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[Mon Apr 30 13:47:50 CDT 2012]Según leemos hoy en El País, la huida del capital extranjero de la deuda española se acelera: Qué duda cabe que nada de esto sorprende ya a nadie. Si lo comento aquí es únicamente para ver si aprendemos de los errores del pasado y nos deshacemos de esa estúpida idea según la cual sólo tenemos que reemplazar al Gobierno y elegir a otro partido político para comenzar a solucionar nuestros problemas (¿me oye, señor Mariano Rajoy?). La verdad es que la raíz de nuestros problemas nunca ha estado en las políticas de Zapatero, sino que vienen de largo. Hasta que no nos atrevamos a meterle mano a esas raíces del problema, no llegaremos a ningún lado. A ver cuánto tiempo nos lleva darnos cuenta de esto que digo y abandonar el estúpido cruce de acusaciones que tanto nos gusta (sí, ya sé, también se hace lo mismo en otros países, pero lo que me preocupa en estos momentos es España). {enlace a esta entrada} [Sun Apr 29 09:40:15 CDT 2012]El País publicó ayer un artículo sobre los posibles efectos nocivos de las nuevas tecnologías en el cerebro humano que, aunque conviene leer, contiene los tópicos de siempre. Y no digo esto con tono despectivo. Lo que quiero decir es que no deja entrever nada nuevo. Sintetiza bien los argumentos a favor y en contra del uso desmesurado de las nuevas tecnologías, pero no contiene nada que ya no supiéramos. Si acaso, creo que se salva el último párrafo: Lo del PowerPoint lo entiendo perfectamente, lo de Google no tanto. Al fin y al cabo, es un mero buscador. Nos va a mostrar tanto información de calidad como bazofia. La tarea de distinguir entre la una y la otra es nuestra. Por lo demás, como se nos dice en el propio artículo, cuando se inventó el teléfono también hubo titulares alarmantes en los grandes medios de comunicación de la época (se nos habla de uno que apareció en The New York Times) advirtiendo de que, con el uso del teléfono, nadie saldría de casa. Evidentemente, no resultó cierto. Con esto, como con tantas otras cosas, podemos esperar lo de siempre: que las nuevas tecnologías tengan efectos tanto positivos como negativos. Está en nuestras manos potenciar los primeros y evitar los segundos. Pero, sobre todo, está en nuestras manos darnos cuenta de que lo sabio suele ser tomar el camino intermedio. {enlace a esta entrada} [Sun Apr 29 09:27:38 CDT 2012]Volvemos al tema de la crisis económica. El País publicó ayer un reportaje firmado por Joaquín Estefanía titulado Crreadores de escasez que merece la pena leer. Entre otras cosas, habla del coste humano de la crisis, habla de las diferencias entre esta crisis y la de los años treinta, y finaliza con una sumaria descripción de las dos formas de ver cómo podemos salir de esta situación: Parece que sólo podemos usar colores oscuros para retratar la realidad que nos circunda en estos momentos. Y no lo digo en forma de reproche, que conste. Es que, por desgracia, no puede ser de otro modo. Se trata, sin lugar a dudas, de una realidad bien distinta de la que veíamos (o creíamos ver) cuando cayó el Muro de Berlín allá por 1989. {enlace a esta entrada} [Fri Apr 27 15:46:46 CDT 2012]Parece evidente que las cosas van de mal en peor en España, que da la impresión de estar siguiendo los pasos de Grecia. Quizá pueda sonar algo pesimista, pero a mí me parece que, por el contrario, no hago sino describir una realidad bien palpable. Sin ir más lejos, hoy mismo leemos en la prensa que Rajoy asume ya que su legislatura se va a saldar con más paro y la destrucción de unos 500.000 puestos de trabajo. Todo parece indicar que, al contrario de lo que afirmara antes de llegar a La Moncloa, no era tan fácil como "dar confianza" con un mero cambio de Gobierno. La verdad es que no hace falta ser un experto en materias políticas o económicas para ver venir lo que ha estado sucediendo, claro. ¿Es que alguien creía en serio que la crisis era culpa de Zapatero? ¿Alguien pensaba honestamente que no había más que cambiar al Presidente para solucionar los problemas? Solamente un ignorante o alguien con interés en encumbrar a Rajoy y sus huestes podía haber hecho tales afirmaciones. La consecuencia, como era de prever, es que, pasados varios meses desde la llegada del PP al Gobierno, la cosa sigue igual que antes o incluso peor. No hay m´s que leer la noticia que enlazo en este entrada: Imagino que, como vienen haciendo desde hace tiempo, Rajoy y compañía se limitarán a echar balones afuera y culpar a Zapatero y la "herencia recibida". Supongo también que eso colará con los fans de siempre, pero dudo mucho que lo acepte la mayoría de la población, sobre todo pasado un tiempo prudencial. Si acaso, lo más probable es que el desapego con el nuevo Gobierno vaya in crescendo conforme la situación económica empeore y los recortes hagan estragos. En este sentido, lo que me preocupa es que la desilusión con el PSOE primero, seguida casi inmediatamente por el desengaño con el PP, tenga quizá el efecto de entregar a la gente a los brazos de un neopopulismo fascistoide, como ya parece estar sucediendo en otros países de nuestro entorno. Quién sabe, siempre es posible que tenga otro efecto bien distinto y logre provocar una nueva transición a otro sistema político probablemente de corte republicano y con un nuevo documento constitucional. Es lo que sucedió en 1931 y, como digo, no puede descartarse. Sin embargo, siempre es más probable, por desgracia, que levante cabeza el extremismo político. No debemos olvidar, además, que a la ilusión ciudadana de 1931 le siguió una cruenta guerra civil pocos años después. Sí, ya sé, una guerra civil parece hoy bien poco probable. Pero pregúntenle a cualquiera que viviera la llegada de la República en 1931 y le dirá lo mismo con respecto a lo que sentían y pensaban entonces. Estas cosas solamente se ven venir cuando ya están casi encima. Más vale andarse con cuidado. {enlace a esta entrada} [Wed Apr 25 13:15:55 CDT 2012]Echándole un vistazo a mis subscripciones a los distintos canales RSS me encuentro hoy con una entrada de Jorge Riechmann en su bitácora personal que merece la pena destacar aquí por dos reflexiones de distinta naturaleza que hace el autor. Tenemos, en primer lugar, el siguiente párrafo: Ya me dirán si no se trata de una descripción ajustada a lo que estamos viviendo en estos momentos con la crisis del sistema militar-industrial-capitalista que nos envuelve por todos sitios. Tan acertada es la descripción, de hecho, que hasta viene a explicar las propuestas utópicas que se lanzan de cuando en cuando proponiendo la exploración de otros planetas con la intención de colonizarlos para su explotación. Ahí está precisamente la raíz de lo que debemos cambiar. Y de nada vale recurrir a las manidas distinciones entre izquierda y derecha cuando, en realidad, ambas se encuentran igualmente contaminadas por una filosofía colonizadora, antropocéntrica y promotora del crecimiento económico constante como objetivo final de nuestras sociedades. Hasta que no nos atrevamos a coger ese toro por los cuernos, no habremos siquiera empezado a solucionar los problemas que nos aquejan en estos momentos. Ya no se trata de derechas o izquierdas, sino de dar un auténtico salto adelante que instaure un nuevo paradigma de pensamiento y, sobre todo, de comportamiento. Y esta nueva visión deberá inspirarse en ciertos elementos de las antiguas derechas y otros de las antiguas izquierdas, proponiendo en su mayor parte respuestas nuevas a lo que a fin de cuentas no son sino problemas también nuevos. Y pasamos a otro tema que menciona Riechmann en la misma entrada de su bitácora, aunque tenga bien poco que ver con esto que hemos discutido primero. Se trata de una larga cita tomada de un artículo titulado Lo que EEUU ha aprendido y lo que no, escrito por Benjamin R. Barber y publicado por el diario El País el 7 de septiembre de 2002, pero que aún tiene plena vigencia, por desgracia: Una vez más, dudo mucho que la tradicional dicotomía entre izquierdas y derechas venga a ayudarnos mucho a la hora de responder esta otra pregunta. Nótese cómo, si acaso, podemos ir esbozando un principio de respuesta precisamente al tomar elementos de ambas tradiciones, la izquierda que reivindica la justicia social y la derecha que habla de la importancia de la tradición y lo espiritual. {enlace a esta entrada} [Fri Apr 20 17:59:26 CDT 2012]Si hace unas horas escribía sobre la deriva autoritaria del nuevo Gobierno, ahora leo otra noticia que no hace sino confirmar mis peores sospechas en ese sentido: el Gobierno de Rajoy ha decidido cambiar la ley de RTVE para permitirle nombrar al nuevo presidente sin necesidad de alcanzar una mayoría de dos tercios del Congreso, como hasta ahora. Eso quiere decir, obviamente, que ya no es necesario el apoyo del primer partido de la oposición, por lo que Rajoy puede nombrar a dedo al presidente de la radiotelevisión pública sin mayor miramiento: Lo dicho. Se trata de un evidente paso atrás. Se pregunta uno qué dirán ahora Pedro J. Ramírez y otros preclaros defensores de la independencia de los medios de comunicación públicos. Se puede pensar lo que se quiera de la reforma que hiciera el Gobierno de Zapatero en este ámbito, y seguramente tendría aspectos mejorables. Pero de lo que no cabe duda alguna es de que se trató de un paso en la dirección correcta que el nuevo Gobierno del PP deshace ahora sin ningún miramiento. Y es que, como he dicho otras veces, tenemos unos liberal-conservadores algo extraños. En comparación con la derecha de otros países de nuestro entorno, tanto la sensibilidad liberal como la democristiana brillan más bien por su ausencia, en tanto que la rama más tradicionalista del conservadurismo lo copa todo. {enlace a esta entrada} [Fri Apr 20 15:44:22 CDT 2012]He de reconocer que no me gusta nada la deriva autoritaria que parecen estar tomando algunos gobiernos últimamente, sobre todo ahora que están aprobando medidas de austeridad enormemente impopulares y prevén protestas en la calle. Se pregunta uno qué diantres pasó con todos aquellos bellos discursos sobre los beneficios de la democracia durante la Guerra Fría. Hoy, por ejemplo, leemos que encadenarse con los brazos será considerado como un "atentado contra la autoridad" según la nueva reforma del Código Penal que propone el Gobierno de Rajoy: En otras palabras, que, o mucho me equivoco, o Ulloa está hablando de desobediencia, ¿no? Lo digo porque uno no acierta a ver cómo los comportamientos que describe puedan ser considerados "agresiones a la autoridad". Pero, claro, algunos es que se toman esto de la autoridad muy a pecho. {enlace a esta entrada} [Thu Apr 19 13:24:51 CDT 2012]Me ha parecido interesante leer hoy el artículo de Alberto Villamandos sobre la memoria de la gauche divine publicado en la web de Rebelión. Se trata de un fenómeno que se dio igualmente en otros países (se me vienen a la cabeza los académicos post-68 en Francia o aquella izquierda exquisita que retratara Tom Wolfe en un librito suyo de los años setenta): gente guapa, procedente de los estamentos sociales privilegiados, que pasaba por progre, quizá porque en esa época era lo más in, más que por convicciones auténticas. O, usando las palabras de Oriol Regás que recoge Villamandos en su artículo: "gente de izquierdas que hace lo posible por vivir como gente de derechas". En definitiva, una moda, una pose. No debe extrañar, pues, que aquello acabara como acabó. Pasada la moda, las huestes volvieron al redil. Si acaso, a mí lo que me llama más la atención del fenómeno aquel es precisamente el hecho de que era relativamente nuevo. Cierto, siempre había habido gente con medios que se había involucrado en las luchas obreras (no hay más que recordar a algunos socialistas utópicos, o incluso a Friedrich Engels, empresario de pro que sufragó las investigaciones de su amigo Karl Marx), pero esto iba más allá por el número de personas implicadas, así como por su resonancia en los medios. Ahora, con el paso del tiempo, creo que podemos señalar la aparición de aquella izquierda caviar (bien es verdad que acompañado también del rock and roll y el movmiento hippie) como el momento en que surgió en escena el estilo de vida como objeto de consumo. Ya saben, pura imagen. Las gorras a lo Che Guevara, los pañuelitos palestinos, las música "revolucionaria" y otros elementos típicos de la "subversión" consumista. Si en aquella época triunfaba la gauche divine entre la gente con medios, hoy lo que se lleva es el consumo ecologista y las terapias alternativas. Por lo demás, bien poco ha cambiado. {enlace a esta entrada} [Wed Apr 18 13:51:23 CDT 2012]Se leen muchas protestas estos días en las redes sociales sobre las políticas de austeridad del Gobierno del PP (sobre todo, acerca de los recortes en educación o los que se han anunciado hoy para que los jubilados paguen una parte de los fármacos que consumen). Me parece muy bien que se manifiesten opiniones contrarias a las medidas de austeridad. Ahora bien, lo que no me parece tan coherente es el hecho de que muchos simpatizantes y militantes del PSOE que hasta hace poco no abrían la boca porque su partido estaba en el Gobierno ahora no dejan de criticar unas medidas que, a fin de cuentas, no son sino la continuación de lo que ya hizo Zapatero cuando estaba en Moncloa. Seamos sinceros. Estas medidas son mucho más duras que las que tomó Zapatero, cierto, pero no porque el PSOE sea un "mal menor" comparado con el PP en estos asuntos, como algunso afirman. Se trata, simplemente, de que la crisis (y los socios de la UE) apietan más ahora que antes. ¿O es que alguien de verdad cree que Zapatero o Rubalcaba estarían llevando a cabo una política muy distinta? ¿Acaso puede decirme alguien en qué otro país de Europa se está aplicando una política distinta. No quiero decir que no exista, sino que dudo mucho que la socialdemocracia española en el poder estuviera haciendo algo distinto en estos momentos. No hay más que echar un vistazo a lo que estaban haciendo los socialistas griegos, por ejemplo. Critiquemos lo que haya que criticar a Rajoy pero, por favor, un poco de dignidad. {enlace a esta entrada} [Wed Apr 18 13:37:49 CDT 2012]Leemos hoy en The New York Times que, según los resultados de una reciente encuesta realizada para el periódico y CBS, la intención declarada de voto por Obama y Romney viene a ser más o menos la misma. O, en otros términos, que la carrera presidencial parece mucho más ajustada de lo que en un principio se pensaba. Cierto, Romney no tiene buena imagen, ni siquiera entre los suyos, que le consideran demasiado moderado. Por si esto fuera poco, se le identifica demasiado fácilmente con el acaudalado hombre de negocios de la costa Este como para que pueda atraer el voto descontento por la situación económica (eso sin tener en cuenta que al menos parte de su fortuna la hizo a base de desmantelar empresas y llevárselas a otro sitio). Sin embargo, el alto desempleo y la renqueante recuperación económica no ayudan a Obama. En definitiva, que todo parece indicar que el electorado habrá de elegir entre un mal menor u otro, como viene sucediendo en casi todas las democracias desarrolladas. No sorprende, pues, que estemos batiendo records de abstención una y otra vez. ¿Quién puede sentir ilusión alguna en el sistema en estas circunstancias? Tal y como están las cosas, lo que verdaderamente sorprende es que los extremos políticos no estén subiendo como la espuma, aunque lo mismo eso es precisamente lo que se avecina ahora. Por si todo esto fuera poco, a uno le da la sensación de que lo peor aún está por llegar. Me da la impresión de que Europa debe estar entrando ahora en la segunda recesión, la cual seguramente se extenderá a Norteamérica dentro de unos meses (quizá hacia el verano), con lo que su impacto se sentirá precisamente en el momento en que los ciudadanos estadounidenses empiecen a pensar en las elecciones. Y eso no es lo peor. Lo que verdaderamente me da miedo es pensar que la depresión de los treinta se extendió después de una doble recesión. Veremos qué nos deparan los próximos años. {enlace a esta entrada} [Tue Apr 17 14:16:22 CDT 2012]Me ha parecido muy bueno el artículo de Enric Juliana titulado La tormenta pluscuamperfecta que publica hoy el diario La Vanguardia, y que paso a transcribir en su integradad a continuación (no suelo hacer eso, pero esta vez me parece que cortar cualquier parte del artículo verdaderamente afectaría al estilo y al mensaje): {enlace a esta entrada} [Sun Apr 15 15:03:01 CDT 2012]Echándole un vistazo a la prensa diaria española hoy, me encuentro con uno de esos asuntos que "huele a chamusquna", como se dice en mi tierra. Me estoy refiriendo a la entrevista con el escritor Mario Vargas Llosa que publica El País. No se trata del fin del mundo, por supuesto. No es un asunto de tanta importancia, la verdad. No obstante, me parece sospechoso que El País dé tanta resonancia a esta entrevista (el enlace aparece en la portada de su web, como noticia cultural de mayor importancia) cuando en ella Vargas Llosa no dice absolutamente nada que no dijera Guy Debord en su libro La sociedad del espectáculo hace ya varias décadas y que todo hijo de vecino haya venido repitiendo desde hace mucho tiempo. Eso sí, resulta que el autor de origen peruano está a punto de ver publicado un nuevo libro suyo, titulado La civilización del espectáculo (nótese que hasta en el título parece que copia a Debord), precisamente con la editorial Alfaguara, que comparte dueño con el diario que publica esta entrevista. O sea, que el mero hecho de que El País publique la entrevista con Vargas Llosa con la excusa de charlar sobre un libro que no aporta nada nuevo que no dijera ya Guy Debord en 1967 no hace, en realidad, sino corroborar la tesis de que la cultura hoy, por desgracia, no es sino espectáculo y, sobre todo, negocio. El mercado impera tranquilo y arrogante en las sociedades desarrolladas, imponiendo su implacable lógica allá donde extiende sus tentáculos, que viene a ser prácticamente en todos sitios. Publicidad, marketing, espectáculo, consumo y negocio. Eso es lo único que queda de la gloriosa civilización occidental y su cultura humanista. Y, para colmo, hasta los grandes popes de la literatura se prestan al juego con tal de ganarse unos cuartos. {enlace a esta entrada} [Sat Apr 14 17:25:02 CDT 2012]Desde luego hay veces que parece que las noticias las escribe el diablo mismo. Hoy, me levanto leyendo que el Rey ha tenido que ser operado tras romperse la cadera en un viaje de caza en Botswana. ¡Precisamente hoy! Hoy es 14 de abril, aniversario de la proclamación de la Segunda República española. Los accidentes son así. No se pueden planificar, por supuesto. Pero no podía haberle sucedido en un peor momento. La crisis económica arrasa a la sociedad española, llevando a millones de personas al desempleo y la miseria. Empresas y más empresas cierran sus puertas y no son pocos quienes han perdido hasta sus propios hogares. Mientras tanto, el Rey se divierte en un safari africano de lo más "asequible" (según publica el diario El País, la caza de elefantes está regulada con pagos de hasta 20.000 euros. Sangrante, ¿verdad? No hay que olvidar que este es el mismo monarca que no hace mucho afirmó públicamente que "no podía dormir" pensando en el drama del paro que afectaba a los jóvenes españoles. Pues no sé dormir, pero cazar con los amigotes en África desde luego sí que puede. Se pregunta uno sobre el efecto que pueda tener todo esto en una institución que, en realidad, nunca ha calado demasiado hondo entre los ciudadanos españoles. A Juan Carlos I se le respetaba meramente a título personal debido a sus esfuerzos por implantar la democracia tras la muerte de Franco, pero últimamente me parece que ha ido perdiendo algo de ese crédito. Y, por lo que hace a su hijo, no tengo tan claro que cuente con mayor apoyo. A lo mejor van a tener razón los dirigentes de Izquierda Unida que plantean la necesidad de reivindicar la Tercera República. {enlace a esta entrada} [Fri Apr 13 14:17:59 CDT 2012]Leyendo un artículo de Salvador López Bernal sobre la bandera republicana publicado en la web de Rebelión me encuentro con un bello (aunque, quedan avisados, extremadamente pesimista) poema de Jaim Gil de Biedma que no tengo más remedio que reproducir aquí: {enlace a esta entrada} [Wed Apr 11 13:57:57 CDT 2012]Hay veces que a uno le parece estar viviendo en una realidad paralela o algo así. Hoy, por ejemplo, nos levantamos leyendo que convocar actos vandálicos será un delito de organización criminal, según una nueva reforma del Código Penal que quiere introducir el Gobierno. Se pregunta uno si, por ejemplo, la pena se extiende a convocar una protesta en la que después resulta que se producen, de forma no planeada, altercados con la Policía. Pero no es la única pregunta que se hace uno, claro. También se pregunta uno si la nueva normativa tendrá en cuenta la naturaleza última de los actos vandálicos, o cómo definirlos de forma precisa, o si los altercados fueron iniciados por responsabilidad de las fuerzas del orden, o... En fin, se me ocurren una infinidad de preguntas, aunque no estoy tan seguro que el Gobierno las haya tenido siquiera en consideración. A uno le da un poco la impresión de que se está intentando parecer fuerte legislando para un suceso particular, algo que desde luego no es recomendable. Pero es que, por si todo esto fuera poco, se plantea uno también si el Gobierno siquiera se ha parado a pensar en el mensaje que está enviando al plantearse este tipo de cuestiones. En concreto, si se dan cuenta de que todo hijo de vecino se está planteando ya qué nuevos recortes y qué nuevas medidas nos esperan para que crean necesario endurecer las penas ante las protestas sociales. La verdad es que da miedo sólo pensarlo. Pero, en fin, no es solamente esa noticia. Como decía, hay días que... Por ejemplo, leemos también que el FMI pide bajar las pensiones por "el riesgo de que la gente viva más de lo esperado". ¡Ahí queda eso! Resulta que ahora el que "la gente" (imagino que se refieren al populacho, claro, no a las elites de siempre) viva más tiempo es un "riesgo". Sí, ya sé, la mayor esperanza de vida conlleva un coste económico, sobre todo en los países que (todavía) cuentan con un generoso sistema de jubilación. Eso se descubrió hace ya mucho tiempo. A mí lo que me llama la atención en este caso es el uso tan particular que se hace de las palabras. Ahora resulta que para el capitalismo tardío el "vivir más de lo esperado" es un "riesgo". Y, por supuesto, el "riesgo" es únicamente económico. Queda bien claro dónde ponemos las prioridades, por si alguien se llamaba a engaño. Y, finalmente, tenemos otra noticia que apareción en los medios de comunicación ayer: Luis de Guindos, ministro de Economía, defiende "evadirse" de lo que pasa en los mercados "a corto plazo". Será, imagino, porque no confía nada la capacidad de los mercados de atinar "a corto plazo", lo cual evidentemente debiera llevar a plantearnos hasta qué punto aciertan entonces en el medio o largo plazo. ¿Qué evidencia hay, entonces? ¿En qué basamos nuestra ideología neoliberal, que asigna un lugar central a "los mercados" en el diseño de nuestras vidas mismas? Si ahora resulta que se equivocan y hasta podemos (qué digo "podemos"... "debemos") ignorarlos a corto plazo, ¿por qué no hacerlo también a otros plazos? ¿Y por qué confiar más en lo que diga De Guindos? ¿No resultaba que el Estado no era de fiar? Vamos, que anda uno hecho un auténtico galimatías estos días. {enlace a esta entrada} [Mon Apr 9 13:11:47 CDT 2012]Está uno ya un poco hasta las gónadas de la facilidad con que las autoridades israelíes se quitan de encima cualquier crítica molesta recurriendo a la socorrida acusación de antisemitismo. Lo acaban de hacer, una vez más, con Günter Grass, a quien acaban de declarar persona non grata por un poema contra el potencial nuclear israelí. El poema, titulado Lo que hay que decir, puede leerse aquí. Paso a transcribirlo: Ya he escrito en otras ocasiones que no soy, en principio, muy partidario de la poesía comprometida que, en mi opinión, pierde buena parte de su lirismo y auténtica carga poética para lanzar un mensaje que, creo, sería mucho más acertado transmitir mediante la prosa. En este caso, además, es bien posible que la traducción banalice y hasta destripe el estilo del texto original (no por falta de pericia del traductor, cuidado, sino porque es bien difícil traducir poesía sin que tenga esos efectos). Pero, en todo caso, no acierto a ver ni un ápice de antisemitismo en el poema de Günter Grass. Hay crítica de la política seguida por Israel, cierto. Pero, ¿quién dijo que Israel tenga el derecho a poner en práctica la política que les venga en gana sin que nadie pueda criticarles? ¡Ya está bien de victimismos! {enlace a esta entrada} [Mon Apr 9 12:41:15 CDT 2012]No voy a entrar a analizar las medidas de austeridad que está poniendo en práctica el Gobierno del PP, ni tampoco voy a caer en la enorme contradicción (bastante extendida en las filas socialistas estos días) de criticar a Rajoy lo que no se le criticaba a Zapatero, aunque yo no me encuentro precisamente entre quienes se callaban ante todo lo que decía o hacía Zapatero cuando estaba en La Moncloa. No obstante, me indigna leer que Rajoy anuncia el recorte de 10.000 millones en educación y sanidad, como leemos hoy en El País: La desvergüenza no puede ser mayor. Rajoy lleva desde que llegó a la Presidencia del Gobierno tomando medidas de extraordinaria dureza sin anunciarlas él personalmente, sin presentarlas donde las tiene que presentar (esto es, en el Congreso) y sin dar la cara. En lugar de hacere eso, prefiere escudarse en otros dirigentes del PP o ministros del Gobierno para no perder popularidad, como si se tratase de un juego. A Zapatero se le puede criticar por muchas razones, pero no se puede decir que no estuviese siempre dispuesto a dar la cara en el Congreso de los Diputados, que es donde reside el poder legislativo y la representación de los ciudadanos en nuestro sistema político. Para más inri, parece mentira que, encima, recurran a un mero comunicado. Ni siquiera hay posibilidad de hacer preguntas ni clarificar nada. Me temo que quien da con la clave es Elvira Lindo, quien escribe un artículo de opinión titulado Sacrificio sin esperanza en el que rememora la facilidad con que Aznar citaba a Azaña a finales de la década de los noventa y explica cómo nuestros políticos sienten cierta afinidad hacia la figura de Franklin Delano Roosevelt y sus llamamientos al sacrificio: {enlace a esta entrada} [Mon Apr 9 09:43:23 CDT 2012]Hace ya varios días que me encontré una noticia en un medio de comunicación local (Tevlin: DeLaSalle kids have a few words with archdiocese at marriage talk) que me llamó la atención no tanto por el meollo de la cuestión como tal, como por uno de los comentarios que hizo una joven estudiante implicada en los hechos: El punto de vista expresado en la cita me parece no sólo erróneo, sino una clara ilustración de la execrable filosofía contemporánea del "todo vale" que ha ido extendiéndose entre nuestros jóvenes. Sí, ya sé que en esto coincido con las críticas de la propia Iglesia y de muchos ultraconservadores, pero conviene prestar más atención a los argumentos y menos a las etiquetas. Para empezar, la joven afirma que "todo el mundo tiene derecho a su opinión". Se trata de una afirmación que oímos continuamente hoy día. Hasta tal punto se ha convertido en un lugar común que la aceptamos así, sin más. Sin embargo, no es cierto. Solamente tenemos "derecho a una opinión" después de estudiar un tema, analizarlo, discutirlo, debatirlo (esto es, de leer o escuchar diversos puntos de vista) y reflexionar sobre él. De lo contrario, no es una "opinión" lo que tenemos, sino meramente un eslógan. Esto, que me parece fundamental y, de hecho, bien básico, se olvida a menudo hoy día. Sencillamente, preferimos adoptar el punto de vista que se supone debemos mantener (definido, por supuesto, por la "tribu" ideológica, religiosa o nacional a la que supuestamente pertenecemos). Es mucho más fácil, no requiere esfuerzo alguno y, sobre todo, podemos seguir dedicando nuestro tiempo al entretenimiento descerebrado de costumbre. Pero, eso sí, aunque no queremos dedicarle tiempo ni esfuerzo alguno a estudiar o reflexionar sobre el asunto que se discute, sí que queremos afirmar nuestro "derecho a tener una opinión", como si el conocimiento y las opiniones fueran algo natural con lo que uno nace, en lugar de algo que uno conquista a base de esfuerzo y reflexión. Imagino que esto es consecuencia directa del falso igualitarismo que predomina en nuestra sociedad de consumo. Pero es que, en segundo lugar, tenemos otro elemento clásico del relativismo descerebrado que caracteriza a nuestra sociedad de consumo: "...y yo no les juzgo por ello [esto es, por tener su opinión]". Esta es la clásica afirmación que siempre oímos por parte de quienes se esfuerzan por mostrar su "tolerancia" y "respeto" por las ideas de todo el mundo. En realidad, se trata, una vez más, de algo puramente superficial, de la translación del comportamiento del consumidor a la esfera de las ideas y creencias. Lo que se quiere decir con esas palabras es, básicamente, que no hay escalas de valores, que no hay forma de discernir si un comportamiento es válido o no, como tampoco hay manera de dilucidar si una opinión es errónea o no. Y, si la hubiera, prefiero no molestarme en comprobarlo. En otras palabras, esto es una muestra más del hiper-individualismo consumista llevado a un extremo. En realidad, no es tolerancia ni respeto lo que se muestra, sino individualismo hedonista y egoísta. O, para explicarlo de otro modo, lo que se dice es "no quiero juzgar", pero lo que en realidad se afirma es "déjame en paz y no me molestes, no vaya a ser que mis ideas sean erróneas y quede bien claro que mi estilo de vida es dañino para la sociedad en su conjunto, la cual me importa un bledo, siempre y cuando yo pueda seguir consumiendo tan ricamente". Nótese, en este sentido, que la chica sí que juzga la opinión de quienes lanzaron el discurso contra la homosexualidad. ¡Por supuesto que lo hace! De ahí parte, precisamente, el escándalo. Se pregunta uno, además, en qué queda el concepto mismo de democracia (de hecho, conceptos tan fundamentales como la ciencia o la filosofía, igualmente), si resulta que no podemos contrastar opiniones y no nos queda más remedio que vivir condenados a arrastrar nuestras existencias en islotes aislados y sin conexión alguna con el resto de la comunidad. Y, por último, tenemos esa otra afirmación: "no obligamos a la gente a que estén sentados mientras les decimos que su opinión es errónea". O, lo que es lo mismo, que ni siquiera vamos a escucharnos los unos a los otros, a no ser que sea para oír aquella opinión que ya compartimos. Una vez más, trasladamos la experiencia del consumo al mundo de la política y el pensamiento. "Yo pienso lo que me da la gana y no tengo por qué darle cuentas a nadie". El individualismo llevado a su máxima expresión, como si viviéramos completamente aislados y nuestras ideas, decisiones y modos de vida no tuviesen consecuencias para quienes nos rodean. Hemos dejado atrás cualquier concepción ética de la vida para sustituirla por un hedonismo chato y materialista, acompañado de un invididualismo egoísta que se limita a fomentar el consumo desmedido y sin límites. {enlace a esta entrada} [Wed Apr 4 14:20:23 CDT 2012]Ya comentábamos ayer que a IU se le presenta una difícil papeleta en las negociaciones para formar en el nuevo Gobierno andaluz. Haga lo que haga, lo más probable es que le salga el tiro por la culata. Y lo cierto es que lo que viene a complicarlo todo es la herencia de más de treinta años de hegemonía del PSOE en la comunidad autónoma. Merece la pena leer en este sentido el artículo titulado Ante la encrucijada andaluza de Izquierda Unida, de Juan José Suárez Sánchez, que publica hoy la web de Rebelión: Y, sin embargo, como el propio autor reconoce: En otras palabras, que están entre la espada y la pared. Ya veremos cómo salen de ésta, si es que lo logran porque, la verdad sea dicha, Andalucía necesita una profunda regeneración como el aire mismo. Si IU puede hacer algo porque suceda, bienvenida sea. {enlace a esta entrada} [Wed Apr 4 14:09:36 CDT 2012]Parece que hoy la cosa va de combatir prejuicios varios. También leemos en la página web de Público unas reflexiones de Miren Etxezarreta sobre los Presupuestos Generales del Estado en las que destacan afirmaciones como las siguientes: ¡Vaya, hombre! Sólo espero que muchos lectores de Público que suelen situarse en el ala izquierda del PSOE lean eso con detenimiento y caigan en el error de acusar a la derecha de "fascistoide" (como llevan ya un tiempo haciendo, al menos desde que el PP ganara las elecciones el 20-N) mientras lanzan loas a Zapatero, el arcángel del progresismo. O, más importante aún, merecería la pena prestar atención a los números, en lugar de a los prejuicios sobre supuestas derechas e izquierdas, como tantos hacen. Otro gallo cantaría si tuviéramos el valor de hacer eso. Y cuidado, porque no sostengo que no haya diferencias entre izquierdas y derechas, sino tan sólo que conviene prestar atención a lo que hacen unos y otros, y no a las etiquetas que usan para ganar votos y "vender" sus "productos". {enlace a esta entrada} [Wed Apr 4 14:01:02 CDT 2012]Por más que uno sea un agnóstico convencido desde hace ya décadas, no me queda más remedio en algunas ocasiones que mostrar mi acuerdo con las críticas de aquellos creyentes que acusan a los defensores del laicismo de mantener una actitud quizá demasiado militante, casi rayana en la intolerancia. Y, cuidado, porque no es que falten también actitudes intolerantes y de arrogancia por el otro lado (el de quienes tienen fe en tal o cual religión), pero obviamente ello no es razón suficiente para caer en el mismo tipo de comportamiento. Viene todo esto a cuento de la noticia que nos encontramos hoy en la página web de Público haciéndonos saber que Cospedal, Secretaria General del PP, portó en sus hombros la cruz del Cristo de la Caridad de Ciudad Real. Pues me parece muy bien. ¿Y por qué tiene que ser eso noticia? ¿Es que acaso no tiene derecho a portar la cruz que le venga en gana? Siempre y cuando lo haga a título personal, debe importar bien poco si participa en una procesió;n religiosa o no. ¿O acaso no habíamos quedado en que convenía defender la separación entre Iglesia y Estado? A veces me da la impresión de que en el seno de la izquierda laicista hay bastante desorientación con respecto a este tema y se confunde laicismo con anti-religiosidad. No son lo mismo. {enlace a esta entrada} [Tue Apr 3 13:49:56 CDT 2012]Aunque uno entiende por qué están haciendo esto, la verdad es que no me gusta nada el hecho de que los dirigentes de IU a nivel nacional se estén inmiscuyendo de forma tan descarada en las negociaciones para formar un nuevo Gobierno en la Junta de Andalucía. Cierto, cabe pensar que lo sucedido en Extremadura (donde los diputados de IU prefirieron abstenerse en la votación y que gobernase el PP, antes que sentarse a negociar con el PSOE) les puede pasar factura en ciertos sectores del electorado. Yo, en cambio, no lo tengo tan claro del todo. De momento, no parece que haya sido así en las elecciones generales de hace unos meses. Creo respetable tanto la decisión que tomó la coalición de izquierdas en Extremadura como la forma en que la tomó (esto es, mediante un referémdum que implicó a las bases después de un proceso de debate interno), aunque ello suponga que los socialistas de aquella comunidad autónoma hayan pasado un mal trago. Se mire como se mire, hay ocasiones en las que no está nada mal que se produzca la alternancia. Ahora, con respecto a la situación en Andalucía, me parece tan respetable que IU decida negociar y gobernar con el PSOE (ya sea participando en una coalición o mediante un pacto de legislatura) como todo lo contrario, es decir, que hagan como en Extremadura y se abstengan, entregando con ello el poder al PP. No digo ya respetable, sino que tan legítimo es lo uno como lo otro. No obstante, todo parece indicar que la dirección de IU en Andalucía prefiere apostar por llegar a algún tipo de acuerdo con los socialistas. Pues nada. Que así sea. Lo cierto es que, para ser sinceros, lo tienen bien difícil, hagan lo que hagan. Si, por un lado, pueden perder votos entre sus votantes más moderados si entregan el poder en bandeja a Javier Arenas, por el otro lado también pueden perderlos entre sus votantes más radicales si llegan a un acuerdo con el PSOE. Una situación, desde luego, nada envidiable. En todo caso, la razón por la que me decidí a escribir estas líneas no tiene nada que ver con las negociaciones entre PSOE e IU y lo acertado o no de que lleguen a un acuerdo de gobierno. Mi problema es más bien la presencia de gente como José Luis Centella, Secretario General del PCE, en las negociaciones. Ya sé que los demás partidos raramente toman una decisióp;n sin la aprobación de sus respectivas sedes nacionales, pero es que en este caso ni siquiera se están preocupando de guardar las formas. Sencillamente, Centella no pinta absolutamente nada en las negociaciones para formar Gobierno en Andalucía. La contradicción es aún peor, si me apuran, en el caso de una formación que presume de ser de izquierdas y, para más inri, federalista. Lo he dicho otras veces, y lo vuelvo a decir ahora: nuestra democracia parece que no acaba de madurar. {enlace a esta entrada} |