Aunque no soy para nada un aficionado a la enología, sí que he de reconocer que me gusta el vino. Cuidado, porque tampoco abuso. No soy de los que se toman una botella (ni siquiera media) en una sentada. Sencillamente, me limito a consumir una copita de cuando en cuando, casi siempre mientras como una tapa, el almuerzo o la cena. Y, eso sí, lo disfruto. Me gusta. Así pues, estas páginas no aspiran, ni mucho menos, a convertirse en un evangelio del aficionado a los vinos, sino tan sólo en un modesto cuaderno en el que tomar notas sobre los distintos vinos que voy bebiendo y la opinión que me merecen. Nada más.


Tintos:
Monte Antico
Blancos:
FishEye Riesling
 
Rosados: