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[Tue Oct 28 16:54:00 CDT 2014]La web de Rebelión viene publicando desde hace ya un tiempo una serie de entrevistas de Salvador López Arnal a Eugenio del Río, conocido líder del Movimiento Comunista durante muchos años que bien merece la pena leer, aunque parezca extraño que yo diga eso. Ya sé que todo lo que tenga que ver con comunismo y marxismo suele asociarse inmediatamente a dogmatismo trasnochado, pero de verdad que ese no parece ser el caso por lo que hace a Eugenio del Río. Más bien al contrario, la suya es una posición claramente de izquierdas que, sin embargo, no tiene problema alguno en ejercer la autocrítica y considerar ideas que puedan sonar a blasfemia ideológica. Así, por ejemplo, parece algo extraño que alguien como él afirme tan claramente que no se considera marxista, aclarando a continuación: Como decía, dudo mucho que nadie se esperase esto de un reconocido ex-dirigente del Movimiento Comunista. Su opinión, además, no es gratuita. Da razones de peso. Entre otras cosas, dice lo siguiente sobre el marxismo: O sea, que el marxismo pasó de ser una filosofía viva y fluida a un dogma cuasi-religioso que, además, servía a los intereses de los dirigentes de ciertos partidos y organizaciones obreras. Lo que comenzó siendo un pensamiento crítico, transformador y directamente unido a la acción revolucionaria acabó por convertirse al poco tiempo en cuerpo teórico justificador de las decisiones que tomaban las élites dirigentes (por no hablar de las tropelías que cometían si alguna vez lograban llegar al poder). Y que no se piense que se trata del ya conocido truco de criticar cierto estilo de marxismo para reivindicar, frente a él, otro marxismo supuestamente auténtico y correcto. Para nada. Por el contrario, Eugenio del Río no tiene problema alguno en identificar los problemas que ve con el marxismo como tal: Como puede verse, no tiene reparos en enumerar toda la lista de problemas que ve en el marxismo. Se trata, por cierto, de críticas bien acertadas todas ellas, me parece. Nada de ello implica, por supuesto, que hayamos de ignorar todo lo que escribiera Marx, ni mucho menos. El propio Eugenio del Río prácticamente comienza diciendo precisamente eso: se puede coincidir con Marx en tal o cual aspecto, pero eso es bien distinto a aceptar su filosofía in toto, como sistema de pensamiento. Aunque nunca milité en el Movimiento Comunista, sí que conocí a varios jóvenes estudiantes universitarios en Madrid allá por la segunda mitad de la década de los ochenta que militaban en el partido y he de decir que, en líneas generales, eran sin duda mucho menos dogmáticos y abiertos a influencias intelectuales de fuera del ámbito estrictamente marxista que otros muchos militantes de la izquierda. {enlace a esta entrada} [Tue Oct 28 07:56:18 CDT 2014]Parece obvio que la sociedad española lleva ya un buen tiempo sumida en el la desesperación, la desorientación y el desencanto. Lo que llama un poco más la atención, creo, es que hasta quienes siempre mostraron cierta capacidad para la sensatez caigan ahora en contradicciones abiertas. Me estoy refiriendo, en concreto, al editorial titulado Amenaza al sistema que publica hoy El País acerca del escándalo de corrupción destapado por la Operación Púnica. Nótese que ya en el tercer párrafo se afirma lo que la amplia mayoría de ciudadanos tienen bien claro desde hace ya tiempo: O sea, que la corrupción no afecta únicamente a unas cuantas "manzanas podridas", sino que se ha extendido por toda la cesta. Y, por supuesto, con esto no quiero decir que todos los políticos (ni mucho menos todos los militantes de los partidos) sean corruptos. Eso no sería ni justo ni correcto. Pero, seamos serios, queda bien patente que la corrupción hace ya tiempo que alcanzó la médula misma del sistema político instaurado desde la Transición. No es que todo hijo de vecino sea corrupto, pero sí que sin la corrupción el sistema mismo, tal y como está montado en estos momentos, sería incapaz de sobrevivir. Las prácticas corruptas se han extendido hasta tal punto que partidos y sindicatos se vendrían abajo sin ellas. El clientelismo, el amiguismo, el nepotismo... todo ello se ha convertido en asunto normal, práctica habitual en diputaciones, administraciones locales, fundaciones adscritas a partidos y sindicatos e instituciones de todo tipo. La mejor manera de llegar a ocupar un sillón en el Tribunal Constitucional, el Consejo General del Poder Judicial o el consejo de administración de alguna gran empresa no es precisamente la valía, sino los contactos. Eso hace ya mucho tiempo que no es un secreto. Pues bien, visto lo visto, y leído lo que leemos en ese párrafo que transcribo arriba, parece lógico pensar entonces que la solución al problema ha de pasar a la fuerza por la superación del entramado político que tenemos en estos momentos. En otras palabras, que habría que reconocer que la gente de Podemos lleva razón, ha hecho el análisis correcto de la situación y, precisamente por eso, dieron la sorpresa en las pasadas elecciones europeas y no paran de subir en las encuestas. Sin embargo, lejos de hacer eso, el editorialista de El País hace una maravillosa pirueta y pasa a afirmar lo siguiente: ¿En qué quedamos entonces? ¿El problema es sistémico o no? Porque uno no acierta a entender cómo pueda ser posible romper "con el sistema corrupto" manteniendo al mismo tiempo la Constitución que lo sostiene. Más bien al contrario, parece evidente que la Constitución de 1978 necesita tantos cambios que más vale redactar un documento completamente nuevo desde cero. O, cuando menos, convendría proceder a una Segunda Transición que reforme la Constitución y todo el entramado político-institucional bien a fondo, sin que ello tenga que implicar el abandono de los mecanismos de la democracia representativa (aunque, eso sí, convenga complementarlos con otros mecanismos que vengan a profundizar nuestra democracia y el control del poder, tanto del poder político como del económico y todos los demás). Sencillamente, no acierta uno a entender cómo el editorialista de El País puede defender las dos cosas al mismo tiempo, salvo que sienta algo de temor de que, al caer los dos partidos mayoritarios y otras instituciones que caracterizaron al régimen de 1978, también ciertos medios de comunicación que se identificaron desde un principio con aquel sistema (como es el caso del propio El País, por supuesto) corran el peligro de desaparecer. Por ahí me parece a mí que van los tiros. Y también por ahí me parece a mí que va el discurso tan ácido que gastan al hablar de Podemos. {enlace a esta entrada} [Mon Oct 27 16:22:07 CDT 2014]Hace ya varios días que leí una entrevista con el Presidente saliente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barros, publicada en El País de la que me llamó la atención la última respuesta: Me parece que ya lo he dicho en numerosas ocasiones: se hacen advertencias de este tipo mientras que, al mismo tiempo, se hacen llamamientos a seguir el ejemplo de Obama y la Reserva Federal mediante la aplicación de políticas de estímulo que, en realidad, sólo han consistido precisamente en ahondar aún más la deuda. En otras palabras, que la Reserva Federal solamente ha conseguido mantener la economía estadounidense a flote a duras penas mediante la compra de miles de millones de dólares de deuda todos los meses. Ni que decir tiene que toda esa deuda se ha ido acumulando en sus arcas y, tarde o temprano, tendrá que reducirla. Ya veremos cómo diantres lo hace. Y, al mismo tiempo, el hecho de que haya estado dándole a la manivela de imprimir billetes a ese ritmo sin que apenas se haya notado en e nivel de inflación da que pensar. ¿A dónde puede haber ido a parar todo ese dinero? Pues parece bien posible que haya ido a parar a Wall Street, que ha estado viviendo una magnífica burbuja estos años. La última vez que tuve ocasión de leer un artículo sobre el tema resulta que el valor de todas las acciones que se compran y venden en Wall Street equivale a tres veces la economía entera de los EEUU. Ya me dirán qué lógica pueda tener eso. Y ya me dirán qué se nos puede venir encima cuando esa otra burbuja se desinfle. En definitiva, que seguimos en el mismo punto en en que estábamos en el 2009. No hemos avanzado nada. La "solución" que Reagan, Thatcher y otros le encontraron a la crisis de los años setenta no era sino una gran boutade. A pesar de toda su retórica sobre la responsabilidad fiscal, no hicieron sino incrementar el gasto público (y, con ello, la deuda pública), multiplicar la deuda privada y, al mismo tiempo, desregularizar los mercados financieros para favorecer la especulación creadora de "riqueza" totalmente inexistente (salvo en los papeles, claro). La cosa está mucho más jodida de lo que nos cuentan. Como bien dice Durão Barroso, habría que encontrar un modelo que permita el crecimiento sostenible (tanto ecológica como económicamente). ¡A ver quién es el guapo que le pone ese cascabel al gato! {enlace a esta entrada} [Tue Oct 21 16:55:47 CDT 2014]Hace ya unos días que El País publicó una viñeta de El Roto que, como de costumbre, me parece bien acertada: {enlace a esta entrada} [Fri Oct 3 21:50:48 CDT 2014]A raíz de su reciente fallecimiento, he tenido la oportunidad de releer una entrevista con Miguel Boyer que publicara El País hace ya unos cuantos años y de la que me llamó la atención el siguiente comentario cuando se le pregunta si estaría de acuerdo con la idea de que España había vivido por encima de sus posibilidades durante los años del boom económico: A decir verdad, no comparto del todo la opinión de Boyer. Al fin y al cabo, si no consumimos demasiado pero sí que invertimos demasiado (y, encima, poniendo todos los huevos en la misma cesta), parece lógico concluir que también nos endeudamos y, por consiguiente, consumimos, por encima de nuestras posibilidades. ¿O es que acaso toda la deuda y consumo basados en una alocada inversión especulativa en ladrillo tenía sentido alguno? Se mire como se mire, el pinchazo de la burbuja se veía venir y hubo mucha gente que lo advirtió. Cosa bien distinta es que nadie les escuchase en su momento y que se les tratara como a meros aguafiestas. Pero ese es otro asunto bien distinto. {enlace a esta entrada} [Wed Oct 1 10:59:39 CDT 2014]La edición de ayer de Rebelión mostraba en portada una viñeta que viene a reflejar bastante bien el ensimismamiento que caracteriza a la sociedad contemporánea: {enlace a esta entrada} |