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[Fri Sep 28 12:20:19 CEST 2007]Leo en El País que la editorial Cuatro va a editar los ensayos dispersos de Juan Benet sobre literatura, y me llama la atención una reflexión que hiciera en 1977 sobre la naturaleza de la escritura: La perspectiva es, desde luego, original. {enlace a esta historia} [Fri Sep 28 10:33:12 CEST 2007]Me parece preocupante la deriva soberanista que está tomando Artur Mas de un tiempo a esta parte. Ayer, durante el debate de política general en el Parlamento catalán, Mas propuso redactar una ley de consultas populares que permitiera a la Generalitat convocar un referéndum en el caso de que el Tribunal Constitucional modifique sustancialmente el nuevo Estatuto. No corresponde a las comunidades autónomas la prerrogativa constitucional de convocar consultas populares, y eso lo sabe de sobra Artur Mas. También sabe de sobra que no es coherente ni honesto acusar a la Administración central de incumplimiento de los acuerdos sobre el traspaso de competencias al mismo tiempo que, cuando conviene, se busca y rebusca hasta debajo de las piedras la forma de distorsionar la ley para que resulte más favorable a los intereses de Cataluña. La estrategia política de Mas se ve venir de lejos: acentuar el mensaje soberanista de CiU para forzar a ERC a romper el tripartito so pena de perder votos si se mantienen en sus trece. Y, al menos de momento, está logrando que los dirigentes de ERC pierdan los nervios. No hay más que ver la ruptura del pacto de gobierno en el Ayuntamiento de Barcelona o las maniobras internas protagonizadas por Puigcercós este verano. Como ya he escrito en otras ocasiones, tenemos una necesidad perentoria de reforma la ley electoral para facilitar la supervivencia y el fortalecimiento de partidos políticos —más allá del PSOE y el PP— a nivel nacional y evitar que nacionalistas vascos y catalanes se encuentren tan a menudo con la llave de gobierno en sus manos. En el pasado más reciente, el PNV siempre mantuvo unas posiciones bastante ambiguas con respecto al estatus político del País Vasco. CiU, por otro lado, al menos durante el largo liderazgo de Jordi Pujol, había apostado claramente por un Estado de las autonomías donde, ciertamente, Cataluña y otros territorios gozaran de un trato de favor, pero donde al menos no cabían veleidades soberanistas. Ahora bien, solamente hizo falta que CiU perdiera el poder en Cataluña para que sus líderes —con la honrosa excepción de Durán Lleida— se entregaran a la demagogia nacionalista. Me parece, por tanto, preocupante esta deriva. Al fin y al cabo, se trata del partido que contribuyó a la gobernabilidad del país cuando tanto PSOE como PP se encontraron en minoría. {enlace a esta historia} [Thu Sep 27 17:43:17 CEST 2007]El País publicó ayer el obituario del pensador franco-austriaco André Gorz, luminaria de la nueva izquierda en los setenta e inspirador del movimiento ecologista francés, quien cometió sucidio junto a su esposa, cuya salud había empeorado mucho últimamente. Pero lo que me llamó más la atención fue un enternecedor párrafo que Gorz le había dedicado a su esposa de toda la vida en un libro publicado hace sólo un año: {enlace a esta historia} [Thu Sep 27 15:59:32 CEST 2007]Puesto que yo mismo he escrito en estas páginas contra las medidas más recientes del Gobierno Zapatero considerándolas una muestra clara de electoralismo, no está de más incluir aquí también una mención al artículo que Ignacio Sánchez-Cuenca publicó en El País hace un par de días sosteniendo la opinión contraria: No me convence Sánchez-Cuenca, pese a que su opinión me parece bastante razonable. Y no lo hace porque creo que se deja en el tintero otra razón por la cual podemos considerar las medidas de un Gobierno como electoralistas: se trata de aquellas medidas que se toman teniendo en cuenta fundamentalmente el beneficio que puedan acarrear a corto plazo en las urnas. Es más, me parece obvio que esta definición que acabo de hacer aquí es la que aceptamos casi todos tácitamente. E incluso añadiría que las palabras clave en esta definición son "corto plazo" y "beneficio". Desde este punto de vista, no veo cómo podríamos calificar las medidas propuestas por el Gobierno Zapatero en las últimas semanas de otra manera. Sencillamente, si la intención fuera otra, o bien se habrían tomado hace ya tiempo o bien se hubiera intentado llevar a cabo un debate social mucho más amplio que ayudara a consolidarlas y garantizar un mayor éxito en su aplicación. A mí eso me parece bastante claro. Ahora bien, un tema bien distinto es hasta qué punto una oposición liberal-conservadora que promete recortes de impuestos e incrementos del gasto al mismo tiempo —por no hablar del espectáculo que están dando al acusar a Zapatero de desgajar España mientras se esfuerzan por conseguir más y más dinero del Gobierno central recurriendo al infame agravio comparativo, en el cual Javier Arenas parece ser un experto— tiene legitimidad alguna para criticarles de electoralismo. Y es que, no lo olvidemos, también se puede hacer electoralismo desde la oposición. {enlace a esta historia} [Thu Sep 27 10:00:19 CEST 2007]Aquellos que gustan de mirar a la casa del vecino para sentirse mejor de los males propios, se alegrarán de saber que los italianos siguen sirviendo de ejemplo de lo que no hacer. Tras poco más de un año en el poder, el Gobierno de Prodi se encuentra tan paralizado como todos los anteriores. En el último año, tan sólo se han aprobado los presupuestos y un puñado de decretos sin importancia, y el Gobierno ha sido incapaz de sacar adelante ni siquiera la reforma del sector del taxi. Y esto en un país que definitivamente necesita la aplicación de drásticas reformas que le saquen de su tradicional modorra. El caso francés, tan de moda estos días gracias al dinamismo de Sarko, se queda en pañales al lado de Italia. Pero la razón por la que saco aquí a colación el problema italiano es porque acabo de leer una frase que le espetó Prodi a un entrevistador hace tan sólo unos días, y que puede aplicarse igualmente a otros países, incluido el nuestro: Otro tanto puede decirse con respecto a la sociedad española. Aquí somos también grandes aficionados al arbitrismo, y nos encanta culpar a los políticos de todos los males, pero no hay más que hablar con los vecinos para oír la constante cascada de individuos que se vanaglorian de escurrir el bulto, engañar al fisco o haber colocado a su hijo en tal o cual posición gracias a un familiar o amigo bien situado. A lo sumo, llega uno a oír la crítica de los que suelen perder las elecciones apuntando que la culpa la tienen no sólo los políticos, sino también los votantes por elegir siempre al partido contrario. Éstos últimos no se paran a considerar siquiera que la corrupción se extiende también entre sus filas y sus votantes, por supuesto. En otras palabras, que se limitan a apuntar el dedo acusador a otra parte y sanseacabó. {enlace a esta historia} [Tue Sep 25 09:53:29 CEST 2007]Ya he advertido varias veces en estas páginas que no me gusta representar el papel de Pepito Grillo al que prácticamente todos los comentaristas políticos se han abonado desde hace ya muchísimo tiempo, pero siempre hay excepciones y hoy me han aparecido no una, sino dos. Por si fuera poco, y para que nadie me acuse de ser parcial, voy a dar un sopapo a los populares y otro a los socialistas. Para empezar, tenemos las protestas de Rajoy y los medios de comunicación afines al PP para que el Gobierno reconozca que las tropas españolas en Afganistán están en guerra. Al parecer, estos señores no han asumido aún el error de Irak, ni pretenden hacerlo, a pesar de que sean ya legión hasta los congresistas estadounidenses —incluyendo a bastantes republicanos— que se han dado cuenta del tremendo error que cometió Bush en su momento al lanzar una guerra a todas luces innecesaria. Pues no. Resulta que ahora andan empeñados en demostrar que las tropas españolas desplegadas en el extranjero lo hacen siempre como parte de una operación de guerra. Que se envían soldados al Líbano, pues debe tratarse de una operación de guerra del mismo calibre de la de Irak. Que se envían a Afganistán, pues lo mismo. El caso es aprovecharse rastreramente de la muerte de los soldados españoles para atacar al Gobierno, sin pararse a pensar que hacer afirmaciones como las que hacen ayudan bien poco, por ejemplo, a pacificar el Líbano. Bien poca falta hace que un partido de gobierno —al menos potencialmente— como es el PP mine la credibilidad de nuestro Gobierno afirmando que los soldados españoles no van al Líbano en una operación de paz, sino de guerra, sobre todo teniendo en cuenta que los terroristas islámicos mantienen precisamente la misma opinión y consideran el despliegue de tropas europeas como una intromisión inaceptable. En otras palabras, que Rajoy y compañía le hacen el juego en ese caso a los extremistas con tal de arañarle unos cuantos votos a Zapatero en las elecciones de marzo. La diferencia entre enviar tropas a Kosovo, Líbano o Afganistán en el marco de unas operaciones de la ONU y para consolidar al Gobierno legítimo, y enviarlas a Irak en apoyo a una invasión militar de un país soberano en el marco de una operación estrictamente militar y cuyo objetivo principal es acabar con el Gobierno y sustituirlo por otro más proclive a seguir las órdenes que se le dan desde Washington —invasión, además, claramente ilegal de acuerdo al Derecho Internacional— debería ser obvia a ojos de cualquier observador mínimamente objetivo. Como decía, ya va siendo hora de que el PP asuma el error de apoyas a Bush en su locura belicista —algo, por cierto, que le critica incluso Sarkozy— en lugar de empeñarse en ver cualquier despliegue de tropas como equivalente a aquella aventura sin sentido. Si les hace falta prueba alguna de que las circunstancias en un país y en otro son bien distintas, no tienen más que echarle un vistazo a la lista de bajas entre los soldados estadounidenses en un lugar y en otro. Pero es que, por el otro lado, tenemos también la no menos ridícula campaña lanzada desde el Gobierno y los medios de comunicación afines para convencernos de que las relaciones entre Bush y Zapatero marchan fenomenalmente. La última estupidez que se les ha ocurrido es anunciar a bombo y platillo que el Presidente Bush, encontrándose a Zapatero por los pasillos del edificio de la ONU en Washington, le saludó con un "glad to see you" que, como cualquier persona que hable inglés fluidamente sabrá, se trata de un saludo de lo más normal en esa lengua. Pero más allá de asuntos puramente lingüísticos, lo que me llama la atención de estos denodados esfuerzos por mostrar que las relaciones entre Bush y Zapatero son perfectamente cordiales es precisamente la mentalidad servil y provinciana que denotan. Ni el Presidente estadounidense nos pide permiso ante de defender los intereses de su país, ni tampoco veo por qué hayamos de hacerlo nosotros. {enlace a esta historia} [Mon Sep 24 16:00:40 CEST 2007]Como de costumbre, ando bastante atrasado en mis lecturas. Así que hasta ayer no tuve la oportunidad de leer una entrevista que El País había publicado el domingo de la semana pasada con el escritor húngaro Imre Kertész, premio Nobel de Literatura en 2002, en la que éste reflexionaba sobre sus experiencias durante el holocausto y bajo la dictadura comunista. Ahí van algunas de las perlas que logré entresacar: Asimismo, la entrevista incluye también una historia que lo mismo podría dar pie a un cuento corto, si alguien se atreviera a escribirlo: La anécdota me parece de lo más conmovedora. Dos individuos que consiguen entrar en contacto décadas después de sufrir juntos los más sádicos abusos que imaginarse pueda un ser humano y son incapaces de transmitir nada de lo que sienten porque no encuentran una lengua común en la que comunicarse. {enlace a esta historia} [Mon Sep 24 09:09:59 CEST 2007]Ayer disfruté con la lectura de un artículo de Mario Vargas Llosa titulado Dickens en escena en el que el renombrado escritor peruano reflexionaba sobre las famosas lecturas que Dickens hiciera por el mundo anglohablante en la segunda mitad del siglo XIX: {enlace a esta historia} [Sun Sep 23 20:47:37 CEST 2007]El País publica un editorial hoy en el que tira al Gobierno de las orejas por el electoralismo ramplón en que ha caído últimamente. La verdad es que es bien difícil rebatir los sólidos argumentos expuestos por el editorial de un diario que, esto hay que tenerlo bien presente, siempre se ha considerado bien cercano a los socialistas: Y es que hay pocas excusas para el electoralismo en que el Gobierno ha caído en estas dos últimas semanas. Nos lo han intentado vender, como afirma el editorial, con la excusa de la política social. Sin embargo, a uno le gustaría pensar que una política social seria y consistente iría más allá de añadir gastos al erario público para quitarse de en medio un superávit en las cuentas del Estado que —esto no hay que olvidarlo— tiene todos los visos de ser meramente temporal. Una política social bien diseñada y duradera debe incluir, sin duda, un aumento del gasto, pero junto a ello también debe incluir las medidas necesarias para asegurarnos de que el dinero no se desperdicia en meras prebendas clientelistas y, aún más importante, debe dirigirse a las causas últimas del problema en lugar de dedicarse solamente a aplicar parches. Queda bien claro, sin embargo, que éste no ha sido el caso con las promesas que se nos han hecho últimamente. Pedro Solbes, Vicepresidente del Área Económica, no ha mostrado sus dudas respecto a estas medidas porque le guste representar el papel de Señor Scrooge de las cuentas públicas, sino porque realmente hay motivos más que suficientes para preocuparse por la deriva electoralista que han tomado las cosas. {enlace a esta historia} [Fri Sep 21 15:39:23 CEST 2007]Gregorio Peces-Barba publicó un artículo en El País titulado Sobre laicidad y laicismo hace un par días en el que diferencia entre ambos conceptos. No estoy seguro de que la distinción sea realmente correcta lingüísticamente hablando, pero nos pueder ser no obstante de mucha utilidad: Como venía diciendo, no estoy seguro del todo de que la distinción entre laicidad y laicismo pueda sostenerse ateniendo a su aspecto meramente lingüístico. Sin embargo, lo que interesa resaltar del artículo de Peces-Barba no es eso, sino la distinción conceptual o ideológica que hace. En este aspecto, y aun estando plenamente de acuerdo con él, me parece importante destacar que los interesados esfuerzos por confundir entre laicidad y laicismo (¿quizás fuera mejor hablar de "secularización" o "aconfesionalidad"?) no provienen únicamente de los sectores más reaccionarios de la Iglesia, como él afirma, sino también, me temo, de los sectores más radicalizados de la izquierda, hundiendo sus raíces seguramente en aquél anticlericalismo decimonónico de tradición republicana tan popular aún entre ciertos sectores de nuestra izquierda. A lo mejor ha llegado ya el momento de olvidar las batallitas del pasado, tanto por un lado como por el otro. {enlace a esta historia} [Fri Sep 21 10:09:48 CEST 2007]Una vez más hay que quitarse el sombrero y reconocer que Sarkozy está introduciendo en Francia unos nuevos aires que hacía ya mucho tiempo que el país necesitaba. Apenas ha comenzado el nuevo curso político y Sarkozy ya está apostando firmemente por promover la "cultura del esfuerzo" mediante un "nuevo contrato social" que conlleva cambios tan profundos de la realidad social francesa como la reducción significativa del número de funcionarios, la eliminación de los privilegios que permite a ciertos empleados del sector público y los monopolios del Gobierno jubilarse con quince años de antelación y la introducción de principios de administración de la empresa privada en la Administración pública. Se trata, de hecho, de toda una revolución tranquila para el país vecino, y una revolución además que sólo un político sin conexión alguna con los sindicatos como Sarkozy tiene posibilidades auténticas de llevar a cabo. Ello no quita para que haya algunos elementos de su estilo de gobierno que deban preocuparnos (un exceso de presidencialismo que no se amolda del todo bien con el sistema político vigente en Francia, que es más bien semi-presidencialista; un inusitado amor por la retórica y las declaraciones efectistas sin que, al menos de momento, se hayan visto acompañadas de logros y hechos; y un populismo que coquetea con las posiciones de la ultraderecha en temas de inmigración, entre otras cosas), pero al menos hay que concederle que ha sabido imprimir un ritmo completamente diferente a la política francesa, demasiado adormecida tras la década larga de mandato de un Chirac ineficaz, inmovilista y complaciente. {enlace a esta historia} [Fri Sep 21 09:04:08 CEST 2007]Leo en El País que el alcalde de Amsterdam va a cerrar un tercio de los burdeles del famoso barrio rojo de la ciudad en un desesperado intento por poner coto a las actividades criminales asociadas a la prostitución, lo cual me parece significativo, pues la idea de que la legalización de la prostitución contribuye a poner fin a la miríada de actividades criminales comúnmente relacionadas con dicho negocio ha sido una de las asunciones fundamentales de la izquierda española yo diría que casi desde la mismísima transición —por cierto, que estos últimos años parece que está siendo velozmente sustituida por la posición contraria: que la solución de todo el problema vendrá de la mano de una política de tolerancia cero hacia la prostitución que incluya medidas policiales contra los clientes, pasando de un dogma a otro con una facilidad pasmosa. Yo, por mi parte, he leído varios documentos tanto a favor como en contra de esta última política, y la verdad es que aún no tengo nada claro por qué tipo de medidas me decantaría si estuviera en mi poder tomar una decisión al respecto. De todos modos, de lo que no me cabe duda alguna es de que el problema de la prostitución nos ha acompañado durante miles de años, es tan antiguo casi como el propio concepto de sociedad, y no creo que exista ninguna solución estrella —ni la legalización que antes preconizaba la izquierda, ni tampoco la mano dura que durante tanto tiempo se aplicó sin llegar a ningún sitio— que venga a ponerle fin como si se tratara de magia a lo Harry Potter. Me temo que, al menos en este caso, sólo nos queda gestionar lo que tenemos de la mejor forma y poner cotos al problema, partiendo del humilde reconocimiento de que es bien difícil solucionar un problema que es tan antiguo como la Humanidad misma. {enlace a esta historia} [Wed Sep 19 15:39:10 CEST 2007]Creo recordar que hace unas cuantas semanas escribí sobre lo que me pareció una muestra de objetividad por parte del editor de El País al criticar una posición del Gobierno que, al fin y al cabo, les es más cercano ideológicamente hablando. Pues bien, hoy mismo han vuelto a publicar otro editorial —en esta ocasión sobre las nuevas medidas anunciadas por el Gobierno de Zapatero para fomentar el alquiler de pisos entre los jóvenes— que también destaca por su objetividad y sentido común: {enlace a esta historia} [Tue Sep 18 11:01:55 CEST 2007]Me gusta la viñeta de El Roto que publica hoy El País: Si hay algo que mi esposa tiene bien claro después de vivir un año aquí en Sevilla es que el problema de la inseguridad ciudadana es más un problema de percepción que de realidad. Por supuesto, se dan casos de robo y criminalidad generalizada, pero no más que en otros píses de nuestro entorno. Se trata más de un problema de percepción y de sensacionalismo que de otra cosa. {enlace a esta historia} [Mon Sep 17 15:46:40 CEST 2007]Alejandro Gándara nos habla en su bitácora sobre un ensayo de la escritora Teresa Moure acerca del concepto de literatura femenina. A decir verdad, nunca me ha gustado mucho esta balcanización del arte que tan en boga se ha puesto de un tiempo a esta parte. Para clarificar, entiendo perfectamente que el arte, como casi cualquier otra cosa, está supeditado a las estructuras mentales y culturales en las que nos hemos criado, y es bien difícil probar que exista siquiera el tan cacareado arte universal. No obstante, no creo que perdamos nada en tratar de acercarnos a ese ideal. ¿Cuál es la alternativa, si no? ¿Habremos de resignarnos a mirarnos todos al ombligo? En cualquier caso, no hay que dejar de reconocer que Teresa Moure plantea unas cuantas cuestiones relevantes: En esta ocasión, algunos de los comentarios añadidos a la bitácora por los lectores de Gándara son también igual de inteligentes —por desgracia, no suele ser así en casi todas las bitácoras que he leído. Por ejemplo, una tal Mónica explica: No tengo más que rememorar mis años mozos en la Universidad para darle la razón a Mónica sobre eso de que los "alternativos" tienen a menudo tantos prejuicios como el que más, aunque sean de otro cariz. De la misma forma que hay una ortodoxia oficial, también hay una ortodoxia "alternativa" y pseudo-revolucionaria. No tenemos más que prestar atención a las críticas provenientes del movimiento de lo políticamente correcto. Y por lo que hace a la experiencia militar de Tolstoi, pues ignoro si tiene razón o no, pero me parece algo secundario en el argumento de Moure de todos modos. Por su parte, otra usuaria con el alias de Insolada explica: Y tiene toda la razón del mundo. Sólo hay que fijarse en el ejemplo que usara Moure para ilustrar su punto de vista, precisamente: el de una mujer dando a luz. No sería la primera vez que una supuesta heterodoxia ejerce a todos los efectos de nueva e implacable ortodoxia. A lo mejor el problema está precisamente en plantearse el asunto. ¿Por qué no preocuparse únicamente de escribir, y escribir bien?. {enlace a esta historia} [Mon Sep 17 13:00:28 CEST 2007]Hoy ha comenzado el curso en las escuelas públicas andaluzas y el plato fuerte, a juzgar por lo que se publica en los medios de comunicación, parece ser la controversia sobre la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía. No el decreto aprobado en julio para concederle a los centros educativos un mayor grado de autonomía, la apertura de más centros bilingües, las obras que se hayan hecho o se hayan dejado de hacer durante el verano y la idoneidad de los recursos a disposición de los profesores, sino la asignatura de Educación para la Ciudadanía, pues hoy por hoy, aquí como al otro lado del Atlántico, lo que cuenta es hacer ruido y montarse una campañita mediática sobre éste o aquél otro tema. Creo haber escrito ya sobre esto al menos en una ocasión, pero por si acaso ahí va mi opinión sobre el tema estrella del curso académico que acabamos de comenzar. Por un lado, me disgusta el ridículo histrionismo con que se ha llamado al boicoteo de la asignatura de marras desde ciertos sectores de la Iglesia y el PP, sobre todo cuando se la ha querido comparar con el lavado de cerebro aplicado en regímenes totalitarios. Educar a futuras generaciones en conceptos tan esenciales como el respeto al prójimo, los pilares fundamentales de nuestro Estado, la tolerancia por otras opiniones y estilos de vida y el fomento de la participación ciudadana me parece de enorme importancia para construir una sociedad civil fuerte y dinámica que, me temo, aún no tenemos. Sin embargo, también he de decir que, por el otro lado, no me atrae para nada la inclusión de ciertos temas polémicos en el currículo (aborto y matrimonio homosexual, por poner tan sólo dos ejemplos). Podríamos haber limitado el alcance de la asignatura a la discusión de aquellos asuntos estrictamente necesarios para fomentar los valores comunes mínimamente exigibles en una sociedad democrática moderna, posponiendo el debate de los polémicos temas morales que pueden resultar más divisivos. Una asignatura como Educación para la Ciudadanía debería centrarse, me parece, únicamente en aquellos aspectos sobre los que existe un amplio y sólido consenso social y político. Nuestra sociedad es ya lo suficientemente madura como para proporcionar material de sobra en esas condiciones. {enlace a esta historia} [Mon Sep 17 10:05:42 CEST 2007]El País publica hoy un corto reportaje que resume la trayectoria del grupo terrorista alemán Fracción del Ejército Rojo (RAF) en el que me llamó la atención leer lo siguiente con respecto al secuestro del presidente de la patronal, Hanns-Martin Schleyer: Dejando aparte la anécdota para-fascista de Josef Strauss —no se esperaba menos de un individuo como éste, la verdad—, lo que me pareció interesante fue leer las buenas relaciones entre socialdemócratas y democristianos por lo que hacía a un tema tan complejo como el del terrorismo. El Gobierno invitó a la oposición a que participara en el gabinete de crisis, y ésta aceptó, lo que quiere decir que los unos confiaban en los otros, y viceversa. ¡Ah, qué tiempos! {enlace a esta historia} [Sat Sep 15 20:50:38 CEST 2007]El jueves, Joseba Arregi, ex-militante del PNV y ex-portavoz del Gobierno vasco con el lehendakari Ardanza, publicó un artículo en el diario El Mundo sobre la división interna del PNV que ha llevado a la dimisión de su Presidente, Josu Jon Imaz —no pude encontrar el artículo en el sitio web de El Mundo, así que he preferido usar este otro enlace que encontré. Algunas de sus reflexiones me parecen dignas de transcripción: Se trata, por tanto, de la vieja estrategia nacionalista de máximos que viene aplicando el PNV desde la transición, manejando siempre muy bien los tiempos, eso sí, y jugando con una ambigüedad calculada que parece haberles dado unos magníficos resultados hasta ahora, aunque sea al precio de dejar pudrirse el manido conflicto vasco. Ahora bien, por lo que hace a las consecuencias que todo esto pueda tener para el resto de las fuerzas políticas, me parece evidente que ha llegado el momento de tomarse en serio la reforma de nuestro sistema electoral. No se trata ya de la necesidad imperiosa de afrontar la creciente fortaleza de la abstención y la indiferencia entre los ciudadanos, sino de evitar la dependencia enfermiza de los dos grandes partidos de gobierno con respecto a los nacionalismos periféricos. Ahí se encuentra, precisamente, la raíz de la crispación política de la que tanto se quejan algunos últimamente. Ni PP ni PSOE pueden gobernar en minoría sin la cooperación —aunque sólo sea pasiva— de CiU y PNV, si bien —debido fundamentalmente a motivos históricos— la derecha está mucho menos dispuesta a aceptar que su contrincante electoral gobierne gracias al apoyo de las tan denostadas "fuerzas centrífugas". Y no hay forma de solucionar este problema sin reformar el sistema electoral para favorecer la consolidación de otros partidos de ámbito nacional: IU y, tal vez, un partido bisagra de cariz liberal-progresista que pudiera aparecer si fuéramos capaces de poner las condiciones necesarias para que viera la luz. Algo así como el CDS de antaño o el fracasado proyecto reformista de Roca en los ochenta. Sea como fuere, tanto populares como socialistas harían bien en mostrarse a la altura de las circunstancias y favorecer una reforma que lograra sacarnos del impasse en que nos ha metido este bipartidismo imperfecto que sufrimos. {enlace a esta historia} [Sat Sep 15 20:17:25 CEST 2007]Estos últimos días he andado demasiado ocupado con asuntos personales como para dedicarle tiempo alguno a la bitácora, así que ha llegado la hora de hacer un sucinto repaso a unas cuantas historias que marqué en el navegador conforme me las encontraba. Comenzamos con el pequeño reportaje que le dedicara El País hace unos días a la reedición de Córdoba de los Omeyas, de Antonio Muñoz Molina. Lo que me pareció más interesante de este breve artículo no fue tanto el análisis sobre cómo pueda haber cambiado nuestra percepción del mismo a raíz del tan manoseado 11-S —en este sentido, el periodista que firma el reportaje, José Andrés Rojo, hace poco alarde de originalidad, la verdad sea dicha—, sino más bien en las reflexiones de Muñoz Molina sobre el mito de Al-Andalus que algunos se han construido durante las últimas décadas: Efectivamente, cualquiera que sepa lo más mínimo sobre el Islam comprenderá fácilmente que la admirada idea de la convivencia casi perfecta de las tres culturas monoteístas en la antigua Al-Andalus gracias a la supuesta tolerancia de los invasores norteafricanos jamás fue sino un mito. De entrada, la tan cacareada tolerancia se limita únicamente a las tres religiones llamadas del Libro (esto es, cristianismo, judaísmo e Islam). Ninguna otra religión gozó de tolerancia alguna, como tampoco aquellas filosofías que no reconocieran la supremacía de un ser divino único y todopoderoso, caso del agnosticismo y el ateísmo. En otras palabras, que no podemos hablar verdaderamente de tolerancia aplicada a la sociedad andalusí, entre otras cosas porque el término —al menos en su acepción moderna— no surgiría hasta mucho después, durante las sangrientas guerras de religiones. Pero es que, además, se trató siempre de una falsa tolerancia, incluso en lo que respecta a las otras religiones del Libro. Se permite el culto al Dios cristiano y al judío, sí, pero siempre y cuando no se haga de forma pública —esto es, de puertas adentro, en el ámbito puramente privado y sin posibilidad alguna de influencia en el ágora. Y, por si ello fuera poco, tanto judíos como cristianos no tienen otra opción sino aceptar la sharía como ley máxima de la comunidad política. Interesante concepto de tolerancia éste, sin lugar a dudas. {enlace a esta historia} [Wed Sep 12 08:35:34 CEST 2007]La viñeta de Forges publicada hoy por El País me ha hecho sonreír. ¡Y eso que el fútbol ni siquiera lo sigo! {enlace a esta historia} [Mon Sep 10 15:26:56 CEST 2007]Echándole un vistazo a la prensa de hoy me encuentro con una noticia publicada en El País que nos informa del arresto de más de 110 hinchas del River Plate argentino implicados en violencia ultra ligada al fútbol, y me recuerda cómo mis amigos estadounidenses me han preguntado multitud de veces qué explicación puede tener la violencia en el deporte, pues se trata de algo casi inexistente en los EEUU —por cierto, que resulta algo paradójico que en un país donde la violencia ha estado siempre tan presente como parte intrínseca de la cultura nacional misma, casi no se dé este otro tipo de violencia en el que, desgraciadamente, tanto destacamos a este otro lado del Atlántico. Ya me gustaría a mí tener la respuesta, pues se trata de algo que me parece tan irracional como a ellos. ¿A qué viene jugarse la vida por un club de fútbol? ¿Qué sentido tiene? Sin lugar a dudas, no tiene sentido alguno, claro. De ahí que no seamos capaces de encontrarle explicaciones sin más ni más. O al menos eso es lo que siempre he pensado hasta hoy. Y no es que haya encontrado la respuesta mágica al problema, no. No se trata de eso. Estos asuntos suelen ser mucho más complicados de lo que nos imaginamos, y parece poco probable que podamos solucionarlos con un sola medida. Ahora bie, mientras leía esta noticia sobre los hinchas argentinos y rememoraba esas otras conversaciones con mis amigos estadounidenses se me ocurrió de repente que hay, de hecho, unos cuantos factores que pueden llegar a explicar el hecho de que esa violencia relacionada con el deporte que tanto se prodiga en Europa y Latinoamérica no se haya extendido, al menos de momento, a los EEUU. No obstante, todo se reduce a un elemento fundamental: para partirse la cara por un club de fútbol es necesario que el hincha llegue a un punto en que se identifica a sí mismo con el equipo, viendo la defensa a ultranza de los colores de la camiseta como antaño —y, seamos honestos, también hoy en día— se veían los colores de la bandera nacional. ¿Y por qué ha de darse este comportamiento menos en los EEUU que en otros lugares? Por varios motivos: en primer lugar, el deporte está mucho más profesionalizado por allá que por acá, y con ello no me estoy refiriendo a lo que cobren o dejen de cobrar las grandes estrellas, sino solamente a la gestión de los equipos, que por allá raramente son "algo más que un club", como gustan decir los seguidores del Barcelona; segundo, no se puede decir que haya un único deporte rey, pues deportes como el fútbol americano, el béisbol, el baloncesto y el hockey sobre hielo casi tienen el mismo número de seguidores, lo cual contribuye a introducir algo de variedad —y, de paso, a evitar la monopolización obsesiva que tenemos por aquí con el dichoso fútbol; y, finalmente, la temporada en cualquiera de esos deportes es mucho más corta y, además, no hay tantos partidos a la semana como en el caso del fútbol. Todo ello contribuye, me parece, a que el fenómeno de la violencia en el deporte no se haya propagado con tanta facilidad por los EEUU. No es que me parezca que estén inmunizados ni mucho menos, pero sí que me parece evidente que al menos tienen más posibilidades de poder evitar el problema, fundamentalmente gracias a algo esencial con lo que no contamos en nuestro continente: la diversificación. Parece bien lógico que en una sociedad que ha estado promoviendo la obsesión monotemática por el fútbol durante décadas se produzcan casos de auténtica locura colectiva. Ahora bien, si estuviera en lo cierto, ¿quién se atreve a ponerle el cascabel al gato? ¿Quién tiene ahora el coraje de llevar a cabo las políticas necesarias para introducir una mayor diversificación deportiva en nuestra sociedad y, sobre todo, esperar las dos décadas largas que habría que esperar para ver sus frutos? {enlace a esta historia} [Mon Sep 10 13:21:57 CEST 2007]Leyendo la bitácora de Alejandro Gándara en el sitio web de El Mundo me he encontrado con el siguiente chiste que, por lo que cuenta, oyó en una película que, por otro lado, no le gustó en absoluto —Next, una de ciencia ficción protagonizada por Nicolas Cage y Julianne Moore, que realmente debe ser mala a juzgar por las críticas que he ido leyendo—: Ocurrente, ¿no les parece? {enlace a esta historia} [Mon Sep 10 09:47:47 CEST 2007]Algunos (sobre todo los directamente implicados en la política) se sorprenden del cansancio que nuestros conciudadanos demuestran por todo lo que tenga que ver con los asuntos públicos, pero me temo que en demasiadas ocasiones me parece una actitud de lo más razonable teniendo en cuenta cómo está el patio. Y es que nadie parece entender la política hoy en día si no es desde la chata perspectiva del partidismo más ramplón. Así, si uno se encuentra en el Gobierno, la oposición siempre es calificada de cerril e irresponsable, mientras que si uno se encuentra en la oposición casi se diría que el Gobierno es responsable hasta de que el Sol salga por la mañana y se ponga por la tarde. Por poner un ejemplo que me encontré en la prensa hace unos días, baste el caso de la noticia titulada PP: el Gobierno no impide estas "invasiones nacionalistas" (por si acaso hubiera sido retirada ya del sitio web de El Mundo, también puede consultarse en esta bitácora personal... por cierto, que el mismo título de la bitácora ya nos dice buena parte de lo que puede esperarse: el pesimismo quejumbroso que tantas veces ha pasado por comentario periodístico en nuestro país) sobre las exigencias del dirigente del F.C. Barcelona, Joan Laporta, para que se permita la creación de una selección catalana de fútbol. Veamos, en primer lugar, la noticia tal y como fue publicada en El Mundo: Nada más leer este último párrafo me di cuenta de que las cuentas no salían, así que tuve que releerla para deshacer el galimatías: o sea que, por un lado, el Gobierno de Zapatero es responsable directo de la "invasión nacionalista" que cree ver el señor González, pues debería haber tomado cartas en el asunto hace ya tiempo y evitar que se le fuera de las manos; pero, por el otro, el que ERC solicite la comparecencia de la ministra de Educación y el Secretario de Estado para el Deporte en el Congreso para dar explicaciones sobre la prohibición a la selección catalan de jugar un partido amistoso con la de Estados Unidos es "una broma" porque "las selecciones son entidades privadas". Pues, ¿en qué quedamos, señor González? La lógica del portavoz de Deportes del PP en el Congreso se contrae y se expande como la plastilina, dependiendo de las necesidades de golpear a uno u otro contrincante y sin que ni tan siquiera se pare a pensar en la contradicción en la que incurre. El caso es lanzar puyas contra todo lo que se mueva. Y así llegamos a la política entendida no como servicio público, ni siquiera como mera actividad profesional dedicada a la gestión de los mismos, sino tan sólo como sucesión de declaraciones y contradeclaraciones, golpes de efecto, eslóganes y campañas para ganarse un voto más en las urnas, cuando no solamente para restárselos al contrario. Cuidado, porque aunque el ejemplo que saco a colación aquí es del PP, lo mismo puede observarse entre las filas del PSOE, IU, CiU, PNV y el resto de partidos. Así pues, como decía al principio, tiene bien poco de extraño que sean muchos los ciudadanos que se sienten asqueados por el espectáculo y optan por abstenerse. {enlace a esta historia} [Thu Sep 6 17:23:07 CEST 2007]Hace ya unos cuantos días que me encontré con una singular noticia en El País. Al parecer, la Fundación Canal de Madrid va a inaugurar el próximo 2 de octubre una exposición que, con el título de Ocultos, mostrará lo que el periodista del diario denomina con algo de buen humor "el arte de retratar un culo". También nos proporciona algo más de morboso detalle para los curiosos: Y, por si fuera poco, todo ello viene aderezado con la siguiente y sugerente fotografía de la serie El carrer, tomada en 1979: En fin, todo un señor aperitivo. {enlace a esta historia} [Wed Sep 5 08:55:22 CEST 2007]Alegra ver en el tan partidista panorama periodístico español —algunos no lo creerán, pero los diarios estadounidenses no se acercan para nada a los niveles de propaganda política que llegan a alcanzar por aquí, lo cual tiene sus problemas también, como el hecho de que esas labores se dejen para la televisión por cable, lo cual terminó por crear un monstruo como la cadena Fox— un editorial razonable, justo y crítico con el partido político que en teoría debiera defender a capa y espada, como el publicado hoy por El País. Se trata de una crítica no de la decisión del Presidente del Gobierno de subir las pensiones mínimas, sino de la forma —y, sobre todo, el momento— de hacerlo: Cierto, el Presidente ha anunciado la subida al principio de la legislatura, tal y como prometiera, pero también a falta de pocos meses de que se inicie la reñida campaña electoral que nos espera. Ahora bien, siempre cabe preguntarse hasta qué punto Zapatero está pecando en esta ocasión de falta de ética. Aún faltan siete meses para las elecciones y el anuncio se ha venido produciendo año tras año al inicio de la legislatura, sin que este año sea por tanto excepción. ¿Cabe pensar, entonces, que el Gobierno no debiera anunciar medida alguna seis meses antes de una convocatoria electoral? ¿Y dónde establecemos el límite? ¿Por qué han de ser seis meses, y no nueve o un año entero quizás? La crítica me parece un tanto arbitraria, pero no obstante, como venía diciendo, suena razonable y, sobre todo, tiene el mérito de romper con el partidismo apriorístico que tanta hegemonía tiene en nuestra prensa. Bienvenida sea, pues. {enlace a esta historia} [Tue Sep 4 12:50:25 CEST 2007]En el transcurso de una crítica publicada en The Chronicle of Higher Education sobre la represión leninista contra la intelligentsia rusa a principios de los años veinte (en este caso el término leninista no se aplica a la ideología sino al individuo como tal, tan sanguinario y autoritario como después lo sería Stalin, para desgracia de los pocos comunistas que puedan quedar vivos), me encuentro con la siguiente reflexión sobre la naturaleza de la filosofía rusa: En definitiva, una filosofía muy de nuestra época, ideal para estos tiempos postmodernos que nos han tocado vivir, centrada en el individuo, la experiencia, lo prático. En ese sentido, no tan distinta de la propia filosofía española del siglo XX, más preocupada también en las consecuencias prácticas de sus postulados que en grandiosos sistemas de ideas. A lo mejor podemos aprender bastante de ellas. {enlace a esta historia} [Mon Sep 3 17:43:03 CEST 2007]Hay veces que uno no sabe a qué atenerse observando la facilidad que tienen los estadounidenses para inventar aparatos raros. Por un lado, no puedo evitar cierta envidia al observar que tienen una capacidad enorme para inventar y crear cosas originales, por más que esto irrite a muchos europeos. Pero, por otro lado, hay que reconocer que se les ocurre cada estupidez que uno ni siquiera acierta a catalogarlas. Aquí tienen unos cuantos ejemplos obtenidos de BookBlog: el Loo Read, el ThumbThing y, finalmente, el Book Shade. Tres grandes avances para la Humanidad. Eso sí, me pregunto cuánto dinero estarán ganando sus inventores en esta economía nuestra del consumo compulsivo en la que, después de todo, si el precio es lo suficientemente bajo tampoco es tan difícil que un buen número de clientes pague por cualquier chuminada. {enlace a esta historia} [Mon Sep 3 17:24:45 CEST 2007]Hace unos días leía en la prensa que las dos principales asociaciones de padres, Ceapa y Concapa, pedían al Gobierno un reajuste del calendario escolar para adelantar la vuelta al colegio de los niños, alegando como principal razón las dificultades que encuentran los padres para conciliar los horarios del colegio con los del trabajo. Hablando en plata: el problema que alegan no es otro que el hecho de que es bastante difícil encontrar quién pueda encargarse de los niños mientras ellos tienen que ir al trabajo durante estas dos primeras semanas de septiembre. El problema, desde luego, me parece serio, sobre todo teniendo en cuenta que debido a los cambios sociales experimentados en España desde los noventa, son muchas las parejas en las que ambos adultos trabajan fuera de casa. Ahora bien, no creo conveniente plantearse cambios en el calendario escolar atendiendo a las necesidades de cuidado infantil que puedan tener las familias españolas. Si se plantean problemas en este campo, deben tratar de resolverse sin necesidad de parchear en algún otro lugar. Así pues, a lo mejor lo que hace falta no es alargar el calendario escolar, sino invertir más en centros de atención infantil. Si hemos de incrementar el horario lectivo en nuestras escuelas, hagámoslo sin dudarlo, pero por favor hagámoslo por las razones correctas. {enlace a esta historia} [Mon Sep 3 15:51:32 CEST 2007]Me ha hecho reír bastante la entrada del pasado miércoles en la bitácora de Rafael Reig: {enlace a esta historia} [Mon Sep 3 12:24:27 CEST 2007]Creo haber escrito en estas mismas páginas que no me atre nada la figura del Pepito Grillo, y la verdad es que tengo en poca estima la tradicional actitud pesimista, negativa y criticona que por desgracia muchos han llegado a equiparar con el hecho mismo de escribir comentario social o político en nuestro país. El espíritu quejumbroso que arrastramos al menos desde la crisis del 98 (si no desde mucho antes, pues hay veces que casi me temo que sea casi connatural con el mismo hecho de ser español) permea todos los recovecos de nuestra escena intelectual y, si me apuran, hasta cotidiana. En lugar de ponerse manos a la obra y mostrar la iniciativa para transformar algo, el españolito medio prefiere a menudo hacerse el mártir y cantar unas cuantas doloridas saetas para que el mundo entero esté al tanto de su sufrimiento y se compadezca de él. Es lo que tiene, supongo, la herencia católica con toda su estética del dolor y la pasión del Señor, por no hablar de las largas décadas (si no siglos) de sentarse a verlas venir esperando que sea el Gobierno quien tome cartas en todos los asuntos. Pero desvarío demasiado. Simplemente quería hablar de la bitácora de Lector mal-herido, en la que pese a encontrarnos demasiado a menudo con esa actitud constantemente crítica y hasta chulesca del autor (no parece que le gusten muchos de los libros que lee, y casi todos pueden ser catalogados casi como bazofia, a juzgar por sus comentarios), lo cierto es que al menos se encuentra uno con un poco de aire fresco y un mucho de ingenio, y todo ello sin andarse con medias tintas ni hipócritas loas a autores consagrados. Así, comentando Viejas historias de Castilla la Vieja, de Miguel Delibes, se nos aclara: Como venía diciendo, una crítica bastante cruda e incluso insultante, pero sin pelos en la lengua ni falsas idolatrías. Además, no me queda más remedio que darle la razón al autor: ¡ya está bien de paletadas! ¡Ya está bien de engañarnos con el mito del buen salvaje y el lindo pueblo en medio de la sierra! La vida rural tiene, sin lugar a dudas, sus ventajas, pero no conviene olvidar que buena parte de estos urbanitas que tanto la echan de menos únicamente la visitan en vacaciones o cuando sienten una necesidad imperiosa de pasar por la cámara de descompresión para, poco después, regresar una vez más a la tan denostada ciudad, que algo tendrá cuando no para de atraer gente (sobre todo aquellos que necesitan respirar un poco de libertad individual, los perseguidos, las minorías, los interesados en compartir ideas y experiencias...), digo yo. {enlace a esta historia} [Mon Sep 3 10:03:53 CEST 2007]Alejandro Gándara reflexiona en su bitácora sobre el concepto de lo breve en la narración, a propósito de la moda de los microrrelatos: Un buen amigo bastante aficionado a la escritura me contaba una vez que para él había dos tipos de prosa: la prosa lírica, extensa, descriptiva, evocadora de sentimientos y pensamiento, y la inspirada en la novela negra y el periodismo, breve, preocupada más por la historia que por el ambiente. A mi amigo le pirraba la primera, mientras que yo siempre preferí la segunda. Pues bien, la buena prosa periodística ha de ser breve en el sentido descrito arriba por Gándara. {enlace a esta historia} |