Cuaderno de Bitácora |
[ Main ] [ Home ] [ Work ] [ Code ] [ Rants ] [ Readings ] [ Links ] |
[2024] [2023] [2022] [2021] [2020] [2019] [2018] [2017] [2016] [2015] [2014] [2013] [2012] [2011] [2010] [2009] [2008] [2007] [2006] [2005] [2004] [2003] Diciembre Noviembre Octubre Septiembre Agosto Julio Junio Mayo Abril Marzo Febrero Enero [2002] |
[Sun Jul 27 20:02:09 CDT 2003]Hace ya varios días que las autoridades estadounidenses publicaron las fotografías de los cadáveres de Uday y Qusay Hussein. Para decir la verdad, las explicaciones oficiales acerca de por qué han creído conveniente hacerlas públicas me parecen lógicas y convincentes. No obstante, resulta algo cómico ver esforzándose en justificar la decisión que acaban de tomar ahora a los mismos personajes que hace tan sólo unos meses despotricaban contra el "comportamiento inmoral" del canal de televisión Al Yazira al mostrar imágenes de soldados estadounidenses muertos o el incumplimiento de la Convención de Ginebra por las autoridades iraquíes al hacer públicas imágenes de prisioneros de guerra. Y, por cierto, que aún mucho más cómico me parece el Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, al defenderse afirmando que "when it comes to moral issues, it is never a question of black or white". Se trata, por supuesto, del mismo tipo que precisamente se empeña en reducirlo todo a blanco y negro cuando le conviene. En otras palabras, cuando se trata del oponente, nada hay más cómodo que la "claridad moral". Eso sí, cuando se trata de aplicarse el cuento uno mismo.. en fin, que las cosas son mucho más complicadas de lo que parecen. Hace tiempo que no veía tamaña desvergüenza política. [Sun Jul 20 09:33:17 CDT 2003]Hace unos días escribí sobre del libro de Jon Krakauer donde reflexionaba acerca de los peligros del dogmatismo religioso a raíz de un asesinato cometido por un seguidor de la Iglesia mormona. Pues bien, el diario local Star Tribune publica hoy una crítica de dos libros sobre el dogmatismo mormón, uno de ellos precisamente el de Krakauer. Sin embargo, lo que me llama la atención es el hecho de que el incidente sobre el que se basa el otro libro (American Massacre, de Sally Denton) es incluso más sangriento si cabe. Al parecer, allá por 1857 una masa de colonos mormones masacraron a unos 200 granjeros de Arkansas que pasaban por el territorio de Utah. Más importante me parecen incluso las menciones a otros hechos singulares, como el hecho de que el fundador de la religión mormona llegó a organizar un auténtico ejército que contaba con aproximadamente un cuarto del número total de soldados del ejército federal de los EEUU, o que la milicia mormona a mediados del siglo XIX ponían en práctica un ritual llamado "blood atonement" en el que caritativamente degollaban a sus víctimas para proporcionarles la "salvación eterna". Asimismo, en lo que recuerda peligrosamente al concepto islámico de Yihad, los mormones de entonces también creían en la virtud de asesinar a los no creyentes como forma de ganarse la salvación. Por desgracia, la sociedad estadounidense se encuentra demasiado ensimismada estos días en el peligro islámico como para darse cuenta de que este tipo de fundamentalismo no es propiedad de una u otra religión determinada, sino más bien la consecuencia directa de una actitud dogmática a la que, desafortunadamente, casi todas las religiones son demasiado proclives. Cualquier creencia en lo absoluto contiene dentro de sí las semillas del dogmatismo criminal, por mucho que una sociedad tan entregada a evitar el "relativismo moral" como la estadounidense no sea capaz de mostrar el más mínimo grado de sano escepticismo como para darse cuenta de ello. Las críticas al secularismo humanista que oigo una y otra vez en los medios de comunicación por acá me parecen bastante preocupantes, por cuanto no recuerdo un solo caso de sociedad que se haya entregado a la masacre de otros seres humanos basándose en las ideas del humanismo secular, mientras que se pueden contar en exceso de varios cientos los casos donde una firme convicción religiosa ha conducido precisamente a eso. [Sat Jul 19 20:38:19 CDT 2003]Miquel Roca publica hoy un artículo en La Vanguardia donde clarifica los conceptos de diferencia y división. De hecho, parte de un reciente discurso de Bill Clinton en Gran Bretaña donde el ex-Presidente estadounidense desarrolló la tesis de que desde los planteamientos de la derecha no se puede aceptar la diferencia sin al mismo tiempo causar división. En palabras explicatorias de Roca, No se trata de aceptar la diferencia como elemento enriquecedor de la unidad, sino de denunciarla como causa de la división de aquella unidad. Mejor el enfrentamiento que la integración, sería el mensaje de esta actitud reaccionaria. Aclara Roca que esta misma actitud puede verse a menudo en la izquierda también, pero que en todo caso la tesis es interesante por lo que tiene de apuesta por una concepción integradora de la diferencia dentro de una unidad mayor. En otras palabras, Clinton parece proponer una interpretación enriquecedora de la diferencia, más que un inútil empeño en borrarlas de nuestras existencias como si no existieran. En este sentido, me parece que merecería la pena explorar la senda de un nuevo consenso que base las estructuras políticas en los conceptos universales defendidos por los pensadores ilustrados (conceptos que, al fin y al cabo, se encuentran en las bases mismas de la tradición democrática occidental), pero sin por ello renunciar a la diferenciación en la vida cotidiana, así como en las esferas social y cultural. Dicho consenso, me parece, debe encontrarse en los mismísimos fundamentos de una democracia avanzada en el siglo XXI, y es precisamente el motivo por el que me siento tan esperanzado acerca de la potencialidad de la Unión Europea pues el proceso de integración europeo no es sino una expresión de ese consenso del que hablo. [Sat Jul 19 20:17:50 CDT 2003El nuevo Presidente brasileño, Lula, parece dispuesto a relanzar la idea de un mercado común sudamericano. El Mercosur, que de momento incluiría a Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, podría extenderse bien pronto a Chile y, de ahí, a otras naciones sudamericanas. No sólo me parece que Lula está tomando el liderato de Latinoamérica con esta política de relanzamiento de un mercado único, sino que además me da la impresión de que los EEUU son los que más tienen que perder si la apuesta acaba por funcionar. Después de todo, no hace mucho que Chile y Argentina tenían la esperanza de que tarde o temprano la NAFTA se extendiera desde Alaska a la Tierra del Fuego. Hoy, por el contrario, vemos aquellas esperanzas de antaño como una muestra más de la ingenuidad de estos países. La verdad sea dicha, pese a toda su retórica, la clase dirigente estadounidense ha fracasado estrepitosamente durante varias décadas en proporcionar liderazgo alguno a los vecinos del sur del Río Grande con la excepción de México. Si en la Europa de los años setenta, naciones como Alemania o Francia tuvieron la grandeza moral de mostrarse dispuestas a integrar a la Europa mediterránea en la Comunidad Europea a pesar de todos los riesgos, los EEUU no han mostrado sino miopía al ignorar e incluso despechar a todos los países latinoamericanos, quizás con la excepción de México, y en este caso no por elección propia ni mucho menos sino debido a la porosidad de su frontera sur y el volumen de inmigración ilegal llegado de allá. O mucho me equivoco, o nos encaminamos hacia un mundo donde el hemisferio occidental se va a ver dividido entre el bloque económico de la Unión Europea con un peso específico tanto político como social de creciente importancia, un bloque comercial latinoamericano inspirado por los éxitos de la UE, y finalmente el bloque NAFTA con Canadá, EEUU y México que, a pesar de ser hispanohablante, se verá integrado junto a su vecino del norte debido a especificidades económicas. En este contexto, creo que quien más tiene que perder es precisamente EEUU, debido a la merma de su poder político y su papel en el escenario internacional al tiempo que ve crecer la competencia en el frente económico y comercial. Para colmo, si la UE sabe jugar sus cartas con inteligencia, puede llegar a construir unas relaciones amistosas con el Mercosur que redunden en beneficio mutuo al tiempo que socave el poderío económico estadounidense. Y, de momento, tanto Brasil como Argentina parecen estar encontrando más apoyo financiero y político en las capitales europeas (sobre todo en Madrid, y gracias al apoyo español) que en Washington, donde se les mira con desconfianza y un arrogante desprecio que les puede terminar costando bien caro a los prebostes de Washington, al menos a largo plazo. [Fri Jul 18 20:41:43 CDT 2003]El Cultural publica una entrevista con el director de cine Peter Greenaway en la que manifiesta su convicción de que el cine está muerto, al menos en lo que hace al lenguage. Y lo cierto es que sus argumentos son contundentes: El cine está muerto, lleva al menos veinte años muerto. La última película medianamente interesante que vi fue "Terciopelo azul", de David Lynch. Todo el cine arrastra una enorme dependencia del texto, ha nacido de él, y creo que hay que liberarlo de la esclavitud narrativa. Siento que el cine está ahora en un punto de tensión muy positivo para desprenderse de la pura representación de la novela del siglo XIX, que es en lo que se ha quedado. Al fin y al cabo sólo son 105 años de historia, y ahora es un buen momento para explorar el potencial de las nuevas tecnologías y crear nuevos lenguajes. En cierto sentido, el prólogo de la historia del cine est´ llegando a su fin, y ahora es cuando realmente comienza la gran historia del cine. (...) Eisenstein es un artista comparable a Beethoven o Velázquez, y él fue quien realmente creó un lenguaje cinematográfico que es la cuna del cine. Luego Orson Welles profundizó en él y lo llevó a sus cotas más altas. Más tarde, Godard lo destrozó todo, de un modo autoconsciente, y todavía estamos recogiendo los fragmentos. Como todo movimiento estético, ha durado un siglo, con sus tres generaciones: el abuelo, que lo creó y organizó todo; el padre, que básicamente lo consolidó y perfeccionó; y el hijo, que deshizo todo lo existente. Es un patrón humano. Al fin y al cabo, hay que aceptar que el cine es ya una tecnología muerta. En líneas generales, el director de obras como Los libros de Próspero o The Pillow Book se queja de que el lenguage cinematográfico terminara por adoptar las características narrativas y lineales de la novela del siglo XIX, en lugar de crear un nuevo y más rico estilo de comunicación. En este sentido, incluso afirma sentir más respeto por la televisión que por el cine actual, puesto que al menos en la pequeña pantalla se observa mucho más dinamismo, creatividad y originalidad. De hecho, no queda más remedio que estar de acuerdo con el cineasta galés que la mayor parte de las películas hoy en día no hacen sino transportar a la pantalla el estilo narrativo de la novela y, dentro del género novelístico, precisamente parece haberse impuesto el estilo más soso, falto de creatividad y estereotípico: las historias de acción, el género policíaco más ramplón (que no el del buen cine negro de los años cuarenta y cincuenta), las aventuras de héroes de cartón piedra... El único problema que tengo con Peter Greenaway es que no estoy seguro del todo de que el lenguage no linear y rompedor que usa pueda jamás conectar con el espectador medio, por lo que quizás se vea condenado a un cierto elitismo algo cínico y desilusionado. [Thu Jul 17 13:41:40 CDT 2003]Me acabo de enterar de que el Papa Juan Pablo II ha publicado un libro de poemas. La verdad es que no tengo ni idea de cuántos papas han sido aficionados a la escritura de poesía o novelas, pero me parece interesante. Por lo que leo, Tríptico Romano, pues así se titula la obra, contiene una buena colección de versos de contenido fundamentalmente filosóficos o teológicos, y el tono resulta demasiado seco como para que pueda compararse con Dante o San Juan de la Cruz. No obstante, como vengo diciendo, me parece digno de mención que un Papa publique algo así. A pesar de mis profundos desacuerdos filosóficos con el Papa Juan Pablo II a menudo he leído con atención sus escritos, donde siempre he encontrado posiciones serias, íntegras y estudiadas. [Thu Jul 17 12:57:29 CDT 2003]Continúan las divergencias acerca del envío de tropas españolas a Irak. Ahora, el PP ha rechazado abiertamente que Aznar explique en el Congreso de los Diputados el despliegue de los soldados. Asimismo, el PP se ha opuesto a que el Presidente se someta a una sesión de control donde se le pueda preguntar sobre los informes que hablaban de las armas de destrucción masiva con las que supuestamente contaba Sadam. Todo esto mientras Tony Blair ya ha tenido que dar cuenta en el Parlamento británico y George W. Bush está siendo acosado por la prensa estadounidense respecto a los mismos asuntos (el sistema presidencial de los EEUU de hecho garantiza que ni la Cámara de Representantes ni el Senado vayan a someter al Presidente al duro interrogatorio que tuvo que soportar Blair en su país). Como ya he dicho con anterioridad, la posición que está adoptando el Gobierno del PP me parece un insulto al modelo de democracia parlamentaria, sobre todo cuando al mismo tiempo se nos está anunciando que el Gobierno español ya ha invertido unos 65 millones de euros en Irak. Me parece inconcebible que se tomen estas medidas y el Presidente del Gobierno ni siquiera se digne a comparecer ante el Congreso de los Diputados a dar explicaciones, como debería suceder en cualquier democracia parlamentaria que se precie. Como de costumbre, las llamadas a la transparencia y la comunicación parecen limitarse a las etapas en las que uno se encuentra en la oposición. [Sun Jul 13 20:15:19 CDT 2003]El consejero vasco de Interior, Javier Balza, asegura en una entrevista con el diario Deia que no cree en el diálogo con ETA, sino más bien en la acción puramente policial, y he decir que aunque siempre he estado convencido de que la solución al conflicto vasco sólo podría llegar por la negociación, el razonamiento de Balza parece convincente. ¿Pero cuál es el truco que se esconde tras la manga, puede pensar más de uno? Y la verdad es que el consejero vasco no disimula tampoco sus críticas al Gobierno del PP: El centro de la política antiterrorista, hoy día, no debe situarse en un elemento de debilidad respecto a ETA, sino de respuesta policial a ETA, y el centro de gravedad debe estar en la política, que es lo que falla en estos momentos, para pactar elementos de lucha contra el terrorismo entre el resto de los partidos. Es decir, acción policial, sí, pero acompañada de una clara estrategia política de apertura hacia los sectores de la izquierda abertzale que les permita salvar la cara e integrarse de una vez en el sistema democrático. En este sentido, la ilegalización de Batasuna y subsecuentes organizaciones políticas herederas de la antigua HB no ayuda demasiado, como tampoco ayudan las bravuconadas a lo Bush que le gusta lanzar a Aznar de cuando en cuando. Seamos claros. Entre un diez y un quince por ciento de los vascos simpatizan con las posiciones de la izquierda nacionalista radical, y no se puede construir una solución sin contar con ellos. Quizás haya llegado el momento de negociar una salida al conflicto que también tenga en cuenta sus opiniones, si bien es cierto que para ello es necesario que sus líderes marquen las distancias con respecto a la insensata estrategia del terror que está llevando a cabo ETA. Y, todo hay que decirlo, el Gobierno del PP no ha hecho mucho para facilitarle la tarea a quienes intentan un acercamiento desde el seno de la izquierda abertzale. [Sun Jul 13 13:19:21 CDT 2003]Hace unos días que un amigo me envió el enlace a un artículo publicado por la BBC sobre los viejos clichés acerca de las diferentes nacionalidades europeas. Por lo que se dice, los consumidores europeos tienen mucho más en común de lo que pudiera parecer. Después de todo, no sólo se comparte la misma moneda, sino que también se suelen comprar los mismos productos, ver las mismas películas y seguir por los medios de comunicación los mismos eventos deportivos. Y, a pesar de todo, los estereotipos nacionales persisten: los españoles son perezosos y pasionales, los italianos no pueden hablar sin gesticular y son quizás hasta más pasionales que los españoles, los ingleses son clasistas y aburridos, los alemanes son agresivos, los franceses engreídos... en fin, nada nuevo. Lo que sí me parece más interesante es el pequeño comentario acerca de cómo antes de que existieran las nacionalidades los individuos también sentían la necesidad de creer en estereotipos, aunque en este caso basados en las creencias religiosas o el género. In the days when it was not possible to draw unflattering caricatures of those from other countries, because the nation state did not exist, Europeans had to be content with stereotyping those of another religion, or of the opposite sex. Jews, along with Muslims, tended to be portrayed as swarthy skinned souls sporting exaggerated features and menacing grimaces. Usually they were pictured stabbing Christ, or lambs. Women, for their part, had to contend with being typecast as nags or temptresses, hysterical or otherwise. Es decir, que parece haber una necesidad innata en usar estereotipos para entender la realidad. Al fin y al cabo, el ser humano es una criatura hecha a sus hábitos, y tampoco es fácil vivir en un escepticismo permanente como el que recomendaran los buenos pensadores ilustrados. Todos caemos, tarde o temprano, en la simplificación fácil que ayuda a explicar sucesos complejos con un par de frases lapidarias. Y, no obstante, es interesante observar cómo la naturaleza de estos estereotipos ha cambiado históricamente, de tal modo que antes de que siquiera existiera el concepto moderno de nación se aplicaba a otras categorías de individuos, mientras que hoy en día se aplica a nacionalidades. ¿Qué otra prueba cabe de que los estereotipos no son sino eso, puras falsificaciones de la realidad, muletillas con las que nos ayudamos para seguir tirando en esta vida tan compleja y llena de misterios y sinsentidos? [Sun Jul 13 08:41:39 CDT 2003]La sociedad estadounidense lleva ya un buen tiempo envuelta en un resurgir del espíritu religioso que cubre desde las expresiones más sinceras de espiritualidad a los dogmatismos más rocambolescos. Se trata, al fin y al cabo, de los EEUU, quizá la sociedad más extravagante del mundo. En cualquier caso, hemos llegado a un punto en el que casi pudiera decirse que lanzar críticas contra el sentimiento religioso se ha convertido en políticamente incorrecto. Por lo que quiera que sea, el humanismo secular está en retirada y uno no tiene más remedio que reconocer la influencia positiva del fervor religioso y el hecho de que éste es un país cristiano, guste o no. La interpretación, desde mi punto de vista, tolerante, secular y humanista del ser estadounidense está desapareciendo lentamente de la escena pública, y no me refiero aquí solamente al poder político del ala más conservadora del Partido Republicano, sino que también los medios de comunicación y el discurso social como tal se están viendo afectados. En este sentido, el libro de Jon Krakauer, alpinista que saltó a la fama por sus aventuras en el Himalaya, ha caído como un jarro de agua fría entre los seguidores de la Iglesia mormona. Partiendo de la historia de Dan y Ron Lafferty, respetados mormones perfectamente integrados en la sociedad de Utah (de hecho, uno de ellos, Ron, fue concejal en un pueblo de Utah como representante del Partido Republicano), Krakauer disputa que el fervor religioso como tal sea algo intrínsecamente positivo. Los hermanos Lafferty asesinaron a una cuñada y su hija de 15 meses cuando éstae se mostró reticente a aceptar la práctica de la poligamia establecida en los documentos fundacionales de la religión mormona. Una vez detenidos, los hermanos se defendieron afirmando que habían recibido una revelación divina por la que se les ordenaba cometer el asesinato. Al parecer, lo cierto es que los escritos de Joseph Smith, fundador de la Iglesia mormona, en su iluminado fervor religioso pueden servir como justificación para ésta y otras acciones similares, pero ni que decir tiene que tres cuartos de lo mismo puede decirse de cualquier otro texto religioso. Cabe pensar, como Krakauer mismo afirma, que las bases mismas del sentimiento religioso deben estar acompañadas de un irracional fervor dogmático intrínsecamente incompatible con los presupuestos de una sociedad tolerante y democrática de Derecho. La Iglesia mormona, en lo que casi todo el mundo señala que es un caso excepcional, ha publicado oficialmente un comunicado criticando el libro. Entre otras cosas, los representantes del oficialismo mormón arguyen que [The book] is a full frontal assault on the veracity of the modern church. (...) His basic thesis appears to be that people who are religious are irrational, and that irrational people do strange things. (...) Krakauer unwittingly puts himself in the same camp as those who believe every German is a Nazi, every Japanese a fanatic, and every Arab a terrorist. Yo no he leído el libro, pero aún así me parece que la comparación aquí establecida peca de simplificación, pues Krakauer no afirma que "todo alemán sea un nazi", sino más bien que todo miembro del Partido Nazi es responsable de una forma directa o indirecta por los crímenes cometidos durante el holocausto, por ejemplo. Creo que hay una diferencia fundamental entre ambas afirmaciones, y si bien parece bien normal en la sociedad estadounidense el dirigir el dedo acusador a la Iglesia católica por los crímenes cometidos durante las persecuciones inquisitoriales, me da la sensación de que las diversas Iglesias protestantes aún tienen siquiera que afrontar los crímenes que se han cometido en su nombre. Como afirma el propio Krakuer, I grew up with Mormons. I like this culture. What I'm less comfortable with is the mind-boggling certainty of this or any religion. (...) I'm trying to figure out religion. I'm not a social reformer, but I am troubled by this sheeplike acceptance that faith is always good. He aquí, me parece, las dos claves de la relación entre fe y laicismo en la sociedad contemporánea. Por un lado, cuesta trabajo ver cómo es posible que exista fervor religioso sin certidumbre religiosa y, por ende, dogmatismo. ¿Cómo es posible tener fe en Dios sin, al mismo tiempo, creerse en posesión de la Verdad absoluta (al menos el Dios monoteísta de la tradición abrahámica)? Cierto, fe y duda pueden coexistir, pero entonces no se da el fervor, que viene a ser pieza fundamental en muchas de las Iglesias protestantes. Por el otro lado, no puede dejar de ser preocupante que se acepte acríticamente la proposición de que el sentimiento religioso es de por sí una fuerza positiva, como se está haciendo últimamente en los EEUU. La religión ha estado demasiado a menudo unida a la persecución despiadada del hereje como para que olvidemos tan fácilmente. La realidad, guste o no, es que el pensamiento ilustrado sobre el que se basan nuestras modernas sociedades democráticas es agnóstico de raíz, aunque eso no se quiera ver en una sociedad estadounidense demasiado empeñada en fomentar un renacer espiritual que supuestamente ayude a construir la mítica ciudad sobre la colina. Esto es precisamente lo que me preocupa de los acontecimientos más recientes. [Sat Jul 12 17:52:51 CDT 2003]Se hace necesaria una pequeña corrección a lo que escribí ayer acerca del envío de tropas a Irak para cooperar en las tareas de reconstrucción. Me sigue pareciendo de sentido común que no se puede tomar una decisión de este calibre sin una resolución del Congreso, como ya indiqué ayer. Sin embargo, por lo que hace a mis palabras acerca del apoyo de la ONU a este tipo de medidas, parece ser que es algo recogido en la resolución 1483, donde se afirma claramente que el Consejo de Seguridad Hace un llamamiento a los Estados Miembros y las organizaciones interesadas para que ayuden al pueblo del Irak en la labor de reformar sus instituciones y reconstruir su país y contribuyan a que existan en el Irak condiciones de estabilidad y seguridad de conformidad con la presente resolución. Por otro lado, y por lo que hace a la medida como tal, no tengo más remedio que estar de acuerdo con el Presidente del Gobierno cuando reprocha al PSOE que defienda una postura aislacionista. Casi se diría que los socialistas no son capaces de hacer oposición sin mantener unas posiciones semi-pacifistas que después abandonan una vez llegado el momento de afrontar las reponsabilidades de gobierno. Ya sucedió con anterioridad a su triunfo electoral en 1982 (¿quién no recuerda el esperpento del referéndum de la OTAN?), y parece estar sucediendo una vez más. Yo preferiría ver un PSOE más responsable y centrado, capaz de hacer una oposición constructiva pero leal. Todo parece indicar, sin embargo, que después de flirtear con la idea durante su primer año de liderazgo del Partido Socialista, a Zapatero le han convencido de que una estrategia de oposición dura va a surtir más efecto en las urnas. [Fri Jul 11 23:16:45 CDT 2003]Al parecer, el Gobierno español acaba de comprometer el envío de 1.300 soldados a Irak para labores de mantenimiento de la paz. Cada cual puede tener su opinión sobre si la medida como tal es acertada o no, pero lo que me parece inaceptable es que la decisión se haya tomado mediante una medida del Consejo de Ministros que ni siquiera se ha enviado al Parlamento para su aprobación. Después de todo, con esta decisión España está comprometiendo tropas en labores que al menos técnicamente son de ocupación hasta que los EEUU se decidan (si es que lo hacen) a buscar el beneplácito de la ONU para sus acciones en Irak. Cuesta trabajo entender que una medida de este calibre se haya tomado de esta forma, salvo que el principal interés haya sido el evitar debates engorrosos en el Congreso, lo cual ya es de por sí bastante preocupante. [Thu Jul 10 13:34:16 CDT 2003]Desde la lejanía geográfica que me proporciona mi residencia en los EEUU, me atrevería a afirmar que hacía ya mucho tiempo que no veía la crispación política y social que observo en España estos días. La verdad es que no estoy seguro de a qué pueda deberse. Ha habido escándalos como el de la Asamblea autonómica de Madrid, y la cuestión vasca lleva ya unos años que parece estar saliéndose de madre, al menos desde que los nacionalistas moderados e IU se decidieran a firmar los pactos de Lizarra y desmarcarse del resto de fuerzas democráticas. Sin embargo, la división social se extiende a casi todo. Mientras los dirigentes políticos se lanzan insultos en el Parlamento, leo reseñas como las de Rogelio López-Blanco publicada en El Cultural sobre unos cuantos libros dedicados al problema vasco que me ponen la carne de gallina. Bien está la oposición al nacionalismo, que por otro lado comparto completamente, pero leyendo el mencionado artículo casi se diría que hay algún tipo de vendetta personal entre el autor y los afiliados al PNV. Me refiero, sobre todo, a sus afirmaciones acerca de Sabino Arana. Siguiendo el orden de los antecedentes más remotos de la actual situación, cabe citar la relectura fresca, desinhibida y certera que realiza Iñaki Ezkerra de la obra y la figura del fundador del nacionalismo vasco, Sabino Arana. De la pesadilla de leer a semejante tarugo, el autor extrae conclusiones que, además de revelar la esencial vileza de su "ideología", explican su vigencia dentro del nacionalismo actual, tanto en el PNV como en el terrorista, a través de lo que denomina â "sentimentalidad totalitaria", una suerte de mecanismo que inmuniza al nacionalismo respecto a la piedad o compasión. Una indiferencia hacia el sufrimiento del otro imprescindible para poder creer legítima una comunidad nacionalista que "recupera" una supuesta soberanía originaria y niega el carácter plural de la sociedad. Como venía diciendo, que conste que a mí jamás me ha atraído el nacionalismo de ningún tipo, ya sea periférico o central, y que también estoy de acuerdo con los serios peligros de autoritarismo e intolerancia que una interpretación dogmática del concepto de nación puede acarrear. Sin embargo, de ahí a descalificar automáticamente todo sentimiento nacionalista como algo totalitario, vil y falto de piedad por pura definición media bastante trecho. Casi pareciera que el anti-nacionalismo se ha convertido en moneda corriente en la España de estos días, al menos cuando se trata del nacionalismo periférico. Al igual que con cualquier otra moda intelectual, se trata de algo que me parece lamentable por lo que tiene de prejuicio irracional. [Tue Jul 8 21:08:50 CDT 2003]Ya era hora de que alguien escribiera un artículo serio y educativo sobre lo que se ha dado en llamar el fin de la ironía. Desde el atentado terrorista del 11 de septiembre, los medios de comunicación se han lanzado a una enloquecida carrera para certificar la muerte de una ironía supuestamente postmoderna y el regreso de la claridad moral. Zoe Williams desmenuza el argumento y nos explica el verdadero significado del concepto: Taking its name from the Greek eironeia (dissimulation), irony consists of purporting a meaning of an utterance or a situation that is different, often opposite, to the literal one. A lo que realmente se refiere tanto comentarista es al fin del cinismo, que no de la ironía. Por alguna siniestra razón, ambos términos se han convertido en sinónimos en la cultura popular desde principios de los noventa, a pesar de que no haya relación alguna entre ellos. El concepto de ironía se remonta, de hecho, hasta los mismísimos orígenes de la civilización occidental, pues fue nada menos que Sócrates quien primero lo usara con éxito como herramienta educativa. No obstante, como la misma Williams señala, sí que puede haber algunas razones para pensar que la cultura americana no sea muy dada a la ironía: There are a few reasons why we think the Americans have no sense of irony. First, theirs is rather an optimistic culture, full of love of country and dewy-eyed self-belief and all the things that Europe's lost going through the war spindryer for the thousandth time. This is all faith-based - faith in God, faith in the goodness of humanity, etc - and irony can never coexist with faith, since the mere act of questioning causes the faith fairy to disappear. Second, they have a very giving register that, with a sense of irony, would be unsustainable (how can you wish a stranger a nice day with a straight face?). Third, because we think Canadian Alanis Morissette is American, and she proved some time ago, with her song Ironic, that she didn't know what irony meant (this is so ironic - first, because we think we're the more sophisticated and yet don't know the difference between America and Canada, second because America sees Canada as such a tedious sleeping partner, and yet Canada is subversively sending idiots into the global marketplace with American accents. Of course, I'm being ironic. Canadian accents are not the same as American ones!) Después de vivir un poco más de ocho años en los EEUU, no me queda más remedio que estar de acuerdo con sus apreciaciones. [Tue Jul 8 13:57:08 CDT 2003]Ha llovido bastante desde la caída del muro de Berlín y de todo el bloque comunista. Sin embargo, todavía queda por escribir una historia seria del comunismo que no caiga ni en una simple apología de quienes al fin y al cabo cometieron tantos crímenes ni en un anti-comunismo ramplón más propio de la Guerra Fría que del siglo XXI. Digo esto porque aún hay quien, sobre todo en los EEUU, aprovecha los errores del comunismo para lanzar un ataque frontal contra cualquier política redistributiva. Pese a todo, queda bien claro que hay que poner el énfasis en destrozar el mito de ideología bienintencionada y utopismo inocente del que muy a menudo se reviste el comunismo entre la intelligentsia europea. En este sentido, Robert Harvey acaba de publicar Comrades: the Rise and Fall of World Communism, donde intenta analizar la ideología sin pararse en mientes. La izquierda suele hablar de la brutalidad fascista, pero parece mentira que a estas alturas de la historia una ideología asociada a los nombres de Stalin, Pol Pot, Mao, Ceausescu, Mengistu o Kim Il-sung todavía no sea criticada despiadamente como lo que es, uno de los mayores crímenes de la Humanidad. Las intenciones eran buenas, pero como suele decirse, de buenas intenciones está lleno el infierno. |