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When Nano May Not Be Nano
An international team of researchers from the Center for the Environmental
Implications of Nano Technology (CEINT) at Duke University came out with a
report where they argue for a new definition of what constitutes a
nanoparticle.
Under the prevailing definition, a particle is deemed nano if its diameter
is between 1 and 100 nanometers (nm) —about 1/10,000 the diameter of
a human hair— and if it has properties that significantly differ from
its naturally occurring, or bulk, counterpart.
The special properties of nanoparticles come from their high
surface-are-to-volume ratio. They also have a considerably higher percentage
of atoms on their surface compared to bulk particles, which can make them
more reactive. These man-made materials can be found in a vast array of
consumer products, including paints and sunscreens, as well as in water
treatment plants and drug delivery systems.
For most of this decade, discussions of nanoparticles have tended to focus
more on their size than their properties. However, after reviewing the
scientific literature, the Duke-led team believes that the old definition
is not specific enough. A definition that focuses on properties is critical,
they say, to help scientists determine which particular nanoparticles are
the most likely to represent a threat to the environment or human health.
Generally speaking, it is the very smallest particles (less than 30
nanometers) that should receive the most attention in studying the
environmental and human health impacts of nanomaterials, according to Mark
Wiesner, a Duke professor of civil and environmental engineering and director
of the federally funded CEINT.
"There are an infinite number of potential new man-made nanoparticles, so
we need to find a way to narrow our efforts to those that have the greatest
likelihood of having the unique properties with unique effects," Wiesner
said.
Theory seeks to explain irrational beliefs
Bruce Hood, an experimental psychologist at the University of Bristol, just
published Supersense, a book where he advances the theory that the
human innate capacity to recognize patterns and seek explanations to
everything lie at the very foundation of supernatural beliefs.
Bruce Hood, an experimental psychologist at the University of Bristol, has
suggested that we create beliefs because of the way we make sense of the
world as infants. Presenting this hypothesis —and a new book,
Supersense— at the British Science Festival, he suggested that
the processes we use to detect patterns and explanations for our surroundings
lay the foundations for supernatural convictions.
The theory is that because we're programmed to look for patterns and
relationships, we see them even where they don't exist.
"Children sometimes come up with assumptions and misconceptions that later
seem to be the basis of adult supernatural beliefs," Hood told Wired.co.uk.
"Adults almost have to fight against these intuitions. There's evidence
from other labs that when adults are in stressful situations or when they
have a degree of compromise to mental function through brain disease, then
they revert back to a superstitious way of thinking."
(...)
Richard Dawkins, among others, has argued that education would counteract
any inbuilt superstitious convictions, but Hood disagrees. If beliefs result
from the process of learning about the world, rather than ignorance about
how it works, then it would not be eradicated by education.
Guy Claxton, professor of learning sciences at the University of Winchester,
UK, agreed with Hood's thesis. "We human beings are inveterate creatures
of belief," he said. "We spin webs of assumptions and then live within them,
mistaking them for the real world. Other people's webs often look mad to us
—and ours to them."
PSOE: ...donde nadie se atreve a levantar la voz
Tomando como excusa un reportaje publicado en
El País bajo el título El desconcierto se extiende en
el PSOE, el ex-Presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos
Rodríguez Ibarra, escribe sobre el supuesto talante autoritario que
se achaca a Zapatero. Aun reconociendo que se producen mucho menos debate y
crítica en el Comité Federal del PSOE con Zapatero que con
Felipe González, Rodríguez Ibarra no lo achaca tanto al
supuesto autoritarismo de aquél, sino a la dejación de sus
funciones que ha hecho la generación de líderes socialistas
que se encuentra en el poder en estos momentos. Asimismo, reivindica
Rodríguez Ibarra la importancia del papel desempe&ntidle;ado por los
militantes de bases en las distintas Casas del Pueblo que se extienden por
nuestra geografía.
Se habla de que Zapatero ha acabado con la generación de socialistas
que hicimos la Transición y protagonizamos la etapa más
brillante del soialismo en España. Niego la mayor. No se ha
prescindido de nosotros; ése no sería, además, un
problema grave. El drama aparece cuando (...) la generación que nos
siguió decide prescindir de ellos mismos. Es cierto que las
reuniones de las comisiones ejecutivas del PSOE en la etapa de Felipe
González duraban varias horas y que las que preside Zapatero apenas
llegan a los 60 minutos, pero la explicación de tal reducción
en el debate no es que Felipe fuera muy demócrata y Zapatero muy
autoritario; la explicación es que los que acompañábamos
a Felipe le discutíamos hasta la saciedad sus propuestas y
defendíamos con uñas y dientes las nuestras, mientras que,
ahora, véanse las reuniones del Comité Federal del PSOE: todo
son elogios y aplausos.
En tiempos anteriores, en el PSOE estaba prohibido hablar bien de la
Comisión Ejecutiva Federal cuando se trataba de exxaminar la
gestión de la dirección socialista; ahora eso ha cambiado y
lo que se oye son elogios totales o parciales, pero no he percibido nunca
que Rodríguez Zapatero pretenda prohibir o molestarse por la
crítica libre y democrática.
Zapatero es un dirigente socialistas que se ganó su puesto con
ahínco y decisión; sabía que no era imposible ser
secretario general del PSOE y lo intentó. Me temo que, de ahí
para abajo, las figuras que han ido surgiendo, en distintos ámbitos
de responsabilidad, no siguieron el camino de Zapatero, sino que creen que
deben su puesto a la voluntad de Zapatero, lo que anula o difumina su
capacidad para ser libres y aportar visiones personales a la difícil
tarea de gobernar un país desde la perspectiva socialista. No dudo
de que la actual generación de socialistas tenga grabada, a sangre
y fuego, la ideología socialdemócrata, pero, por lo que se ve,
existe mucha ideología y apenas ninguna idea que permita al
líder medirse y medir sus propias iniciativas que, hasta ahora, son
las únicas que conocemos. No estamos, pues, ante el problema de
rescatar o no a la generación anterior de socialistas, estamos ante
el dilema de saber si la generación que la sucedió decide
asumir su responsabilidad o queda como una generación perdida y
silenciosa.
Lo de la "cartera ministerial o lo de la secretaría de Estado" no
puede ni debe ser la aspiración de un socialista que participa del
proyecto colectivo de un partido de izquierdas y centenario. La misma
crónica, citada más arriba, nos ilustraba sobre la "huida"
de ex ministros del Parlamento español. Parece ser que, una vez
destituidos de sus responsabilidades ministeriales, ya no tienen nada que
hacer en la vida política; unos se quejan de que, por el hecho de
haber formado parte del círculo inicial que apoyó a Zapatero
para ocupar la secretaría general del PSOE, merecerían ser
ministros, como mínimo. Si todo el mérito que se puede
aducir para volar por las alturas es haber visto antes que otros la
valía de Zapatero, prefiero que sigan donde están, porque eso
sólo les acreditaría como buenos visionarios, pero no les da
ningún plus a la hora de ocupar cargos de mayor responsabilidad. Y
luego están los que abandonan el ecsaño porque, después
de haber sido ministros, "ya no tienen nada que hacer en el Parlamento".
Si esa fuera la norma a seguir, ¿cómo explican que existan
cientos de socialistas que, habiendo tocado el techo, siguen defendiendo y
peleando por las ideas que profesan y por el triunfo del partido en el que
militan? ¿Cómo que no tieen nada que hacer quien ha sido
ministro? Se nota que no conocen las Casas del Pueblo, donde miles de
socialistas están deseando que quienes han acumulado una experiencia
gubernamental puedan explicar las claves de la política seguida y
de lo que queda por hacer.
Quien ha sido ministro de Justicia tiene una larga tarea para asesorar a los
militantes socialistas sobre los abusos de poder que suceden en muchos
pueblos de España, donde la falta de control democrático de
las instituciones públicas vulnera constantemente los derechos de los
ciudadanos. Quien ha sido ministro de Cultura tiene un amplio campo de
juego para coordinar una política cultural que nos haga entender,
aún mejor, la diversidad cultural española y los
fenómenos políticos que esa diversidad cultural conlleva.
Quien ha sido ministro de Sanidad tiene el campo abonado para explicar las
excelencias del sistema público de salud español y los riesgos
que significa el que los más pudientes sigan sin confiar en el mismo,
comprando fuera lo que, excelentemente, se ofrece dentro. El máster
que significa haber pasado por un ministerio se puede usar en beneficio
propio o en beneficio de las siglas que nos permitieron llegar a lo
más alto. ¡Miles de militantes nunca llegaron ni a concejal y
ahí siguen peleando y defendiendo sus ideas, sin pensar que, si no
llegan a ministros, no merece la pena seguir en este apasionante proyecto!
Robots Reveal Insights Into Evolution
Sara Mitri, of the Ecole Polytechnique Fédérale de Lausanne
(Switzerland), Dario Floreano, also of the same institution, and Laurent
Keller, of the University of Lausanne, have collaborated in a study to
simulate evolution with 1,000 robots. Some of the conclusions of their
study provide interesting insights into how evolution works.
In the game-like scenario, the robots competed with each other to find a
food source that emitted red light and avoif a poison. Robots received one
point for every unit of time in the vicinity of food, and lost a point per
unit of time spent near poison. Once a robot had located the food, it could
syay near the food for the remainder of the game to accumulate as many points
as possible. The robots also had the ability to emit blue light, and could
sense light emitted by other robots.
As the researches explained, each robot had 33 genes that were initially set
to random values, so that the behavior of the robots was random in the first
generation. The genes controlled characteristics such as how the robots
processed sensory information and produced motor actions, such as emitting
flashes of light.
Once robots evolved the ability to find food and stay nearby, their increased
density near the food source also caused an increased density of flashing
blue lights near the food, providing a source of information for other robots.
After about nine generations, the robots became significantly attracted to
blue light, resulting in even more robots crowding around the food. In
response to this crowding, the robots began to be selected to decrease their
own rate of blue light emission.
However, blue light emission never completely decreased to zero, even after
500 generations of evolving robots. As the researches explained, this
somewhat surprising result can be explained by the reduced selection
pressure on light emission reduction. As light emission decreased, it
became less informative to other robots, and less of a liability to the
robots emitting the light.
"Evolutionary processes do not necessarily lead to 'optimal' solutions (in
this case, a complete suppression of information) but consist of a complex
interplay of selection pressure and variation," Mitri said.
A New Vision for Teaching Science
Recent studies from neuroscience and psychology suggest ways to improve
science education.
Despite decades of reform, America has made only modest gains in the science
classroom, particularly in high schools. Two recent reports from the
National Research Council (NRC), however, offer novel strategies. Entitled
Taking Science to School and Ready, Set, Science!, they call
for changes in the way science is taught beginning in elementary schools.
Unlike previous recommendations, the new suggestions reflect recent
findings from neuroscience and psychology about how young children think and
how they acquire knowledge.
(...)
Research shows that children learn best when they regularly revisit topics,
moving from basic to sophisticated views. In keeping with this knowledge,
education experts advocate curricula in which students deepen their
understanding of a topic —and hone their abilities to practice
science— across many grades.
The most effective teaching expands both the knowledge and the skills needed
to engage with science authentically —that is, in a manner akin to
how scientists work. To practice science in the classroom calls for problem-
and project-based lessons, as wel as considerable social interaction. As is
the case among scientists, argumentation and discourse help students to
refine one another's ideas and to articulate their own.
Cyborgs de Insectos-Robots
De auténtica ciencia-ficción. El Pentágono está
financiando investigaciones para poder crear insectos-robots que simulan el
vuelo de la mosca que puedan ser utilizados en labores de espionaje. Pero
aún más interesante son las investigaciones que se están
llevando a cabo con polillas o escarabajos, añadiéndoles
implantes al más puro estilo cyborg.
Aunque ya hay robots grandes, ágiles y potentes con clara
aplicación militar, para tareas de vigilancia y poder espiar de forma
discreta resulta mucho más eficiente tener 100 robots pequeños;
aunque sean tan "frágiles" que se puedan aplastar con la mano.
La mosca, rápida y sigilosa, parece un espía ideal. En Harvard
están tratando de imitar su vuelo con unos diminutos robots
voladores.
La "mosca artificial" que han desarrollado es capaz de agitar sus diminutas
alas de plástico, gracias a un material que se deforma al aplicar
electricidad. Aunque el avance es muy prometedor, de momento "sólo"
son un par de alas que se mueven, conectadas a un par de cables para la
fuente de alimentación (el dispositivo no tiene suficiente potencia
para cargar con una batería). Le falta todo el sistema de
navegación, visión, sensores... Cada vez es más sencillo
reducir el tamaño de cualquier componente, pero todavía no a
este nivel, y menos a un precio razonable.
Sin embargo el Pentágono tiene claro que es prioritario poder contar
con cientos de insectos voladores para utilizarlos en misiones de defensa.
(...)
Principalmente se suelen utilizar insectos de un tamaño considerable,
como unas polillas que llegan a los 10 cm. de longitud. De esta forma es
más sencillo "modificarlas" o añadirles los dispositivos
necesarios.
Se sabe que las polillas utilizan para guiarse el abdomen a modo de
timón, así que para controlar su vuelo, una de las soluciones
es hacerles mover el abdomen.
Para ello se les realiza una incisión cuando se encuentran en la fase
crisálida y se les introduce una especie de anillo flexible con
electrodos alrededor del cordón nervioso. Estimulando los electrodos
con una señal eléctrica oscilante, se puede dirigir a una
polilla adulta. La universidad de Cornell trabaja con el mismo tipo de
polillas, pero en este caso actúan directamente sobre los
músculos principales encargados del vuelo. En ambos casos se
aplican una señal eléctrica oscilante para modificar la
dirección o el aleteo del insecto.
El problema de las polillas es que al no poder volar con mucho peso, deben
estar ancladas para poder aplicar la señal eléctrica. Por
eso lo más interesante sería encontrar un insecto que pueda
cargar con más peso, vuele y tenga un tamaño suficiente para
poder implantar los electrodos. Uno de los candidatos son los escarabajos,
especialmente el denominado rinoceronte, que pueden cargar hasta 3g. Gracias
a ello se les puede acoplar encima un microcontrolador, una pequeña
batería, un implante, y conseguir que se eleve con todo ello.
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