Cuaderno de Bitácora

[Sat Nov 29 10:51:43 CST 2003]

El llamado Plan Ibarretxte, sobre el que todavía tengo que escribir largo y tendido después de haberlo leído recientemente, no es sino un plan para la división aún más profunda de la sociedad vasca y como tal cuesta trabajo creer que venga a solucionar nada. Sin embargo, la reciente decisión del Gobierno del PP de reformar el Código Penal para situar al lehendakari al margen de la ley me parece de lo más insensato. En una democracia consolidada, las propuestas políticas se debaten, no se ilegalizan. Sencillamente. el uso del poder político para acabar con el oponente no tiene cabida, por equivocadas que nos parezcan las posiciones de los demás. Una vez más, no me queda más remedio que acongojarme por la torpeza de un Gobierno que ha deshecho en tan sólo dos legislaturas lo que se había construído durante dos décadas de consenso. La división y el enfrentamiento son tales en estos momentos, que mucho me temo que llevará al menos otra década de fina diplomacia el volver a reconstruir antiguas alianzas. Se trata, sin lugar a dudas, de uno de los puntos negros de la labor de gobierno del PP, aunque algunos seguramente preferirán verlo como una muestra de "ideas claras" y "convicciones fuertes". Seamos honestos, un gobierno que reforma leyes orgánicas con la única intención de ilegalizar las propuestas del oponente muestra que ya está perdiendo gas. Estamos acostumbrados a una oposición sin ideas, pero esto de que el Gobierno haga oposición es sin duda peculiar.

[Fri Nov 28 09:07:38 CST 2003]

Ayer, durante los prolegómenos de la final de Copa Davis en Melbourne, los australianos interpretaron por equivocación el Himno de Riego, en lugar de la Marcha Real. Entiendo perfectamente las protestas del Secretario de Estado para el Deporte, Juan Antonio Gómez Angulo, quien ha presentado una queja formal ante las autoridades austrlianas así como ante el Comité Olímpico Internacional (COI). No obstante, a mí el incidente me produce más bien risa. Al fin y al cabo, no hace tanto tiempo que en España nos contábamos chistes unos a otros sobre nosotros mismos cometiendo este tipo de errores. Ahora resulta que hasta los australianos se comportan como paletos ignorantes. La embajadora de Australia en España ya ha explicado que todo se debió a un "error no intencionado" en el que ninguna institución política se vio envuelta. Por lo que cuenta, alguien dentro de la Federación Australiana de Tenis le pasó un CD con el himno republicano al trompetista encargado de preparar la ceremonia. En fin, como vengo diciendo, que los australianos hicieron gala de unas dotes organizativas bastante deficientes, de las que asumíamos en el pasado que sólo podían darse en nuestro querido país.

[Wed Nov 26 11:00:09 CST 2003]

Leo en MundoLibro que la Real Academia Española y la Fundación Ramón Menéndez Pidal han editado un glosario de las hablas románicas existentes en la Península entre los siglos VII y XII. El libro, titulado Léxico Hispánico Primitivo, fue proyectado y dirigido inicialmente por Menénendez Pidal allá en 1926, y ha contado a través de los años con otras colaboraciones de peso: Rafael Lapesa, Víctor García de la Concha, Manuel Seco... Cada entrada en el glosario contiene una etimología, la categoría gramatical, la definición y citas de los textos en que se localizó. En fin, que parece ser una gran obra de erudición.

[Wed Nov 26 09:57:50 CST 2003]

Ayer se presentó oficialmente La Aznaridad, ensayo póstumo de Manuel Vázquez Montalbán. Entre otras cosas, quienes prestaron homenaje al autor catalán destacaron el ingenio que tenía para acuñar expresiones como aquella de que "contra Franco vivíamos mejor", que vinieron a resumir toda una época en tan sólo una frase. Al parecer, también hablaba de "liberalismo tremens" para referirse a la última moda neoliberal que se ha extendido por todos sitios.

[Tue Nov 25 14:21:58 CST 2003]

¡La de vueltas que da la vida! No hace mucho, eran precisamente los alemanes y los franceses, entre otros, quienes advertían que la entrada en la zona euro había que ganársela con sangreo, sudor y lágrimas, y que ni italianos, ni griegos, ni tal vez los españoles serían capaz de acceder sin arreglar sus finanzas. Pues bien, ahora resulta que son precisamente Francia y Alemania quienes están pasando apuros para cumplir las condiciones del Pacto de Estabilidad. La Comisión Europea, España, Holanda, Finlandia y Austria les han plantado cara, oponiéndose frontalmente a cualquier intento de permitirles que mantengan su déficit público por encima de la barrera del 3% del PIB. Lo que me parece problemático no es ya sólo el hecho de que se ponga en peligro la política económica consensuada por los estados miembros de la UE, sino que además se ponga en evidencia que las decisiones únicamente parecen afectar a los países más pequeños y con menos peso específico dentro de las instituciones comunitarias. En otras palabras, ¿cómo van a poder razonar los gobiernos francés y alemán en el futuro que cualquier otro gobierno ha de supeditar sus intereses al interés común de la UE cuando ellos mismo incumplen lo pactado en momentos de apuro?

[Mon Nov 24 15:27:12 CST 2003]

Hay algunas estadísticas que llaman bastante la atención. Por ejemplo, acabo de oír en la radio que el monto total de dinero que los inmigrantes hispanos de los EEUU envían de vuelta a casa supera la cantidad presupuestada por el Congreso en la categoría de ayuda al exterior. Supongo que caben dos lecturas: bien EEUU está viendo partir demasiado dinero al extranjero debido a estos inmigrantes, o bien el monto total destinado a ayuda al exterior es ridículo. Mucho me temo que, a no ser que las cosas hayan cambiado mucho últimamente, lo más probable es que se trate de lo segundo.

[Sat Nov 22 13:39:32 CST 2003]

El Cultural publica una entrevista con los historiadores Luis Ribot y Manuel Fernández Álvarez donde se menciona, casi de pasada, cómo la historiografía española se ha puesto al día desde los años ochenta aproximadamente, y ya no puede decirse que todos los estudios serios sobre nuestro pasado son escritos por hispanistas nacidos en el extranjero, como sucedía en el pasado. Hubo una época en que, sobre todo debido a la censura y las manipulaciones propagandísticas del régimen franquista, la única historia seria que podía leerse estaba escrita por autores extranjeros como Henry Kamen, Stanley Payne, Paul Preston o Ian Gibson. Las cosas han cambiado mucho desde la transición democrática, y afortunadamente hoy en día tenemos nuestra buena hornada de historiadores patrios: Santos Juliá, Tussell, Tuñón de Lara, José Antonio Maravall, Jover Zamora, Vicente Palacio... En fin, que se ha avanzado lo suyo.

[Thu Nov 20 15:56:13 CST 2003]

La periodista Eva Celada acaba de publicar La cocina de la Casa de Alba, donde recorre la historia de la familia aristocrática y re&ueacute;une alguna de las recetas usadas en la casa ducal desde el siglo XV hasta nuestros días. Lo más, quizás, es observar cómo Cayetana XIII Duquesa de Alba (quien muchos expertos creen sirviera como modelo para La maja de Goya) facilitó la entrada de platos populares como los callos, el cocido o la tortilla de patatas, frente al creciente afrancesamiento de la Corte.

[Wed Nov 19 20:49:45 CST 2003]

Esperanza Aguirre expuso su programa de gobierno hoy durante la primera sesión de investidura en el Parlamento autonómico madrileño. Entre las propuestas, la reducción en un punto del tramo autonómico del IRPF para incentivar la actividad económica, la reforma de la normative que rige la formación y funcionamiento de las comisiones de investigación parlamentaria "para evitar que acaben convirtiéndose en juicios" y, tras el escándalo de los tránsfugas que sacudió a la Comunidad de Madrid tras las elecciones de mayo, la creación de la figura del diputado no adscrito, la división de la Comunidad en 10 ó 12 circunscripciones que mejore la representación y el desbloqueo de las listas. En principio, ninguna de las propuestas me parece problemática, aunque no estoy tan seguro de que el desbloqueo de las listas sea la panacea que venga a solucionar el problema de los tránsfugas. En este sentido, me temo de que los analistas españoles han pecado siempre de una gran inocencia. Al fin y al cabo, las listas para el Senado han estado abiertas desde las primeras elecciones democráticas, y las estadísticas muestran bien a las claras que los ciudadanos se limitan en su mayor parte a marcar con una equis a todos los candidatos de su partido favorito. En otras palabras, que casi no hay diferencia alguna entre listas abiertas o cerradas, o al menos no ha habido grandes diferencias hasta el momento. Y es que, seamos realistas, ¿quién es capaz de sostener que los ciudadanos madrileños hubieran dejado a Eduardo Tamayo y Teresa Sáez fuera del Parlamento si las listas hubieran sido abiertas durante las pasadas elecciones de mayo? Y conste que, como idea, no me parece nada mal, pero que no se intente vender como la solución para el problema de los tránsfugas porque no es honesto. Eso sí, al menos facilitaría el que los partidos políticos no se convirtieran en el único chivo expiatorio cuando se den este tipo de circunstancias.

[Mon Nov 17 20:55:51 CST 2003]

El Center for Book Culture publica un artículo acerca de la enorme escasez de traducciones en el mundo editorial estadounidense. Se trata de un tema que, creo recordar, ya recogí en estas páginas hace algún tiempo. Para el asombro y vergüenza de muchos, tan sólo el 3% de los libros publicados cada año en los EEUU son traducciones de otras lenguas, incluyendo de todo: economía, filosofía, libros de viaje, biografías, novelas... Si limitáramos la cuenta únicamente a los libros de ficción y poesía, las estadísticas serían aún más escalofriantes. Pero lo que diferencia este artículo de otros similares es que su autor se atreve a proponer una solución: que los gobiernos extranjeros ofrezcan subsidios a la traducción de obras escritas en sus lenguas oficiales, aunque ello redunde en ocasiones en beneficio (al menos a corto plazo) de las editoriales estadounidenses. La propuesta me parece, cuando menos, intrigante.

[Mon Nov 17 16:11:38 CST 2003]

Acabo de encontrarme una cortísima pieza contando un par de anécdotas acerca de Shakespeare and Company, la librería fundada por Sylvia Beach en París y que pasaría a la historia como el lugar de encuentro de la comunidad literaria internacional cuando alguien se encontraba de paso por la capital francesa, además de haber sido la primera casa en decidirse a publicar el Ulises de James Joyce. Resulta que en diciembre de 1941, con París convertida en una ciudad casi fantasma de tan sólo unos 25.000 habitantes (el resto había huído a la Francia de Vichy), un oficial alemán entró en la librería y pidió una copia del Finnegans Wake. Syilvia explicó que únicamente le quedaba una última copia del libro para uso personal y que no estaba a la venta, lo que por supuesto enfureció al alemán, quien acabó amenazando con expropiar todos los libros. Mas nunca tuvo ocasión de cumplir sus amenazas, pues en tan sólo dos horas Sylvia y sus amigos escondieron los 5.000 volúmenes en el cuarto piso y tuvieron aún tiempo para deshacerse de las estanterías, las lámparas y hasta de cambiar el cartel con el nombre del establecimiento.

Otra historia, acaecida durante la liberación en 1944, también nos da una buena idea de la atmósfera de la época:

I heard a deep voice calling: "Sylvia!: And everybody in the street took up the cry of "Sylvia!" "It's Hemingway! It's Hemingway!" cried Adrienne. I flew downstairs; we met with a crash; he picked me up and swung me around and kissed me while people on the street and in the windows cheered. We went up to Adrienne's apartment and sat Hemingway down. He was in battle dress, grimy and bloody. A machine gun clanked on the floor. He asked Adrienne for a piece of soap, and she gave him her last cake. He wanted to know if there was anything he could do for us. We asked him if he could do something about the Nazi snipers on the roof tops in our street, particularly on Adrienne's roof top. He got his company out of the jeeps and took them up to the roof. We heard firing for the last time in the rue de l'Odéon. Hemingway and his men came down again and rode off in their jeeps - "to liberate," according to Hemingway, "the cellar at the Ritz."

Uno no puede evitar el preguntarse, con un poco de nostalgia, si este tipo de historias será posible en un mundo dominado por las grandes cadenas comerciales. Al fin y al cabo, no hace tampoco tanto tiempo que las pequeñas librerías independientes de Madrid, Barcelona, Sevilla o cualquier otra población española servían no sólo para vender libros, sino también como lugar de encuentro para los novelistas, los poetas, los dramaturgos, para todos aquellos que buscaban un pequeño islote de libertad en medio del gris paisaje franquista.

Mon Nov 17 09:13:07 CST 2003

El PP vuelve a meter el dedo en la llaga y a regodearse. Ahora los populares van a llevar una moción al Parlamento Europeo para que repudien los postulados de Sabino Arana, fundador del PNV, de la misma forma que ya han trasladado mociones similares a muchos consistorios del País Vasco. Los argumentos principales son que Arana

... defendió abiertamente la utilización del recurso a la violencia para imponer sus ideas y fue el principal impulsor de las ideas etnicistas que un siglo después subyacen en la dirección del PNV. (...) la animadversión que Sabino Arana alentaba contra los que él denominaba maketos está presente en el discurso de muchos nacionalistas que, cien años después, siguen considerando ciudadanos de segunda a quienes no comparten el ideario del PNV.

Vaya por delante que no siento simpatía alguna por Sabino Arana o su pensamiento, al cual también considero en líneas generales rallano en el nacionalismo más peligroso y dogmático. No obstante, creo que la decisión del PP de llevar estas declaraciones a las instituciones europeas son una clara muestra de irresponsabilidad política. ¿Cuál es exactamente el beneficio de echarse en cara estas cosas? ¿Es que acaso los dirigentes del PP piensan que con este tipo de medidas se va a solucionar problema alguno o disminuir las tensiones entre los vascos? Mucho me temo que se trata solamente de una medida de cara a la galería, sin beneficio alguno para los ciudadanos, y que no hará sino ahondar aún más las diferencias entre las comunidades nacionalista y no nacionalista en el País Vasco. Se trata, precisamente, de uno de los puntos negros de la gestión de gobierno del PP: tras casi dos décadas de consenso entre las fuerzas democráticas vascas, donde aparte del terrorismo de la izquierda abertzale había unas buenas relaciones entre unos y otros, los sucesivos gobiernos de José María Aznar no han hecho sino aumentar las divisiones sin que nadie pueda demostrar beneficio alguno. La tensión ha ido en aumento y el diálogo se ha cerrado, pero el problema vasco continúa ahí, y medidas como ésta van a contribuir bien poco a su resolución.

[Mon Nov 17 08:50:21 CST 2003]

Los resultados de las elecciones autonómica catalanas de ayer me parecen bastante deprimentes, no tanto porque haya ganado la derecha o la izquierda, el nacionalismo catalán o el español, sino más bien por lo que representa de apuesta por un continuismo que ya se extiende por más de dos décadas. Al igual que en las pasadas elecciones, el PSC obtuvo la mayoría de votos, pero CiU obtuvo la mayor´a de escaños, y una vez más ERC tiene en su poder la llave para entregar la mayoría a unos u a otros, dependiendo de que den prioridad a sus tendencias progresistas sobre las nacionalistas o viceversa. Sea como fuere, me parece claro que los resultados apuntan a un incremento de las tensiones entre la Generalitat y el Gobierno central, lo cual dista de ser positivo. Y, por lo que hace al PSOE, se encuentra ante un buen dilema: por un lado, si el PSC forma un gobierno progresista junto a ICV y ERC, lo más probable es que obligue a los socialistas a apoyar un programa de gobierno basado en las reivindicaciones autonomistas frente al Gobierno de Madrid, lo cual no hará sino dar peso a los ataques que se les lanzan desde el PP de que carecen de un proyecto de Estado consistente; pero, por el otro lado, si dejan el gobierno de la Generalitat en manos de CiU y ERC, colaboran bien poco en disminuir las tensiones entre Cataluña y el resto del Estado y, aún peor, defraudan las expectativas de que la alternancia sea incluso posible. De momento, Josep Lluis Carod-Rovira, líder de ERC, ha dejado bien claras las intenciones de su formación política al manifestar que los resultados de estas elecciones obigan a replantearse el Estado de las autonomías porque "esto así no aguanta más", amén de advertir a CiU que

Lo primero que reclamamos es lealtad. Es decir, que si pactas con ERC en Cataluña, no puedes pactar con el PP en el Gobierno español. Eso sería absolutamente incomprensible.

En fin, que un partido independentista radical tiene la llave para la gobernación de Cataluña, lo cual me parece preocupante aun reconociendo que ERC no es lo mismo que HB ni mucho menos, como se nos quiere hacer creer desde el PP.

Por cierto, que todo esto me lleva a plantearme otra cuestión más o menos relacionada. Parece interesante que sea precisamente en aquellas comunidades que consiguieron la autonomía por la vía rápida que el principal partido casi haya logrado monopolizar la vida política muy al estilo del PRI mejicano: el PNV en el País Vasco, CiU en Cataluña, el PP en Galicia y el PSOE en Andalucía. Quizá se deba al hecho de que el partido más votado fue también el que más luchó por la autonomía en sus respectivas regiones y, por consiguiente, se ha visto investido con cierta imagen de defensor a ultranza de los intereses locales. Sea como fuere, me parece un detalle interesante.

[Sun Nov 16 15:20:06 CST 2003]

Un equipo de filólogos de las universidades de las Baleares (UIB) y de Barcelona (UB) acaban de publicar un interesante estudio de la gestualidad en la Roma clásica. Resulta que los romanos ya levantaban el dedo corazón como afrenta, en lo que parece que era un intento de representar "el miembro erguido desde el escroto". Asimismo, también se llevaban el dedo índice a los labios para pedir silencio, sacaban la lengua para burlarse de otros inviduos (gesto que, por cierto, tomaron de los galos), y movían la cabeza verticalmente para indicar aprobación. Lo que parece más interesante es que el gesto que usaran para negar sea tan diferente: echaban la cabeza hacia atrás, lo que aún se hace hoy en día en la Italia meridional, así como en partes de Grecia o Turquía. En cualquier caso, llama la atención que algo que parece tan ligado a los fenómenos culturales como la gestualidad humana se haya mantenido casi constante durante tantos siglos, como si tal vez hubiera algo innato en ellos. Soy consciente, por supuesto, que esto es altamente improbable, pues nadie tiene conocimiento del significado de nuestros gestos si no fuera por el proceso de aculturación. Aún así, me parece curioso que se produzca tal constancia.

[Sat Nov 15 14:25:59 CST 2003]

Si hace unas cuantas horas hablaba de la profunda división social que existe en los EEUU, así como del dogmatismo de que se hace gala a derecha e izquierda, ahora me encuentro precisamente un buen ejemplo de esa actitud. LA Weekly entrevista al siempre furibundo Gore Vidal, quien se queda tan pacho tras despachar una buena sarta de insultos contra el Presidente Bush y los suyos. Tras un inicio más prometedor, donde Vidal subraya cómo Benjamin Franklin fue quizás el único de los grandes Padres Fundadores de la nación que podía identificarse de verdad con la clase media (los demás no eran sino miembros de una nueva forma de nobleza aristorcratizante), comienza a despotricar contra la USA Patriot Act en los siguientes términos:

The USA PATRIOT Act is as despotic as anything Hitler came up with -- even using much of the same language. In one of my earlier books, Perpetual War for Perpetual Peace, I show how the language used by the Clinton people to frighten Americans into going after terrorists like Timothy McVeigh -- how their rights were going to be suspended only for a brief time -- was precisely the language used by Hitler after the Reichstag fire.

La verdad sea dicha, yo mismo tengo mis dudas con respecto a la legislación de la que habla Vidal, pero el acusar a George W. Bush de inmoral y afirmar bien a las claras que si las próximas elecciones presidenciales se llevan a cabo de forma electrónica lo más probable es que haya pucherazo suena a demagogia fácil. Creo que esta debe ser la tercera o cuarta entrevista de Gore Vidal que leo en mi vida, y jamás he leído ninguno de sus libros, pero no puedo decir que me haya quedado una buena impresión del que otros denominan el último patricio estadounidense. Más bien al contrario, se me aparece como un tipo dogmático, demagógico y partidista, complemetamente incapaz de usar un mínimo de objetividad para analizar la situación política de su país.

[Sat Nov 15 11:20:57 CST 2003]

David Brooks habla en las páginas de The New York Times acerca de la profunda división de la sociedad estadounidense. Algo debe haber de cierto en las palabras de Brooks, cuando hasta el comentarista conservador Dennis Prager también cree ver los inicios de una "guerra civil no violenta" entre lo que por aquí se denominan "conservadores" y "liberales". Al menos desde la presidencia de Ronald Reagan, que muchos estadounidenses sin duda consideran exitosa, la sociedad americana ha visto incrementar día a día, año a año, las divisiones en todos los niveles: político, social, económico, religioso, cultural... Si esto es debido o no al propio Reagan puede ser discutible, pero me quedan pocas dudas de que en otros países se hubiera incluído en el debe de una gestión de gobierno. Es tal la animosidad que se da entre ambos bandos que ciertamente recuerda los prolegómenos de un conflicto civil, si no fuera porque al menos aquí nadie parece dispuesto a coger las armas y extender las divisiones al campo de batalla. Ambos, conservadores y liberales, republicanos y demócratas, andan bien convencidos de que sus ideas son las únicas aceptables y se niegan siquiera a escuchar al oponent o aceptar argumento alguno que venga de sus trincheras. Cierto, como señala Brooks, aproximadamente el 40% de la sociedad americana se considera "moderada" o "independiente", pero mientras que el 60% restante no sea capaz de entablar un diálogo serio y tolerante (y de momento no hay atisbo alguno de que vaya a suceder), quedan pocas esperanzas de que nadie sea capaz de cruzar puentes y tender la mano. George W. Bush, al contrario de lo que prometiera durante la campaña electoral, no ha tenido el valor de negociar ni dialogar con los demócratas moderados, sino que más bien ha usado la guerra contra el terrorismo para acusar a los oponentes de falta de patriotismo y lanzarse a una cruzada moral contra todo quisque. Ni que decir tiene que los vociferantes propagandistas radiofónicos con que cuentan los republicanos no ayudan mucho a tender puentes y sentar las bases para un diálogo desapasionado entre ambos bandos. Pero, por el otro lado, los demócratas también parecen convencidos de que la solución a su fracaso en las urnas debe pasar por la radicalización del lenguaje, los ataques personales contra el Presidente y una oposición a la intervención en Irak que puede parecer muy ética, pero que solamente nos ofrece un estrepitoso fracaso cuando se trata de proponer soluciones y políticas prácticas. Por supuesto, también éstos cuentan con un buen puñado de ilumindados vociferantes que se niegan en redondo a escuchar los argumentos que provengan de lo que no dudan en catalogar como la "derecha reaccionaria". Mientras tanto, el estadounidense moderado no puede hacer sino atender al catastrófico espectáculo y lamentarse por la falta de discusión seria en los medios de comunicación. ¿Cómo puede haber discusión seria alguna si ambas partes sólo están interesadas en pontificar acerca de sus propias posiciones sin ni tan siquiera oír los argumentos del contrario? Nadie en los EEUU parece estar interesado en discutir, sino en debatir, y los niveles de retórica están comenzando a acercarse al límite de lo tolerable sin que la sociedad estalle en pedazos. Por desgracia, aquellos que parecen más interesados en mantener una conversación que no deje afuera a nadie, en intercambiar ideas, escuchar a todas las partes implicadas y alcanzar acuerdos, políticos valiosos como John McCain o Joe Lieberman, han pasado al asiento de atrás y nadie se molesta en escucharles. Esto no puede presagiar nada bueno, pero me temo que no queda más remedio que esperar la llegada de alguien, ya sea de un partido o el otro, que sea capaz de ofrecer un liderazgo auténtico basado en el diálogo, el respeto y el consenso. El sistema político y electoral, por cierto, no contribuye en nada a que esto suceda.

[Sat Nov 15 09:24:14 CST 2003]

A nadie debería sorprender un estudio que concluya que la juventud española padece de una inveterada aversión al riesgo empresarial, sobre todo cuando se la compara con la juventud estadounidense o la de otros países del Norte de Europa. De hecho, a estas alturas se ha convertido casi en dogma de fe, y se le suelen achacar todos los males económicos que han afectado a nuestro país durante siglos y siglos. La cosa se complica un poco más cuando intentamos indagar en las posibles causas de ese hecho sociológico, pero la verdad es que incluso ahí suele haber un amplio consenso: la influencia perniciosa de un catolicismo ortodoxo que siempre vio la iniciativa empresarial como sospechosa de usura, las raíces hedonistas de la cultura mediterránea, aspectos climatológicos, etc. Pues bien, se acaba de publicar un estudio financiado por el Círculo de Empresarios y realizado por el catedrático Manuel Jesús González en el que se apunta el dedo acusador contra los libros de texto. En él se nos dice que la amplia mayoría de los libros de textos españoles presentan una imagen negativa tanto del liberalismo como de la figura del empresario, lo cual, para ser sinceros, me sorprende poco. El liberalismo es visto como un sistema opresor, causa directa de la pobreza, y cuyo objetivo principal parece ser "la explotación de las personas asalariadas", mientras que el empresario sólo existe como figura colectiva ("el burgués") definido únicamente por características negativas. Yo no recuerdo bien si los libros de textos que usé durante mis años mozos también contenían este tipo de ataques encubiertos al capitalismo y la ideología liberal, pero algo me dice que, estuviera ahí o no, las actitudes de la sociedad española ante los empresarios hubieran cambiado bien poco. En otras palabras, cambiemos los libros de texto, sí (aunque ya puedo ver los gritos en el cielo clamando contra la "censura" gubernamental cuando eso suceda), pero creo que la posición de Manuel Jesús González peca de excesivamente ingenua. Los libros de texto son importantes, pero más de una forma general y con respecto a lo que decidan cubrir o dejar fuera, que en el sentido de que tal o cual párrafo vaya a moldear las mentes de generaciones futuras. Casi pareciera que, dada la hegemonía de la crítica literaria postmoderna como modelo hermenético, hasta los empresarios estén prestando más atención a simples textos que a las causas materiales y objetivas subyacientes. Al fin y al cabo, el texto nace en un ambiente que le proporciona significado.

[Thu Nov 13 16:13:43 CST 2003]

Desde luego, hay ocasiones en las que no me queda más remedio que aceptar las críticas despiadadas que los conservadores estadounidenses lanzan contra la intelligentsia. A nadie se le oculta que uno de los ritos de paso para cualquier escritor que se precie parece ser el hacer declaraciones públicas contra las políticas de los EEUU de cuando en cuando. Otros lugares comunes son el discurso antiglobalización, los llamamientos al "diálogo entre culturas" venga o no a cuento, la defensa del aborto porque sí, porque es "lo progresista", etc. Pues bien, me satisface ver que alguien tan poco sospechoso de simpatías ultraconservadoras como el joven novelista Juan Bonilla también pone en entredicho algunas de las asunciones tan populares entre los intelectuales españoles. En concreto, escribe Bonilla acerca del reciente congreso de escritores que tuvo lugar en Sevilla, y donde muchos postularon una vuelta al "compromiso"

Cada vez que ese concepto fulge en la intervención de alguien, espero oír inmediatamente una aclaración entusiasta que defina qué entiende él por compromiso. Pero mi esperanza queda a menudo defraudada, porque lo curioso es que la palabra compromiso suele utilizarse con la olímpica certeza de que todo el que la escucha sabe perfectamente lo que significa o a lo que se refiere. Pero ¿qué quieren decir Sampedro o Aldecoa o Sorel cuando dicen que el escritor debe adquirir un compromiso ético con su tiempo y su sociedad? ¿Que ha de legar una parte de sus derechos de autor a una ONG? ¿Que ha de pasarse la vida firmando manifiestos? ¿Que ha de escribir fábulas edificantes que "enseñen a vivir"? Doy palos de ciego, lo sé, porque no alcanzo a comprender qué se pretende con la insistencia cansada de hacer ondear el compromiso del escritor como una de las colosales fuentes que lo justifiquen ante la sociedad.

Bonilla tal vez no se atreviera a decirlo, pero me temo que el "compromiso ético" del que hablan suele equipararse con la adopción de las posiciones políticas que se supone un progresista debe tomar. En otras palabras, que no se trata sino de una forma de enmascarar los intereses políticos de ciertos escritores. Que conste, que yo mismo me considero progresista, pero no entiendo por qué la labor del escritor ha de concebirse únicamente como asociada a una filosofía de izquierdas. Solamente así puede uno explicarse que en el mismo congreso se oyeran tantos lamentos acerca de la supuesta baja calidad de la literatura contemporánea, achacándolo todo, por supuesto, a la todopoderosa "dictadura del mercado". Como advirtiera Felipe Benítez Reyes con toda la sensatez del mundo, "la literatura y el presente se llevan mal". O, como el mismo Bonilla deja bien claro en su artículo, "no está de más añadir que nuestros tiempos al menos consienten la existencia de lo que vende menos". Y es que da rabia oír tantos ataques fáciles al capitalismo occidental camuflados bajo el falso manto del "espíritu crítico". Bienvenido sean el comentario político, la crítica y el análisis constructivo, pero el mundo ya tiene demasiados lugares comunes y progresismo del tres al cuarto para que se exija a nuestros escritores este tipo de "compromiso". Pensamiento serio y sin prejuicios es lo que hace falta, y no el seguidismo ramplón de tal o cual doctrina, o la permanente oposición a todo lo que venga del poder por el mero hecho de tocarle las pelotas a quienes gobiernan. Ya va siendo hora de que maduremos.

[Thu Nov 13 09:02:39 CST 2003]

Una vez más Herrero de Miñón se ve obligado a hacer unas sensatas declaraciones sobre el papel que la Constitución debe jugar en la vida política española. Mientras otros parecen empeñados en ahondar las divisiones a cuentas del Plan Ibarretxe, el padre de la Constitución critica la "profunda deslealtad" hacia la Carta Magna...

... cuando se cierran los los cauces de comunicación entre los poderes públicos, o cuando a las propuestas de negociación se responde con la negativa a negociar.

Y mucho me temo que el PNV no es el único culpable de que nos encontremos donde nos encontramos ahora mismo con respecto al problema vasco. El PP ya llegó al gobierno prometiendo una política más dura con respecto al terrorismo etarra y los nacionalismos periféricos, dejando en ocasiones pocas salidas para el PNV y EA sino la radicalización. Por otro lado, las fuerzas nacionalistas e IU se lanzaron a la aventura del Pacto de Lizarra, rompiendo décadas de consenso entre las fuerzas políticas democráticas. Al contrario que tanta otra gente, yo estoy convencido de que las intenciones últimas fueron buenas, creyendo como creían que una salida al estilo de Irlanda del Norte era realmente posible, pero creo probado objetivamente que, a fin de cuentas, aquellos polvos trajeron estos lodos. ¿Y el PSOE? Pues, como viene haciendo desde que perdiera el poder, anda desorientado, sin saber bien qué posiciones mantener al respecto. Por un lado, no quiere romper el consenso que en materia de lucha contra el terrorismo siempre ha existido entre los dos grandes partidos nacionales, lo que me parece lógico y encomiable. Pero, por otra parte, los socialistas no son capaces de llevar al Gobierno del PP hacia posiciones de diálogo y lejos de la estrategia de la confrontación que llevan aplicando al menos dos legislaturas. Así pues, nos queda una situación que se encuentra en punto muerto cuando no en claro retroceso, después de todos los avances que se consiguieron durante los gobiernos de Felipe González en esta materia. Algo no funciona cuando, como advierte el propio Herrero de Miñón, unos y otros se lanzan la Constitución a la cabeza y pretenden erigirse en sus únicos defensores.

[Wed Nov 12 16:28:02 CST 2003]

¿Hay algo intrínsecamente subversivo o cuando menos rebelde en la música rock? Es una pregunta que me he hecho de cuando en cuando, sobre todo a la vista de la aparente influencia que tuvo en la Europa del Este, o incluso la que está teniendo en China o los países árabes en la actualidad. Entiendo que la pregunta puede parecer curiosa, e incluso algo irrelevante. No obstante, el hecho es que uno nunca oye acerca de cómo tal o cual pieza de música clásica o una obra de ópera determinada influyera en un movimiento en pro de la democracia en ningún lugar. De hecho, los regímenes autoritarios no parecen tener problema alguno con la promoción de la música clásica o folk, pero sí que a menudo censuran o prohíben abiertamente estilos como el jazz o el rock. Todo esto viene a cuento de una charla dada por el embajador húngaro en los EEUU explicando cómo el rock influyó positivamente al movimiento de oposición a la dictadura comunista. Es algo que suena familiar, y que ya oímos de boca de Vaclav Havel, por ejemplo. La misma perestroika también estuvo unida a un apoyo por nuevas formas musicales más occidentales, y lo mismo sucede con el movimiento reformista iraní. Así pues, ¿a qué se debe esta confluencia? ¿Podría tratarse acaso simplemente de que estas formas musicales se identifican con la cultura occidental y, por consiguiente, con su modelo político de democracia constitucional? Es posible, pero tiendo a pensar que hay otras razones de peso. Fundamentalmente, y al contrario de la música clásica, el jazz o el rock siempre han sido asociados a una imagen de rebeldía, subversión y anti-autoritarismo que los sistema autoritarios simplemente no pueden permitirse el lujo de tolerar. He ahí, quizá, el problema fundamental. Cierto, a estas alturas la carga de rebeldía que conlleva la música rock es pura imagen, pero tampoco es menos cierto que los regímenes autoritarios son intrínsecamente incapaces de tolerar ningún tipo de oposición, ni siquiera una limitada a meras poses. He ahí, me parece, la razón última de este aparente dilema. Los elementos chamanísticos del rock, por supuesto, no hacen sino agravar la situación. Las dictaduras, qué duda cabe, promueven lealtades irracionales, pero detestan ver esas mismas lealtades dirigidas hacia otros objetivos, de ahí que las religiones (al menos las que no han sido manipuladas o forzadas a aceptar los dictados del gobierno) suelan ser perseguidas por los regímenes autoritarios, y el líder de una banda de rock genera precisamente este tipo de lealtad irracional, convirtiendo los conciertos en caóticos e incontrolables aglomeraciones de las masas. En otras palabras, el rock representa, precisamente, lo que no deja dormir a los dictadores por la noche: un foco alternativo de poder que genera lealtades irracionales y consigue atraer a cientos, miles, millones de personas. Esto explica también la necesidad de manipular el deporte de masas. No conozco ninguna dictadura que no cayera en esta tentación.

[Wed Nov 12 06:42:04 CST 2003]

Anoche tuve la oportunidad de ver trozos de la entrevista de Jessica Lynch con Diane Sawyer en ABC, de la que ya escribí hace unos días en estas mismas páginas. Pero lo que me interesa en estos momentos no es tanto el escándalo acerca de la grosera manipulación de su historia, como el reconocimiento de su actitud sincera y honesta. Hace falta tener mucho coraje para aparecer en las pantallas de televisión y explicar claramente a los estadounidenses que las loas hacia su persona por un supuesto heroísmo que nunca tuvo lugar eran equivocadas. Se pensará lo que se quiera acerca de la campaña emprendida por el estamento militar para exagerar las virtudes castrenses de Lynch, pero ahora no queda más remedio que reconocerle una sólida integridad moral que dejó bien patente en las pantallas de televisión ayer.

[Mon Nov 10 20:17:55 CST 2003]

Una de las muchas constantes de la vida política es la eterna queja de aquellos que se encuentran en el gobierno contra los medios de comunicación, a quienes siempre acusan de presentar un cuadro demasiado pesimista de su gestión. Tuve ocasión de verlo en España con los gobiernos de la UCD, el PSOE y el PP, también lo pude ver en Irlanda con gobiernos del Fianna Fáil y el Partido Laborista, y lo he visto aquí en los EEUU tanto con los demócratas como con los republicanos. Ensimismados como están en su quehacer político diario, los gobernantes no parecen aceptar una visión que no sea laudatoria de su gestión. Quizá se trate del apego al poder del que tanto nos advirtieran los pensadores clásicos, o tal vez no sea sino una reacción humana de lo más normal (después de todo, ¿a qué padre le gusta que le presenten las facetas negativas de su labor, o a qué esposo o esposa le agrada que su pareja haga lo mismo?). Sea como fuere, la Administración Bush lleva ya unos meses repitiendo el mantra de que los medios de comunicación estadounidenses están empeñados en presentar únicamente los aspectos negativos de la ocupación de Irak. ¿Pero qué hay de verdad en estas acusaciones? Vayamos por partes. Es cierto que el panorama comunicativo estadounidense destaca por la ausencia de un diario conservadors serio, al estilo del ABC español, Le Figaro francés o The Times británico, entre otros. Es bien posible que The Wall Street Journal sea la única excepción que confirma la regla, y aun en ese caso se trata de un periódico especializado en negocios que no pretende atraer al lector medio. Así pues, la influencia claramente conservadora en los medios de comunicación se ha limitado prácticamente a la radio y últimamente, con el ascenso casi meteórico de Fox News, a la televisión. Asimismo, tampoco es menos cierto que la prensa general estadounidense (The New York Times, The Washington Post, Los Angeles Times, Chicago Tribune, Newsweek, Time...) ha mantenido una actitud cuando menos escéptica ante la política exterior del Presidente Bush en sus artículos de opinión, y abiertamente hostil e incluso agresiva en las viñetas humorísticas. Ahora bien, de lo que se protesta desde dentro de la Administración Bush es de las noticias como tal, y esto sí que me parece rallano en el infantilismo. De alguna forma, se pretende que los medios de comunicación no presten tanta atención a los atentados de la guerrilla de oposición y que vuelvan su mirada hacia los "aspectos positivos" de la labor estadounidense de ocupación. Eso sí, cuando se pregunta a qué "aspectos positivos" se refieren, la respuesta suele ser la reconstrucción de escuelas y hospitales, por ejemplo. ¿Pero es que alguien puede imaginarse las noticias de la noche abriendo el programa con "20 marines reconstruyen una escuela en Tikrit"? Seamos sinceros, ¿cuándo se ha visto esto? ¿En qué otra guerra se ha visto que los medios de comunicación abran las noticias de esta forma? De hecho, ¿no es menos cierto que cuando vemos al País Vasco, Irlanda o al Oriente Medio en las noticias de la televisión o en la primera página de los periódicos es debido precisamente a algún atentado terrorista, y no a que los partidarios de tal o cual bando hayan puesto en pie una maravillosa residencia de atención a los ancianos? Sencillamente, ese tipo de historias puede verse (y de hecho se ve) en un reportaje algo más amplio sobre la vida cotidiana en Irak, pero no en las noticias diarias. Así es, y así ha sido siempre, bajo los demócratas o los republicanos.

[Sat Nov 8 09:16:09 CST 2003]

Por desgracia, no sucede a menudo que uno oiga de una creación artística auténticamente original. No me refiero, por supuesto, a esas obras sin propósito ni esfuerzo de las que se lee de cuando en cuando en la prensa debido al escándalo que generan. Es una pena, pero casi pareciera que en este postmoderno mundo del espectáculo no fuera posible la creatividad. Todo se reduce a una repetición de antiguas ideas o a una anárquica mescolanza de estilos que pretende pasar por mestiza y cosmopolita. Pues bien, precisamente en este deprimente contexto un grupo teatral catalán ha tenido la entereza de hacer una apuesta creativa totalmente nueva. La Fura dels Baus acaba de presentar su barco Naumon, con el que pretenden recorrer el Mediterráneo durante los próximos cuatro años creando un "espacio nómada de creación e intercambio". La idea es navegar por el Mediterráneo con este barco especialmente construído por unos astilleros gallegos para representar cuatro espectáculos distintos que el grupo irá desarrollando con el paso del tiempo: La Creación, Migraciones, La Memoria y La Divinidad. Carlos Pradissa, miembro de La Fura lo explica mucho mejor:

Haremos casting por todo el mundo para reunir actores de todas las riberas del Mediterráneo y de cualquier parte del mundo y durante el día, el barco estará abierto a la gente que quiera visitarlo y que se encontrará con exposiciones y con trailers de los mejores espectáculos de la Fura. (...) Este barco nace con idea de continuidad, con la idea de que se convierta en un referente, como lo es el Rainbow Warrior de Greenpeace o el Calypso del doctor Cousteau. Y será un barco comprometido con lo que está pasando porque, aparte de ofrecer espectáculos, también será un espacio para relacionarnos con otros creativos.

Como decía, la idea me parece original y creativa, pero no en el sentido de ocasionar polémica, sino más bien en el sentido positivo de generar diálogo y hacernos plantear preguntas acerca de la vigencia política, social y cultural del área mediterránea. Nos hace falta menos pose subversiva y más trabajo constante como el que lleva realizando La Fura durante veinticinco años.

[Fri Nov 7 21:02:04 CST 2003]

Ya escribí durante la guerra que en todo conflicto bélico ambos bandos manipulan y distorsionan la realidad, poniendo las noticias al servicio de sus respectivas campañas militares. Pues bien, hoy se publica que Jessica Lynch ha declarado a la cadena de noticias estadounidense ABC que se siente manipulada por las autoridades de su país. A pesar de que no disparara un sólo tiro, aquí en los EEUU se la presentó como la heroína de la guerra de Irak. La verdad es que es una pena, pero cuando se trata de intereses políticos en tiempos de guerra, todos los gobiernos son culpables de tergiversación y, como en este caso, de sucia manipulación de las vidas humanas con fines propagandísticos. Una vez acabada la guerra, y con el paso de los años, poca gente se acordará ya de "la heroína de Irak", pero nuevas vidas vendrán a sustituir a Jessica en el altar de los sacrificios patrios. Mientras tanto, resulta que ni los iraquíes la violaron, ni fue salvajemente apuñalada, ni resistió heroicamente el ataque enemigo, ni fue rescatada en una valerosa y arriesgada operación especial. ¿Qué queda pues? ¿Y qué importa que la historia no fuera cierta si vino a llenar un vacío en la conciencia pública de los ciudadanos estadounidenses, sedientos de heroísmo del bueno, de trepidantes escenas de rescate como las que ven en televisión? Lo peor de todo es que, cuando los tambores de guerra vuelvan a sonar dentro de un tiempo, no habremos aprendido de los errores propios y nos dejaremos engañar nuevamente por el patrioterismo papanatas del departamento de marketing gubernamental.

[Thu Nov 6 20:41:20 CST 2003]

La revista británica Prospect publica una interesante entrevista ficticia con Karl Marx. Casi pareciera que, desde la caída del muro de Berlín, no tenemos absolutamente nada que aprender de Marx, a pesar de que durante unas cuantas décadas se cayera en el error contrario y se le llegara a adorar casi como a un dios. Esta entrevista nos deja entrever la cara más académitca del filósofo alemán y, en cierto modo, le permite defenderse del olvido y la ignominia. El texto nos presenta un Karl Marx que respeta los logros de pensadores y científicos burgueses como Charles Darwin, David Ricardo o Adam Smith, al tiempo que nos recuerda que su énfasis en los elementos económicos como motor de la Historia se ha probado cierto al fin y al cabo, al menos si tenemos en cuenta que nuestra sociedad contemporánea, tan anti-marxista en apariencia, ha asimilado el concepto por completo. Pero se puede ir más lejos y, como el Marx de la entrevista nos recuerda, sus estudios también predijeron lo que hoy preferimos llamar "globalización" en lugar de "capitalismo mundial" pero que no por ello deja de referirse a la misma realidad. De la misma manera, se nos recuerda que el progresivo empobrecimiento de las masas obreras sólo se paró precisamente gracias a las luchas sindicalistas y el activismo político socialista, y que las naciones menos desarrolladas no han alcanzado ni con mucho el mismo nivel de protección social que vemos en nuestras sociedades avanzadas. Esto no quiere decir, sin embargo, que el capitalismo haya solventado sus contradicciones internas:

The socialist struggle presents an unavoidable contradiction. We need to fight for reforms but each gain saps the revolutionary will of the workers. Strong workers extract real improvements. Weak ones starve. You don't seriously think that the bourgeoisie would have conceded the eight-hour day, paid holidays, old age pensions, a free health service, education for all, and national insurance in a paroxysm of philanthropy? To get these things it was necessary to strike not at the heart of the capitalists but at their profit. You don't imagine that capital goes to Thailand, Taiwan, Bangladesh or Brazil hoping to find well-organised workers, conscious of their rights and able to secure high wages? The conditions of life achieved by workers in the west cannot be writ large over the entire planet. Capitalism can be global -as I explained a long time ago when capital was but a gleam in a vast worldwide bog dominated by petty commodity production and peasants. But can everything else go global? Swedish social democracy? Or the lifestyle reached by many American workers? Even the Catholics know that they can't all be popes. Will one day the 1.3bn Chinese and the 1bn Indians go to work driving their own cars powered by cheap petrol? And return home to air-conditioned rooms? And in the morning spray their armpits (4.6bn of them!) with deodorant without hearing the deafening sound of the ozone layer cracking? Are there no limits to growth?

El texto merece ciertamente la pena. Aún tiene muchos otros puntos válidos que deberían hacernos reflexionar, como cuando el Marx ficticio se defiende de los ataques que pretenden convertirle en cómplice intelectual de los crímenes leninistas:

The Russian revolution was not a socialist revolution waged against a capitalist state. It was a revolution against a semi-feudal autocracy. It was about the construction of modern industry, modern society. Industrial revolutions always occur at great cost whether led by communists or pukka bourgeois. Your modern political accountants, as they scavenge through history to make the case for the prosecution, have they totted up the deaths caused by colonialism, and capitalism? Have they added up all the Africans who died in slavery on their way to America? All the American Indians massacred? All the dead of capitalist civil wars? All those killed by the diseases caused by modern industry? All the dead of the two world wars? Of course Stalin and co were criminals. But do you think that Russia would have become a modern industrial power by democratic, peaceful means? Which road to industrialisation has been victimless, and undertaken under a benign system of civil liberties and human rights? Japan? Korea? Taiwan? Germany? Italy? France? Britain and its empire? What were the alternatives to Lenin and Stalin and the red terror? Little Red Riding Hood? The alternative would have been some Cossack-backed antisemitic dictator as cruel and paranoid as Stalin (or Trotsky; frankly I have no preference), far more corrupt and far less efficient.

Preguntas duras, sin duda, pero que debemos plantearnos con sinceridad. El que esté libre de culpa, que tire la primera piedra. Finalmente, se nos plantean unas preocupantes reflexiones con respecto a la guerra contra el terrorismo iniciada por George W. Bush:

It is absurd to think that a capitalist world should not encounter some form of resistance. The communists and socialists offered a rational, modern, sensible opposition. They shared many of the values of their liberal opponents: basic rights, the idea of popular democracy, the emancipation of women, a distaste for organised religion. But once the communists and the socialists were wiped out what do you expect? The triumph of rational thought? Of course not. The political vacuum was filled by fanatical fundamentalists, religious bigots, crazed mullahs. You wipe out the communists in Iran and the Ayatollah comes in. You do the same in Iraq, you get Saddam Hussein. The USSR falls and Osama bin Laden arises.

En otras palabras, la caída del muro no trajo el final de la Historia que teorizara Fukuyama, sino más bien la locura colectiva del fundamentalismo islámico y los ataques suicidas. Una vez muerto el espejismo comunista, las masas árabes no se han entregado en cuerpo y alma a la democracia liberal de corte occidental, sino que más bien han preferido lanzarse tras los iluminados profetas del apocalipsis. ¿Quién se atrevería a llamar a esto progreso?

Lo único que echo de menos en el artículo es un poco de autocrítica. El Marx ficticio se defiende asegurando que:

I had followers I neither chose nor sought, and for whom I have no more responsibility than Jesus had for Torquemada or Muhammad for Osama bin Laden. Self-appointed followers are the price of success.

Cierto, no podemos culpar a Marx de los crímenes cometidos por sus seguidores, de la misma forma que no podemos apuntar el dedo acusador contra Jesucristo o Mahoma... ¿o tal vez si podamos? Al fin y al cabo, es bien difícil explicar la intolerancia de Torquemada o bin Laden sin el monoteísmo dogmático y el mesianismo purificador de los profetas en quienes se inspiraron ambos. Asimismo, cuesta trabajo entender el iluminismo de la vanguardia revolucionaria y las purgas estalinistas sin los cimientos de una filosofía como la marxista que se empeñó en desterrar al individuo, al ser humano de carne y hueso, de la historia. Es bien posible que, muy a su pesar, Karl Marx guarde más responsabilidades de las que quiere reconocer en los desastrosos efectos del comunismo durante el siglo XX.

[Sun Nov 2 20:41:02 CST 2003]

Si hace un par de semanas murió Vázquez-Montalbán, ahora acaba de fallecer Fernado Vizcaíno Casas. Hemos pasado de un extremo al otro del espectro ideológico en tan sólo quince días. Mucho me temo que será recordado por sus posiciones bastante desfasadas y su actitud polémica, más que por su obra. Seamos sinceros, tampoco es que se trate de una de las cimas de la literatura española, pero eso no quita para que uno reconozca que se le ha subestimado durante décadas debido a sus ideas. De hecho, lo más probable es que se le recuerde como el autor del nostálgico Y al tercer año resucitó, a pesar de que fuera el autor de una vastísima obra que abarcaba tanto artículos periodósticos como novelas u obras teatrales. Y, al fin y al cabo, se trata de uno de los autores españoles más vendidos, por lo que cuesta trabajo entender que se le ignorara tanto en los medios de comunicación al mismo tiempo que no faltaban reseñas sobre éste o aquél best-seller, a no ser que recurra uno a las motivaciones ideológicas para silenciar o ignorar a un escritor que siempre resultó incómodo. Francisco Umbral niega la acusación en su Diccionario de Literatura, publicado en 1995:

Vizcaíno sólo cuenta lo bueno del reinado de Franco, es un cronista parcial, y por eso no se ocupan de él los críticos, y no por el estilo o la prosa, como dicen algunos. Más de derechas era Foxá, y ahí le tienen con Madrid de corte a cheka.
Cronista parcial, sí, como tantos otros autores de obras del montón que venden mucho menos y, a pesar de todo, pueden ver cómo los medios publican críticas de sus libros. Si un libro es parcial, se menciona en la crítica, que para eso está.

Yo, como tanta otra gente, no conocí otra cosa de Vizcaíno Casas que Y al tercer año resucitó, que no tuve ocasión de hojear hasta ya bien entrado el año 1982. Uno de mis amigos en la escuela privada sevillana a la que acudía me lo prestó para que le echara un vistazo durante las largas horas entre las clases de la mañana y las de la tarde (como en muchas otras escuelas de pago sevillanas allá a principios de los ochenta la mía también estaba repleta de conservadores y, sobre todo, fascistas y falangistas que casi veían a Vizcaíno Casas como un héroe). Para decir la verdad, el libro no me pareció gran cosa, y lo leí en dos o tres días. No sólo me pareció simplón, nostálgico y reaccionario, sino que ni siquiera su estilo literario me impresionó sobremanera. No obstante, y como venía indicando anteriormente, no sería completamente justo el catalogar al autor como un fascista más del montón, como él mismo clarificó en algunas ocasiones:

La derecha es una actitud civilizada y la derechona es igual de radical que la izquierdona. Y como todo extremismo, reprobable.

Lo que nunca se le perdonó a Vizcaíno Casas fue el que no se lo pensara dos veces al alabar al régimen franquista por ciertas cosas como el desarrollo económico con la consiguiente expansión de las clases medias, la construcción de infraestructuras, el haber traído décadas de estabilidad a un país que se había llevado siglos en casi permanente disputa... Supongo que aún tendremos que esperar unos cuantos años para poder volver la mirada sin ira hacia esos años que, sin lugar a dudas, tuvieron su carga de autoritarismo, ejecuciones, torturas y conservadurismo reaccionario, pero que también puso las bases para la España moderna y democrática que todos conocemos hoy en día.

[Sat Nov 1 21:47:26 CST 2003]

Esta noche estuve viendo el canal de televisión Boomerang, especializado en la reposición de los dibujos animados de antaño: viejas versiones de Tom y Jerry, Los Picapiedra, El Correcaminos, etc. En un momento determinado, mientras veíamos un episodio de Los Jetsons que salió a la luz en 1965, me di cuenta de la enorme carga sexista que contenía de forma implícita. Cansada de usar el transporte público, Jane Jetson decide sacarse el carnet de conducir y comienza a tomar clases de conducción. Hasta este punto, todo suena bastante normal, si no fuera por la cantidad de comentarios que hacen los distintos personajes (su esposo, George, el instructor...) acerca del mismísimo hecho de que las mujeres quieran conducir, por no hablar de cómo se presentaba la imagen de una mujer medio estúpida e incapaz de entender los conceptos más básicos del acto de conducir. Que conste que nunca he estado a favor de la autocensura o lo políticamente correcto, pero lo cierto es que me incomodó algo el hecho de que mi hija estuviera viendo el episodio con nosotros, o que mis hijos fueran expuestos a ese tipo de chistes sobre la aparente idiocia innata de las mujeres para conducir o entender las herramientas. Como con casi todo, hay que tener mucho cuidado de no caer en un extremismo contraproducente, pero el mero hecho de prestarle atención al lenguaje o las ideas implícitamente discriminatorias en nuestra vida cotidiana o en los medios de comunicación no me parece equivocado a priori.

[Sat Nov 1 16:38:36 CST 2003]

El Cultural publica una entrevista con Les Luthiers, quienes están a punto de comenzar una gira por España. No tuve ocasión de oír a estos artistas hasta que un primo mío me prestó un par de cintas de uno de sus LPs allá a mediados de los años ochenta, y quedé automáticamente prendado. Se trata de un humor ingenioso, elegante, inocente al fin y al cabo, que mezcla números musicales entre chiste y chiste en lo que resulta ser un estilo bastante original. La entrevista con dos de los miembros de Les Luthiers (Jorge Maronna y Daniel Rabinovich) recoge algunos momentos que dan buena idea de qué va al grupo:

Periodista: El espectáculo se estrenó en Buenos Aires en 1999, cuando todavía la crisis no había estallado.
Daniel Rabinovich: Disculpe, Señora periodista... en Argentina la crisis no tiene comienzo y mucho menos fin.
(...)
Periodista: Cuando lucían melenas, sus espectáculos duraban un año, luego los giraban dos. Más tarde, con el cabello cano o recortado, tres años y ahora cuatro. ¿Qué relación hay entre la duración de sus espectáculos y el decrecimiento de sus cabellos?
Jorge Maronna: Nuestros espectáculos durarán eternamente el día en que reluzcan nuestros cráneos.

[Sat Nov 1 16:14:54 CST 2003]

Nunca me preocupó mucho el problema de la traducción. De hecho, jamás sentí atracción alguna por la asignatura de idioma cuando atendía la escuela primaria o secundaria. ¿Quién me iba a decir entonces que, paradojas de la vida, acabaría viviendo en un país de habla extranjera? Ni que decir tiene que mi conciencia de las dificultades de la traducción se incrementó durante los años que pasé en Irlanda y, más aún si cabe, ahora que llevo ya poco más de ocho años viviendo en los EEUU. Digo todo esto a raíz de una entrevista que leo con el editor Mario Muchnik, quien se dispone a publicar una nueva traducción de Guerra y Paz , clásico donde los haya. Hace falta valor para sentarse a traducir nuevamente una obra de Tolstoy, sobre todo cuando la traducción previa (en este caso la realizada por José Laín Entralgo y Francisco José Alcántara, publicada allá por 1979 por Argos Vergara y después reeditada por Planeta en 1998) ha sido también elevada casi al mismo rango de clásico que ocupa la obra como tal. Pese a todo, la nueva traductora, Lydia Kúper, está convencida de que las traducciones anteriores contenían errores de peso que justifican su tarea. Por mi parte, todo esto no hace sino consolidarme en la convicción que ya tenía de que uno ha de esforzarse en leer las grandes obras en su lengua original cuando sea posible y, cuando no lo sea, en la lengua nativa de uno. Hay ocasiones en las que me pregunto si sería excesivamente complicado el aprender a leer en lenguas como el portugués, el italiano o el francés. Me lo planteo, por supuesto, de una forma modesta, sin ni tan siquiera soñar con que algún día sea capaz de expresarme en esas lenguas o entablar una conversación. Me parece, no obstante, que el mero hecho de poder leer a ciertos autores en su lengua original merecería la pena.

[Sat Nov 1 16:01:26 CST 2003]

No estoy seguro de cómo sentará entre las filas de la izquierda dura española, pero el cantautor cubano Pablo Milanés se descolgó hoy con unas fuertes críticas a Fidel Castro en la radio colombiana. La verdad es que no puedo recordar que Milanés haya hecho jamás unas declaraciones tan duras respecto al régimen cubano:

En Cuba hay errores que tenemos derecho a criticar (...) pero cuando uno lo hace se siente solitario. Hay miedo y tensión y es absurdo, porque no se puede seguir siendo revolucionario y teniendo ideas estalinistas de presiones sobre el pensamiento y la libertad. (...) A Fidel le critico la falta de libertad de expresión porque hay tantas cosas bonitas aseguradas por la revolución que, cuando ves que es capaz de encarcelar a un agente durante 20 años porque habló dos o tres mierdas, no lo concibes.

Poca gente que tenga un mínimo conocimiento de las circunstancias en otros países de la región puede poner en duda que el régimen comunista cubano ha tenido sus éxitos en los campos de la sanidad y la educación, pero el fin no justifica los medios. Tres cuartos de lo mismo puede decirse de la Rusia soviética, la España franquista, el Chile de Pinochet o la China comunista y, sin embargo, existe un amplio consenso aceptando que la mejora de las condiciones materiales no es excusa para justificar la opresión política. Parece inverosímil que quienes tanto gritan contra la opresión fascista mantengan la boca bien cerrada cuando se trata de dictaduras izquierdistas. Esperemos que las palabras de Milanés, tan respetado en los ambientes progresistas de habla española, sean el preludio de un cambio de tendencia respecto a las actitudes hacia la dictadura de Fidel, aunque tengo poca fe en que eso suceda. Los hábitos son difíciles de cambiar.

[Sat Nov 1 08:15:06 CST 2003]

El artista Santiago Sierra ha escondido a 100 desempleados para la galería Helga de Alvear en Madrid. Se trata de una más de sus acciones artísticas, en las que en lugar de ofrecernos una obra estática y terminada Sierra contrata a individuos para que hagan algo. En este caso, los desempleados, buena parte de ellos inmigrantes ilegales procedentes de Latinoamérica, se limitaron a hacer simplemente nada durante unas cuatro horas. Ni que decir tiene que hay bastante gente ahí fuera preguntándose hasta qué punto esto puede considerarse arte. La respuesta parece difícil, pues nunca ha estado nada claro qué sea el arte. Por supuesto, no falta quien apunta a las obras maestras del pasado y apunta un dedo acusador a la escena del arte contemporáneo subrayando la disparidad de intenciones, técnicas y calidad última de las obras, pero me parece un poco injusto. Cierto, obras como las de Sierra no tienen ni por asomo la calidad y perdurabilidad que pueda tener un cuadro de El Greco o Goya, pero éso no quiere decir que deje de ser arte. Creo que hay que diferenciar entre arte en general (o formas artísticas) y obras maestras. Sucede lo mismo con la literatura: ciertamente, no parece sensato equiparar la calidad literaria de una novela barata del Oeste con El Quijote; sin embargo, ello no quita para que ambas sean formas artísticas. En cualquier etapa de la Historia de la Humanidad ha habido cientos de miles, quizás millones, de obras de arte. Sin embargo, tan sólo unas cuantas han sobrevivido como expresiones de las preocupaciones fundamentalmente humanas, y ésas son precisamente las que alcanzan el estatus de obras maestras.

Mucho más interesante me parece el reflexionar sobre por qué estamos asistiendo desde la segunda mitad del siglo XX a esta expansión imparable de obras de arte expirables. Hubo un tiempo, allá durante la Edad Media o a comienzos de la época romántica, en que el artista concebía la obra de arte como un medio para extender sus creencias o sus sentimientos hacia la eternidad. En otras palabras, la idea de crear algo cuyo mero objetivo era ser consumido y tirado al cubo de la basura era impensable. De hecho, no sólo las obras de arte, pero también los instrumentos más cotidianos se fabricaban con enorme esmero y con la vista puesta en el largo plazo. Ni que decir tiene que las cosas han cambiado sobremanera desde los años cincuenta o sesenta. Vivimos en una sociedad de consumo donde ya casi nada se construye o fabrica para ser perdurable, sino para ser consumido inmediatamente y después ser desechado de la forma más conveniente posible. El mismo Santiago Sierra no se molesta en negarlo, como escribe el autor de la noticia:

Desde luego, aquél que acudiera a las ocho de la tarde a la galería Helga de Alvear y no encontrara nada, excepto grupitos de personas ociosas conversando sobre sus cosas, sobre tal o cual artista, o sobre tal o cual galería, pensaría que le habían tomado el pelo. Claro, que los que estaban acudieron a hacer bulto, a crear ambiente, a alimentar el mercado actual del arte, basado en la apariencia en gran parte.

El propio Sierra lo reconoce al definir su concepto de arte. Entiende el arte como un "lujo", como una "mercancía" destinada a un "mercado de lujo". Admite sin tapujos que lo que él hace forma parte del mercado, que es una mercancía por la que una galería obtiene un beneficio, y que el galerista le paga porque su idea atrae a determinada gente a la galería. Esta descripción entronca directamente con la publicidad, con lo que surge inevitable una pregunta: ¿Son las supuestas expresiones artísticas de hoy una forma de publicitar determinados negocios, las galerías?

El arte como pose, como puro objeto de compraventa en nuestras acomodadas sociedades de consumo. A nadie debería sorprender que se haya producido esta evolución en una sociedad que dejó los valores en la cuneta de la historia y los sustituyó por el todopoderoso interés del capital. Mis palabras pueden sonar revolucionarias, pero cualquiera que me conozca también sabrá que me encuentro bien lejos de posiciones marxistoides. Se trata, al fin y al cabo, de un análisis que seguramente compartirían muchos conservadores.