RAÚL PLANCHUELO:
Algunos definen facebook como una comunidad virtual, aunque sería más
correcto no utilizar este término, ya que la palabra comunidad alude a
“común”, un grupo de individuos con características comunes y lo cierto es
que el único elemento común que comparten los usuarios de Facebook es un
punto de conexión a Internet.
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JESÚS ORTEGA:
Bueno, técnicamente el punto de conexión no se comparte. Tú tienes uno y
yo tengo otro. De hecho, hay diferencias de velocidad en la conexión que
están claramente relacionadas con asuntos como las diferencias de clase,
el nivel de riqueza de los países, etc. En cualquier caso, creo entender
lo que dices, y seguramente llevas razón, al menos en parte. Algo de
"comunidad virtual" sí que hay, al menos en el sentido de que nos
encontramos con otra gente asiduamente en una página determinada (esto es,
la de Facebook), compartimos ideas, experiencias, discutimos, nos
enfadamos, nos reímos, etc. No obstante, debiera quedar bien claro que se
trata de una experiencia de comunidad bastante limitada.
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ÁNGEL MARTÍN:
Lo local ya no es el territorio, ni tan si quiera el origen cultural.
Habrá gente con la que compartas muchos "espacios" comunes y sin embargo
ninguno físico
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JESÚS ORTEGA:
Ángel, eso que dices es cierto, al menos en el sentido de que se trata de
una tendencia clara en la sociedad contemporánea. Ahora bien, algo muy
distinto es que se trate de una tendencia con efectos positivos o
negativos. Imagino que, como casi todo, combinará algo de ambos. Me
explico. En líneas generales, se acepta que el concepto sociológico de
comunidad implica un grupo de agentes o entidades (no tiene por qué ser
humano, pues también existen comunidades de otros tipos, como pueden ser
las biológicas) que tienen unos intereses y experiencias comunes, así como
unos lazos de intercambio social, comunicación, experiencias afectivas,
mitos, historias comunes, etc. El origen cultural de dicho concepto
siempre ha estado ahí. Eso no es lo nuevo. Lo que sí es nuevo es que
tradicionalmente este tipo de comunidades sólo podía darse en un ámbito
territorial bastante limitado, en tanto que ahora, con la aparición de las
nuevas tecnologías, puede darse de forma virtual.
Así pues, lo de Facebook es, de hecho, una comunidad, creo yo. Pero, como
indicaba, una comunidad bastante limitada, pues lo que ganamos en variedad
geográfica y de otros tipos (aspecto positivo) lo perdemos en la solidez y
fortaleza de los lazos. En otras palabras, Raúl y yo jamás nos hemos visto
en persona y, sin embargo, hemos entablado ya varias conversaciones
virtuales que sin duda he disfrutado, que me han ayudado a clarificar
ideas y de las que he aprendido. Sin embargo, los lazos que nos unen
siguen siendo bastante débiles. La verdad es que no nos conocemos. En
realidad, no puede decirse que haya entre nosotros una "comunidad", al
menos no si se entiende como "comunidad fuerte".
¿Por qué me pierdo en todo esto? Pues porque me parece importante, sobre
todo para quienes nos aproximamos al tema desde una perspectiva
emancipadora, de izquierdas, progresista o como leches lo quieras llamar.
La cuestión de fondo es que la cultura contemporánea (una vez más, llámala
como prefieras: sociedad industrializada, capitalismo, capitalismo
avanzado, cultura occidental, extractivismo...) fomenta de una forma
clarísima las "comunidades débiles" donde los lazos de socialización entre
los individuos son más bien inexistentes o mínimos, en tanto que socava
los cimientos de las "comunidades fuertes". Esto sucede a todos los
niveles (tele-trabajo, que reduce la capacidad de movilización de los
empleados; entretenimiento de consumo, frente a la socialización de
antaño; hipermercados, frente a las tiendas pequeñas de toda la vida donde
uno/a se encontraba a sus vecinos/as, etc.) y me parece que, sin lugar a
dudas, dificulta la lucha de quienes nos empeñamos en buscar otras formas
de organizar la sociedad.
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