|
What Is Socialism in 2009
The debate over health care reform has polarized Americans to the point where
many are accusing President Obama of attempting to usher in a disguised form
of Socialism into the country. The New York Times asked a varied
group of scholars about the meaning of such label these days.
Patrick Allitt, Cahoon Family Professor of American Histort at Emory University
in Atlanta, and author of The Conservatives: Ideas and Personalities
Throughout American History:
It’s odd that so many critics of the administration should use "socialism" as a
devil word. In fact millions of Americans, including many of these critics, are
ardent supporters of socialism, even if they don’t realize it and even if they
don’t actually use the word. Think of two elements of society that enjoy
overwhelming popular support despite being government owned and operated.
The first is the public schools. Horace Mann, in early 19th-century
Massachusetts, pioneered the project of creating publicly funded schools for
every child in the state. The idea caught on widely and in less than a century
had been emulated by every state in the Union. No Child Left Behind, endorsed
by a conservative administration, is the most recent incarnation of this huge,
centralized socialist project.
The second example is the highways. Early auto enthusiasts asked Henry Ford to
contribute to building a private highway system but he declined to invest and
warned them that they should not create the precedent of private road ownership
–much better to let the government pay. For a century now, governments
—state and federal— have built an astonishing network of utterly
"socialist" highways throughout the land. So far as I know, no one has objected
to driving along them for that reason.
Charles W. Dunn, dean of the School of Government at Regent University, served
as chairman and vice chairman of the US J. William Fulbright Foreign
Scholarship Board under Presidents Ronald Reagan, George H. W. Bush, and
Bill Clinton. He is also the author of many books, including The Enduring
Reagan and The Future of Conservatism:
Conservatives argue that liberals through the New Deal, Fair Deal, New Frontier
and Great Society have changed America from a responsibility-based society to a
rights-based society. Where once the family, neighborhoods, churches and local
communities solved problems at the local level, now the central government
plays a far greater role.
Conservatives see President Obama’s policy proposals as unwarranted extensions
of government into the lives of individual citizens, creating greater citizen
dependence on the government rather than fostering increased citizen
independence and personal responsibility. The result: conservatives fear the
loss of their historic liberties.
La crisis de los argumentos
Nos encontramos en medio de la mayor crisis económica desde los
años treinta, y en lugar de debatir sobre las medidas de política
económica o laboral que debamos implantar para salir airosos de la
misma, parece que preferimos entregarnos a la mera disputa partidista y los
ataques personalizados contra el Presidente del Gobierno.
Estamos en medio de una crisis económica de dimensiones planetarias, causada
por el comportamiento irresponsable de los agentes financieros y por fallos
estrepitosos en los sistemas de regulación de los mercados. Las principales
economías del mundo han entrado en recesión o han visto cómo sus tasas de
crecimiento se reducían considerablemente. Los economistas se afanan por
entender qué ha ocurrido exactamente, cómo ha sido posible, y qué tipo de
soluciones pueden ofrecerse. Los Gobiernos de todos los países han decidido
intervenir masivamente en el sistema económico y han abandonado cualquier
escrúpulo en cuanto a disciplina fiscal se refiere. Han puesto dinero para
salvar a los bancos y han emprendido costosos programas de inversión pública.
El Pacto de Estabilidad, que impone un límite al déficit público en el área
euro, suena ahora como un eco de otra época. Pero mientras todos piensan en
cómo salir de la crisis y qué medidas tomar para que no vuelva a suceder, en
España el discurso dominante es que el problema está en Zapatero.
El debate público sobre la crisis se ha frivolizado demasiado en nuestro país.
En la refriega partidista y periodística no se habla demasiado de los planes de
gasto público, ni de las medidas adoptadas para apuntalar el sistema
financiero, ni de las partidas sociales destinadas a proteger a los más
afectados por la crisis. Más bien, los asuntos que acaparan la atención son si
Zapatero improvisa, si la vieja guardia del PSOE se pone más impertinente de lo
habitual, o si hay un "plan" o una "estrategia global" contra la crisis. Por
descontado, quienes más critican lo que llaman improvisación o ausencia de plan
tampoco proponen alternativa alguna, salvo recomendaciones genéricas
(disciplina fiscal, reformas estructurales) o recetas absurdas (despido libre,
bajada de impuestos). Lo alarmante es que se preste mayor atención a las formas
con las que se gestiona la crisis que a la propia gestión de la misma.
(...)
Lo más llamativo del caso es que España está haciendo más o menos lo mismo que
hace el resto de países. El Gobierno puso en marcha en otoño de 2008 medidas de
seguridad sobre los depósitos bancarios e intervino para atajar los problemas
de liquidez, tratando de evitar el colapso del sistema financiero. A
continuación, aprobó el Plan E, que incluye un Fondo Estatal de Inversión Local
de 8.000 millones de euros, que ha creado más de 300.000 empleos, y un Fondo
adicional para la dinamización del empleo de 3.000 millones más. En total, el
Estado está gastando en estos planes anticrisis más del 2,5% del PIB, un
porcentaje algo superior al de la mayoría de los países.
(...)
Quizá el rasgo más destacado del Gobierno haya sido su compromiso de mantener
las políticas sociales y en algunos casos incluso expandirlas, así como de
tratar de conseguir acuerdos con empresarios y sindicatos. Se ha aprobado una
moratoria en el pago de las hipotecas para los parados, se ha establecido un
subsidio de subsistencia para parados sin cobertura y se ha reducido en dos
puntos el impuesto de sociedades, entre otras muchas medidas. Ahora se va a
proceder a una subida de impuestos para poder hacer frente a los gastos
sociales. El Pacto Social, hasta el momento, no ha sido posible, sin embargo,
por la cerrilidad de los empresarios, quienes han preferido, como la derecha,
utilizar la crisis para desgastar al Gobierno.
El problema más grave de todos es el coste de la crisis en términos de empleo.
Ahí se encuentra la principal especificidad española de la crisis
internacional.
(...)
¿Qué se puede hacer a corto plazo? No demasiado. Las reformas del mercado
laboral y el cambio del modelo productivo se tenían que haber llevado a cabo en
la fase de expansión. Pero mientras el país crecía durante más de 10 años a
tasas del 3% o superiores, los Gobiernos del PP y del PSOE no hicieron sus
deberes. Tampoco la sociedad reclamó dichas reformas, todo sea dicho. Todos
preferimos disfrutar del boom y creer que el problema del paro era cosa del
pasado. La gestión de los ministros de Economía desde la anterior crisis, la de
1992, está lastrada por su falta de ambición en este terreno. Ahora toca
lamentarnos, pero poco cabe hacer en el horizonte inmediato para situar la tasa
de paro en los niveles europeos.
Ants vs. worms: New computer security mimics nature
Computer scientists at Wake Forest University are investigating the idea of
using swarm intelligence to fight computer viruses (virii), taking inspiration
in the way ants function.
Unlike traditional security devices, which are static, these "digital ants"
wander through computer networks looking for threats, such as "computer worms"
—self-replicating programs designed to steal information or facilitate
unauthorized use of machines. When a digital ant detects a threat, it doesn't
take long for an army of ants to converge at that location, drawing the
attention of human operators who step in to investigate.
The concept, called "swarm intelligence," promises to transform cyber security
because it adapts readily to changing threats.
"In nature, we know that ants defend against threats very successfully,"
explains Professor of Computer Science Errin Fulp, an expert in security and
computer networks. "They can ramp up their defense rapidly, and then resume
routine behavior quickly after an intruder has been stopped. We were trying to
achieve that same framework in a computer system."
(...)
"Our idea is to deploy 3,000 different types of digital ants, each looking for
evidence of a threat," Fulp says. "As they move about the network, they leave
digital trails modeled after the scent trails ants in nature use to guide other
ants. Each time a digital ant identifies some evidence, it is programmed to
leave behind a stronger scent. Stronger scent trails attract more ants,
producing the swarm that marks a potential computer infection."
(...)
Computer users need not worry that a swarm of digital ants will decide to take
up residence in their machine by mistake. Digital ants cannot survive without
software "sentinels" located at each machine, which in turn report to network
"sergeants" monitored by humans, who supervise the colony and maintain ultimate
control.
|