No exagero cuando digo que mi madre es una muy buena cocinera. Soy
consciente de que eso lo suelen decir todos los hijos, sobre todo cuando
se casan y echan de menos las viandas de sus años mozos. Sin
embargo, en el caso de mi madre han sido muchos los amigos que me lo han
comentado cuando han venido a casa a comer con nosotros. Esta sección
es, pues, un sentido homenaje a mi madre y a todos los platos que disfrutamos
(y seguimos disfrutando) en familia durante tanto tiempo. Como es lógico, con
el paso de los años, he ido añadiendo algunos cambios míos, en unos casos
debido a preferencias personales y en otros debido a la dificultad de
encontrar los ingredientes correctos cuando vivo en el extranjero.
|