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Bélver Yin
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Hace ya mucho tiempo que compré esta novela y la leí por primera vez. Si no recuerdo mal, fue allá a finales de los años ochenta en la Cuesta de Moyano de Madrid. En aquella época, mis años de estudiante universitario, me acercaba a la Cuesta de Moyano con bastante asiduidad y, aunque mi preferencia personal era (y, por lo general, sigue siendo) el ensayo, algunos de los años que pasé en Madrid me acerqué a la novela y la poesía con bastante entusiasmo. Eran los años, por lo demás, en los que se hablaba mucho de la nueva narrativa española. Ya se sabe lo que sucede con esto de las etiquetas. Lo que ayer podía considerarse nuevo (al menos relativamente) hoy ya no lo es tanto. Se trata, a fin de cuentas, de etiquetas más útiles para el marketing y el consumo que para otra cosa. Junto a Jesús Ferrero solía meterse en el mismo cajón de sastre a gente como Antonio Muñoz Molina, Julio Llamazares, Javier Marías, Juan José Millás o Lourdes Ortiz, entre muchos otros. Pero, ¿había realmente algún elemento unificador entre la gente de la nueva narrativa española? La verdad es que se hace difícil reconocer alguno. Si acaso, los elementos comunes eran más de carácter sociológico (o, quizá, de mentalidad o actitud) que otra cosa. Por ejemplo, quedaba claro que se movían en un ambiente que bien poco tenía ya que ver con el de la Dictadura. De hecho, hasta la Transición había quedado ya atrás con la victoria electoral de Felipe González en 1982. Si acaso, éstos eran los hijos de la Movida madrileña. No sólo eran libres para expresarse sin temor alguno a la censura o a la represión, sino que además se sentían conectados con lo que sucedía más allá de los Pirineos, concibiendo que una España integrada en Europa era de lo más normal del mundo. Así se explica uno cosas como la abierta sensualidad de muchos pasajes de este Béver Yin, de Jesús Ferrero:
Lo mismo se aplica, por supuesto, al toque de exotismo oriental que se extiende por todo el libro: Sencillamente, nada de esto era posible en la España de antes de la democracia, cuando aún imperaban las actitudes castizas, el Spain is different y el patriotismo cerrado. En tan sólo unos cuantos años habíamos pasado de la sal gorda del cine del destape a la integración en Europa gracias al acelerado proceso de modernización económica, política, social y cultural que tuvo lugar durante la década de los ochenta. Bélver Yin narra la historia de dos hermanos que viven un amor platónico pero casi incestual aunque la vida les separe cruelmente en algunas ocasiones. Las circunstancias de la época que les ha tocado vivir (la China de principios del siglo XX, todavía influida por las guerras del opio) no hace sino colocar obstáculos en su camino, pero ellos siguen una existencia centrada en la sensualidad y el amor mutuo. En un ambiente tan fluido y violento, entran a formar parte de una secta nacionalista, la secta del Nenúfar:
Aunque, como suele suceder con este tipo de organizaciones, la secta se entrega a numerosos negocios de dudoda legalidad, todo se hace en nombre de un nacionalismo casi racista y excluyente:
Pero es precisamente este exotismo orientalista (algo que, por cierto, gusta mucho a Ferrero) el que en ocasiones se convierte en punto débil de la obra. No son pocas las veces que se leen ciertos comentarios o acciones que en realidad no pasan de ser meros estereotipos sobre la supuesta actitud oriental. Por ejemplo, la siempre recurrente personalidad traidora de los asiáticos:
Otro claro ejemplo sería la ambivalencia de la actitud oriental, el mito de la enigmática personalidad que oculta mucho más de lo que deja entrever:
Quizá relacionado con este orientalismo simplista,la novela incluye asimismo un buen número de pasajes con una fuerte carga poética, imágenes que sin duda contribuyen a aumentar su carga de exotismo:
Y, pese a ello, Ferrero cae también en ocasiones en algunos errores que sólo pudieran catalogarse como de principiante, propios de alguien que presta más bien poca atención al lenguaje:
Y, por supuesto, como era de esperar en una novela inspirada en el mundo oriental, tampoco pueden faltar las lecciones de sabiduría más o menos profunda:
En definitiva, que Bélver Yin combina una temática y un estilo abiertos al mundo, tolerantes y sin complejos, como parecía corresponder a una España que se sumaba al carro de la modernidad, junto a un buen número de estereotipos y lugares comunes propios, precisamente, de quienes apenas comenzaban entonces a ver el mundo. Se trata de una lectura fácil y entretenida. Una novela escrita más o menos bien en líneas generales. Pero, se mire como se mire, tampoco se trata de nada del otro mundo.
Entertainment Factor: 7/10 |