[Sun Apr 30 08:55:46 CDT 2017]

Ahí va otro asunto que, en mi opinión, va caracterizando cada vez más a nuestras sociedades. Este otro en particular no recuerdo haberlo mencionado antes en estas páginas. Hace unos días me encontré en la web de El País con la noticia sobre una tuitera que denuncia los mensajes de hombres que buscan sexo a través de anuncios de cuidadoras. Según parece, hay gente (hombres, como, desgraciadamente, era de esperar) que se dedican a poner anuncios buscando cuidadoras para sus hijos pequeños para, a las primeras de cambio, lanzarse como depredadores a comentar que el acuerdo contractual también implica sesiones de sexo. Lo maravilloso del asunto es que, cuando la tuitera de la noticia le responde de manera muy educada y respetuosa que buscar servicios sexuales a través de anuncios de canguro no es un comportamiento éticamente aceptable, el individuo en cuestión responder enfadado que solamente buscaba "cariño" y que no debería juzgarle. Se trata esto último, me temo, de algo muy común hoy en día. Yo, al menos, aquí en los EEUU lo oigo constantemente. Parece que, como era de esperar, hemos pasado del "todo vale" al "no juzgues" y, de ahí, directamente, al "hago lo que me da la gana". Como decía, se trata de una evolución lógica. Si todo vale, nadie tiene derecho (ni siquiera la capacidad) de juzgar, lo que significa que todo queda permitido ipso facto. ¿Cómo podría ser de otra manera?. Del pensamiento débil hemos pasado a la ética débil y, de ahí, directamente al hiperindividualismo consumista en el que ya no hay reglas de ningú tipo (¿o fue quizá éste último, el hiperindividualismo consumista, el que condujo a la confusión moral y al egoísmo más descarnado?). Sea como fuere, el llamado constante a suspender el juicio se emplea bastante a menudo hoy en día, confundiendo entre la idea de no juzgar a la persona y la de no juzgar los actos, pues mientras lo primero tiene su sentido lo último hace imposible la vida en una sociedad medianamente civilizada. No son pocos quienes, para defender su reivindicación de que nadie juzgue a nadie, sacan a colación el pasaje del Nuevo Testamento en el que Jesús evita la lapidación de una mujer adúltera dirigiéndose a la masa en cólera: "El que de ustedes esté sin pecado sea el primero en arrojar la primera piedra contra ella". El problema, claro, está en que parecen olvidar convenientemente el final de la historia, en el que se Jesús le dice a la mujer: "Ni yo te condeno; vete, y no peques más". En otras palabras, ni Jesús ni nadie (ni siquiera la mujer, al menos en la historia transcrita en la Biblia) niega que se haya cometido un pecado (esto es, que se haya actuado de manera no acorde a los preceptos de la ética). O, para decirlo de otra forma, Jesús no afirma en ningún momento que todos podemos hacer lo que nos venga en gana sin que nadie juzgue nuestros actos, que es lo que se quiere imponer hoy.

Por cierto, que Javier Marías publica hoy en El País hoy excelente artículo titulado Generaciones de mastuerzos que está directamente relacionado con todo esto. Recomiendo su lectura. {enlace a esta entrada}

[Thu Apr 27 15:41:07 CDT 2017]

Ya he escrito en otras ocasiones que vivimos en una época de máxima confusión en todas las esferas. Parece que no entendemos siquiera lo más básico. La filosofía del todo vale que se expandió por nuestros países a partir de la ola consumista y postmoderna de los años ochenta (además del profundo desencanto y pérdida de fe en cualquier alternativa al capitalismo realmente existente, por así llamarlo) nos ha conducido a un callejón sin salida y, como quien se agarra a un clavo ardiendo, no son pocos quienes echan mano de etiquetas para encajonar a toda alma que se les cruce en un desesperado intento de, cuando menos, intentar entender lo que se mueve a nuestro alrededor. Así, por ejemplo, nos encontramos hoy en la web de El País con una noticia sonre la (supuestamente) contradictoria respuesta de Angela Merkel a la pregunta de si se define como feminista. De hecho, la periodista que escribe la noticia se sorprende de que Merkel defienda la igualdad, pero no se defina como feminista. Supongo que la confusión es lógica y normal pues la periodista, echando mano del diccionario, define feminismo como la "ideología que define que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres". Hasta ahí, obviamente, todo va bien. ¿Quién se atreve hoy en día a contradecir dicha ideología? El problema es que, como suele suceder, el diablo está en los detalles. Por más que el diccionario defina al feminismo a grandes rasgos tal y como explica la periodista, el tema es que el feminismo, como cualquier otra ideología política, es mucho más amplio y rico que eso. De hecho, también como cualquier otra ideología, está asociado a una serie de connotaciones que, como siempre ocurre, van cambiando con el tiempo. A eso precisamente es a lo que se refiere Merkel cuando habla de evitar las etiquetas. No me parece tan difícil de entender, la verdad. Después de todo, como digo, sucede con otras ideologías y movimientos sociales. Así, diga lo que diga el diccionario (esto es, la denotación o definición del término), adjetivos como "liberal", "conservador" o "socialista" tienen distintas connotaciones en distintas sociedades y hasta en distintas épocas. Aquí en los EEUU, sin ir más lejos, el término "socialista" suele identificarse con la antigua Unión Soviética y prácticamente cualquier político que se precie tratará de evitarlo. ¿Y si en lugar de etiquetar optamos por escuchar atentamente las posiciones que defiende Merkel y, sobre todo, las políticas que pone en práctica? Después de todo, ¿no es eso lo que más importa en un estadista? Convendría olvidarse un poco de la imagen y del marketing, poniendo el énfasis en su lugar en los hechos y las acciones. Pero no puede ser, claro. Vivimos en la época del postureo. {enlace a esta entrada}

[Tue Apr 25 11:34:07 CDT 2017]

He de reconocer que algo que me molesta de los medios de comunicación de nuestros países es que, si uno presta atención y es capaz de conectar unas noticias con otras, se da cuenta inmediatamente de que algo falla en las historias que nos cuentan. O, para decirlo de otra forma, que están tan sometidos a los prejuicios y, quizás, las manipulaciones como los de otros países que habitualmente consideramos menos libres. Y, cuidado, porque con esto no quiero decir que la situación en los países occidentales no sea tal vez preferible, ni mucho menos. Pero tampoco es lo que nos pintan, me temo.

Este tipo de cosas puede observarse fácilmente en muchas de las noticias sobre países como China, Cuba, Venezuela o Corea del Norte. Todos ellos, por cierto, no me malinterpreten, difícilmente catalogables como democracias siquiera formales. Si acaso, Venezuela es la que más se acerca (por más que repitan los medios y los "líderes de opinión", no la considero aún una dictadura, aunque sí un régimen que ha ido tomando una clara deriva autoritaria en los últimos años y que, desde luego, ha ido recortando libertades progresivamente hasta convertir la democracia en un mero cascarón; no obstante, no creo razonable meter a Venezuela en el mismo cajón que China, Cuba ni, mucho menos aún, Corea del Norte). Así, nuestros medios no cesan de recordarnos la opresión diaria y el totalitarismo al estilo del Gran Hermano que se vive en estos países pero, después, cuando menos lo espera uno, se descuelgan con otras noticias sobre la vida cotidiana que no casa muy bien con todo ello. Así, por ejemplo, El País publicó recientemente una noticia sobre los "brotes de capitalismo en Corea del Norte" que dibuja una realidad a pie de calle bien distinta a lo que nos venden en otros momentos. Ahora resulta que no sólo su economía parece estar creciendo mucho más de lo que nos han dicho, sino que existen puestos callejeros, centros comerciales y se venden hasta pantallas de plasma y bolsos de diseño, por no hablar de parques acuáticos, zoológicos y hasta viajes de crucero. En fin, que nada de esto es comparable a la Core del Norte gris, sucia, hambrienta y deprimente que nos suelen dibujar. ¿En qué quedamos, pues? ¿Cuál es la Core del Norte auténtica? Pues, seguramente, como suele suceder en estos casos, ambas. Igual que sucedía con el franquismo. Igual que suele suceder con todas las dictaduras. {enlace a esta entrada}

[Thu Apr 13 16:08:05 CDT 2017]

Si hay algo que me ha venido llamando la atención en los últimos años es la progresiva y apabullante vacuidad que parece caracterizar incluso a los medios de comunicación que antaño considerábamos más serios y respetables. Echo un vistazo a la web de El País prácticamente a diario y, conforme ha ido transcurriendo el tiempo, he notado que, poco a poco, en lo que quizá sea un patético esfuerzo por ganarse las simpatías de la generación que ha venido a conocerse como la de los "millenials", cada vez publican más "noticias" sobre series de televisión y famosetes en su página principal. Así, no hace mucho comunicaban a los cuatro vientos que Paula Echevarría y David Bustamante (ni sé quiénes son, ni me importa lo más mínimo) habían anunciado su separación. De la misma forma, hace un par de días publicaban cómo podía haber terminado (pero no terminó) la serie Perdidos. Y así una y otra vez. Casi a diario. A estas alturas, hasta la página principal de la web de El País se ha convertido en una especie de combinación de ¡Hola! y Guía TV. Da vergüenza ajena observar que hayan caído tan bajo, todo ello en nombre de una supuesta adaptación a los "nuevos tiempos", claramente marcados por la estulticia de una sociedad dominada por la tontería, la inanidad, el famoseo, la pose, lo superficial y lo pasajero. Dudo mucho, la verdad, que los medios tradicionales lleguen muy lejos copiando la frivolidad de los "medios digitales". Peor aún, por el camino que vamos, todo parece indicar que en cuestión de unos cuantos años no existirán medios de comunicación medianamente serios, profundos y responsables. Supongo que, llegado el momento, me veré obligado a hacer algo parecido a lo que hice con respecto a la televisión hace ya muchos años. Dejé de verla para no seguir perdiendo el tiempo. Pues supongo que dentro de poco tendré que hacer lo mismo con los grandes diarios. En fin, es una auténtica pena.

CODA (Fri Apr 14 07:31:10 CDT 2017): Ahí va otra que acabo de ver en la portada de la web de El País hoy mismo: Alyson Eckmann, ganadora de Gran Hermano VIP 2017. {enlace a esta entrada}