[Sat Aug 20 15:49:23 CDT 2016]

Hace un par de días tuve la ocasión de leer una breve noticia publicada en El País haciendo un repaso a las grandes promesas de Obama cuando su mandato está acercándose a su final. La verdad es que se trata de una cura de humildad. Las unicas promesas que consideran cumplidas son la recuperacion de la economía (que, en realidad, corresponde más a la Reserva Federal que al Presidente, además de que en buena parte depende también del contexto internacional), la reforma del sistema sanitario (que, como todo el mundo sabe, fue "descafeinada" quizá en exceso para poder garantizar su aprobación por el Congreso y de la que, además, no podemos hablar con buen criterio hasta que pase algo más de tiempo, aunque lo mismo los republicanos acaban por eliminarla en cuanto tengan una oportunidad, como no paran de prometer sus candidatos) y, por último, la intención de "hablar con los enemigos" (que no puede ser más etérea. En fin, que cuando uno le echa un vistazo a los ocho años de mandato, parece que no hay mucha "chicha", la verdad. No es que Obama haya sido un mal Presidente ni mucho menos. No se trata de eso. De hecho, diría que ha sido bastante mejor que George W. Bush (al menos no se lanzó a aventuras militares que metieran al país en un callejón sin salida del que aún no logrado recuperarse, como hiciera aquél) y, teniendo en cuenta que las circunstancias económicas e internacionales que se ha encontrado distan muchos de las que existían en los años noventa, casi me atrevería a decir que ha demostrado mucha más talla que Bill Clinton (desde luego, si no como Presidente o como político, sin duda como persona). Pero, uno no puede evitar cierta sensación de decepción cuando hubo tanta ilusión en torno a la candidatura de Obama en aquellas primeras elecciones presidenciales a las que se presentó y en las que sorprendió a medio mundo con su sensatez y carisma. Sin embargo, la verdad es que, se mire como se mire, y aunque incluso muchos estadounidenses lo ignoran, el Presidente no tiene tanto poder como se piensa, sobre todo en aquellas materias de política doméstica no estrictamente relacionadas con la seguridad. Sin la ayuda de una mayoría en el Congreso, puede predicar, pero no dar trigo. Y de un tiempo a esta parte el escenario político estadounidense está tan radicalmente dividido que casi es imposible sacar adelante ninguna reforma de calado. Por si eso fuera poco, da la impresión de que lo que se avecina es aún peor. Si Trump gana las próximas elecciones presidenciales, tendremos en la Casa Blanca a un ególatra tan enamorado de sí mismo que ni siquiera se preocupa por convencer a la mayoría de sus conciudadanos (no hablemos ya del resto del mundo) o, por el otro lado, a una Presidenta demócrata que siempre fue un elemento de división (y foco del odio republicano) ya desde los días en que acompañaba a su esposo como Primera Dama. En fin, que no parece que ni uno ni otro vaya a ser capaz de conseguir el apoyo mayoritario del Congreso para pasar ninguna legislación medianamente significativa. Esta es la historia política más reciente de los EEUU. Republicanos y demócratas, incapaces de lograr ningún consenso, se limitan a tirarse los trastos a la cabeza mientras la casa sigue sin barrer, esto es, los grandes problemas que continúan acumulándose y creciendo siguen sin ser atajados. {enlace a esta entrada}

[Sat Aug 20 15:43:58 CDT 2016]

Se me ha metido esta canción de Geoffrey Oryema en la cabeza y no logro librarme de ella. Tanto la letra como la música (por no hablar de la historia personal del autor) es bastante triste y, sin embargo, de una gran belleza.

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[Thu Aug 11 15:33:32 CDT 2016]

Parece que de un tiempo a esta parte el ex-presidente no es precisamente el personaje más popular del país. No obstante, cuando Felipe González afirmó recientemente que "la decisión de [Albert] Rivera es el primer acto de responsabilidad política desde las elecciones" estaba, creo, en lo cierto. Sencillamente, Rivera y Ciudadanos han hecho lo que el PSOE debiera haber hecho, como yo mismo he mantenido en estas páginas. Guste o no, el PP quedó primero en las elecciones, y lo responsable sería abstenerse en la votación de investidura a cambio de pasar unas cuantas reformas clave, que falta que nos hacen. El PSOE (y Podemos), sin embargo, prefiere seguir apostando por la pureza ideológica precisamente en un contexto en el que los ciudadanos están demandando diálogo. Hemos pasado de un bipartidismo imperfecto a un pluripartidismo más o menos imperfecto también, y algunos de nuestros líderes aún no se han enterado. Por consiguiente, como decía, aunque a lo mejor no comparta otras opiniones vertidas for Felipe González, creo que en este caso lleva buena parte de razón. Las cosas serían bien diferentes si Pedro Sánchez y Pablo Iglesias adoptasen una actitud algo más constructiva, en lugar de perderse (como creo que se están perdiendo) en su particular batallita por conseguir el liderato de una izquierda cada vez más dividida e impotente.

Por cierto que, Podemos podia haber apostado por convertirse en una fuerza auténticamente nueva y disruptora en el panorama político español adoptand lo que yo mismo he denominado una estrategia de "centro radical" (ver aquí, por ejemplo), pero todo parece indicar que sus dirigentes han preferido apostar por repetir los viejos errores de la izquierda. Creo que se equivocan. {enlace a esta entrada}