pero es que, además, también sabemos que muchas "estrellas" están ahí más para atraer la atención (y los fondos privados) que para enseñar, a juzgar por la frecuencia con la que ponen un pie en un aula. O, como decíamos, que lo que mide la dichosa clasificación no es cuáles sean las mejores universidades del mundo, sino aquellas que cuentan con el personal más afamado y los mejores investigadores. Una vez observamos esto, no tiene nada de extraño, entonces, que aquellas que copan los primeros puestos sean también las que cuentan con más medios. O, para explicarlo de otra forma, que pensar que éstas han de ser necesariamente las mejores universidades en lo que respecta a educación y aprendizaje (y no a investigación o fama) sería algo así como enviar a nuestros hijos a las escuelas de fútbol del Real Madrid basándonos únicamente en el hecho de que la plantilla de su primer equipo cuenta con un magnífico número de estrellas. No acierta uno a ver qué diantres tendrá que ver la velocidad con el tocino. Y, sin embargo, los medios de comunicación, en lugar de hablar de todo esto, se limitan a reproducir titulares sensacionalistas.

Y, cuidado, porque entiendo perfectamente que no es nada fácil medir algo tan etéreo como la calidad de la enseñanza. La crítica no va por ahí. En otras palabras, no critico tanto el estudio como la forma en que se nos está presentando en los medios de comunicación, que me parece falsa y tergiversadora. {enlace a esta entrada}

[Thu Aug 16 15:06:36 CDT 2012]

El País publicaba ayer un artículo de Víctor Lapuente titulado La enfermedad institucional de España que debiera ser casi de obligada lectura para todo aquel interesado en reflexionar sobre las áreas que debiéramos reformar para fomentar un cambio que nunca ha sido tan necesario como ahora. Si los partidos que firmaron el Paco de La Moncloa pusieron en pie la estructura de un sistema de democracia representativa que, con todos sus defectos, ha demostrado ser lo mejor que le sucedió a España en muchas décadas y el PSOE de Felipe González y Alfonso Guerra llevó a cabo el proceso de modernización de la sociedad española que nos incorporó finalmente a Europa, ahora estamos necesitados, igualmente, de un nuevo ímpetu reformador (una "segunda transición", lo llaman algunos) que venga a renovar los mismos cimientos de nuestro sistema político, nuestra Administración y, más importante aún, fomente la transformación definitiva de la sociedad entera. En este sentido, creo que a Lapuente le asiste toda la razón del mundo al hablar de la politización de nuestra Administración:

En mi opinión, la diferencia clave entre España y otros países —o para ponerlo en términos más genéricos, entre los países desarrollados con aparatos estatales más politizados (como España, Grecia, Italia, Portugal, Francia o Bélgica) y los países desarrollados con administraciones más profesionalizadas (como Dinamarca, Suecia, Reino Unido, Nueva Zelanda, Canadá o Australia)— radica en el marco legislativo de su función pública. En primer lugar, las regulaciones en países como el nuestro admiten que un grueso número de niveles administrativos quede en manos de personal de confianza política. Por ejemplo, no tiene sentido que el gerente de un hospital sea elegido siguiendo un criterio político, como en muchas ocasiones han denunciado expertos en nuestro sector público como Francisco Longo. Es decir, sufrimos una fuerte politización "desde arriba". Otros países, por el contrario, imponen límites al avance de la política en las estructuras administrativas usando diversos mecanismos, como la creación de una dirección pública profesional e independiente.

En segudo lugar, padecemos también la denominada politización "desde abajo"; es decir, nuestros funcionarios pasan con enorme facilidad a desempeñar cargos de responsabilidad política. Se trata esta de una cuestión ausente del debate público. ¿Qué premios o castigos reciben aquellos empleados públicos que dan el salto a la carrera política? Las diferencias dentro del contexto de la OCDE son profundas. Por una parte, los países anglosajones y nórdicos (pero también otros con sectores públicos dinámicos, como Alemania o Corea) intentan separar las carreras profesionales de funcionarios y de políticos. De esta forma, los empleados públicos pueden volcar sus energías en la mejor manera de llevar a cabo sus actividades —en lugar de, por ejemplo, granjearse contactos personales con sus superiores políticos;mdash;. Estos países desincentivan el salto a la política imponiendo límites a las actividades políticas de los funcionarios y costes para aquellos empleados públicos que quieren regresar a la carrera funcionarial después de la aventura política.

Muy distinto, obviamente, de lo que se ve en España, donde hay un buen número de funcionarios que se dedican a la política cuando su partido está en el poder para después regresar a su puesto en la Administración cuando pierden las elecciones. El efecto de esto es, por un lado, que contamos con un cuerpo de funcionarios bastante politizado. Pero es que, por otro lado, sufrimos también un exceso de cargos de designación política (esto es, de cargos designados "a dedo", como se suele decir en la calle), al menos cuando lo comparamos con otros países de nuestro entorno. Ni que decir tiene que esto tiene como corolario, por supuesto, una Administración demasiado politizada y relativamente menos profesionalizada que la de otros país;es. {enlace a esta entrada}

[Wed Aug 15 11:48:57 CDT 2012]

Hoy, a través de Papeles perdidos, en la sección cultural del diario El País, he aprendido sobre la existencia de un delicioso libro titulado Jin Ping Mei, claro exponente de la literatura erótica (y clásica) china. Para una mente contemporánea, se hace algo difícil aceptar que los chinos de finales del siglo XVI se atrevieran a tratar la temática sexual con tanta libertad. Y, a decir verdad, todo parece indicar que el librito fue censurado a más no poder, no sólo por su alto contenido erótico, sino por su feroz crítica social a la China de la dinastía Ming. El caso es que la obra, escrita en cien capítulos, no tiene una autoría clara, como en cierto modo sucede con nuestro La lozana andaluza (aunque se atribuye al clérigo Francisco Delicado, la verdad es que no está nada claro que él fuera realmente su autor). Suele suceder con este tipo de libros, la verdad. Así pues, su autoría se atribuye a alguien que se conoce por el seudónimo El erudito de las carcajadas, que bien pudiera encubrir en realidad a varios creadores. El siguiente pasaje nos da una idea de lo subido de tono que es el texto:

Ximen Quing entró por la terraza. Ella lo recibió en la escalera y una vez en la estancia se inclinó ante él y se sentaron. De hecho, desde la muerte de Wu el mauor, la mujer no había guardado duelo en absoluto. (...) Se reunía con Ximen Quing y juntos disfrutaban de su mutuo placer. Hacía dos días que no lo veía, así que lo regañó (...). Hacía un día típico de principios de quinto mes, cuando suelen producirse fuertes lluvias. Un sol resplandecía en el cielo cuando de pronto empezaron a agolparse las nubes y se desató una tormenta. Se veía:

Nubes negras que nacían en las cuatro direcciones; una bruma oscura que cubría el vasto firmamento barriendo el cielo y ocultando el sol. Las gotas golpeaban las hojas del banano hasta romperlas, acompañadas de un viento enfebrecido que derrumbaba los viejos enegros que se alzaban en el cielo. Rayos y truenos se entrecruzaban, haciendo temblar en Tai, el Hua, el Song y el Qiao.

Verdaderamente es cuando el Yangtsé, el Hui, el Amarillo y el Qi renuevan sus aguas, cuando el bambú esmeralda, el rojo graneado relucen con mayor esplendor. (...)

En el dormitorio la pareja se revolcaba, daba vueltas como fénix enamorados, como peces en el agua, disfrutando de su mutuo placer. Las artes amatorias de la mujer superaban en mucho a las de las prostitutas, y conocía cien maneras de satisfacerlo. Ximen Quing, por su parte, también desplegaba los mejores movimientos de su lanza. La hermosa doncella y el muchacho de talento estaban en el mejor momento de la vida. Un poema describe su encuentro:

En la quietud de la estancia de orquídeas, la estera y la almohada
están frescas
el muchacho de talento y la hermosa doncella sucumben al rapto.
Él voltea la vela roja encendida
y de pronto la barca nocturna emprende camino.
La mariposa del perfume robado liba en el cáliz,
mientras juega la libélula en el agua, subiendo y bajando.
Extremo placer, sentimientos profundos, gozo sin límites;
la tortuga divina expulsa de su boca su prístino manantial.

En fin, que esta pequeña joya de la literatura clásica china puede encontrarse en las librerías españolas en edición de Atalanta. Lectura recomendada para el verano, según los autores de Papeles perdidos.

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[Mon Aug 13 13:16:11 CDT 2012]

Hoy me he topado en Facebook una viñeta cuya autoría ignoro por completo, pero que retrata a la perfección la situación en que nos encontramos (con un poco de humor, eso sí):

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[Sun Aug 12 12:34:01 CDT 2012]

El País publica hoy una entrevista con el escritor Antonio Gala que saco aquí a colación no tanto porque la entrevista en sí me parezca excelente ni porque me guste especialmente lo que escribe Gala, sino por unas cuantas afirmaciones que me parecen curiosas o incluso jocosas. Por ejemplo, me parece interesante la facilidad con la que Gala pasa del malhumor o la vanidad (y hasta la mala educación, en ciertas ocasiones) a todo lo contrario:

— ¿Por qué tiene usted tanto tirón? Porque está claro que lo tiene, más allá de como escritor, como personaje, digo.

— Eso del tirón es una ordinariez tuya... pero es verdad. Hay gente que me tiene auténtica devoción. Llegar hasta esta sala, atravesando el bar, ha sido un calvario. Un señor le ha dicho a su ni&ntild;o: "¡Mira, este hombre es un maestro!". Y yo le he dicho a él: "¡Pero, hombre, si eso del maestro es lo peor que se le puede decir a un niño!". Sís, es verdad, la gente me quiere. Yo lo agradezco mucho... pero no soy nada dado, nada dado a...

— A la alharaca.

— Eso es. Me encanta la palabra alharaca... parece el mote de un putón. "¡Mírala, ahí viene La Alharaca!".

Un segundo motivo por el que menciono esta entrevista en mis páginas es por la afirmación que hace con respecto a la popularidad de su figura comparada con la de su obra:

— Hace un montón de años, en una entrevista en su casa de Madrid, me dijo una cosa que me dejó perplejo: "Soy uno de los escritores que más vende en este país... y de los menos leídos".

— Es que es verdad. ¿Por qué? Porque la gente siente por mí una extraña predilección. Porque percibe en mí la invalidez, la soledad, y entonces me quiere de una manera especial, de una manera protectora.

Me temo que seguramente no le falta razón en cuanto al comentario que hace de que, en realidad, se le lee poco, aunque seguramente no es tan cierto en lo que respecta a sus columnas periodísticas. Yo todavía guardo un grato recuerdo de aquella página al final del El País Semanal titulada Charlas con Troylo. A decir verdad, en demasiadas ocasiones me parecía excesivamente ingenuo, pero algo así como la voz de la conciencia que siempre conviene tener ahí, aunque sea de fondo (y, todo hay que decirlo, aunque demaiado a menudo diga cosas predecibles). El caso es que, de una u otra forma, podíamos contar con el bueno de Antonio Gala para hacer comentarios sobr la actualidad social y política con una fuerte dosis de humanismo y sensibilidad, si bien no siempre de una forma realista. Pero, como digo, es necesario contar con una figura así. No obstante, por lo que hace al resto de su literatura (novela, poesía, drama...), tiene uno la sensación de que lo que dice es absolutamente cierto: se han comprado sus libros, pero no se le ha leído. Yo, sin ir más lejos, he de reconocer que hace ya muchos años compré El manuscrito carmesí y hasta comencé a leerlo bastantes años después, pero lo abandoné sin acabarlo. Y no es que el libro fuera redomadamente malo, pero por aquel entonces tampoco me pareció vital continuar leyéndolo. Surgiría algo (no recuerdo exactamente qué) y abandoné su lectura sin que desde entonces me haya parecido necesario retornar a él. A lo mejor algún día lo haré.

Finalmente, tenemos un buen ejemplo de su indiscutible sensibilidad y su toma de posición en favor de unos principios humanistas en esta misma entrevista:

Con la avalancha que nos está tocando vivir, ¿le da por pensar en la gente que las está pasando canuta, así, en abstracto, o siempre piensa en personas y casos concretos?

En concreto. Porque si pienso en abstracto, eso es algo que me quita literalmente el sueño, a pesar de las pastillas que tomo. Entonces no puedo pensar en otra cosa, ni hablar ni escribir de otra cosa. Y es esta circunstancia la que está retrasando que yo me decida a haccer algo a lo que me había resistido, pero a lo que finalmente dije sí: mi autobiografía.

Esa preocupación por el individuo concreto, de carne y hueso, frente a las ideas abstractas, caracterizan a un espíritu humanista como el de Gala. Algo así nunca está de más, sobre todo en un entorno en el que casi todo lo que se valora es la macroeconomía, obviando por completo (salvo en la retórica más facilona) el sufrimieno de tantas y tantas personas que casi no tienen ni para comer. En fin, que aunque Antonio Gala no sea, seamos sinceros, santo de mi devoción, síl; que me parece que desempeña un papel necesario en nuestra sociedad, sobre todo en momentos como éstos. {enlace a esta entrada}

[Thu Aug 9 11:16:23 CDT 2012]

Interesante el artículo firmado por Nazario Soto sobre Bukowski, la piratería y la literatura popular, publicado por Rebelión. De hecho, lo que me llamó la atención fue su primer párrafo:

Desde mi poco amable punto de vista Charles Bukowsky [sic] le ha hecho mucho daño a la literatura mexicana y latinoamericana (que claro que aún existen estas categorías culturales, por más que se empeñe en negarlas el novelista neoliberal Jorge Volpi). ¿Por qué Bukowsky ha dañado inconscientemente nuestras letras? Por el mismo fenómeno que sucedió con Rubén Darío, Pablo Neruda, y Octavio Paz en la poesía; Charles Chaplin en el cine, John Lennon en la música, o Picasso en la pintura: el surgimiento de una caterva de copistas, una legión de clones, un club de imitadores que se dedican mediocremente a seguir al pie de la letra pirateando los pasos de su intocable modelo. Tal es el caso de innuberables Bukowskytos que desde hace años creen y fingen estar haciendo poesía —y hasta la publican— con solo versificar (repito lo que afirmaba el verdadero poeta Gil Scott-Heron: Versificar no es poetizar) anécdotas más o menos ingeniosas sobre sexo, drogas o violencia, logrando únicamente caer en el lugar común, en el ahora cliché bufonesco del "poeta maldito" (más bien malito).

Y digo que me llamó la atención porque, creo, lleva toda la razón del mundo, aunque la verdad es que yo no sé nada de la literatura mexicana contemporánea. Pero, en fin, parece probable que Soto esté hablando de lo que se observa en otros países igualmente: de cuando en cuando, tal o cual artista se pone de moda y aparecen como setas una enorme multitud de imitadores que se convierten, asimismo, en moda (nótese que se trata de un término puramente comercial: la moda es lo que vende), independientemente del hecho de que no hagan sino imitar sin aportar nada. En cierto sentido, nos pasa a todos. Leemos algo que nos gusta e inmediatamente buscamos en la Red a ver si hay otros libros similares. De hecho, Amazon y otros sitios web nos dan el trabajo ya medio hecho, incluyendo a menudo unas cuantas sugerencias con libros similares ("si te gusta este libro, probablemente también te gustará..."). En otras palabras, es la propia dinámica del mercado la que empuja a este tipo de imitaciones. Si algo funciona, si algo vende, se escribirá y se publicará, independientemente de su calidad. {enlace a esta entrada}

[Wed Aug 8 12:33:25 CDT 2012]

Leemos hoy en las páginas del diario Público que el 55% de los 3,2 millones de empresas españolas no tiene asalariados o, lo que es lo mismo, que en la amplia mayoría de los casos se trata de autónomos. Como se explica en la noticia:

La crisis ha destruido mucho empleo pero apenas ha cambiado la estructura del tejido empresaria español: tanto en 2008 como en 2012, el 99,8% de las empresas españolas son pymes (menos de 200 empleados); sólo el 0,2% son grandes empresas.

Lo que sí ha cambiado es la distribución del empleo: las empresas sin asalariados representaban el 51,3% del total en 2008 y en 2012 ya son el 55,2%; las empresas con entre 1 y 199 han pasado en cuatro años del 48,5% al 44,7%; mientras que las grandes empresas siguen igual.

No se trata de algo nuevo, la verdad. La economía española parece tener una representación significativamente mayor que otras de autoempleo y subempleo. Hasta las administraciones públicas se dedican a externalizar labores que podrían realizar funcionarios, pero que se prefiere pasar a manos de los mismos trabajadores mediante la figura del autoempleo. Se trata de un truco como cualquier otro para reducir costes que, además, puede emplearse para presumir de iniciativa empresarial. Y, ahora que lo menciono, todo esto me recuerda algo que he sospechado desde hace bastante tiempo: me da la impresión de que, al contrario de lo que se afirma tan a menudo, nuestro problema no tiene nada que ver con la falta de iniciativa empresarial, sino más bien con la falta de empresas sólidas que empleen a un buen número de trabajadores. Es decir, que durante las últimas dos décadas nos hemos cargado el sector industrial y no hemos acertado a sustituirlo por otra cosa. Hasta este momento, solamente tenía la prueba má's bien anecdótica de que yo personalmente conozco a bastante más gente que lleva su propia empresa en España que en los EEUU, donde he residido durante casi el mismo número de años. Pero ahora tenemos estas cifras para confirmar lo que hasta ahora no era sino una mera sospecha: el problema español no es la falta de iniciativa empresarial, sino muy otro. Sencillamente, no contamos con el tejido industrial que sí conservan otros. {enlace a esta entrada}

[Tue Aug 7 15:37:01 CDT 2012]

Ayer, navegando por ahí, me encontré con una noticia publlicada por el diario británico The Guardian en la que se nos informaba de que a Paulo Coelho no le gustaba nada la literatura de James Joyce. Bueno, en realidad, cuando uno lee la noticia, no se trata de todo James Joyce, sino fundamentalmente del Ulises:

Speaking to Brazilian newspaper Folha de Sao Paulo, Coelho said the reason for his own popularity was that he is "a modern writer, despite what the critics say". This doesn't mean his books are experimental, he added —rather, "I'm modern because I make the difficult seem easy, and so I can communicate with the whole world."

Writers go wrong, according to Coelho, when they focus on form, not content. "Today writers want to impress other writers," he told the paper. "One of the books that caused great harm was James Joyce's Ulysses, which is pure style. There is nothing there. Stripped down, Ulysses is a twit."

La verdad es que jamás he leído ninguna de las obras de Coelho (aunque no me importaría hacerlo), así que ignoro cuál pueda ser su forma de escribir. Eso sí, debido al hecho de que es tan popular, infiere uno que no se dedica precisamente a la literatura experimental, sin que ello quiera decir absolutamente nada con respecto a su calidad, cuidado. Me da la impresión de que Coelho cae precisamente en el mismo error que muchos de quienes le critican: sostiene que sólo hay una forma de entender la literatura. Por el contrario, no entiendo la razón por la que no podamos considerar una novela con contenido como algo de calidad, de la misma forma que podemos hacer lo mismo con una novela experimental. La calidad no depende de que se trate de una obra "de contenido" o experimental, sino de otras cosas. Tampoco depende, dejémoslo claro, de las ventas, que me temo que por ahí es precisamente por dónde van los tiros. Ni la literatura de Coelho ha de ser mala porque venda mucho, ni tampoco tiene porqué ser buena por ello mismo, como me da la sensación de que asume él. Se trata de algo mucho más difícil de identificar, pero que casi siempre el tiempo se encarga de dejar en su sitio. Sencillamente, estamos hablando de dos niveles completamente distintos. En todo caso, no estoy para nada de acuerdo con la afirmación de Coelho de que los escritores hoy en día escriben para otros escritores, prestando atención solamente a la forma y no al contenido. No sé en qué mundo vivirá Coelho, pero desde luego no parece ser el mismo que el mío. {enlace a esta entrada}

[Mon Aug 6 15:19:18 CDT 2012]

Hay veces que la hipocresía occidental en asuntos de política exterior da verdadero asco. Me refiero a todo lo que se ha venido oyendo y leyendo a raíz del conflicto civil en Siria. Antes que nada, dejemos claro algo bien importante: nadie pone en duda que el régimen de Bachar el Asad sea una opresora dictadura, pero de ahí a convertir a la oposición en "luchadores por la libertad", como parecen estar haciendo algunos medios de comunicación y gobiernos occidentales, media un abismo. Poco a poco aparecen noticias aquí y allá sobre los desmanes que también comete la oposición al régimen (vése, por ejemplo, la noticia publicada hoy en El País sobre la peculiar manera que tiene la oposición de aplicar la justicia en Alepo. Se trata, como era de esperar, de lo de costumbre: arbitrariedad, favoritismo, nepotismo, tortura, ejecuciones sin ton ni son... es decir, lo mismo que Bachar el Asad, pero bajo otra bandera. ¡Menuda sorpresa! Y, por si esto fuera poco, ahora resulta que también tenemos el típico caso de cambio de chaqueta: el Primer Ministro sirio ha anunciado que se pasa a las filas de la oposición. Según sus propias palabras, abjura de un régimen "terrorista y asesino" (al parecer, no era tan terrorista ni asesino durante el tiempo en que se labró su carrera política) y dice ahora defender la "libertad". Mientras tanto, por supuesto, los gobiernos occidentales, al igual que hicieron an Libia anteriormente, aprietan el acelerador de sus máquinas propagandísticas intentando vendernos las maravillas de estas nuevas "revoluciones democráticas" que, se supone, están despertando a los países árabes e instaurando democracias representativas por doquier. Esperemos que todo esto no acabe como aquel otro apoyo a los "luchadores de la libertad" afganos liderados popr Osama bin Laden. Lo que queda bien claro, creo yo, es que nuestros gobiernos apoyan a quien les haga el juego, sea quien sea y venga de donde venga. Ni democracia, ni libertad, ni ninguna otra idea altruista y maravillosa, sino intereses nacionales al contado. Eso es lo que hay. Después, cuando algunos de estos pueblos se vuelvan contra nosotros, nos preguntaremos porqué nos odian tanto. La historia se repite tantas veces que ya no tiene ni emoción. {enlace a esta entrada}

[Thu Aug 2 13:49:24 CDT 2012]

Me ha gustado la viñeta de Erlich hoy en El País:

Una temática olímpica algo especial. {enlace a esta entrada}

[Thu Aug 2 11:46:42 CDT 2012]

Ya sé que hace un tiempo (más bien poco tiempo) escribí en estas mismas páginas unas palabras críticas sobre la llamada poesía comprometida. Si mal no recuerdo, en aquel momento aproveché algunos versos de Jorge Riechmann para ilustrar las razones por las que no me acaba de gustar la poesía con un alto contenido político (no, tampoco soy un gran admirador del Miguel Hernández de Viento del pueblo, la verdad sea dicha). Sigo sin encontrar razones para cambiar de opinión, pero ello no quita para que, de cuando en cuando, encuentre algunos versos en este tipo de poesía que ciertamente pueden redimirla, al menos parcialmente. Hoy, por ejemplo, me he encontrado con un breve artículo sobre el libro de poemas más reciente de Riechmann, titulado Poemas lisiados, que incluye pasajes como los siguientes:

Se precisa
que el rumor de los fonemas
haga vibrar sinapsis neuronales
algo así como una arpa eólica.

(...)

Si finalmente
en la configuración de sedimentos las catástrofes de ayer
han dejado husecillos esquirlas y raíces que quepa disponer
formando algo parecido a un rostro humano
lo llamaremos en primera instancia
poema
y de antemano
lo sabremos lisiado.

(...)

Somos
palabra
Eso quiere decir:
radical contingencia
búsqueda de sentido
puente resuelto en ala
Palabra
que miente
Palabra que muerde un trozo
del pan de la verdad.

(...)

Tú ya lo sabes:
donde termina el reino de la mercancía 
comienza la vida.

Sí, claro está, salvo esa última estrofa, el resto de citas contienen versos que en realidad no hacen referencia alguna a la realidad política. A lo mejor por eso me gustaron más que otras cosas que he leído de Riechmann, al menos en lo que respecta a su obra poética. Porque, he de reconocerlo, sigo con auténtica pasión las entradas de su bitácora personal, titulada Tratar de comprender, tratar de ayudar, donde descubrimos un Riechmann ciertamente comprometido con las circunstancias históricas que le ha tocado vivir, al tiempo que disfrutamos leyendo las reflexiones de un verdadero humanista. Riechmann se dedica no sólo a la poesía, sino también al ensayo, la traducción, la filosofía, las matemáticas, el activismo político y ecologista... en fin, se trata, sin lugar a dudas, de un individuo polifacético a quien me encantaría conocer en persona algún día. Supongo que la conclusión de todo esto es: aunque no sea uno muy partidario de la poesía comprometida, no por ello debe uno cerrarse en banda a leerla, por si acaso. Siempre puede uno encontrarse con algún maravilloso diamante pulido. Pero, en fin, esto mismo se aplica a cualquier otra esfera de la vida, ¿no es cierto? Solamente recomendaría cerrarse a unas cuantas cosas en la vida entre las cuales, evidentemente, incluiría el odio. {enlace a esta entrada}

[Thu Aug 2 11:22:39 CDT 2012]

Tiene su guasa que, después de tanto gritar "que viene el lobo" con respecto a la amenaza de la piratería, ahora sea precisamente el Gobierno del PP quien venga a darle la estocada final al mundo de la cultura con su decisión de subir el IVA. Como se publica hoy en El País:

El Gobierno ha logrado cuadrar el círculo: sube impuestos que bajan su recaudación. A partir del 1 de septiembre, los españoles soportarán el IVA más alto de los 17 países de la eurozona cada vez que vayan a ver una película, un concierto o una obra de teatro. Nada más anunciarse el descomunal salto hacia el vacío —se pasa de un 8% al 21%— los artistas pusieron el grito en el cielo y avisaron que, además, el Gobierno pincharía en hueso.

Ahora el estudio encargado a la firma Pricewaterhouse por exhibidores y distribuidores parece darles la razón: la recaudación de Hacienda en los cines descenderá casi diez millones de euros con la aplicación del IVA del 21%. Y, lo que es más grave aún, obligará a cerrar 859 salas (el 21% de las 4.044 registradas en 2011), que significará el despido de 3.500 empleados. El otro efecto perverso —tiene más— será el aumento de la piratería. En un sector que atraviesa una crisis muy profunda, la subida del IVA puede suponer el golpe de gracia. El informe está ya en manos de los responsables del Ministerio de Hacienda y de La Moncloa.

Seamos claros, el informe ha sido encargado por exhibidores y distribuidores, por lo que siempre cabe la posibilidad de que los expertos de Pricewaterhouse no hayan querido morder la mano que les da de comer (suele suceder a menudo con estas cosas) y hayan elaborado un informe más o menos favorable a los puntos de vista de quienes lo encargaron. No obstante, parece que es cosa de sentido común. Si, en medio de la mayor crisis económica desde la postguerra, y al mismo tiempo que se recortan las partidas presupuestarias para casi todo y se despiden a cientos de miles de personas de sus trabajos, se sube el precio de las entradas... no hace falta ser un lince para adivinar el efecto que ello pueda tener sobre una industria cultural que, de por sí, ya estaba en crisis debido a las dificultades para adaptarse a un mundo globalizado donde los productos culturales de EEUU arrasan y, por si esto fuera poco, se están viviendo además cambios espectaculares introducidos por las nuevas tecnologías. Uno entiende que la necesidad aprieta y que los socios comunitarios (sobre todo, las cosas como son, Alemania) exigen recortes en el gasto público. Uno también sabe que, seamos honestos, el Gobierno no tiene mucho margen de maniobra, al menos si quiere seguir dentro de la eurozona. Pero nada de ello quita para que sorprenda una subida del IVA tan espectacular en un sector que precisamente está en riesgo de sufrir pérdidas irreparables sin necesidad de que le obliguen a subir el coste de las entradas. Me temo que en esto, como en muchos otros aspectos, hasta Rajoy tiene que hacer de su capa un sayo y seguir las directrices que le marcan desde Bruselas (¿o debiera decir Berlín?). Se me hace difícil culparle a él personalmente (o a cualquiera de los otros miembros del Gobierno) cuando Zapatero hasta hace poco estaba siguiendo exactamente las mismas directrices, la verdad. Me da la sensación de que, en lo que respecta a las políticas de austeridad, la diferencia esencial no es la que se da entre la izquierda y la derecha, sino más bien entre estar en el Gobierno o en la oposición. En Grecia, desde luego, se ha visto muy claro. {enlace a esta entrada}

[Wed Aug 1 12:58:05 CDT 2012]

Hace un par de días El País tenía un artículo sobre la música experimental de José Pablo Polo, un joven madrileño a quien le gusta hacer experimentos con la sonoridad de los distintos "elementos ocultos" de su instrumento musical favorito, la guitarra (los pedales, el amplificador...). El resultado es un sonido extraño e inquietante que bien podría usarse como banda sonora en algunos largometrajes. Ahí va un ejemplo de su tema Without, subido a YouTube:

Si os parece interesante, echadle un vistazo a la página del músico en MySpace. La razón por la que menciono esto aquí es porque hace tan sólo unos días escribía sobre un estudio del CSIC en que se demuestra que las canciones del último medio siglo cada vez se parecen más. Todavía se experimenta bastante con la sonoridad, pero ya no son bandas reconocidas nacional o internacionalmente (como era el caso de Pink Floyd en los años sesenta) quienes lo hacen, sino artistas más volcados hacia el mundo de la creación de vanguardia, en lugar del negocio de la música. {enlace a esta entrada}

[Wed Aug 1 09:34:26 CDT 2012]

Mientras más sabemos de ella, más nos vemos obligados a cambiar la estereotípica imagen que siempre hemos tenido. Resulta que, poco a poco, hemos ido descubriendo que Marilyn Monroe no era no rubia ni tonta. Me quedo con el inicio del artículo:

Gay Langland, el personaje que interpretaba Clark Gable en Vidas rebeldes (The Misfits), fue uno de los tipos que mejor describió el desamparo, la soledad, el miedo y la tristeza con que vivía Marilyn Monroe. "¿Puede un hombre sonreír cuando contempla a la mujer más triste del mundo?" le dice a Roslyn Taber, último papel de la actriz. "Pues todo el mundo piensa que soy muy alegre", responde ella. "Eso es porque cualquier hombre se siente feliz al mirarte". Era, no solo el final de una emocionante historia, sino además y, sobre todo, la explicación pública de por qué nadie percibía la desesperanza y el cansancio que acompañaban a Marilyn Monroe, una declaración del que fue su marido, el dramaturgo Arthur Miller, que era el guionista de la película de Huston.

Como decíamos, con el paso del tiempo, hemos ido descubriendo que la bomba sexual, la rubia de oro, la incomparable belleza que fue Marilyn también tenía cerebro y, sobre todo, sentimientos. ¿Quién lo iba a decir? Aparte de experimentar una profunda melancolía y desesperanza, una auténtica angustia existencia, Marilyn también sentía un incontrolable ansia por conocer y, de hecho, leía muchísimo. Nada que ver con el estereotipo de la rubia tonta, la belleza sin sesera que a menudo representaba en la gran pantalla. Sería bien fácil achacarlo todo al machismo imperante, pero lo cierto es que, hasta hoy en día, a menudo seguimos sin entender que la belleza sea compatible con la inteligencia, quizá en parte porque todos hemos conocido de primera mano a mujeres (y hombres) que prestan tanta atención a su imagen que, en realidad, descuidan cualquier otro aspecto de su personalidad. Se trata de algo así como ese otro estereotipo del "musculitos" que, a fuerza de hacer ejercicio para desarrollar musculatura, no dedica tiempo alguno a ninguna otra cosa. En fin, se trata de estereotipos que, en ocasiones (quizá demasiado a menudo, de ahí su existencia como estereotipis), se dan de hecho en la realidad que nos circunda pero que, no obstante, debemos cuidarnos de aplicar siempre para no cometer injusticias tan tremendas como la que, aparentemente, se cometió con Marilyn.

Sea como fuere, se mire como se mire, lo cierto es que Marilyn, por más que se descubran escritos y se hable de su biblioteca personal, seguirá ocupando un lugar central en nuestra imaginación colectiva como gran musa e ideal de belleza del siglo XX. Ahí van unas cuantas fotos para demostrarlo.

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