Sobre desengaños políticos e imparcialidad
[Tue Jan 3 14:58:44 CST 2023]

Si hay algo difícil de conseguir en política y religión es la imparcialidad más o menos objetiva (o, cuando menos, un acercamiento a ese ideal). Se me ocurre esto a raíz de la lectura de una reseña sobre el desengaño de Simone Weil en España publicada en El Cultural donde se nos resume el desengaño, por un lado de George Bernanos con el bando franquista y, por el otro lado, el de Simone Weil con el republicano, aunque ambos fundamentalmente por la misma razón, esto es, la despiadada represión puesta en práctica por ambos bandos. Algo que, por cierto, parece mentira que tanta gente haya olvidado décadas después. Más bien al contrario, algunos parecen seguir empeñados en contarnos la historia en términos de buenos buenísimos y malos malísimos. En mi caso, no me cabe duda alguna de el bando franquista es responsable (y culpable) de desencadenar la guerra con su fallido golpe de Estado. Pero el bando republicano es responsable (y culpable) en su mayor parte de haber hecho todo lo posible para evitar la consolidación de una república democrática y liberal, apostando casi desde el principio por la revolución proletaria. Tal y como describe el crítico que firma la reseña:

El conocimiento de este tipo de ejemplos de violencia de retaguardia hizo que Weil renegase de sus postulados revolucionarios. Primero cargó contra los estalinistas y más tarde también condenaría la deriva autoritaria de los anarquistas en un artículo que no quiso publicar por miedo a que la malinterpretaran. "Voy, lo sé, a desconcertar, a escandalizar a muchos compañeros. Pero cuando se habla en nombre de la libertad, hay que tener el valor de decir lo que se piensa, aunque no guste", sentenció. La Guerra Civil le sirvió para confirmar que no hay causa justa que no sea ensuciada por querer hacer que triunfe.

(...)

Durante su breve existencia —murió con 34 años, tras contribuir a la Resistencia desde Londres elaborando informes—, Weil demostró un amor incondicional a la vida y una honda solidaridad con los humillados y ofendidos. "Soy filósofa y me intereso por la humanidad", resumió. Su gran preocupación era el ser humano. Así se lo dijo a Bernanos refiriéndose a la "embriaguez" por el asesinato y las sonrisas cómplicetes, que se desató en España: "Porque no podemos concebir ese fin —el bien público, el bien de los hombres— cuando no damos ningún valor a los hombres".

Convendría tener bien presente esas palabras. {enlace a esta entrada}