[Wed Jun 27 11:21:21 CDT 2018]

Unas cuantas citas con las que me he topado mientras leía la revista budista Tricycle y que me han parecido interesante. En primer lugar, en una entrevista titulada The Speechless Speech of Roshi Philip Kapleau aparece el siguiente comentario con respecto a Japón:

As you know, Japan has a custom where certain peple who have accomplished a great deal are designated national treasures, and are given a stipend and honored, in certain ceremonies. Often they are artists or crafstpeople who enhance the dignity, the stature of the nation as well as its people. It always struck me as a very fine thing to do.

Me pregunto si se trata de algo similar a la institución de hijo predilecto que tenemos en muchas ciudades y regiones de España. El problema, por supuesto, es que en ocasiones se concede la distinción dejándose guiar más por consideraciones de fama o popularidad que otra cosa.

Por otro lado, en una pequeña pieza titulada What's So Wrong with Mindfulness? leemos lo siguiente:

Indeed, as the American anthropologist James Clifford says, cultures “do not hold still for their portraits.” The same applies to religion. Traditions are always in flux, and they are subject to influences from sources both proximate and foreign. The tradition that has come to be known as Buddhism today in Asia has always been reconfigured and redefined by sociocultural conditions, political circumstance, and transcultural encounters. The contemporary American Buddhist interest in mindfulness is no different. Focusing too narrowly on the inauthenticity of mindfulness because of its departure from a presumed pure original form gives insufficient attention to the themes and concerns central to the lives of dedicated American Buddhist practitioners.

La idea se aplica, sin duda, a muchas cosas. Y, sin embargo, también se trata de una verdad que olvidamos demasiado a menudo: los análisis que hacemos se basan siempre en foto-fijas que inevitablemente congelan la realidad y la acartonan. Es lo que tenemos, obviamente. Pero conviene no olvidar eso. Se trata siempre de una realidad disecada y, por ello, no tan rica como el constante fluir de lo que sucede ahí fuera.

Finalmente, en el transcurso de una entrevista (de hecho, la última que concedió) con el venerable Sayadaw U Pandita leemos la siguiente reflexión sobre la idea de enemigo:

An ordinary, external enemy can’t debase you. If he or she kills you, it’s only in one lifetime. The internal enemies kill a being lifetime after lifetime. They also degrade one. They are quite frightening.

Dejando aparte la creencia en la reencarnación, parece que lleva razón también en esta vida terrena: el enemigo interior es, sin duda, mucho más persistente y peligroso que el exterior. {enlace a esta entrada}

[Wed Jun 27 07:43:47 CDT 2018]

Leyendo una noticia publicada en El País sobre Imanol Ibarrondo, asesor psicológico de la selección mexicana de fútbol, me encuentro con un párrafo que en verdad puede ser de ayuda para la vida en general:

Ibarrondo transmite a sus jugadores que deben verse como una bellota que “ya tiene dentro todo lo necesario para convertirse en un roble extraordinario”. Les explica que esta analogía para potenciar su talento a través de un esquema llamado las 7Ps: presencia, entendida como “dejar que ocurra, no hacer que ocurra” para que el futbolista fluya con el juego; preguntar; positivizar; potenciar; empatizar; procesar y pactar. El preparador mental afirma que los jugadores no son responsables de sus estados de ánimo, pero sí del tiempo que decidan estar abrumados o no. “Destaco la actitud del equipo porque siempre después de una gran victoria solía costarnos mantener un buen nivel”, consideró Carlos Vela.

En particular, me parecen relevantes la reflexión afirmando que "los jugadores no son responsables de sus estados de ánimo, pero sí del tiempo que decidan estar abrumados o no" (en otras palabras, que somos capaces de tomar la iniciativa para dejar de estar postrados psicológicamente) y la idea de "presencia" entendida como "dejar que ocurra, no hacer que ocurra", que conecta muy bien con la tradición filosófica del taoísmo, sobre todo con el concepto de wu-wei. Como decía, me parece que todo esto tiene aplicación en nuestras vidas diarias. {enlace a esta entrada}

[Tue Jun 26 15:06:07 CDT 2018]

El País publicó ayer un artículo sobre el legado de Manuel Azaña que me pareció interesante:

“No solo sigue vigente”, tercia la historiadora. “Su pensamiento es básico para cualquier democracia; lo necesario sería recuperarlo. Su defensa de la libertad, de la conciencia democrática, no es algo que pase de moda. Al contrario. En un momento en que parece que con el empuje de movimientos populistas todo se lleva a los extremos, sus reflexiones y su visión argumentada es algo que se echa de menos”, abunda.

¿Dónde se encuadraría hoy ideológicamente? “En el espectro político de la República estaba a la izquierda, aunque tenía fuerzas mucho más a la izquierda”, responde Juliá. “Está en el centroizquierda”, opina su colega.

También evolucionó desde un reformismo monárquico. “Azaña piensa que los problemas fundamentales para que España transite a una democracia vienen del peso del militarismo, del clericalismo, de la necesidad de un reformismo social y de la institucionalización del fraude electoral”, incide Juliá. “Cuando Alfonso XIII abraza la dictadura de Primo de Rivera, Azaña estalla. Deja de ser un reformista en la monarquía (no era un monárquico afectivo) y lleva a la república el programa reformista mucho más extendido, porque añade la coalición con el socialismo. Cuando es presidente, ofrece una concentración de reformas que identificamos con la República: de la ley militar, de la propiedad agraria, del divorcio, de la secularización de la escuela... No dejaron de tocar nada que afectara a la vida diaria”, agrega.

Mera destaca como logros la separación de la Iglesia y el Ejército del Estado. “Personifica mejor que nadie el liberal republicano, la superioridad del poder civil. Está en la raíz del pensamiento liberal, que se conoce y reivindica poco. El abandonar la monarquía no es oportunismo; es defender la idea de España como Estado, esa idea que da seguridad, orden, paz social, educación, reformas, el barco en el que todos pueden convivir”, indica.

Azaña se mostró muy crítico con la Generación del 98. “Piensa que revolucionaron las letras y dejaron todo lo demás. No entraron en política y, cuando lo hicieron, reivindicaron al cirujano de hierro. Tanto hablar de la España moribunda y, como medicina para salir del retraso, recetan la aparición del gran hombre. Todo lo contrario que Azaña, quien defendía que los pueblos españoles solo despertarían cuando fueran dueños de su propio sueño”, remata Juliá.

Tantos años después, Azaña sigue siendo mi referencia política fundamental (con el añadido más reciente, tal vez, de Felipe González, otro reformista de centro-izquierda). La realidad social y política del país ha cambiado radicalmente, sin lugar a dudas. Pero su actitud liberal y tolerante, la primacía que concede a la razón, al compromiso y, sobre todo, al servicio a la nación me parecen fundamentales en cualquier actividad política que se precie. Y no escribo esto porque ahora esté de moda reivindicar su figura. Ya durante mi primer año de estudios universitarios el catedrático de Historia de España nos propuso elegir a una figura histórica para el examen final y elegí a Azaña. Esto sería allá por el año 1987. En fin, estoy convencido de que todos haríamos bien en inspirarnos en una figura como la suya, sobre todo en estos tiempos dominados por la demagogia y el extremismo. Y, por supuesto, me refiero a inspirarnos honestamente, y no meramente a hacer un uso electoralista de su figura para simular un viraje al centro, como hiciera Aznar en su momento. {enlace a esta entrada}

[Tue Jun 26 14:53:13 CDT 2018]

Mucho se ha hablado y escrito en los últimos días sobre la tragedia del Aquarius, el buque cargado de inmigrantes ilegales al que las autoridades italianas denegaron su entrada en el país. Y ayer mismo leíamos también en las páginas de El País que Italia avala en las urnas la política de Salvini, el líder de la Liga Norte y Ministro del Interior del Gobierno de coalición con el Movimiento 5 Estrellas. Una cosa que llama bastante la atención del populismo ultraconservador europeo y sus propuestas contra la inmigración es que, de una u otra manera, culpe a la Unión Europea del problema. Si bien entiendo que Bruselas y los acuerdos europeos puedan hasta cierto punto poner cortapisas a quienes desearían aplicar una política mucho más dura en este tema, la verdad es que, se mire como se mire, países como Italia, Grecia o España probablemente continuarían situados en el centro del huracán de estas corrientes migratorias aunque estuvieran fuera de la UE y recuperaran por completo su soberanía. De hecho, me temo que la raíz del problema es precisamente ésa, que hoy en día el mundo se ha globalizado demasiado como para que pueda existir la soberanía nacional tal y como se concebía hasta hace tan solo unas cuantas décadas. En este sentido, me parece que el populismo ultraconservador europeo, al igual que el norteamericano, hace un análisis erróneo de la situación y acaba culpando a quien en realidad no es responsable del problema. {enlace a esta entrada}

[Fri Jun 22 10:17:06 CDT 2018]

Hace unos días, mientras leía un artículo sobre Rudolf Höss, el comandante nazi de Auschwitz, y la banalidad del mal, los párrafos que concluyen el escrito me parecieron sin duda fundamentales:

Al leer con detalle sus memorias uno descubre que la aparente y calculada frialdad emocional del comandante de Auschwitz ocultaba en realidad su más intenso sentimiento: la ambición del éxito y el poder. No fue un individuo movido por inercia. Supo siempre lo que hacía y conocía muy bien las consecuencias de sus actos, pero asumió el riesgo de llevarlos a cabo convencido de que eso le reportaría grandes beneficios. No era un simple elemento de un engranaje que alguien mueve desde fuera, pues, aunque nunca reconoció su culpabilidad, era consciente de su responsabilidad en una empresa cuyas consecuencias positivas serían proporcionales a su dimensión “justiciera” y al esfuerzo para realizarla superando debilidades personales, que las tenía, aunque no las manifestara. Sin sentirse responsable de lo que hizo no hubiera podido acreditar los beneficios que esperaba obtener por ello.

Acostumbrarse a vivir con el mal no necesariamente significa banalizarlo. Si así fuera, quienes vivimos en países desarrollados también lo haríamos al aceptar con cierta normalidad el estado de pobreza y calamidad en otras partes del mundo e incluso en nuestro propio entorno, pues no dejamos de tomar un café caliente con tarta de manzana en una cafetería porque haya un pobre mendigo muriéndose de hambre y frío junto a su puerta. Lo hacemos, no porque creamos que eso no es algo malo, sino porque remediarlo es algo que en general consideramos fuera de nuestro alcance. Nos acostumbramos a vivir con el mal, pero no dejamos de sentirlo como tal. Pero la inevitabilidad no es la única interpretación alternativa a la banalidad, pues también hay quien sin ser un malvado acepta a veces un mal, como la pena de muerte o incluso la cadena perpetua, por considerarlo remedio o terapia de otro mal supuestamente mayor. Es posible también que muchos nazis, como Rudolf Höss, fuesen, además de malvados, cobardes, y aceptasen el mal y se habituasen a él no por banalizarlo, sino por verlo como un remedio terapéutico para lo que ellos consideraban males mayores, o, por encima de todo, como un instrumento para obtener gloria y beneficios personales.

Dudo mucho que estas reflexiones del autor del artículo (Ignacio Morgado Bernal, Director del Instituto de Neurociencia de la Universidad Autónoma de Barcelona) adquieran la popularidad y relevancia que acabara por lograr la idea aquella de Hannah Arendt de la banalidad del mal. Y es una pena porque, me parece, lo que apunta Morgado Bernal es aún más importante que lo que señalase en su momento Hannah Arendt: "nos acostumbramos a vivir con el mal, pero no dejamos de sentirlo como tal". De esto otro, me temo, todos somos culpables. {enlace a esta entrada}

[Wed Jun 20 10:06:27 CDT 2018]

He de reconocer que me agradan la simpleza y humildad con la que Mariano Rajoy ha afrontado su retiro de la vida política y el regreso a la vida normal:

Rajoy renunció el pasado viernes a su escaño de diputado, 14 días después de ser desalojado del Gobierno por la moción de censura del socialista Pedro Sánchez. El expresidente solicitó entonces de forma inmediata su reingreso en el cuerpo de registradores de la propiedad. Su plaza en Santa Pola, que obtuvo por oposición a la edad de 24 años, ha estado esperándole desde entonces.

Vestido de sport, jaleado por una decena de curiosos al grito de “presidente, presidente”, el de nuevo registrador Rajoy ha atendido a los numerosos periodistas que aguardaban su llegada. “Les agradezco su presencia. Sé que creen que esto es una noticia y por eso están aquí, pero no tengo mucho más que decir que lo que he dicho en las últimas fechas. Yo me he retirado de la política y vuelvo donde estaba”, ha señalado Rajoy.

Preguntado por la batalla que se ha desencadenado en el PP por su sucesión, ha recordado que su posición es bien “conocida”. Ya la dejó sentada en el comité ejecutivo de la Junta Directiva Nacional de su partido. “Hay un congreso y ahora son los militantes los que deben elegir democráticamente quién quieren que sea su presidente. Lo que diga yo es, francamente, muy poco relevante”.

O sea, que no solo regresa con toda normalidad a su vida profesional sino que, además, prefiere no hacer comentarios públicos que puedan interferir en la elección de su sucesor. Como digo, su comportamiento me parece digno de admiración. No hace mucho hubiera costado trabajo imaginar la normalidad democrática con que hemos asistido a su derrota en la moción de censura y su sustitución en el Palacio de La Moncloa. Se trata, creo, de un claro indicador de la madurez del sistema democrático español que, espero, sigamos promoviendo entre todos. {enlace a esta entrada}

[Tue Jun 19 10:08:34 CDT 2018]

Unas cuantas cosas interesantes que me he encontrado hoy mientras echaba un vistazo a la web de El País. En primer lugar, en la noticia sobre los desacuerdos de los partidos políticos representados en el Pacto de Toledo para decidir cómo se revalorizarán las pensiones en épocas de crisis leemos que PP, Ciudadanos y PDeCAT defienden que durante crisis y recesiones solamente se revaloricen automáticamente las pensiones más bajas en tanto que las de mayor cuantía queden congeladas. PSOE y Podemos, por el contrario, sostienen que incluso en época de crisis deben revalorizarse todas las pensiones. Lo que me parece peculiar de este desacuerdo es que, en principio, la posición de PP, Ciudadanos y PDeCAT me parece no solamente más razonable sino también más socialmente justa que la de PSOE y Podemos. No obstante, como es obvio, habría que escuchar los argumentos de ambas partes, que la noticia no detalla.a

En segundo lugar, leo sobre la bronca del Presidente francés. Emmanuel Macron, a un joven que se dirigió a él llamándole "Manu":

Macron había acudido el lunes a un evento para conmemorar el 78º aniversario del inicio de la Resistencia francesa durante la ocupación de Alemania en la Segunda Guerra Mundial. Pasada la ceremonia, caminaba entre el público cuando, de pronto, detrás de la barrera de seguridad un joven empezó a entonar La Internacional cuando se aproximaba el presidente, al que se dirigió con un "¿Qué pasa, Manu?"

El mandatario francés, que ha demostrado en otras ocasiones que no duda en pararse a discutir con gente que lo interpela —desde huelguistas a pensionistas que protestan por la bajada de sus salarios a causa de las reformas que ha emprendido el Gobierno— se detuvo de inmediato y le recriminó: "A mí me llamas señor presidente de la República o señor”.

Pero la lección no acabó ahí. “Estás en una ceremonia oficial, así que te comportas como debe ser. Puedes hacer el imbécil pero hoy hay que cantar La Marsellesa y el Canto de los Partisanos (el himno de la Resistencia francesa durante la ocupación alemana)", lo regañó Macron durante el evento celebrado en Mont Valérien, al oeste de París, para conmemorar las palabras que el general Charles De Gaulle pronunció desde la BBC para pedirle a los franceses seguir el combate contra el régimen alemán. “Y haces las cosas en orden. El día que quieras hacer la revolución aprende primero a tener un diploma y a alimentarte por ti mismo, ¿de acuerdo? Entonces ya podrás ir a dar lecciones a los demás”, agregó. “Sí, señor presidente”, le contestó en una voz algo menos insolente el chaval.

No me parece nada mal la reacción de Macron, aunque pueda sonar a algo desfasado e incluso reaccionario. A veces tiene uno la sensación de que hemos tirado al bebé con el agua sucia y, en nombre de un falso progresismo enrollado, nos hemos deshecho de una serie de normas de comportamiento cívico que en realidad proporcionan el fundamento mínimo sobre el que construir la convivencia social y, en su lugar, hemos elevado los deseos individuales al altar de los dioeses. Muy bien por Macron, pues. Al menos en este caso.

Por último, leyendo un artículo sobre el uso del castigo para educar a los chavales me encuentro con una distinción que me parece de sumo interés:

¿Nos ponemos el cinturón de seguridad por miedo a la multa o porque es importante cuidarnos y protegernos? ¿Qué tiene más poder? En el primer caso, cuando nadie nos vigila no nos lo pondremos y ese comportamiento nos pone en riesgo, con multa o sin ella. En el segundo caso, no necesitamos ser vigilados: hemos entendido el porqué de esa acción. Lo haremos de todos modos.

Este ejemplo es extrapolable al día a día cuando tratamos de corregir una conducta inadecuada, cuando en lugar de adiestrar, preferimos educar. En el adiestramiento hay obediencia ligada al premio y al castigo, en la educación hay comprensión del porqué es necesario o importante hacer lo que haya que hacer.

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[Mon Jun 18 10:35:34 CDT 2018]

Leyendo una entrevista en The Guardian con un joven que se marchó a vivir entre los monjes del Templo de Shaolin en China me encuentro con la siguiente afirmación:

Kung fu is something that anyone can put their mind to. All you have to do is remember that without struggle there is no progress. It’s not going to be easy, but with hard work and dedication you can achieve anything.

Se trata de una idea tradicional que, me parece, no hicimos bien en desechar con tanta facilidad en nuestras sociedades modernas. {enlace a esta entrada}

[Tue Jun 19 10:00:20 CDT 2018]

Calm water.
A mosquito flies
close to the surface.
A fish jumps out.
Ripples.
(No mosquito.)
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