Comentario en Facebook a un amigo que subió un enlace al artículo titulado Algunas pistas sobre el éxito de Asia, de Jaime Rivière, profesor de Sociología de la Universidad de Salamanca, sobre los resultados del Informe PISA y la conexión que quizá pueda haber entre los valores culturales confucianos de los países asiáticos y los buenos resultados cosechados por sus jóvenes estudiantes.

ABC también publica una noticia similar. Tú eres el experto, no yo. Pero permite unas cuantas reflexiones no contrastadas con la evidencia empírica (hipótesis de trabajo, si quieres), que para eso i tienes tiempo tú, no yo.

¿Si los valores confucianos están detrás de los buenos resultados? Pues pudiera ser. Sin embargo, si se tratara del único factor (o siquiera del factor esencial), entonces cabría esperar los mismos resultados si se extiende el estudio a todas las escuelas chinas, incluyendo las de las zonas rurales. Me da en la nariz que ese no sería precisamente el resultado. ¿Será que las zonas rurales son menos confucianas que Shanghai? Uno lo duda mucho. Luego entonces habría que plantearse si: 1) los valores confucianos no son la explicación, o 2) los valores confucianos son una explicación entre otras.

Y, con respecto al contraste entre valores confucianos y cristianos, no tengo yo tan claro que sea posible contraponerlos en este ámbito (aparte de que cabría preguntarse si en realidad se trata de valores confucianos, cristianos o meramente tradicionales, esto es, propios de una sociedad tradicional, premoderna y, hasta cierto punto, precapitalista, en el sentido de sociedad capitalista avanzada donde predominan el consumismo y la gratificación instantánea). ¿Por qué digo esto? Pues porque no sé en vuestro caso, pero en el mío no me cabe duda alguna de que mis padres siempre promovieron precisamente esos valores que ambos artículos identifican como "confucianos", por más que yo naciera y creciera en la muy juerguista ciudad de Sevilla. Siempre me inculcaron la importancia fundamental de valores como el esfuerzo, la disciplina, el trabajo bien hecho, el respeto, el amor por el conocimiento, etc. Si acaso, no tenían la obsesión por la competitividad de que se habla en el artículo, ni tampoco me apuntaban a mil y una actividades extraescolares. Pero, por lo demás, mis padres siempre fueron un ejemplo claro de aplicación de los valores "confucianos".

En fin, lo que creo que sí queda claramente demostrado con este tipo de estudios es que el rendimiento educativo tiene en realidad bien poco que ver con factores como la metodología pedagógica ultramoderna (¿a alguien se le puede ocurrir pedagogía más carca que la aplicada en los países asiáticos?), medidas de política educativa o, si me apuran, casi hasta el nivel de inversión (sin llevarlo a los límites, por supuesto). Y, por el contrario, sí que parece estar muy relacionado con cuestiones de índole socioeconómica y cultural (ahí entra el asunto este de los valores). El problema, por supuesto, es que tanto lo uno como lo otro es mucho más difícil de cambiar y requiere... pues requiere precisamente un esfuerzo constante y sostenido durante un buen tiempo, es decir, requiere que apliquemos los mismos valores que parecen dar resultados en el ámbito educativo. Mi conclusión (puedo estar equivocado, obviamente) es que no hay soluciones (ni políticas) mágicas, sino trabajo a largo plazo que involucre a la sociedad en su conjunto. Difícil, ¿eh?