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Filosofía "continental" vs. filosofía analítica
[Fri Jun 26 15:13:52 CDT 2020]
Recientemente leí un artículo de la revista digital Aeon sobre la contraposición entre la filosofía "continental" y la filosofíá analítica que me pareció bastante bueno. Partiendo de una conversación entre Heidegger y Carnap que tuvo lugar en Suiza en 1929, el autor pasa a describir de manera bastante respetuosa e imparcial las ventajas y desventajas de las dos escuelas que, hasta, cierto punto han marcado el debate filosófico de la segunda mitad del siglo XX: {enlace a esta entrada} Racismo e identidades colectivas
[Wed Jun 10 10:37:06 CDT 2020]
Como han advertido muchos filósofos, sociólogos y psicólogos en las últimas décadas, parece que los seres humanos, primero, tenemos una necesidad vital de afirmar nuestra propia identidad individual como mecanismo para garantizar cierta estabilidad y salud psicológica y, segundo, derivamos una parte importante de nuestra propia identidad individual de la identidad colectiva. Pero, tercero, puesto que nuestra lógica mental funciona por contraposición usando a menudo una lógica binaria (esto o aquello, lo mismo o lo diferente, lo nuestro o lo de ellos, blanco o negro, cero o uno, etc.), estas identidades (ambas, la individual y la colectiva) se construyen también por contraposición a las otras identidades que nos rodean. No tiene nada de extraño, pues, que aparezcan brotes de racismo aquí o allá, pero también brotes de nacionalismo, clasismo, sexismo... en fin, contraposición y discriminación del "otro", definido por una u otra caracerística. El reto, pues, me parece que es encontrar la manera de evitar las consecuencias obviamente negativas (letales en ocasiones, como estamos viendo estos días) del concepto mismo de identidad al tiempo que permitimos (promovemos, incluso) que florezcan sus aspectos más positivos. Al fin y al cabo, como decía, parece claro que la identidad, tanto en su aspecto individual como colectivo, es estrictamente necesaria para el desarrollo saludable de la psique humana. Se me viene todo esto a la cabeza a raíz de leer esta noticia publicada por la Agencia EFE sobre el racismo dominicano contra los haitianos. {enlace a esta entrada} ¿Fin de una era? ¿Fin de la hegemonía estadounidense?
[Mon Jun 1 15:12:31 CDT 2020]
La época que vivimos tiene, cada vez más, un aire a fin de era. Me refiero a la era de la hegemonía indiscutible de los EEUU como única superpotencia que comenzara a partir de la caída del Muro de Berlín y la desaparición de la URSS. De hecho, en el mundo capitalista, la incontestable hegemonía estadounidense comenzó mucho antes, apenas terminada la Segunda Guerra Mundial. Y, sin embargo, son ahora demasiados los indicadores que parecen venir a corroborar el fin de dicha hegemonía. Leer una noticia titulada US heads into a new week shaken by violence and pandemic en la agencia de noticias Associated Press no contribuye mucho a desmentir esta percepción, sin duda. El problema va mucho más allá de los disturbios a cuenta de los problemas raciales. De un tiempo a esta parte, EEUU no hace sino acumular problemas y la verdad es que ninguno de ellos tiene visos de encaminarse hacia una resolución mínimamente satisfactoria a corto ni medio plazo, quizá ni siquiera a largo plazo. Al eterno problema racial hay que sumar una economía que ya estaba ralentizándose antes de la pandemia y que lleva décadas dependiendo del consumo exagearod, la deuda rampante y las inyecciones periódicas de liquidez de la Reserva Federal, pero es que además la deuda pública no para de aumentar independientemente de quién habite temporalmente la Casa Blanca, el sistema bipartidista está mostrándose excesivamente rígido para responder a las demandas de una sociedad cada vez más diversa y variopinta, el sistema político está constantemente bloqueado debido a la incapacidad de demócratas y republicanos para sentarse a dialogar, los políticos se venden descaradamente al mejor postor de forma completamente legal, la pobreza se encostra en los barrios de siempre y entre las minorías raciales de siempre, el Estado fracasa estrepitosamente a la hora de proporcionar un mínimo de protección social, el seguro médico de la población depende de un puesto de trabajo bien remunerado y millones de ciudadanos ni siquiera tienen cobertura, la cultura del país se caracteriza por el consumismo sin control y el relativismo más abyecto, el dinero y el beneficio empresarial son los únicos valores que realmente importan de hecho, esto es, más allá de la retórica oficial, las comunidades y las propias familias están disgregadas, atomizadas, destruidas, el liderazgo del país en la escena internacional hace tiempo que se basa únicamente en el puro poder militar... Pero no soy yo el único que lo dice. No may más que echarle un vistazo a la propia prensa estadounidense y nos encontramos, por ejemplo, con Global Anger Grows Over George Floyd’s Death in Minneapolis en The New York Times mostrando como subtítulo "The widespread criticism reflects growing unease about America’s rapidly eroding moral authority on the world stage", o As Virus Toll Preoccupies U.S., Rivals Test Limits of American Power, en el que se nos explica cómo el poder internacional de los EEUU ha ido erosionándose rápidamente a partir del inicio de la pandemia. Por cierto, que nadie mira al país como ejemplo a seguir en esta pandemia tampoco. Más bien al contrario, se le ve como ejemplo de lo que no hay que hacer. En definitiva, que todo esto tiene un cierto aire de fin de época. Y lo peor es que no solo se huele el fin de la hegemonía estadounidense, sino que, peor aún, lo que comienza a percibirse de manera cada vez más clara es la imposibilidad de continuar con el sistema existente. {enlace a esta entrada} |