[Fri Oct 27 07:14:22 CDT 2017]

Leemos en El País que EEUU declara la emergencia sanitaria por la ola de adicción a los opiáceos y, junto a la noticia, también se nos explica que "Trump recuerda a su hermano alcohólico fallecido y asegura que el muro de México frenará la entrada de drogas". El Presidente estadounidense prefiere no preguntarse por qué hay tantos conciudadanos que caen adictos precisamente ahora. Que yo sepa, hace cuatro, seis, ocho o diez años tampoco había un muro entre México y EEUU, los carteles de la droga en el país vecino eran igualmente potentes y, sin embargo, no se hablaba de una ola de adicción a los opiáceos en su país. ¿Se ha preguntado a qué pueda deberse eso? No, prefiere ir a lo fácil y barrer para casa. La política del postureo propia del siglo XXI. {enlace a esta entrada}

[Tue Oct 17 11:00:59 CDT 2017]

En una panorámica de las letras francesas publicada por El País con motivo de la Feria de Fráncfot, me encuentro con la siguiente referencia al filósofo Paul Ricoeur que, hasta cierto punto, sigue siendo perfectamente aplicable a nuestra realidad política:

Régis Debray —uno de estos intelectuales veteranos también prolífico— acaba de publicar su segundo libro del año, Le nouveau pouvoir (el nuevo poder). Plantea la teoría según la cual Macron es la expresión, ya no sólo de la americanización de Francia, como planteaba en su ensayo anterior, sino de un neoprotestantismo que infiltra las culturas católicas. Debray dedica el último capítulo a lo que llama la "generación Ricoeur". Explica que Ricoeur, que era protestante, asimilaba la izquierda a la confrontación, la derecha a la exclusión y el centro a la negociación. Y él se situaba en el centro, como el "gran reconciliador de las tradiciones de izquierda y derecha".

Evidentemente, no se trata de la única definición de izquierdas y derechas. Hay muchas otras, comenzando por la que prefiere definirlas según su posicionamiento ante el sistema realmente existente (es decir, las derechas se esfuerzan por conservar el status quo mientras que las izquierdas prefieren transformarlo o, cuando menos, reformarlo) hasta la preferida por el politólogo Norberto Bobbio, quien veía a las derechas como adalides de la libertad individual y a las izquierdas como defensoras de la igualdad. De todos modos, algo de cierto hay, creo, en la definición de Ricoeur, sobre todo en tiempos como los nuestros en que pululan por ahí populismos confrontadores de izquierdas y populismos excluyentes de derechas mientras el centro (ya sea el centro más o menos puro, el centro-izquierda o el centro-derecha) se ve acosado por ambos lados y criticado por su supuesta indefinición mientras el griterío se adueña de la calle y los medios de comunicación (sobre todo de las redes sociales, todo hay que decirlo). {enlace a esta entrada}

[Tue Oct 17 09:49:08 CDT 2017]

Leo en Público una entrevista con la actriz Amarna Miller en la que se citan unas maravillosas palabras del escritor Eduardo Galeano sobre la utopía:

"La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que camine nunca la alcanzaré. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar"

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[Fri Oct 13 13:32:33 CDT 2017]

Escenas durante un paseo hacia el centro de Saint Paul esta mañana. En los titulares de las últimas noticias que se muestran en la fachada del edificio de Minnesota Public Radio leí lo siguiente:

Minnesota hunters hope for Federal funds to boost the number of pheasants.

Noticia surreal donde las haya. Al parecer, la caza es un derecho más en nuestra sociedad contemporánea, al menos aquí en Minnesota. No sólo eso, sino que además parece razonable demandar que se inviertan fondos federales en fomentar la población de faisanes... para que los cazadores puedan entretenerse acabando con ellos. Ya no acierta uno a entender nada.

Segunda escena. Varias paradas de autobuses mostraban un anuncio de la marca de bebidas energéticas Red Bull:

Después nos preguntaremos de dónde vienen los problemas con las adicciones de todo tipo. Al parecer, drogarse para trabajar es de lo más normal hoy en día. {enlace a esta entrada}

[Thu Oct 5 15:37:03 CDT 2017]

El País publica hoy un artículo sobre la crisis que están viviendo los quioscos en nuestro país que me ha llevado a reflexionar sobre otros asuntos más o menos relacionados. La periodista que firma la noticia hace hincapié en el servicio que prestan los quioscos en nuestras calles como elemento cohesionador de la sociedad, como auténtico "creador de comunidad". Y me parece correcto. Es más, yo lo extendería a otros comercios tradicionales que también están desapareciendo de nuestros barrios, como las pequeñas tiendas familiares de antaño, verdaderos centros de encuentro de los vecinos. Todos ellos están entrando en crisis y están siendo sustituidos por comercios de bastante mayor tamaño que quizá sean económicamente más eficientes (aunque hasta eso habría que discutirlo), pero que sin duda son socialmente menos positivos para el futuro del entramado social por lo que tienen de fomento del consumismo individualizado. Quizá cómodo y confortable, pero exento del lado social que antes se veía en los comercios tradicionales. Debiéramos tener bien presente que todos estos cambios de nuestro estilo de vida quizá nos hagan más modernos y eficientes económicamente pero que, a medio y largo plazo, no hacen sino erosionar la cohesión social, destruir el sentido de comunidad y, de una u otra manera, poner fin a las redes de apoyo mutuo que siempre se dieron entre vecinos. Después de todo, ¿quién no recuerda la costumbre de "comprar de fiado" en la tienda del barrio? ¿Y encontrarse con cualquier vecino por la calle mientras se sale a comprar el periódico o el pan? Se mire como se mire, el hipermercado no nos va a fiar en un momento de necesidad, ni tampoco vamos a encontrarnos a un vecino si vamos de la casa al coche y del coche al hipermercado. Al fin y al cabo, son nuestras propias decisiones las que acaban destruyendo el sentido de lo público, lo social, lo comunitario, en nombre de un consumismo individualista que a lo mejor es muy moderno, eficiente y cómodo pero que, me temo, a la larga nos va a deparar más problemas que soluciones. {enlace a esta entrada}

[Thu Oct 5 15:29:47 CDT 2017]

Hoy, mientras conversaba con mi hijo mayor sobre varios asuntos, me comentó que se sentía algo incómodo cuando tenía que hablar sobre temas de informática en castellano porque el discurso está siempre repleto de términos en inglés y parece que está hablando más Spanglish que otra cosa. El comentario me hizo reflexionar un poco sobre el tema, lo que me llevó a darme cuenta de que cuando yo no era aún lo suficientemente fluido en inglés, me parecía de lo más normal hablar sobre cualquier tema de informática, incluso si mis frases contenían un buen número de palabras en inglés. Y, sin embargo, cuando adquirí suficiente fluidez en inglés pasó a molestarme, como indica mi hijo. La pregunta, por supuesto, es ¿por qué? ¿A qué puede ser debido esto? Mi hipótesis sería que quizá se deba al hecho de que, una vez adquirida la suficiente fluides, el cerebro está constantemente cambiando de contexto al pensar en una palabra en el otro idoma, cosa que no sucede cuando el dominio de la otra lengua no es tan sólido. En otras palabras, que tal vez se deba a la capacida del cerebro de cambiar casi imperceptiblemente de una lengua a la otra en el mismo momento de oír una palabra en la otra lengua. No sé si la hipótesis ha sido investigada y confirmada, pero creo que desde luego parece lógica y razonable. {enlace a esta entrada}

[Sun Oct 1 15:26:23 CDT 2017]

Pues ya veremos lo que sucede en el inmediato futuro pero, de momento, mucho me temo que estoy de acuerdo con la frase de Jordi Évole en Twitter:

Los que idearon este plan para evitar el referéndum, igual no saben que lo que han provocado es que hoy Cataluña se vaya definitivamente.

Y eso que, aunque no estoy seguro del todo, creo que Évole no es precisamente un partidario de la independencia. Pero las imágenes mostrando a las fuerzas del orden haciendo uso de la violencia contra ciudadanos que simplemente estaban tratando pacíficamente de participar en una votación (legal o ilegal, pero de lo que no cabe duda es de que se trataba de un acto pacífico) bien puede volverse contra el Gobierno central. {enlace a esta entrada}